Pov Mara Ahora que veo mi pequeña casa, siento nostalgia. Me gustaba donde la había construido con ayuda de los guerreros: una hermosa casa frente al lago que me acompañó en mi soledad, guardando mis recuerdos hasta que me emparejé con Deiros y me fui a vivir con él. No digo que no hayamos venido y dejado algunas marcas de nosotros en ella, pero es más ese sentimiento de tristeza por tener que dejar algo que fue totalmente tuyo. Asher se mantiene a la distancia, mirando cada paso que doy hacia ella. No dice nada, aunque estoy segura de que conoce mis sentimientos. La abro, mirando su interior, uno reconfortante que había creado para mí, un pequeño refugio de toda la vida agitada del palacio. Recorrí con mis dedos cada mueble, cada silla, cada pintura que había colocado. Llegué a la habitación tomando una pintura donde estábamos todos: Ailen, Ryan, Deiros y yo. Los inseparables que seguíamos a Bastian a todos lados con sus locuras, hasta el día en que ellos murieron. Tomé otra d
Pov Leina Mientras camino hacia la sala del trono, desvío levemente mis pensamientos hacia mis dos hijos. No puedo creer que ayer apenas eran unos cachorros traviesos y hoy ya están grandes, haciendo planes a futuro para irse a vivir sus vidas lejos de nosotros. Supongo que así se sintió mi padre cuando me fui de casa para formar mi vida con Bastian. Alzo la mirada hacia la luna oculta, sonriendo a mi madre, porque a pesar de todo, tengo la familia más hermosa que jamás pude haber deseado. Los guardias se inclinan ligeramente al verme llegar, abriendo las puertas hacia el salón del trono. Ignoro la sangre que se extiende por todo el piso porque, si la detallo, me darán náuseas. Ethan está a un lado, gruñendo al Alfa que supongo es el padre del que rechazó a mi hija. Creo que lo que a todos nos molesta no es que lo haya hecho como tal, sino que lo hizo de una forma tan cruel, dando a entender que Juliette no valía nada. Poco después, la puerta se abre, revelando a Thorin arrastr
Pov Kian Me ajusto el traje ceremonial por milésima vez, mirando cómo todo va quedando perfecto para esta noche. Creo que me adelanté de horas; no podía evitar hacerlo cuando estoy a poco de unirme con la mujer que amo. El maldito de Bastian no quiso que Juliette se viniera conmigo, no hasta que nos unamos esta noche, y aún así, hasta me da miedo que quiera llevársela. Con ese hombre, cualquier cosa puede pasar. Las flores blancas que adornan cada mesa y cada silla desprenden un aroma agradable, impregnando el lugar. Pétalos blancos son regados por el camino por donde pasaremos ella y yo hacia la plataforma que la chamana está arreglando para la unión. Alzo la mirada hacia los escorpiones de las criadas; se ven ridículos con esos moños de flores, pero no sé cómo hacerle cuando fueron exigencias de mi Juli. Dijo que se veían "coquetos". Eso me hace desviar la mirada a mi propio escorpión y me da alivio al ver que al menos él está intacto, siendo únicamente pintado con las runas c
Pov Juliette Esto es totalmente diferente y hermoso a la vez, tan impresionante que todo lo que había pensado e incluso leído no le hace justicia. En el momento en que la chamana comienza a recitar las palabras en un idioma que desconozco, un aro de fuego se crea a nuestro alrededor. Los tatuajes de ambos palpitan con el ritmo de nuestros corazones y puedo ver cómo pequeñas motitas brillantes se desprenden de la piel de Kian. Lazos salen de Hathor, fluyendo como una suave corriente que llega hasta mí, envolviéndome en un cálido abrazo, avanzando hasta llegar a Dara, que aúlla de felicidad al ser envuelta con el vínculo de su compañero. Algo caliente se expande por mi cuerpo, haciéndome suspirar; el vínculo entrelaza nuestras almas para hacerlas una. Todo se sentía tan hermoso e irreal al mismo tiempo. Miré fijamente al escorpión que se transparentaba en el aire, avanzando hacia mí. Cerré los ojos cuando me tocó; mis piernas comenzaron a temblar y ahora podía sentir la conexi
Pov Juliette —Vamos, tengo algo preparado para ti, espero que te guste. Lo seguí hasta Hathor, que ya esperaba por nosotros. Se acercó a mí, permitiendo que lo acariciara. Dara ronronea sin parar, ansiando salir para correr con él, aunque, siendo sincera, no sé cómo sería eso. —Vamos, amor —tomé su mano hasta subirme, acomodando mi vestido para que Kian se colocara detrás de mí, tomando las cuerdas de cuero. Me recosté en su pecho, dejando atrás la comodidad de la ciudadela para adentrarnos en un desierto que, de alguna forma, encontré bonito. El cielo sobre nosotros está iluminado por miles de estrellas que brillan en mis ojos mientras las admiro. Es simplemente un momento único. Durante el viaje, me aseguré de mirar bien desde los grandes riscos por los que pasábamos, las muchas ciudadelas esparcidas por todo el territorio. Algunas son grandes, otras pequeñas, pero todas están iluminadas, mostrando su esplendor y belleza. Más adelante, pude visualizar algo que realmente amé:
Pov Juliette No es que fuera una experta en esto, pero con él estoy dispuesta a experimentar muchas cosas nuevas. Quiero que todas mis primeras veces sean con él y pronto una de ellas sucederá. —Juliette— soltó mi nombre más como un gemido enviando corriente eléctrica por mi cuerpo. Tomó mi mano, sacando mis dedos de mi interior para llevárselos a la boca y chuparlos, saboreando cada centímetro sin apartar la mirada de mí. Mi boca se abrió, dejando salir un suave gemido mientras su boca me tenía de nuevo al límite. Dejó mis dedos para ahora bajar a mi feminidad, aspirando su aroma, sacando su lengua y comenzando a probarme. Se sentía tan bien, demasiado bien, que no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera su boca chupando mi carne sensible, enviando olas de delicioso placer por todo mi cuerpo. Sus labios subieron hasta mi clítoris, succionándolo con fuerza, sacándome un gritito de placer. —Kian— gemí su nombre alto mientras su boca aún me comía el coño a su antojo. Ya
Pov Keira La brisa fría trae un lamento, algo que se escucha casi siniestro. Las nubes oscuras no paran de acumularse sobre el cielo, anunciando la llegada de algo mucho más grande. Hay un olor en el aire muy parecido a aquel camino ácido por el que tuvimos que correr. Mis pulmones quieren colapsar; mi cuerpo entero se estremece ante el olor desagradable. Suspiro, alejándome de la ventana, mirando la piedra en mis manos que parece haber perdido su brillo por completo. Algo pasa en mi Reino, lo sé. Miré de reojo a Ethan, que sigue dormido, abrazando la almohada como si fuera yo. Ajusto mi cabello, alisando mi vestido antes de salir con cuidado. Realmente no quería despertarlo. Bajo las escaleras, donde apenas algunas doncellas van llegando para los quehaceres del día. Las saludo a cada una antes de pasar de largo y salir de la seguridad del palacio. En el aire ya veo a Storm, dando vueltas fuera de los cielos de la tierra de los Lycans. Ella me espera para llevarme con Frederi
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavan como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas quieren salir, pero no dejaré que ellos vean mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodilla ante él, s