Creer que al llegar a su hogar encontraría paz había sido lo más estúpido que había hecho en mucho tiempo, la mansión Standerwod estaba abarrotada de personas; parecía que habían asistido TODOS los lobos de las distintas manadas a invadir su hogar, moviéndose de un lugar a otro y sobre cargando el ambiente con una energía abrumadora.
Podía escuchar los murmullos, sentir las múltiples auras pero sobre todo sentir la angustia y ansiedad que emanaba de cada uno de los presentes, se abrió paso entre la multitud que lo miraban como si al fin hubiera llegado su máxima salvación, lo que no hacía más que aumentar el estrés que ya cargaba. ¿Acaso había una reunión importante de la que él no estaba enterado?, ¿o es que habían visto un meteorito acercarse peligrosamente a la tierra y su casa se había convertido en el centro de salvación?. — Al fin estás aquí. Tenemos un problema muy, muuuuy grande — lo interceptó Zac, Arthur se pasó las manos por la cara; intentando controlar su frustración. — ¿Que paso ahora?, ¿se va a acabar el mundo?, sino es así pueden irse a la m****a — inmediatamente Zac arqueo una ceja ante las palabras de su amigo, Arthur no era alguien que huyera de sus responsabilidades o que las dejara de lado por voluntad propia, así que algo muy jodido debía estarle pasando. — Un joven alfa está desaparecido desde hace horas, no logran localizarlo con el vínculo de la manada y tampoco logran rastrear su olor — informo Zac, de inmediato toda la atención de Arthur se centró en él. — Así que aún no lo han encontrado — susurro despreocupadamente, Zac frunció el ceño totalmente desconcertado, ¿su amigo sabía que había ocurrido con el joven alfa?. — Eso no es todo... de alguna forma, este asunto está salpicando a Anette... hay quienes aseguran haber visto al muchacho caminando con ella hacia el bosque, incluso dicen que... — guardo silencio, sabía que a Arthur no le gustaría en lo más mínimo todo lo que estaban diciendo referente a Anette. — ¿incluso qué?, Zac; ¿qué m****a es lo que están inventando ahora? — Zac trago grueso mientras rezaba porque Arthur no aplicará la de "asesinar al mensajero", no quería perder la cabeza aún. — Dicen que Anette coquetea constantemente con él y que... — paso una de sus manos por el cabello, demostrando su ansiedad ante todo el asunto que estaban tratando — dicen que ellos... iban... iban a tener relaciones sexuales en el bosque... Tan solo unos segundos fueron suficientes para que el ambiente se sintiera pesado, cargado de intenciones asesinas palpables; todos sintieron como la boca se les secaba y el corazón les comenzaba a palpitar desenfrenado, presos del pánico que esa aura mortal les producía. — ¿Dónde están? — Zac no tuvo que ser adivino para entender que le estaba preguntando por los ancianos, enseguida señaló hacia la sala de estar de la mansión, hacia donde Arthur dirigió sus pasos de inmediato, todos se pusieron de pie cuando lo vieron entrar; angustiándose por la expresión de pocos amigos que el gran alfa llevaba plasmada en sus fracciones. — ¿Quien fue?, ¿quien asegura que ese maldito bastardo y Anette se dirigieron al bosque juntos? — su tono de voz era mucho más grueso de lo usual; clara señal de su ira reprimida. Uno de los ancianos se puso de pie, se trataba de Azrael Darkthorn, líder de la manada Noche eterna. — Un grupo de alumnos los vieron marcharse, el joven desaparecido es mi heredero — informo el hombre haciendo una leve reverencias hacia Arthur — no es la primera vez que los ven en compañía del otro. — Nombres. Quiero los jodidos nombre de esos testigos — demandó. — Mike Storm, Esteban Storm y mi hija, Isabella Wolfe — está vez fue Rein, quien tomó la palabra. — ¡Son solo unos mentirosos de m****a! — gruño, podía sentir como sus pupilas se dilataban, Ragnar estaba luchando por tomar el control. — Con todo respeto. Mi hija es su prometida. ¿Dudará de su palabra? — Rein dio un paso hacia atrás al notar como la mirada de Arthur oscilaba entre gris y dorado. — ¡ISABELLA! — el grito hizo temblar a todos en la sala, la chica tardo escasos segundos en estar de pie enfrente de Arthur — repite lo que has dicho sobre Anette. — Ella... ella y Sergio iban hacia el bosque, abrazados — declaro, con la cabeza agachada — Mike y Esteban también los vieron. — Yo mismo saque a Anette del instituto hace menos de dos horas. Tú estabas ahí. ¿Creen que no habría notado si mi pareja hubiera tenido sexo con otro alfa? — apretó los dientes, furioso. — Con todo respeto... No puede dudar de la palabra de tres herederos — opino Azrael, enseguida Arthur dio un par de pasos hacia él. — Anette fue golpeada en su estadía dentro del bosque... había un moretón en su rostro y heridas en sus brazos, su esencia era abrumadora ¿sabes lo que significa?, que alguien la hizo sangrar, alguien fue capaz de herirla de tal manera que su preciada sangre broto de sus venas — su figura imponente se cernió sobre Azrael de forma amenazante — si tu hijo fue quien la llevo hacia el bosque puedo suponer que fue él quien se atrevió a levantar su mano contra MI pareja. Fue él quien causó sus heridas, fue él quien lastimo a su futura reina... La mandíbula de Arthur estaba tensa al igual que sus músculos, todos sabían que podía entrar en fase de un momento otro; sabían que si daban un paso en falso una gran pelea podría desatarse en un abrir y correr de ojos. — Arthur... No deb... — Isabella intento colocar su mano sobre el hombro masculino pero Arthur se giró a mirarla de forma amenazante. — ¡TU CÁLLATE! — Isabella retrocedió aterrada, temerosa de que el hombre pudiera lastimarla — te has atrevido a levantar injurias en contra de una heredera de clan, estás intentando manchar el honor de una manada. De un miembro del clan Sinclair, nada más y nada menos que de tu futura reina... a partir de este momento yo Arthur Standerwod te repudio a ti, Isabella Wolfe... te repudio ante todos los presentes y te condenó a jamás. JAMÁS poder convertirte en una luna. Te repudio por manchar el honor de tu sangre. Un jadeo colectivo se escuchó en la sala, Isabella miró a Arthur con los ojos muy abiertos, no había peor deshonra que ser repudiado por un alfa, aún peor; por el máximo líder del mundo de lobos. Isabella sintió como sus piernas temblaban, cayendo de rodillas al suelo mientras la lágrimas brotaban de sus ojos. — Por favor no — suplico, abrazando los tobillos del hombre, que ni siquiera se inmutó ante el repentino contacto — Arthur, por favor... no me hagas esto... por favor — su voz estaba quebrada, las lágrimas no paraban de recorrer sus mejillas y su corazón latía de forma dolorosa, sabía que ser repudiada de esa manera significaría cargar con una condena con la que no estaba segura de poder lidiar.La tensión en la sala era tal que parecía que el aire podría cortarse con un cuchillo, Isabella no dejaba de llorar y rogar a los pies del gran alfa mientras este parecía inmutable, como si sus facciones hubieran sido talladas en piedra y fuera incapaz de mostrar compasión por la muchacha suplicante.— Dime Isabella... — se agachó para ponerse al nivel de la chica, una de sus grandes manos se sumergió entre los rubios cabellos de esta, obligando a la mujer a qué lo mirara a los ojos — dime qué oculta tu corazón... ¿qué ocultas? — sus ojos dorados se encontraron con la mirada clara de Isabella quien, horrorizada; se perdió en la profundidad de esos ojos dorados que parecían querer arrastrarla a lo profundo de un abismo.— No permitiré tal humillación hacia mi hija — intervino Rein, dando un paso al frente, deseando detener toda esa humillación a la que estaba siendo sometida su hija y su clan.— Pero si puedes permitir que otra mujer sea denigrada bajo calumnias — Humbert le hizo frent
Arthur se aferraba a Anette como si esta fuera su tabla salvavidas y de cierta forma así era, Anette era el hilo invisible que lo ataba a la cordura, la necesitaba como al aire que respiraba, ¿Cómo todo lo que era y todo lo que conocía dependía únicamente a un ser tan frágil como ella?, ¿cómo el equilibrio de todo un mundo podía reposar sobre las delicadas manos de una mujer?Anette acariciaba el cabello de Arthur con delicadeza, sentía como si de pronto los papeles se hubieran intercambiado y ella fuera el ser más poderoso del mundo mientras Arthur no era más que el niño asustado que necesitaba ser protegido a toda costa, Arthur se aferraba a ella como alguien que nunca tuvo nada y de pronto se le da todo a manos llenas, como si fuera ese tesoro buscado en los confines más recónditos del mundo.— Todo estará bien — aseguro la muchacha con voz calada, sin dejar de acariciar el cabello de Arthur, quien la abrazaba por el torso y tenía la cabeza recostada de su pecho, se había instalado
No podía negar que la conversación con Humbert Sinclair la había perturbado, sembrando en ella un cumulo de preguntas que no las cuales no sabía si lograría encontrar repuesta en algún omento. Observo esa alianza que su abuelo le habían entregado, la observo a detalle mientras se preguntaba ¿Dónde estaría la otra?, ese tipo de alianzas siempre venían en par.Respiro profundo mientras se colocaba el anillo en su dedo anular de la mano izquierda, sintió como este se ajustaba a su dedo y sonrió de forma casi involuntaria, después de ser rechazada durante toda su vida ahora portaba el símbolo del clan Sinclair como su heredera. Que irónico como cambiaban las cosas, hace tan solo unas horas ella era la escoria de los lobos mientras Isabella era la gran heredera con un futuro brillante… ahora los papeles se habían invertido, dejándola a ella mismo en la cima del poder y a su contraria en la completa humillación, no se alegraba por ello, ¡por supuesto que no!; jamás se alegraría de la desgra
Luz y oscuridad... admiración y odio... dos caras de una misma moneda...¿Cómo podían existir en el mundo dos personas que fueran exactamente lo contrario de la otra?... ¿cómo alguien podía brillar en la cima mientras su par se hundía en el sub suelo?...Preguntas aparentemente muy fáciles de responder o bueno, depende del cristal con que se mire...Isabella Wolfe se sentía caminando sobre nubes de algodón, desde que tenía memoria le habían asegurado que su futuro sería brillante... era la única loba de pelaje claro entre miles de lobos distribuidos en 7 grandes manadas ¿cómo no sentirse especial?. ¡Todos decían que su destino había sido bendecido desde el momento en que nació!...Y ella así lo creía... era una mujer hermosa, con grandes ojos verdes y cabello tan claro que casi parecía blanco... todos la admiraban por su belleza y su inteligencia; todos se habían dedicado a poner el mundo a sus pies, educandola para ser la gran luna que debía ser, esposa de un alfa entre alfas... ¿cóm
Nos empeñamos en pensar que vivimos en un mundo donde las cosas son blancas o negras, dónde habita la luz y la oscuridad esforzándose por mantener un perfecto equilibrio... pero ¿qué tal si nos detenemos a pensar en lo que existe más allá de nuestra absoluta comprensión? ¿Qué pasa si entendemos que existe una luz capaz de cegar nuestros sentidos y que existe una oscuridad capaz de hacernos ver aquello que jamás imaginamos que tendríamos frente a nuestros ojos?.¿Qué pasa si abrimos nuestra mente para creer en lo imposible?, quizás, solo así; podamos encontrarnos con un mundo tan sorprendente que es capaz de superar cualquier partícula de imaginación y todo lo que está pudiera crear...En ese mundo que parece inexistente ante la razón humana, un mundo donde habita uno de los seres más maravillosos y poderosos que pudo haber pisado la tierra... un ser tan perfecto que es capaz de unir la fragilidad humana con la ferocidad de un animal... un ser capaz de caminar sobre dos pies como cualq
— ¡¿QUEEE?! pero ¿por qué debo asistir a esa dichosa reunión? — Anette hizo un adorable puchero mientras su madre le cepillaba el cabello, llevaban horas discutiendo por lo mismo: la joven renuo no deseaba asistir a la ceremonia de bienvenida que se organizó para el gran alfa. ¿Qué sentido tenía?, ¡ella ni siquiera tenía alguna habilidad de lobos como para decir que su lugar estaba en esa reunión, ella era una simple humana sin habilidades.— Porque eres mi hija y eso te convierte en parte de una manada... manada que debe rendir homenaje al gran alfa... sino vas sería un insulto... yo no puedo ir porque soy una heredera destituida, sería una vergüenza para mí clan — explico con tristeza, desde que había elegido unirse a un humano toda su manada le había dado la espalda, le habían arrebatado su título de heredera a pesar de ser la alfa más fuerte, en la línea de sucesión para liderar su manada.Ella había elegido el amor sobre cualquier riqueza, sobre cualquier poder pero al final qued
Estaba ansiosa por conocer al que sería su esposo... Arthur Standerwod era un nombre bastante sonado en la reservar... rodeado de misterio e incertidumbre, hace al menos unos 10 años que el joven heredero no ponía un pie en la reserva de los lobos y ahora por fin regresaría a tomar su lugar; lo que provocaba la ansiedad y curiosidad en todos los presentes.Sobre todo para ella quien no dejaba de preguntarse ¿cómo sería su esposo?, estaba rodeada de lobos poderosos, capaces de aterrorizar a cualquiera; incluso ella misma era una loba fuerte pero ¿cómo sería el gran alfa?, ¿sería tan peligroso y mortal como todos aseguraban?; ¿Que le esperaría al elegir tener una vida junto a él?. ¡Tantas preguntas y tan pocas respuestas!.Algo extraño se apoderó de sus entrañas... en el instante en que él puso un pie en la mansión ella lo supo... supo que finalmente había llegado, había algo en el ambiente que gritaba peligro; que hacía que todos sus sentidos estuvieran alertas, como si esperara el ata
Suaves pasos, de pies arrastrados contra la superficie... ojos llenos de lágrimas que solo dejan una visión nublada y de pronto la sensación de caer al vacío que extrañamente deja una sensación de paz... paz que se obtiene al sujetar las frías manos de la muerte.«¡No!»El grito interno de su lobo lo hizo actuar por impulso... tomando su forma humana mientras se arrojaba al vacío para capturar la pequeña figura que caía hacia el acantilado... evitando así una muerte inminente...Lo observo... con los ojos más claros que había visto jamás... como si fuera la mirada de un ángel que ahora alimentaba su alma antes de caer finalmente en la inconsciencia...Apretó su agarre sobre el frágil cuerpo, mientras sentía como sus pies tocaban las peligrosas rocas de aquel acantilado, sintió las suaves gotas de agua salada chocar contra su piel al ser llevadas por el fuerte viento... y una indescriptible sensación de calma lo invadió, una calma que jamás en la vida había sentido.«Está a salvo»El a