La tensión en la sala era tal que parecía que el aire podría cortarse con un cuchillo, Isabella no dejaba de llorar y rogar a los pies del gran alfa mientras este parecía inmutable, como si sus facciones hubieran sido talladas en piedra y fuera incapaz de mostrar compasión por la muchacha suplicante.
— Dime Isabella... — se agachó para ponerse al nivel de la chica, una de sus grandes manos se sumergió entre los rubios cabellos de esta, obligando a la mujer a qué lo mirara a los ojos — dime qué oculta tu corazón... ¿qué ocultas? — sus ojos dorados se encontraron con la mirada clara de Isabella quien, horrorizada; se perdió en la profundidad de esos ojos dorados que parecían querer arrastrarla a lo profundo de un abismo. — No permitiré tal humillación hacia mi hija — intervino Rein, dando un paso al frente, deseando detener toda esa humillación a la que estaba siendo sometida su hija y su clan. — Pero si puedes permitir que otra mujer sea denigrada bajo calumnias — Humbert le hizo frente a su compañero, demostrando gran determinación al interponerse frente a Rein — Si tu hija ha levantado faltó testimonios debe ser castigada. Está manchando el honor de una mujer ¡y no cualquier mujer!, sino la elegida por el gran alfa. Rein trago grueso, viéndose obligado a retroceder ante la intervención del mayor, sabía que Humbert era uno de los lobos más poderosos en la reserva y aunque su enemistad no era un secreto; no estaba en posición de enfrentarlo en ese momento. — HABLA — ordenó Arthur su voz distorsiona al estar combinada con la feroz voz de su lobo. — Sergio se llevó a Anette por orden mía, no puedo soportar que una renegada como ella se interponga en mi camino — comenzó a hablar, sin poder resistirse a la orden impuesta por el alfa supremo — Sergio hará lo que yo le ordene, hace unas lunas descubrimos que somos parejas predestinadas. Él es mi alfa y yo soy su luna, comenzamos un romance secreto porque yo no quería perder mi posición como elegida para casarme con usted. ¡Todo iba bien!, de no ser por la estúpida renuo... Le ordene a Sergio que la sacará de mi camino, incluso si tenía que matarla. Él la desea... desde que entro en madures reproductiva se ha sentido atraído por ella. Y no es el único, solo estaban esperando que se entregará a algún alfa para poder tocarla... El silencio en la sala se volvió sepulcral, las respiraciones pesadas se escuchaban con demasiada claridad, Arthur soltó su agarre sobre la mujer; poniéndose de pie. — Isabella Wolfe, serás denigrada al menor rango dentro de tu manada. Sergio Darkthorn queda destituido de su lugar como alfa y heredero de la manada Noche eterna, su castigo será aquel que Anette Sinclair decida para él — se giró hacia el padre de Sergio, mirándolo con odio — Azrael Darkthorn, por la deshonra de tu sangre, quedas destituido como parte del concejo real. Tu familia será denigrada por 100 años a no poseer el liderazgo de la manada. El concejo se reunirá para elegir al nuevo alfa y consejero de entre las familias que conformar tu manada. Nadie se atrevía a hablar o siquiera a hacer algún movimiento por miedo a la reacción que pudiera tener su líder — organicen una cuadrilla para buscar al muchacho, traten sus heridas y cuando esté recuperado tráiganlo ante Anette. Ella decidirá su destino. Sus pasos una vez más se dirigieron hacia Isabella — has manchado el honor de tu clan, de tu gente... has traicionado a tu líder e insultando el lugar que los ancianos te habían otorgado como posible gran luna, el precio a pagar debiera ser tu vida — la sujeto por el cuello, levantándola del suelo; de inmediato la mujer llevo sus manos al agarre sobre su cuello, sintiendo como el aire comenzaba a faltarle — has insultado años de tradición, la loba de pelaje blanco debería ser un símbolo de paz, de unión y respeto... tu solo has manchado el título que se te fue otorgado desde tu nacimiento, mentiste, tramaste en contra de una verdadera elegida y como si fuera poco intentaste ocupar su lugar. De la garganta de Isabella escapaban sonidos escalofriantes, sabían que de seguir así el gran alfa terminaría matándola allí mismo; miembros de la manada de Arthur se vieron obligados a sostener a Rein para evitar que acudiera al socorro de su heredera. Los ojos de Arthur estaban inyectados de sangre y el aura de muerte en la habitación sepultaba la voluntad de cualquiera que pensara siquiera en ir contra su líder. — ¡Arthur!, ¡basta! — se escuchó de pronto una voz femenina, seguida de pasos apresurados. En cuestión de segundos la chica de cabello azul ya estás de pie junto al gran alfa con su mano colocada sobre el brazo del hombre quien enseguida clavo sus ojos en ella — basta Arthur... suéltala, no vale la pena — una guerra de miradas comenzó, dorado contra azul; una guerra de voluntades que podría terminar muy mal. — Anette — él pronunció su nombre entre sorprendido y aliviado, aunque no podía evitar preguntarse ¿qué hacía ella ahí?. — Arthur, basta — la voz de Anette sonaba demandante, su agarre sobre el brazo masculino aumento, Arthur bajo la mirada a la vez que soltaba su agarre sobre el cuello de Isabella, quien cayó al suelo con un golpe sordo mientras jadeaba por aire — no vale la pena comenzar una guerra. Conservemos la paz. La tensión en el cuerpo de Arthur disminuyo de inmediato, el aura abrumadora en la habitación fue sustituida por un inexplicable sensación de calma; como si la simple presencia de la recién llegada fuera suficiente para calmar los ánimos y la tensión que se había apoderado de cada uno de los presentes. Humbert sonrió al notar este cambio, lanzando una mirada de superioridad hacia Rein. Anette había logrado en segundos producir un cambio abismal en el ánimo asesino del gran alfa; transmitiendo paz a cada uno de los presentes, como si su presencia fuera el bálsamo tranquilizador que se necesitaba para mantener el equilibrio en el lugar. — Nada de locuras — hablo la muchacha, acariciando la mejillas del hombre de pie frente a ella, Arthur cerro los ojos; disfrutando de esa caricia — Ragnar... Arthur.— llamo, intentando tranquilizar tanto al hombre como a la bestia en su interior. — Nada de locuras — repitió el muchacho, mientras su lobo interno entraba en un estado de reposo absoluto, sus ojos volvieron al gris ya conocido y todo sentimiento negativo abandonó su ser de inmediato. Darlan y Aurora chocaron sus manos como celebración, no se habían equivocado en su elección de traer a Anette, evitando así una posible matanza que marcaría el comienzo de la decadencia del mundo tal cual lo conocían. Por ahora podían respirar tranquilos. Por ahora...Arthur se aferraba a Anette como si esta fuera su tabla salvavidas y de cierta forma así era, Anette era el hilo invisible que lo ataba a la cordura, la necesitaba como al aire que respiraba, ¿Cómo todo lo que era y todo lo que conocía dependía únicamente a un ser tan frágil como ella?, ¿cómo el equilibrio de todo un mundo podía reposar sobre las delicadas manos de una mujer?Anette acariciaba el cabello de Arthur con delicadeza, sentía como si de pronto los papeles se hubieran intercambiado y ella fuera el ser más poderoso del mundo mientras Arthur no era más que el niño asustado que necesitaba ser protegido a toda costa, Arthur se aferraba a ella como alguien que nunca tuvo nada y de pronto se le da todo a manos llenas, como si fuera ese tesoro buscado en los confines más recónditos del mundo.— Todo estará bien — aseguro la muchacha con voz calada, sin dejar de acariciar el cabello de Arthur, quien la abrazaba por el torso y tenía la cabeza recostada de su pecho, se había instalado
No podía negar que la conversación con Humbert Sinclair la había perturbado, sembrando en ella un cumulo de preguntas que no las cuales no sabía si lograría encontrar repuesta en algún omento. Observo esa alianza que su abuelo le habían entregado, la observo a detalle mientras se preguntaba ¿Dónde estaría la otra?, ese tipo de alianzas siempre venían en par.Respiro profundo mientras se colocaba el anillo en su dedo anular de la mano izquierda, sintió como este se ajustaba a su dedo y sonrió de forma casi involuntaria, después de ser rechazada durante toda su vida ahora portaba el símbolo del clan Sinclair como su heredera. Que irónico como cambiaban las cosas, hace tan solo unas horas ella era la escoria de los lobos mientras Isabella era la gran heredera con un futuro brillante… ahora los papeles se habían invertido, dejándola a ella mismo en la cima del poder y a su contraria en la completa humillación, no se alegraba por ello, ¡por supuesto que no!; jamás se alegraría de la desgra
Luz y oscuridad... admiración y odio... dos caras de una misma moneda...¿Cómo podían existir en el mundo dos personas que fueran exactamente lo contrario de la otra?... ¿cómo alguien podía brillar en la cima mientras su par se hundía en el sub suelo?...Preguntas aparentemente muy fáciles de responder o bueno, depende del cristal con que se mire...Isabella Wolfe se sentía caminando sobre nubes de algodón, desde que tenía memoria le habían asegurado que su futuro sería brillante... era la única loba de pelaje claro entre miles de lobos distribuidos en 7 grandes manadas ¿cómo no sentirse especial?. ¡Todos decían que su destino había sido bendecido desde el momento en que nació!...Y ella así lo creía... era una mujer hermosa, con grandes ojos verdes y cabello tan claro que casi parecía blanco... todos la admiraban por su belleza y su inteligencia; todos se habían dedicado a poner el mundo a sus pies, educandola para ser la gran luna que debía ser, esposa de un alfa entre alfas... ¿cóm
Nos empeñamos en pensar que vivimos en un mundo donde las cosas son blancas o negras, dónde habita la luz y la oscuridad esforzándose por mantener un perfecto equilibrio... pero ¿qué tal si nos detenemos a pensar en lo que existe más allá de nuestra absoluta comprensión? ¿Qué pasa si entendemos que existe una luz capaz de cegar nuestros sentidos y que existe una oscuridad capaz de hacernos ver aquello que jamás imaginamos que tendríamos frente a nuestros ojos?.¿Qué pasa si abrimos nuestra mente para creer en lo imposible?, quizás, solo así; podamos encontrarnos con un mundo tan sorprendente que es capaz de superar cualquier partícula de imaginación y todo lo que está pudiera crear...En ese mundo que parece inexistente ante la razón humana, un mundo donde habita uno de los seres más maravillosos y poderosos que pudo haber pisado la tierra... un ser tan perfecto que es capaz de unir la fragilidad humana con la ferocidad de un animal... un ser capaz de caminar sobre dos pies como cualq
— ¡¿QUEEE?! pero ¿por qué debo asistir a esa dichosa reunión? — Anette hizo un adorable puchero mientras su madre le cepillaba el cabello, llevaban horas discutiendo por lo mismo: la joven renuo no deseaba asistir a la ceremonia de bienvenida que se organizó para el gran alfa. ¿Qué sentido tenía?, ¡ella ni siquiera tenía alguna habilidad de lobos como para decir que su lugar estaba en esa reunión, ella era una simple humana sin habilidades.— Porque eres mi hija y eso te convierte en parte de una manada... manada que debe rendir homenaje al gran alfa... sino vas sería un insulto... yo no puedo ir porque soy una heredera destituida, sería una vergüenza para mí clan — explico con tristeza, desde que había elegido unirse a un humano toda su manada le había dado la espalda, le habían arrebatado su título de heredera a pesar de ser la alfa más fuerte, en la línea de sucesión para liderar su manada.Ella había elegido el amor sobre cualquier riqueza, sobre cualquier poder pero al final qued
Estaba ansiosa por conocer al que sería su esposo... Arthur Standerwod era un nombre bastante sonado en la reservar... rodeado de misterio e incertidumbre, hace al menos unos 10 años que el joven heredero no ponía un pie en la reserva de los lobos y ahora por fin regresaría a tomar su lugar; lo que provocaba la ansiedad y curiosidad en todos los presentes.Sobre todo para ella quien no dejaba de preguntarse ¿cómo sería su esposo?, estaba rodeada de lobos poderosos, capaces de aterrorizar a cualquiera; incluso ella misma era una loba fuerte pero ¿cómo sería el gran alfa?, ¿sería tan peligroso y mortal como todos aseguraban?; ¿Que le esperaría al elegir tener una vida junto a él?. ¡Tantas preguntas y tan pocas respuestas!.Algo extraño se apoderó de sus entrañas... en el instante en que él puso un pie en la mansión ella lo supo... supo que finalmente había llegado, había algo en el ambiente que gritaba peligro; que hacía que todos sus sentidos estuvieran alertas, como si esperara el ata
Suaves pasos, de pies arrastrados contra la superficie... ojos llenos de lágrimas que solo dejan una visión nublada y de pronto la sensación de caer al vacío que extrañamente deja una sensación de paz... paz que se obtiene al sujetar las frías manos de la muerte.«¡No!»El grito interno de su lobo lo hizo actuar por impulso... tomando su forma humana mientras se arrojaba al vacío para capturar la pequeña figura que caía hacia el acantilado... evitando así una muerte inminente...Lo observo... con los ojos más claros que había visto jamás... como si fuera la mirada de un ángel que ahora alimentaba su alma antes de caer finalmente en la inconsciencia...Apretó su agarre sobre el frágil cuerpo, mientras sentía como sus pies tocaban las peligrosas rocas de aquel acantilado, sintió las suaves gotas de agua salada chocar contra su piel al ser llevadas por el fuerte viento... y una indescriptible sensación de calma lo invadió, una calma que jamás en la vida había sentido.«Está a salvo»El a
Abrió sus ojos... encontrándose con el inmaculado techo en color blanco, su cuerpo se sentía flotando sobre nubes de algodón... una sensación tan extraña para ella... ¿dónde estaba?, ¿qué había pasado?.— Por fin has despertado — escucho una voz gruesa que provocó que su corazón se contrajera de forma dolorosa, se sentó de inmediato, apoyándose de la cabecera de la cama abrazándose los rodillas mientras finas lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas, presa del pánico. ¿Dónde estaba y quién era él?; ¿Por qué la había traído a este lugar? ¿qué quería de ella?.— Por favor no — rogó... ella lo sabía, sabía que ese hombre frente a ella era un alfa... su cuerpo temblaba, invadido por el miedo a tal punto que podía sentir los latidos de su corazón haciendo eco en sus oídos — ya no más, por favor... — rogó con voz tan quebrada que Arthur sintió que algo dentro de él se hacía pedazos.— Tranquila... no te haré daño — extendió su mano hacia ella, con la intensión de tocarla se detuvo al ver