Pov Leina —Tú… ¿Cómo lo supiste?—pregunté en un susurro, sin atreverme a alzar la voz. —Eres mi sobrina y, más que eso, te considero mi hija. Sara también lo hace. Sabes el cariño que te tenemos, Leina, pero hacer las cosas a escondidas no es lo correcto. Me quedé en silencio. ¿Qué podría decir? —Sé que lo extrañas, que quieres verlo. Yo también necesito saber si él está bien, y es por eso que te estoy ayudando. Levanté la mirada emocionada; lo vi señalar las cosas que colocó frente a mí y ahí fue donde entendí. —Ve a verlo, Leina. Sé que eso es lo que quieres y no me opondré. Solo te digo que tengas cuidado y no dejes que te descubran. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me levanté para abrazarlo. —Gracias, de verdad, gracias. Él me respondió con suaves palmadas en la espalda antes de soltarme. —Hay algunas cosas allí para mi hermano; dile que prometo que pronto nos reuniremos de nuevo. Me giré para salir de inmediato; no podía perder tiempo. —Y Leina, debes re
Pov BastianLos árboles se mueven con la suave brisa sobre nosotros.La noche es oscura y espesa. La luna no da su brillo sobre las tierras ocultas.A lo lejos se observa el gran imperio de ese mal nacido, uno que fue construido con la sangre derramada de mi raza.El ostentoso palacio se alza sobre toda la manada.Hoy darán un baile; ya imagino las exuberantes decoraciones sacadas de los impuestos de las manadas que apenas pueden sostenerse, y las que no lo hacen…Todos creen que el Alfa supremo los protege de mí.Pero la realidad es que están confiando demasiado en un hombre que sostiene una espada de doble filo sobre sus cabezas.—Señor, ya todo está preparado. El bonito castillo del gran “Rey” sufrirá una ligera sacudida.—Bien, Mara, asegúrate de que todo salga bien. No quiero errores.Ella es una de las pocas personas en las que confío.Es una guerrera y una delta leal, capaz de ensuciarse las manos por los suyos.Tomo de nuevo las riendas del caballo y decido regresar al pequeño
Pov LeinaObservé al hombre que comenzaba a descender por la gran escalera.Llevaba una capa roja pesada sobre sus hombros y un cetro hecho de oro con incrustaciones de rubíes.Sus dedos están adornados con dos anillos en forma de corona.Su imponente presencia se cierne sobre nosotros y su aura de Alfa se expande, haciendo que dobleguemos nuestras cabezas.Sus ojos avellana recorren cada espacio, y su cabello rubio está bien peinado hacia atrás, sin un mechón de cabello rebelde. Sus rasgos son cincelados, con una enorme cicatriz que recorre su cara desde el nacimiento del cabello, pasando por su nariz y terminando del otro lado de su barbilla.«Esa cicatriz se la tuvo que haber hecho alguien que lo odiara mucho, alguien muy poderoso para que no dejara que su lobo lo sanara».«Eso mismo pienso».Aproveché que el degenerado a mi lado me había soltado para escapar; sin embargo, todo fue frustrado cuando tomó mi mano y me atrajo hacia él con fuerza. —Por favor, continúen. Esta noche es
Pov Narrador—¡¿Qué demonios fue eso?!El hombre preguntó a la mujer a su lado, que observaba a la gente salir por las puertas, mirando hacia atrás como si huyeran de algo.Hace solo unos segundos, escucharon un aullido y ahora pasaba esto.—No lo sé, pero siento que esto cambia nuestros planes —le respondió, observando cómo las puertas del castillo y de la manada se estaban cerrando.Debían salir de allí o quedarían atrapados. Comenzaron a alejarse, sintiendo que algo no iba bien cuando miraron a todos los hombres que formaban parte del ejército de Guillermo.Lejos de lo que sucedía en la manada, Bastian trataba de armar un nuevo plan; sin embargo, Thorin estaba alterado e intranquilo.Gruñendo en su mente como un loco.«¿Qué caraj0s te pasa?»«Algo no está bien. Busquemos a nuestra hembra; siento que ella está en peligro.»En eso, recibe un enlace. Su delta más confiable se oye agitada.¡Algo ocurrió!«Señor, nuestro plan falló. Los hombres de Guillermo se están transformando y corr
Pov NarradorAva llegó al río. Sin detenerse, buscaba en él alguna zona de fango para poder ocultar su olor.Vislumbró una a lo lejos, llegó hasta ella y comenzó a restregarse, llenando todo su cuerpo de lodo. Unos aullidos la hicieron detenerse en alerta, casi tropezando con sus propias patas.Su corazón se aceleraba al ver el cielo mostrando los colores del amanecer; no aguantaría más.Ya no podía soportar más.Con los músculos gritando a mil y los lobos a solo nada de atraparla, logró llegar a una parte oscura, llena de árboles con enredaderas. El suelo era verde claro.Apenas sus patas tocaron aquel verde, se hundió, casi cayendo por completo. Era un pequeño lago fangoso. Algunas raíces sobresalían de él.Sin pensarlo, se adentró más, buscando algo que le ayudara a protegerse.Casi al final, observó un árbol con una pequeña cueva entre sus raíces.Ignorando el repugnante olor que salía de él, se adentró como pudo.Sentía un líquido viscoso debajo de ella. El agua no entraba, por l
Pov Leina Me acomodé la capa y me fui de ese lugar. Miré hacia atrás y ellos empezaron a acercarse. La perra esa tenía una sonrisa brillante mientras los guiaba a la casa donde se supone que yo estaba. Apresuré mi paso para que no me encontraran. Crucé en una esquina y vi a otros dos hombres con el mismo uniforme, descubriendo las cabezas de las mujeres para ver sus rostros. Me di la vuelta rápidamente; casi corría entre las personas. Me aparté a un lugar donde apenas había unos pocos vendedores. Me recosté contra la pared, respirando con dificultad y temblando de nervios, preocupada por la posibilidad de ser descubierta y llevada ante ese hombre. —¿Escuchaste lo que le pasó a la manada del Alfa Benjamín? Mi cuerpo se puso rígido; decidí acercarme un poco más para escuchar a los vendedores que charlaban. —No muy bien, ¿qué pasó? —El Rey Guillermo se fue con todo su ejército a su manada y tengo entendido que no dejó nada con vida. —Espero que alguien lo detenga por b
Pov Ava Los lobos a mi alrededor observan en todas direcciones; parecían asustados por algo. Cualquiera que fuera la razón, en este momento eso me estaba dando ventaja. Sin embargo, no fue suficiente para detenerlos. El cuerno volvió a sonar y apenas tuve tiempo de deslizarme por la tierra al ver una enorme red abalanzarse sobre mí. Gemí de dolor al intentar pararme; las heridas parecían desgarrarse más y eso me estaba debilitando. Seguí avanzando al darme cuenta de que eso no detuvo a todos los lobos. Unos cuantos quedaron atrapados en medio de la red. Otra vez el cuerno sonó. Miré en todas direcciones para ver si alguna otra red se aproximaba, pero no era nada. Regresé la vista al frente y muy tarde, porque ya me veía cayendo al vacío de una enorme fosa con púas de plata al fondo. Clavé mis garras con fuerza en la tierra para detener más mi caída y me impulsé hacia arriba con las patas traseras. Me levanté tambaleándome; mis fuerzas ya no me daban para seguir avanzando. En e
Pov NarradorBastian soltó a la loba al saber que ella estaba aquí, en sus tierras, a solo escasos metros de él.Sheila cayó al suelo junto a los Alfas, tomándose el cuello y tosiendo para tratar de tomar aire.Mara se acercó con una antorcha para iluminar su pálido rostro. Sus ojos se encontraron y ella le lanzó una manta para que se cubriera, no sin antes burlarse de lo patética que se veía.—Llamen a la sacerdotisa, díganle que me alcance en la celda de seguridad.Bastian tomó la antorcha que Mara le ofreció y se encaminó hacia aquel lugar.Thorin ronroneaba en su mente, desesperado y ansioso por conocerla, verla, tocarla, marcarla, hacerla suya sin más espera.La sacerdotisa pronto llegó a él. Solo ella y sus cuatro de confianza avanzaban hasta el lugar donde se podía escuchar una algarabía.La loba había sido encerrada, pero la puerta nunca logró ser trancada y ahora trataban de contenerla adentro.Sin importar que varios de sus compañeros aún lucharan por mantener sus vidas.—Nu