Otro largo mes había pasado. Dana había aguantado estoicamente los dolorosos tratamientos a los que la habían sometido para ayudarla a recuperar la movilidad. Ahora podía ponerse de pie y daba algunos pasos aunque con bastante dificultad. El último tramo del tratamiento lo haría de manera ambulatoria, sabía que pronto podría moverse nuevamente con normalidad.
Sofía tenía ya todos los papeles listos para llevar a su hermana a casa. Ella era todo lo que le quedaba a Dana, ningún miembro de su familia había tenido el más mínimo interés en conocer el estado en el que se encontraba. Matt, quién era su prometido hasta hace dos meses ahora era el novio de Mariana. Toda la situación era terriblemente bizarra y le costaba, a una sencilla Sofía, entender el nivel de maldad que esas personas estaban manejando.
_ Vamos amiga, ya tengo todo lo necesario listo _ habló Sofía risueña.
_ Vamos, ya no quiero estar un minuto más en este lugar _ emitía una feliz Dana que por fin vería nuevamente la luz.
Las dos se encaminaron hacia la salida del hospital guiadas por un enfermero que pilotaba la silla de ruedas en la que Dana estaba sentada.
El departamento de Sofía era acogedor. Tenía dos habitaciones un baño y una cocina comedor. Era lo suficientemente grande como para que las dos se sintieran cómodas. Por el momento aún trabajaba con su hermano en su agencia de publicidad, pero estaba segura de que en cuanto él supiera que ella le daba cobijo a Dana la dejaría en la calle. Por ese motivo ya se encontraba buscando nuevas opciones.
Al arribar al edificio ingresaron felices. Dana intentaba superar todos los malos recuerdos que quedaban en su cabeza y su corazón. Todo lo ocurrido era sumamente traumático, ella seguía sin poder comprender qué es lo que había pasado. Cómo era posible que su familia le diera de espaldas de esa manera ¿Su hermana la acuso de semejante atrocidad? ¿Por qué su novio la había traicionado nada más y nada menos que con su hermana? Nada tenía lógica. Todo era una locura.
_ Vamos Dana, es hora de que comencemos a mirar hacia el futuro. Ya estamos en casa y desde ahora en adelante solo nos tenemos la una a la otra. No hay nadie más _ las palabras de Sofía parecían ser duras, pero eran la cruel realidad de las dos. Ya que sus familias le habían dado la espalda.
_ Tranquila mi Sofi, todo esto no es más que una pesadilla de la que pronto despertaremos. Todos los que ahora nos han dado la espalda son personas que no necesitamos en nuestras vidas. _ aseguró con firmeza levantando la barbilla. Ella sabía que el futuro era incierto y hasta cierto punto bastante difícil, pero no se iba a dejar vencer.
Había sobrevivido a un terrible accidente. Todos pensaron que moriría y dos meses después, a pesar del dolor y las dificultades, se encontraba de pie.
Estaban tranquilas mirando un programa de televisión cuando el sonido de la puerta las sobresaltó. Ellas no esperaban a nadie y la verdad es que no creían que nadie quisiera ir a verlas. Sofía fue con calma a abrir y al hacerlo se llevó la sorpresa de su vida.
_ ¡Abuela Clara! _ gritó con entusiasmo _ que alegría verte _ dijo para luego darle un gran abrazo de oso.
_ Mi niña, claro que vendría yo no podría dejar a mis dos hermosas nietas desamparadas _ hablo dulcemente la mujer acariciando con amor la mejilla de la joven.
_ ¡Dana mi niña! _ entró llorando a abrazar a su amada nieta. No podía creer en el estado en el que se encontraba.
_ ¡Abuela! _ lloraba emocionada la niña _ no sabes la felicidad que siento al verte _ se aferraba al cuerpo de la mayor como si fuera su tabla de salvación en medio del océano.
_ Mi pequeña, perdona a la abuela por no venir antes. Pero… _ comenzó a decir con temblor en la voz _ yo no sabía, recién me entero de lo que te ha pasado…tus padres jamás me avisaron _ esto lo decía con bastante molestia _ si no hubiera sido por Ana el ama de llaves nunca lo habría sabido.
La abuela Clara era la abuela materna de Dana, y adoraba a su nieta como ningún otro miembro de la familia lo hacía. En cuanto supo lo que había ocurrido voló para estar junto a su amada niña, quien siempre había sido desplazada por su hermana menor.
_ No sabes lo feliz que me hace verte abuela, yo…no quiero saber nada más de mis padres o mi hermana. He decidido ser una Robinson de ahora en adelante _ dijo con la frente en alto. Ella era una joven luchadora y fuerte. Su carácter y temperamento eran dominantes y por nada del mundo se dejaría vencer.
La abuela Clara se instaló en el departamento con ellas. De ahora en adelante serían una familia de tres. La mujer no iba a perdonar nunca a su hija lo que le estaba haciendo a Dana. Ni los animales actuaban de esa manera con una cría. La traición de la que estaba siendo objeto su preciada nieta no podía pasarla por alto.
Un mes más tarde ya Dana se podía mover con total normalidad. Ahora ella debía comenzar a reconstruir su vida. Tenía que conseguir un trabajo, ya que ella era la administradora de la empresa de publicidad de Mateo, a la que había ayudado a salir de la quiebra en la que el difunto padre de este la había dejado. La tenacidad y la inteligencia de la mujer habían conseguido sacar adelante esa empresa en ruinas. Ahora era una de las más importantes del país que peleaba por los mejores contratos.
Mateo era el CEO, pero Dana era la cabeza detrás de todo lo que se planteaba. Bien se dice que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. En este caso ella era todo.
_ Sofía… ¿qué te ocurre? _ preguntó Dana al verla ingresar molesta al lugar.
_ Hay amiga, creo que nos llueve sobre mojado. Lo que tanto temía se ha hecho realidad y mi hermano me ha dejado sin trabajo. Sabes que el retrógrado de mi papá le dejó todo a él y bueno…ahora estamos las dos desempleadas _ las lágrimas corrían sin parar por los ojos de la hermosa joven. Sentía tanto dolor en su corazón, no podía entender en el monstruo que se había convertido su hermano aun sabiendo que ella también debería de haber tenido derechos sobre todo, ya que ella también es una Scott. Pero parece que a su hermano todo eso lo tiene sin cuidado y no piensa compartir nada con ella. Después de todo lo que ambas niñas trabajaron se quedaron sin nada.
_ Tranquilas mis niñas, ya pronto el sol saldrá nuevamente y será mucho más brillante de lo que es en la actualidad. Solo deben confiar.
La abuela intentaba reconfortarlas, lograr calentar sus adoloridos corazoncitos que aun sangraban por la herida.
_ Lo se abuela, pero…duele, duele mucho todo lo que está pasando _ ellas se abrazaban y se daban apoyo mutuo. Les parecía que esa pesadilla sería interminable realmente.
_ Lo sé pequeña, pero son cosas que hay que vivir para que seas aún más fuete de lo que ya eres. Tratemos de transitar este camino lo más enteras que podamos, sabiendo que nos tenemos unas a las otras. La abuela nunca las dejará solas _ dijo finalmente la anciana dejando un beso en la frente de cada una.
Ellas se miraron y sonrieron un pequeño calorcito había llegado a su corazón que si bien no alcanzaba a quitar el dolor, por lo menos lo amainaba un poco.
La noche estaba llegando y las tres mujeres miraban una serie comiendo palomitas cuando el celular de Sofía comenzó a vibrar. Era una melodía que no oía hace tiempo, pero que era muy conocida por ella. Las dos se miraron intrigadas. Al abrir el mensaje pudieron comprobar que ese día había una competencia, una de esas que a ellas tanto les gustaba y con una complicidad cósmica se pusieron de pie.
_ Abuela nosotras saldremos un momento _ dijo Dana mirando a la mayor mientras que se colocaba un abrigo ya que la noche estaba fresca.
_ A no mi niña, si se van a ir a una de sus carreras me llevan con ustedes. Estoy ansiosa por sentir esa adrenalina correr por mis venas _ afirmaba la mujer con los ojos brillantes de la emoción dejando a las dos muchachas con los ojos muy abiertos.
_ ¿Tu como sabes? _ fue la pregunta que hicieron ambas al unísono.
_ La abuela lo sabe todo pequeña, no te preocupes que este será siempre un secreto entre nosotras.
Sin decir mucho más las tres mujeres se dirigieron al lugar acordado.
Las carreras clandestinas eran una de las más grandes pasiones de Dana. Ella disfrutaba de la velocidad y de la manera en la que sentía cuando corría a más de 200 km por hora. Su auto estaba destruido por lo que ese día no podría correr, pero si podía disfrutar del espectáculo.
Las tres mujeres se encontraban en una esquina observando atentamente como todo sucedía a su alrededor. Los hermosos autos modificados para correr a gran velocidad se encontraban en la línea de largada. Todo estaba perfectamente arreglado para la gran competencia._ ¡Dana! _ gritó una mujer de unos 30 años, mientras se acercaba a ella con una sonrisa_ es bueno volver a verte después de tanto tiempo _ agregó mientras abrazaba cálidamente a la joven._ ¿No corres? _ preguntó mirando a su alrededor como buscando algo o a alguien._ No Monique, me quedé sin auto…ya no puedo correr _ contestó bastante melancólica, en ese momento le vendría tan bien descargar un poco de su dolor en la pista._ ¡Oh!... ¡Qué casualidad!... _ dijo la mujer sonriente evidentemente feliz, lo que dejó desconcertadas a las otras tres_ tú necesitas un auto y yo un piloto _ agregó feliz sacando de dudas a sus interlocutoras._ ¿Es un chiste? _ preguntó una asombrada Dana que se había desacostumbrado a recibir algún
Mientras ellas hablaban felices y festejaban el triunfo una mujer caminaba furiosa con un gran bastón en la mano dispuesta a golpear algo o a alguien con él.Dana estaba bastante distraída por lo que no se percató de ese peligroso acercamiento. La mujer venía con una clara intención, de repente se escuchó un estruendo…los cristales del parabrisas estaban esparcidos por el suelo, la furibunda mujer había roto todo._ Maldita…esa carrera era mía…yo tenía que ganarla _ despotricaba contra una victoriosa Dana que la observaba desconcertada._ ¿Qué te ocurre Sirena? _ gritó ahora Monique _ la carrera la ganó limpiamente Dana, no tienes derecho a decir nada cuando casi la estrellas contra un poste __ ¡No lo acepto! Yo debía ganar, nunca debiste dejar que esta corriera…yo soy la mejor _ tras estas palabras intentó volver a golpear el auto, pero fue detenida por un hombre corpulento que la redujo con mucha facilidad._ ¡Idiota! _ le grito Monique ahora al hombre _ ¿Dónde te habías metido? Pu
Mariana comenzó a llorar de forma más estridente, debía dejar claro que ella era la víctima y su hermana la malvada. Dana no había dicho nada aún y eso molestaba más a Matt que pensaba que era aún más cruel de lo que la dulce Mari le había dicho. Se preguntaba como alguna vez sintió amor por una mujer así._ ¡Dana, no puedes ser tan cruel! _ vociferó Matt enfurecido _ tu hermana ha sufrido tanto por tu culpa y aun así ¿te atreves a ignorarla? _ Las pupilas del hombre estaban completamente dilatadas por la furia, tenía el impulso de tomar a Dana por el cuello y apretar hasta que no ingresara el más mínimo hilo de aire._ Está bien Matt, es mi culpa, nunca debía de acercarme _ Mariana había tomado a Matt del brazo para lograr calmarlo _ Yo solo quería verte y dar un beso a la abuela Clara, perdóname por querer estar con mi hermana y mi abuela, perdón, nunca más me presentaré ante ti Dana lo siento tanto…_ no dejaba de llorar y ser lamentable, ocasionando que todos los presentes sintiera
El sol había salido ya por el horizonte y sus rayos iluminaban todo a su alrededor. Matt habría los ojos y un fuerte dolor de cabeza lo invadió en el acto. La noche anterior había bebido demasiado y ahora ese desarreglo le estaba pasando factura. Un quejido se escapó de sus labios y en un acto reflejo se tomó la cabeza._ Mmm ¿Cómo duele? _ escuchó sorprendido y espantado una voz a sus espaldas y se volteó para ver quién era la mujer dueña de esa voz._ ¿Mariana? _ fue todo lo que pudo decir, el horror había invadido su semblante en ese momento._ Matt…yo…no se bien que pasó _ comenzó a decir pareciendo lamentable _ no estás comprometido a nada, quiero que te quedes tranquilo, no estás obligado a responder por lo que ha pasado _ agregó para luego intentar ponerse de pie, algo que le costó demasiado. Con una sábana tapó su magullado cuerpo y se fue, visiblemente llorando al baño.En la cama, como una flor hermosa, se podía ver la roja mancha prueba de la pureza perdida por parte de la
Mientras que tres mujeres buscaban un lugar donde hospedarse y cavilaban en su mente sobre las opciones que tendría, un hombre miraba por la ventana de una lujosa oficina ubicada en el piso más alto del edificio más lujoso de toda Ciudad del Mar. Sus azules ojos como el mar profundo estudiaban todo a su alrededor. Desde esa altura las personas eran como hormigas que iban y venían. Tenía un vaso de whisky en la mano, concentrado en el devenir de su pensamiento. El dinero y el poder era lo único que le interesaba, su vida se basaba en hacer negocios y obtener grandes ganancias, tanto así que era el hombre más rico del mundo según la revista Forbes.Automotrices Corpa era su mayor orgullo y su primera creación. La familia Corpa tenía prestigio y abolengo en todo el territorio. Él era el primogénito y favorito para heredar las empresas, y también para convertirse en el jefe de la familia, por lo tanto, su palabra era la ley. Solo una cosa tuvo que hacer para poder heredar, no era mucho, u
Vincenzo estaba impaciente, sentía que necesitaba contactarse con esta mujer que era, a su criterio, quién mejor podía representar a su nueva escudería. Él necesitaba a la mejor, ya que perder no era una opción y estaba seguro de que ella lo haría.Mientras que Andrés, su asistente realizaba las llamadas necesarias, la puerta de la oficina fue abierta de manera brusca dando un fuerte golpe sobre la pared del otro lado.La violencia de tal acto sobresaltó a los dos hombres que observaron consternados. En la puerta Anahí miraba a los dos con una sonrisa falsa en los labios._ ¡Vin! Mi amor _ gritó con su voz terriblemente chillona _ me he cansado de llamarte y no atiendes mi llamada _ agregó acercándose a él y colgándose de su brazo._ Mi nombre es Vincenzo, no Vin y te prohíbo que me llames de esa manera _ dijo el hombre sumamente molesto por la irrupción de su esposa._ Lo siento señor Corpa _ dijo ella con un puchero en los labios _ yo solo quería verte…te he extrañado muchísimo esto
Con pasos apresurados caminaban Dana y Sofía hacia el lugar de la reunión. Ellas conocían solo de nombre al señor Corpa, sabían que era muy despiadado en los negocios, también muy apuesto, según las fotos de la prensa, pero eso era lo de menos. Ahora tenían que enfrentar una negociación con un tiburón y ellas era unos simples arenques que serían fácilmente devorados si no tenían cuidado.Al entrar al lugar observaron para todos lados, hasta que fueron guiadas al salón privado donde las esperaban. Eran dos hombres. Pero lo que más las sorprendió es que las fotos no le hacían justicia a Vincenzo, era aún más hermoso y destacable de lo que hubieran imaginado._ Si me gustaran los hombres me le tiraba encima _ bromeó Sofía dejando a Dana muda por ese comentario._ Sofi es casado _ contestó Dana entre dientes mientras se acercaban a los dos hombres._ Buenas tardes _ dijeron ambas al llegar junto a ellos.Vincenzo levantó la vista y observó a Dana directo a los ojos. Estaba realmente cauti
Dana contó cómo habían ocurrido los hechos. Ella no entendía el por qué pero sentía la necesidad de confiar en ese hombre de mirada impasible.El relato fue extenso y pormenorizado y por alguna razón incluyó todo lo que había tenido que vivir después de ese incidente.Vincenzo no hizo ningún gesto, ninguna expresión se dejó ver en su rostro. Su lenguaje corporal se mantenía sereno, pero por dentro era un volcán en erupción. Él la había visto correr durante horas, era evidente que si hubiera querido lastimar a su hermana de manera intencional lo hubiera hecho de otra manera.Él había visto las imágenes que circularon en redes. Las estudio minuciosamente, cuadro por cuadro, con la paciencia que solo él poseía y confirmó, para su mayor felicidad, que ella intentaba controlar un auto que estaba evidentemente dañado. Algún desperfecto había ocasionado todo la situación escabrosa y se encargaría de saber qué era lo que había ocurrido._ Bien, esto que me cuentas es muy grave _ dijo con la m