Pov Leina
Esta noche sería diferente; mis manos sudaban y no estaba segura de qué sucedería. «¿Estás ahí?» El silencio fue toda mi respuesta. No estaba segura de si ella me escuchaba; había despertado hace unas semanas y siempre estaba atenta a los entrenamientos, aunque no me habló en ningún momento. Esta será la primera vez en la que entrenaremos en forma lupina. Miraba el reloj atentamente, siguiendo el ritmo del péndulo que iba de un lado a otro. Cuando marcaron las 12, tomé un gran suspiro y bajé las escaleras. —Vamos, no estés inquieta, todos te esperan. Si ella decide no salir, no te preocupes; estoy segura de que no es por ti. —Gracias, Sara, por ser más como una madre para mí desde que estoy aquí. Ella comenzó a llorar y yo también. Parece más bien una despedida. Ambas salimos hacia el bosque, dado que debo tener cuidado; solo los calificados estarán allí para verme. Después de media hora, llegamos a un pequeño claro. Mi tío y su beta ya estaban allí, también el hombre de aquel día y el delta de la manada. El hombre más despiadado que conozco; sus entrenamientos son para morirse. La última vez casi me mata de asfixia haciéndome dar 15 vueltas a la manada. Y aunque suenan pocas, cambia todo cuando la manada tiene un territorio bien extenso. —Muy bien, Leina, comencemos. Mi tío dio paso a su lobo Derethor, un majestuoso lobo color caoba, un Alfa bastante hábil y rápido. Sus ojos negros me saludan con cariño y luego esperan pacientes por mí. «Hola, yo… no sé si estás ahí… hoy es nuestro primer día de entrenamiento juntas. ¿Te gustaría salir?» Como siempre, no hubo respuesta, pero ella avanzó al frente. Sonreí, cerré los ojos y le di el control. Esta vez no fue tan doloroso, aunque aún no me acostumbro al crujir de los huesos. Cuando sus ojos se abrieron, lo primero que hizo fue mirar a la luna y luego se echó a correr por el bosque. Reía sintiendo su felicidad; ambas nos sentíamos libres, plenas, con la brisa golpeando su pelaje. A través de ella, podía sentir la tierra bajo mis pies y captar todos los olores a nuestro alrededor. Llegó a lo alto de una roca y aulló a la luna con tanta fuerza que estoy segura de que se escuchó a muchos kilómetros de aquí. «Hola, Leina, creo que soy grosera. Mi nombre es Ava, espero no haberte decepcionado; solo quería un tiempo a solas.» Bajamos hasta un bonito lago mientras ella me explicaba muchas cosas, desde cómo se sintió al ver la mirada de desprecio de su compañero hasta cómo nos alejaron de nuestro padre. Ella dejó ver su reflejo en el agua; sabía que mi loba era gris, pero verla de esta forma es diferente. Sus ojos verdes esmeralda brillan con la luz de la luna; su pelaje es gris claro, no hay ni un pelito de otro color en él. Sus orejas no son redondas como las de los demás lobos; son algo más puntiagudas, terminando con unos mechones que sobresalen como una aguja. «Eres muy bonita». «Lo somos, recuerda que somos una, somos lobas especiales, Leina. La Diosa nos bendijo siendo sus hijas directas, aunque con ello también viene una maldición». «Lo sé». «No te desanimes, tenemos una conexión inquebrantable, así que nosotras solas podemos protegernos». Estoy segura de que este será un comienzo nuevo; solo espero que la Diosa nos permita permanecer ocultas. ****** Tres años después… Los rugidos se oyen en todo el bosque; mi pelaje está lleno de sangre y la tierra bajo nuestros pies también. Con un movimiento rápido, Ava golpea el costado del lobo, haciendo que caiga para luego montarse sobre él, gruñendo en su cuello y dando una advertencia de que debe rendirse o le clavará los colmillos. Como buen cachorro que es, Derethor mueve su cola en señal de rendición y solo entonces Ava se baja y me da el control. Sara viene con una enorme sonrisa a darme un vestido que me coloco con rapidez, llenándolo de sangre. Tomo una toalla para limpiarme un poco el rostro, observando cómo las heridas de mis brazos van sanando poco a poco. —Mocosa, quiero una revancha. —Benjamín, ya te derrotó tres veces. Si no quieres que tu orgullo se vea afectado, ya deja de retarla. Me tragué la carcajada y volteé, poniendo mi mejor cara de orgullo con una sonrisa arrogante. —Gracias por el entrenamiento de hoy, tío. Derethor estuvo muy bien peleando, pero sus movimientos lentos me dicen que ya estás viejo. —Tú… vas a ver… Corro riendo como una chiquilla, escapando de un castigo. Sara, más atrás de mí, ríe de mis travesuras, ambas huyendo del lobo feroz. Cuando llegamos a la casa, observamos a un grupo de guerreros con la ropa ensangrentada. Recuerdo que ellos fueron enviados a apoyar al Alfa mayor para darle frente al grupo de los bárbaros. Sara se apresura hacia ellos y yo la acompaño. —¿Qué fue lo que pasó? —No logramos ganar esta vez; el Rey de los bárbaros estaba presente, y ese hombre es… No terminó ni de hablar cuando se giró hacia el otro lado para vomitar. Ese hombre es conocido por ser un asesino despiadado y frío, seguido por una horda de hombres y mujeres sanguinarios. Sus métodos de tortura son horribles; van desde el desmembramiento hasta la implementación de acónito y otras sustancias peligrosas. El Alfa mayor ha intentado acabar con él, pero parece que no puede. «Eso es un problema; ellos saquean manadas, toman a sus mujeres, las violan mientras asesinan a los hombres». —Está bien, cumplimos nuestra parte del trato. Vayan a descansar; hablaré con el Alfa sobre esta situación. —Gracias, Luna— respondieron todos al unísono, dando la espalda para irse. Después de eso, me fui a dar un baño mientras Sara y mi tío discutían sobre esta situación. Van a redoblar la seguridad en las fronteras y pondrán entrenamientos más exhaustivos. «Estaremos bien, Leina, estamos bajo la protección del Alfa supremo.» «No puedes confiar en un hombre que no has visto.» Ambas nos quedamos en silencio; era un Alfa sin pareja, considerado el Rey de los lobos. Debemos cuidarnos incluso de él.Pov Leina Me encuentro parada frente a la cascada; el agua que se filtra entre las rocas toca mis pies descalzos. Mi cuerpo se estremece por el frío que golpea mi piel, pero no hay ni un solo árbol moviéndose. Un gruñido me hace girar rápidamente; observo en todas direcciones buscando aquel lobo. Otro gruñido cerca de mi oreja me hace erizar los vellos del cuerpo. Su asqueroso aliento golpea mi cuello, llegando a mi nariz. Giro con lentitud, esperando ver las fauces de aquel lobo; sin embargo, no hay nada. —Ahhh…— grité cuando la tierra bajo mis pies cedió. Me aferré con fuerza a las rocas para no caer; la mitad de mi cuerpo colgaba hacia el vacío. A lo lejos vi de forma borrosa una figura; ya la conocía. Estuvo esa noche, sosteniendo al lobo del cuello mientras yo caía al vacío. Mi corazón latía desbocado; parpadeé muchas veces para aclarar mi vista y nada funcionó. Mis manos comenzaron a resbalar. Entré en pánico; no quería caer de nuevo. —¡Por favor, ayúdame! —le grité.
Pov Leina —Tú… ¿Cómo lo supiste?—pregunté en un susurro, sin atreverme a alzar la voz. —Eres mi sobrina y, más que eso, te considero mi hija. Sara también lo hace. Sabes el cariño que te tenemos, Leina, pero hacer las cosas a escondidas no es lo correcto. Me quedé en silencio. ¿Qué podría decir? —Sé que lo extrañas, que quieres verlo. Yo también necesito saber si él está bien, y es por eso que te estoy ayudando. Levanté la mirada emocionada; lo vi señalar las cosas que colocó frente a mí y ahí fue donde entendí. —Ve a verlo, Leina. Sé que eso es lo que quieres y no me opondré. Solo te digo que tengas cuidado y no dejes que te descubran. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me levanté para abrazarlo. —Gracias, de verdad, gracias. Él me respondió con suaves palmadas en la espalda antes de soltarme. —Hay algunas cosas allí para mi hermano; dile que prometo que pronto nos reuniremos de nuevo. Me giré para salir de inmediato; no podía perder tiempo. —Y Leina, debes re
Pov BastianLos árboles se mueven con la suave brisa sobre nosotros.La noche es oscura y espesa. La luna no da su brillo sobre las tierras ocultas.A lo lejos se observa el gran imperio de ese mal nacido, uno que fue construido con la sangre derramada de mi raza.El ostentoso palacio se alza sobre toda la manada.Hoy darán un baile; ya imagino las exuberantes decoraciones sacadas de los impuestos de las manadas que apenas pueden sostenerse, y las que no lo hacen…Todos creen que el Alfa supremo los protege de mí.Pero la realidad es que están confiando demasiado en un hombre que sostiene una espada de doble filo sobre sus cabezas.—Señor, ya todo está preparado. El bonito castillo del gran “Rey” sufrirá una ligera sacudida.—Bien, Mara, asegúrate de que todo salga bien. No quiero errores.Ella es una de las pocas personas en las que confío.Es una guerrera y una delta leal, capaz de ensuciarse las manos por los suyos.Tomo de nuevo las riendas del caballo y decido regresar al pequeño
Pov LeinaObservé al hombre que comenzaba a descender por la gran escalera.Llevaba una capa roja pesada sobre sus hombros y un cetro hecho de oro con incrustaciones de rubíes.Sus dedos están adornados con dos anillos en forma de corona.Su imponente presencia se cierne sobre nosotros y su aura de Alfa se expande, haciendo que dobleguemos nuestras cabezas.Sus ojos avellana recorren cada espacio, y su cabello rubio está bien peinado hacia atrás, sin un mechón de cabello rebelde. Sus rasgos son cincelados, con una enorme cicatriz que recorre su cara desde el nacimiento del cabello, pasando por su nariz y terminando del otro lado de su barbilla.«Esa cicatriz se la tuvo que haber hecho alguien que lo odiara mucho, alguien muy poderoso para que no dejara que su lobo lo sanara».«Eso mismo pienso».Aproveché que el degenerado a mi lado me había soltado para escapar; sin embargo, todo fue frustrado cuando tomó mi mano y me atrajo hacia él con fuerza. —Por favor, continúen. Esta noche es
Pov Narrador—¡¿Qué demonios fue eso?!El hombre preguntó a la mujer a su lado, que observaba a la gente salir por las puertas, mirando hacia atrás como si huyeran de algo.Hace solo unos segundos, escucharon un aullido y ahora pasaba esto.—No lo sé, pero siento que esto cambia nuestros planes —le respondió, observando cómo las puertas del castillo y de la manada se estaban cerrando.Debían salir de allí o quedarían atrapados. Comenzaron a alejarse, sintiendo que algo no iba bien cuando miraron a todos los hombres que formaban parte del ejército de Guillermo.Lejos de lo que sucedía en la manada, Bastian trataba de armar un nuevo plan; sin embargo, Thorin estaba alterado e intranquilo.Gruñendo en su mente como un loco.«¿Qué caraj0s te pasa?»«Algo no está bien. Busquemos a nuestra hembra; siento que ella está en peligro.»En eso, recibe un enlace. Su delta más confiable se oye agitada.¡Algo ocurrió!«Señor, nuestro plan falló. Los hombres de Guillermo se están transformando y corr
Pov NarradorAva llegó al río. Sin detenerse, buscaba en él alguna zona de fango para poder ocultar su olor.Vislumbró una a lo lejos, llegó hasta ella y comenzó a restregarse, llenando todo su cuerpo de lodo. Unos aullidos la hicieron detenerse en alerta, casi tropezando con sus propias patas.Su corazón se aceleraba al ver el cielo mostrando los colores del amanecer; no aguantaría más.Ya no podía soportar más.Con los músculos gritando a mil y los lobos a solo nada de atraparla, logró llegar a una parte oscura, llena de árboles con enredaderas. El suelo era verde claro.Apenas sus patas tocaron aquel verde, se hundió, casi cayendo por completo. Era un pequeño lago fangoso. Algunas raíces sobresalían de él.Sin pensarlo, se adentró más, buscando algo que le ayudara a protegerse.Casi al final, observó un árbol con una pequeña cueva entre sus raíces.Ignorando el repugnante olor que salía de él, se adentró como pudo.Sentía un líquido viscoso debajo de ella. El agua no entraba, por l
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavaron como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas querían salir, pero no dejaría que ellos vieran mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodillaba an
Pov Leina Mi padre tomaba el manojo de llaves y metía una a una en la pequeña ranura de la puerta. Sus manos temblaban haciendo que se cayeran las llaves varias veces, volviendo a comenzar de cero. —Papá, dime qué es lo que pasa, ¿Reiner está bien? Pregunté aun pensando en el momento en que acepté su rechazo, parecía que a él lo estaba matando. —Está vivo, es todo lo que sé, pero su padre mandó a preparar un escenario para ti, serás ejecutada por intentar acabar con la vida del Alfa. En ese momento la cerradura resonó en el espacio frío, la reja se abrió con un chirrido y mi padre comenzó a arrastrarme hacia la salida. Las antorchas iluminan el pasillo, creando sombras en las celdas que permanecían vacías. Podía escuchar como las ratas se arrastraban en la oscuridad huyendo de nuestra presencia. Las paredes de piedra negra se cerraban sobre mí, haciéndome sentir asfixiada. —Papá, espera… —Escucha bien Leina, te ayudaré a llegar a la cascada, una vez que la cruces