El silencio se había cernido sobre ellos, encerrándolos en una atmósfera de incomodidad evidente; la frustración y la rabia emanaban de Arthur por igual, Anette estaba segura de que Ragnar; el lobo interno de Arthur, debía estarlo atormentando.Sus habidos ojos notaron cada gesto de Arthur, por muy insignificantes que pudiera parecer... no sé perdió la forma en que apretaba el volante con más fuerza de la necesaria, como su respiración era irregular por segundos y la forma en que fruncía el ceño.— ¿Confías en él? — pregunto él, de forma repentina, Anette tardo unos minutos en formular su respuesta.— Lo suficiente — Arthur no pareció conforme con una respuesta tan vaga.— Él te ataco... es un vampiro, uno que hace unos días te estaba persiguiendo — le recordó, Anette puso los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos y se recostaba un poco más del asiento.— Y también fue quien me salvó de Sergio. ¿Debería odiar a todo aquel que me ha hecho daño?, ¿debería condenar a toda una raza
Creer que al llegar a su hogar encontraría paz había sido lo más estúpido que había hecho en mucho tiempo, la mansión Standerwod estaba abarrotada de personas; parecía que habían asistido TODOS los lobos de las distintas manadas a invadir su hogar, moviéndose de un lugar a otro y sobre cargando el ambiente con una energía abrumadora.Podía escuchar los murmullos, sentir las múltiples auras pero sobre todo sentir la angustia y ansiedad que emanaba de cada uno de los presentes, se abrió paso entre la multitud que lo miraban como si al fin hubiera llegado su máxima salvación, lo que no hacía más que aumentar el estrés que ya cargaba.¿Acaso había una reunión importante de la que él no estaba enterado?, ¿o es que habían visto un meteorito acercarse peligrosamente a la tierra y su casa se había convertido en el centro de salvación?.— Al fin estás aquí. Tenemos un problema muy, muuuuy grande — lo interceptó Zac, Arthur se pasó las manos por la cara; intentando controlar su frustración.— ¿
La tensión en la sala era tal que parecía que el aire podría cortarse con un cuchillo, Isabella no dejaba de llorar y rogar a los pies del gran alfa mientras este parecía inmutable, como si sus facciones hubieran sido talladas en piedra y fuera incapaz de mostrar compasión por la muchacha suplicante.— Dime Isabella... — se agachó para ponerse al nivel de la chica, una de sus grandes manos se sumergió entre los rubios cabellos de esta, obligando a la mujer a qué lo mirara a los ojos — dime qué oculta tu corazón... ¿qué ocultas? — sus ojos dorados se encontraron con la mirada clara de Isabella quien, horrorizada; se perdió en la profundidad de esos ojos dorados que parecían querer arrastrarla a lo profundo de un abismo.— No permitiré tal humillación hacia mi hija — intervino Rein, dando un paso al frente, deseando detener toda esa humillación a la que estaba siendo sometida su hija y su clan.— Pero si puedes permitir que otra mujer sea denigrada bajo calumnias — Humbert le hizo frent
Arthur se aferraba a Anette como si esta fuera su tabla salvavidas y de cierta forma así era, Anette era el hilo invisible que lo ataba a la cordura, la necesitaba como al aire que respiraba, ¿Cómo todo lo que era y todo lo que conocía dependía únicamente a un ser tan frágil como ella?, ¿cómo el equilibrio de todo un mundo podía reposar sobre las delicadas manos de una mujer?Anette acariciaba el cabello de Arthur con delicadeza, sentía como si de pronto los papeles se hubieran intercambiado y ella fuera el ser más poderoso del mundo mientras Arthur no era más que el niño asustado que necesitaba ser protegido a toda costa, Arthur se aferraba a ella como alguien que nunca tuvo nada y de pronto se le da todo a manos llenas, como si fuera ese tesoro buscado en los confines más recónditos del mundo.— Todo estará bien — aseguro la muchacha con voz calada, sin dejar de acariciar el cabello de Arthur, quien la abrazaba por el torso y tenía la cabeza recostada de su pecho, se había instalado
No podía negar que la conversación con Humbert Sinclair la había perturbado, sembrando en ella un cumulo de preguntas que no las cuales no sabía si lograría encontrar repuesta en algún omento. Observo esa alianza que su abuelo le habían entregado, la observo a detalle mientras se preguntaba ¿Dónde estaría la otra?, ese tipo de alianzas siempre venían en par.Respiro profundo mientras se colocaba el anillo en su dedo anular de la mano izquierda, sintió como este se ajustaba a su dedo y sonrió de forma casi involuntaria, después de ser rechazada durante toda su vida ahora portaba el símbolo del clan Sinclair como su heredera. Que irónico como cambiaban las cosas, hace tan solo unas horas ella era la escoria de los lobos mientras Isabella era la gran heredera con un futuro brillante… ahora los papeles se habían invertido, dejándola a ella mismo en la cima del poder y a su contraria en la completa humillación, no se alegraba por ello, ¡por supuesto que no!; jamás se alegraría de la desgra
Arthur la tenía entre sus brazos mientras se movían al compás de la música… bailar bajo la luz de la luna les hacía sentir que estaban sumergidos en un cuento repleto de magia y fantasía; quizás de cierta forma así era pues que muy pocos podían decir que estaban unidos bajo un vínculo ancestral…Ella recostó la cabeza del pecho masculino, escuchando el rítmico latir de su corazón, latido que era capaz de transmitirle calma… ¿Cómo era posible que estando entre los brazos de Arthur todo fuera más sencillo?, ¿Qué clase de súper poder poseía él para hacerla sentir que a su lado el peso de sus decisiones era mucho más ligero?, sentía como si fueran un complemento… como dos piezas de un rompe cabezas que habían esperado demasiado para unirse, pero que finalmente se habían encontrado.La música seso al igual que su suave vaivén, pero permanecieron allí, uno junto al otro; deleitándose con el calor que emanaba del cuerpo ajeno… disfrutando de esa increíble sensación que dejaba el saber que po
La respiración de Anette se cortó de golpe, como si el aire se hubiera esfumado del mundo en ese instante. El leve clic de cada botón al ser desabrochado resonaba en sus oídos, amplificado por el silencio íntimo que los envolvía. Arthur lo hacía con una lentitud deliberada, como si cada movimiento fuera un ritual sagrado, sus dedos rozaban ligeramente la tela del vestido, y a través de ella, el calor de su piel. Anette podía sentir cómo la prenda cedía poco a poco, liberando la tensión que la mantenía unida sobre su pecho.El frescor de la noche acariciaba su piel desnuda a medida que el vestido se abría, pero era nada comparado con el fuego que ardía dentro de ella. Su corazón latía con tal fuerza que parecía querer escapar de su pecho, una mezcla de emoción y una ligera angustia ante lo desconocido que la hacía sentir vulnerable y viva al mismo tiempo. El aroma de Arthur, una combinación de madera fresca y algo indescriptiblemente masculino, la envolvía, intensificando cada uno de s
Capítulo 44: Desacuerdo.Los parpados de Anette aun pesaban, aunque el sueño había sido reparador aun su cuerpo se sentía cansado por la forma en que Arthur y ella se habían entregado el uno al otro, sus mejillas adoptaron un adorable sonrojo al pensar en lo sucedido, cada detalle parecía estar grabado a fuego en su memoria; su cuerpo marcado con una huella imborrable que nadie más que ella y Arthur podían ver.Abrió los ojos con lentitud, observando el semblante tranquilo que adornaban las facciones de Arthur, era un hombre que finalmente se sentía completo y más importante aun, se sentía amado. A pesar de que tenía los ojos cerrados estaba despierto; ella lo sabía por las suaves caricias que estaba dejando sobre la piel de su espalda.Extendió su mano para acariciar el rostro de Arthur, deseando memorizar esa expresión de tranquilidad que adornaba sus facciones y lo hacía ver aún más hermoso de lo que de por si era; trazo su barbilla sin prisa, deleitándose con la suavidad y calidez