— Pero al final no dijiste nada de que estabas casado, porque hasta ahora es todo un misterio para tu familia.
—Si, es que el trabajo me ha tenido muy absorbido, y con el fastidio del abuelo con que quiere que me case para dejarme la empresa en su totalidad no he tenido cabeza para nada.—¿En serio no quieres ir a la boda de tu hermano?—Realmente, no, ella es toda una oportunista, como supo que conmigo no iba a obtener lo que quería fue por otro pez gordo.— ¿Y que quería ella?— Dinero, y no estaba dispuesto a que tomara un centavo de la empresa, asi que tenía que firmar un acuerdo pre nupcial y separar nuestros bienes. Se volvió como loca cuando le dije que tenía que firmar eso y me salió que el embarazo no era mío y se fue con mi hermano, ella no lo ama, lo que ama es el dinero.— ¿Y tú hermano no le va hacer firmar ese acuerdo?— No, el cuenta con que será el ejecutivo general y le dará todos los lujos que ella quiera.—Pero... ¿Yo firme eso?... Bueno no se, la verdad es que leí absolutamente nada de esos papeles que pensaba era mi nuevo contrato.— No, no Mande a redactarlo, es que contigo me vuelvo un pendejo, no sé que me pasa cuando te veo. Pero se que no eres de esas mujeres interesadas en el dinero. Y ya dejemos de hablar de ellos, dime algo ¿A dónde te gustaría ir de luna de miel?— le dijo moviendo sus cejas seductoramente.—Yo... Mmm, no sé la verdad nunca he salido del país.—¿De verdad? ¿Nunca?Eros la abrazo y se dispuso a salir de la oficina con ella tomada de manos entrelazadas, ya era hora de ir a casa.— Bueno, espero que nuestra luna de miel sea inolvidable.Entraron al elevador y el la abrazo por la cintura y le dió un beso en la sien.—¿En qué estás pensando?— le dijo Eros cuando la vio pensativa— En todo, yo nunca pence que iba a terminar casada y menos así, de la noche a la mañana, ¿Cómo le explicó a mi familia?—No te preocupes yo me encargo de eso. Ahora te voy a llevar a tu casa, pero a partir de mañana vivirás conmigo.¿Que? No, no podía hablar en serio, si no se conocían, no podía negar que sus cuerpos si que se conocían pero ¿Vivir juntos? ¿Era necesario?— Pero... Yo no... Pero...— no podía articular palabra estaba nerviosa, sentía que era una locura lo que estaba viviendo. — creo que sería mejor esperar un poco más ¿no?— Si, creo que sí.— No lo tomes a mal, pero es un poco precipitado, tengo que dicerle a Ale que me iré a vivir con mi esposo y eso me hará explotar la cabeza—Ale..— murmuró Eros —¿Quien es?No quería sonar celoso, pero a la m****a, sentía celos de quién fuera, ¿ Acaso era algún hombre? No, ella había dicho que no tenía pareja, pero igual eso no quería decir que no tuviera amigos y viviera con un hombre, de ser asi con más razón tenía que llevársela con el.Suficiente había tenido que estar separado de ella cuando supo que lo que sentía por ella no era solo mera atracción.Barbara sonrió, ¿Acaso estaba celoso? Porque ese tono le sonó a eso, celos.— Una persona increíble, cuando llegue a casa se podrán conocer.Fue lo único que le dijo ella, cosa que no le pareció muy bien a él, porque no le había dicho si era hombre o mujer, y por el bien de sus nervios prefería que fuese mujer, porque no toleraria tenerla lejos y saber que estaba viviendo con un hombre bajo el mismo techo y de paso que ese hombre no fuera el, lo tenía nervioso.¿Que demonios? Nunca se había sentido así con una mujer.El trayecto a la vivienda de Barbara era relativamente largo.—¿Cómo hiciste para llegar a tiempo? Es largo el camino a la empresa.— le pregunto él una vez el había apagado su carro y salieron del mismo para dirigirse al departamento de ella.Eros vio el edificio, era sencillo pero estaba realmente descuidado, se notaba que tenía Miles de cosas que arreglarles.—Madrugue, lo bueno es que el metro trabaja desde muy temprano.—¿Metro? No, no puedo dejar que vallas en metro a trabajar— No es para tanto, después de todo es lo que puedo costearme. — dijo mientras subían un par de pisos y llegaban a la puerta de un departamento — déjame y llamo a ver si está en casa, es que... Se me quedaron las llaves. — dijo muestras sacaba de su cartera su teléfono o bueno, el intento de teléfono que tenía.—¿Que es eso? — le pregunto él viendo la pantalla a la vez que señalaba su pequeño teléfono, estaba agrietada y unas rayas negras surcaban la pantalla.—Mi teléfono, terrible ¿no?— le dijo al tiempo que lo llevaba a su oreja y esperaba a que le contestara.¿En serio ese era su teléfono? Eso a duras penas se le veía la pantalla. Iba a decirle algo cuando la oyó hablando por ese aparato.— Hola cielo, ¿Estás en casa?— ¿Cielo? Eros giro su cabeza como la niña del exorcista al escucharla decir aquello. De verdad esperaba que no fuera un hombre el que vivía con ella porque sus instintos asesinos estaba saliendo a la luz. La escucho reír. — si se me quedaron las llaves, abrenos por favor.Y sin más guardo el tele... Ese aparato nuevamente en la cartera.Se escucharon unos pasos del otro lado y luego la puerta fue abierta mostrando a un hombre sin camisas con el cabello mojado y una toalla al rededor de su cuello.—Eres un sol,— le dijo Barbara saludandolo con un beso en la mejilla.El rostro de Eros estaba serio, ¿Ese era el tal Ale? Y le dió un beso a su mujer.No lo iba a permitir y frente a él menos.Abrazo a Barbara por la cintura y lo atrajo hacía el, muy macho alfa.—Hola, — le tendió la mano al extraño sinvergüenza que le sonreía con descaro ¿Porque sonreía? — soy Eros, el esposo de Barbara.El hombre se ahogo con su propia saliva—¿Estás bien? — Barbara intento hacercarse al él, pero su recién esposo se lo impidió.—Si, estoy bien, ¿Van a pasar o no? — le dijo abriendo más la puerta para que pasaran — con que esposo ¿Eh?El ambiente estaba un poco -bastante- incómodo, Eros realmente estaba marcando territorio con Barbara. Unos minutos después de entrar al diminuto departamento, Eros fulminó con la mirada a ese hombre que hasta ahora sabía que se llamaba Kevin, eso fue lo único que lo detuvo de arrancarle los ojos por ver a su esposa.Barbara había pedido que la disculpara un momento para buscar a Ale. No sin antes explicarle que estaba aquí de visita ya que el departamento era muy pequeño para uno más. Ale ¿Quien demonios era? ¿Otro hombre?.No, cálmate Eros—pensaba él— no saques conclusiones apresuradas, tu no eres impulsi... A la mierda, si soy impulsivo. Así que ahí estaban sentados en el sofá uno frente a otro. —Con que esposo de Barbara.— dijo Kevin con los brazos cruzados recostado del sofá.—Si, ¿Algún problema?—No se dímelo tu. Me parece realmente extraño, me resulta imposible que ella esté casada, de la noche a la mañana— dijo haciendo comillas con los dedos en la palabra casados— es que
Okey, lo admitía el café que le preparo Barbara estaba muy bueno, ni tan fuerte ni tal suave, ni muy dulce, para el era el punto exacto y lo mejor de todo era que no estaba preparado a máquina sino con un colador de tela. Era increíble su sabor, así que Barbara se llevó un pequeño termo para café a la oficina para cuando le provocara tomar café y darle un poco a él también, a demás de dos viandas de comida para su almuerzo, ella prefería comida casera, a demás no cocinaba nada mal.Habían llegado a las ocho de la mañana a la oficina, y ya Estefani la secretaria de Eros, estaba organizando su agenda. Cuando salió Eros del ascensor, Estefani se acercó a él para decirle lo que tenía pendiente para la mañana. —Buen día Señor Adams, la las nueve tiene una junta con los accionistas, luego de eso reunión con los marketing y a las doce...—Despeja mi hora de almuerzo. —¿Quiere que pida el almuerzo y se lo lleve a la oficina?—No.— le dijo de forma tajante y sigui de largo a su oficina.
Okey, lo admitía el café que le preparo Barbara estaba muy bueno, ni tan fuerte ni tal suave, ni muy dulce, para el era el punto exacto y lo mejor de todo era que no estaba preparado a máquina sino con un colador de tela. Era increíble su sabor, así que Barbara se llevó un pequeño termo para café a la oficina para cuando le provocara tomar café y darle un poco a él también, a demás de dos viandas de comida para su almuerzo, ella prefería comida casera, a demás no cocinaba nada mal.Habían llegado a las ocho de la mañana a la oficina, y ya Estefani la secretaria de Eros, estaba organizando su agenda. Cuando salió Eros del ascensor, Estefani se acercó a él para decirle lo que tenía pendiente para la mañana. —Buen día Señor Adams, la las nueve tiene una junta con los accionistas, luego de eso reunión con los marketing y a las doce...—Despeja mi hora de almuerzo. —¿Quiere que pida el almuerzo y se lo lleve a la oficina?—No.— le dijo de forma tajante y sigui de largo a su oficina.
Pasar la noche en el hospital era lo peor lo único bueno era que por su influencia pudo pedir una mejor habitación para su esposa, así que ahí estaba tratando de dormir en un sofá cerca de la ventana de la habitación.No era del todo incómodo pero no quería dejar sola a Barbara por mas que el doctor y las enfermeras le dijeron que estaba en buenas manos el no quiso dejarla sola. No tenía el número de su amiga Alejandra y de su novio Kevin, el telef... El aparato con tecnología obsoleta de Barbara estaba en la oficina, tenía que comprarle un Teléfono decente a su esposa, eso no podía ser llamado teléfono. Por dios era un aparato que en cualquier momento le podía explotar en las manos. Se sentó ya que no podía seguir en ese sofá, y se acercó a Barbara, estaba dormida, los medicamentos pronto dejarían de hacer su efecto y despertaría, o eso dijo el doctor. Te tomo la mano y le dió un leve apretón.— Haré lo que esté en mis manos para ayudarte, mi Barbie. Sintió un leve apretón por pa
Bostezo, y se estiró a sus anchas, hasta que sintió unas piernas unidas a las suyas. Era Barbara, estaba durmiendo plácidamente acurrucada a su pecho. ¿No esperaría a que ella se durmiera para luego dormir él en el sofá?, Solo basto estar al lado de ella para dormir largo y tendido, pero es que con ella era todo diferente. Se levantó con cuidado de no despertarla, y se dió cuenta que una enfermera estaba monitoreando los signos de ella en la máquina.—Buen día señor Adams.— dijo ella de forma coqueta. —¿Como estan mi esposa?— le pregunto de manera tajante, le daba igual si queria coquetear con el, en su mente solo estaba saber de su esposa. La enfermera se sintió apenada por el intento fallido de coquetear con él ¿En qué estaba pensando? Que estúpida se sentía. —Esta estable, lo más seguro es que el doctor le de el alta en breve. —Eso espero.—Con su permiso.Luego de que la enfermera saliera y cerrará la puerta tras ella, se dedicó a despertar a Barbara con besos repartidos en
Eros y Barbara habían pasado al antiguo departamento de ella para buscar sus pertenencias, no eran muchas, solo ropa, algo de maquillaje, unos tres pares de sandalias de tacones. Eros estaba impresionado, ¿Cómo una mujer podía estar con tan pocas cosas? Es que el había conocido a muchas mujeres que tenías mucho maquillaje, zapatos, ropas, accesorios y a ella solo le había visto un par de pendientes y una pulsera.—¿Esto es todo lo que tienes? —Si, yo... No he podido comprar muchas cosas para mí desde que me mudé con Kevin y Alejandra. — dijo un poco triste.— pero está bien, tampoco es como que saliera mucho, trabajaba de noche y dormía casi todo el día, así que no tenía tiempo para mucho.—Eres única, de verdad. — la abrazo y beso.— quiero saber más de ti, quiero conocerte.—Lo mismo digo señor Adams, quiero conocerte, saber todo de ti. Que hayamos hecho las cosas al revés no quiere decir que no podamos conocernos ahora.—¿Al revés?— preguntó sacando la maleta mientras Barbara cerra
Salieron del auto cuando llegaron a uno de los mejores restaurantes de la ciudad.Barbara estaba que entraba en pánico, ella no estaba vertida como para ir a un restaurante de ese calibre, era obligatorio una etiqueta para ese tipo de restaurantes. Se quedó pegada al suelo cuando se soltó de la mano de Eros.—¿Que sucede?— le pregunto él.—No voy a entrar ahí.—¿Porque? No entiendo. — Eros por todos los cielos ¿no ves como estoy vestida?—Aja, puedo notarlo ¿Que tiene que ver eso con que entremos al restaurante?—que no puedo entrar vestida asi— chilla, estaba realmente nerviosa e indignada ¿Cómo se le ocurría llevarla a un lugar tan lujoso sabiendo como estaba vestida?— me hubieras dicho a dónde veníamos y me hubiera puesto algo mejor.—Yo no voy a decirte que vas a vestir, es tu cuerpo, además lo que uses se te verá hermoso, me la duda si a los demás no les gusta como te vistes, con que me guste a mi está más que bien.—No... No me siento cómoda al entrar vestida así yo...— tocó s
Ya habían comido y solo estaban conversando sobre sus vidas, conociéndose.El le había contado que no tuvo una infancia traumática, tuvo siempre lo necesario a pesar de que siempre estuvo rodeado de lujos y dinero.Sus padres no querían que se convirtieran en unos egosentricos vanidoso. Les enseñaron a ganarse las cosas y trabajar para conseguir lo que quieren.Él era menor que su hermano, que su hermano siempre quiso estar a la cabeza de la empresa pero que su abuelo no lo veía con firmeza para esa responsabilidad, siempre se conseguía a mujeres que solo quería estar tras su dinero y su posición.—¿Y por qué tú? — dijo ella dando un sorbo a su segundo café — no es que tú no seas un buen empresario, y lo eres porque tu abuelo te quiere al frente, pero ¿Porque tú especificamente? Pudo ser cualquier otro familiar, tu padre incluso.— Es que desde joven preferí hacer las cosas por mi cuenta sin que me impusieran alguna orden, digamos que eso me hacía el rebelde de la familia, pero a mi