Estaba nerviosa, sus manos le sudaban, y el sentado a su lado no ayudaba a sus nervios, su sola presencia emanaba masculinidad, poder, sensualidad y sobre todo dominio, sentía que era un hombre dominante.
Y sabía que lo era, lo había comprobado esa noche en el club donde se entregó a el sin miramientos.Solo de recordarlo sentía que sus bragas se mojaron, apretó los muslos sintiendose un poco incomoda por estar pensando en esas cosas, quizá para el no era importante.Siempre lo veía sin falta los fines de semana en el club muy pocas veces entre semana, pero aún así, con esos pocos días que el frecuentaba habían Sido más que suficiente para quedar flechada ante esa mirada penetrante de ese hombre pelinegro, esos ojos grises como una tormenta la cautivaron desde el primer día que lo vio sentado en la barra.Eros observó cómo apretaba los muslos y lo nerviosa que estaba, no quería incomodarla, pero realmente se veía hermosa con ese vestido rojo y olía realmente bien, su perfume era suave como atalcado.Carraspeó y tomo una carpeta que había en la mesa.-He visto su currículum señorita Ross, ha echo algunos cursos pero no culmino la carrera de marketing. ¿Puedo saber por qué?- Si, bueno lo tuve que dejar por motivos personales, tuve que salir a trabajar y bueno, ya luego lo retomaría dónde lo deje. Se que no tengo experiencia laboral suficiente.- Veo que no coloco que trabajo en ese club. -su mirada estaba puesta en ella, en cada uno de sus gestos y movimientos.-Si, no lo creí conveniente, a demás no creo que para aplicar en el área de mantenimiento se requiera saber mucha experiencia.-¿Mantenimiento?-Si, envié mi currículum a esas compañía de mantenimiento que se encargan de asignarte una empresa para que trabajes.Si, el sabía perfectamente bien que empresa era esa, pero no sabía que ella había aplicado para mantenimiento, al momento de saber que estaba sin trabajo por culpa de él quiso remediar las cosas y mando a que le informaran cuando enviará su currículum en algúna compañía.Y así había Sido hasta el día anterior dónde su mano derecha le mando un currículum de ella diciendo que estaba buscando trabajo pero el. No le dijo mas, o talvez si, pero con la emoción de que todo iba como el quería no leyó más de lo que había en el correo.-Ya, claro, pero no vas a trabajar de mantenimiento.-Señor aquí está el capuchino y su té. ¿Algo más? - dijo Alicia entrando y colocando la bandeja en el escritorio, cosa que molesto grandemente al hombre-Si, que recuerdes que la puerta se toca antes de entrar, ¿o es que los modales los tienes donde?-L.lo si.siento señor, no fue mi intensión.Barbara vio como Alicia estaba echa un manojo de nervios, le dió lastima la pobre, así que, como si tuviera la mayor confianza del mundo puso su mano en el muslo de Eros con la intención de calmarlo, gesto que no pasó inadvertido por Alicia.-esta bien, creo que no lo volverá hacer ¿Verdad Alicia? Fue... Un simple error.-Si señor lo siento mucho, no volverá a ocurrir-salio de la oficina a pasos apresuradosLa mano de ella en su muslo lo puso duro, ninguna mujer con un simple toque lo había puesto así tan rápido.Ella se dió cuenta de lo que había hecho y quiso retirar su mano pero el se lo impidió, la tomo nuevamente y entrelazó sus dedos.Era extraño para él tenerla así, ya había pasado una semana desde que había estado con ella y sentía como si fue esa misma noche que estuvo con ella.Quería volver a estar con ella, pero temía que no quisiera, que pensara que se estaba aprovechando del momento, desde que la vio por primera vez en ese club y la vio en esa barra haciendo y sirviendo bebidas con tanta agilidad quedó cautivado por su belleza.Ella se veía diferente a las demás mujeres, era realmente sexi, de solo recordar lo que le hiso esa noche lo ponía cachondo, tenía unas ganas terrible de comérsela a besos y follarla en su escritorio y toda la oficina, que oliera a ella en cada rincón, ¡Demonios! la deseaba como un desquiciado.pero se tenía que controlar no quería parecer un sádico frente a ella, aunque le estaba contando mucho.—Lo siento — susurro de una manera tan suave que lo prendió aún más y no pudo evitarlo se acercó a ella la tomo de la nuca y la beso, un beso suave pero posesivo. y beso que ella correspondió fácilmente y un gemido salió de sus labios.y eso fue más que suficiente para que Eros Adams perdiera todo autocontrol.sin despegar el beso la tomo de sus muslos y la subió a su escritorio, Barbara metió sus dedos en su cabello y tiro levemente de ellos haciendo que Eros gruñera, había descubierto gracias a ella que eso lo exitaba.le abrió las piernas y le arrancó las bragas de un tirón ella se dejó hacer estaba demasiado exitada como para reparar en que las había roto.con rapidez saco su enorme miembro y lo acerco acerco a la entrada húmeda de ella.—Me encantas y no sabes cuánto.—le dijo cuando soltó el beso para poder respirar.— desde que entraste por esa puerta e querido follarte en toda mi oficina, te voy a dar tan duro que todo el edificio va a saber que eres mía.y sin más se enterró en ella haciendo que un gemido saliera de su boca pero lo tapo con su mano. no quería armar un espectáculo ahí ¡por Dios! ¿que pensara las personas que los escucharán?eso paso a un segundo plano cuando vio la mirada lujuriosa de ese hombre y más cuando le dijo:—No te t***s, quiero escucharte, quiero escucharte gemir mi nombre, eres mía, quiero que lo sepas. así que dimelo— la penetraban con una fuerza increíble estaba perdida en placer, el escritorio estaba mojado y con cada embestida se movía más, así que el la alzó por las caderas para así tener mejor manejo se sus embestidas.— dímelo barbie.—le volvió a decir en un susurro ronco en su oído.—Soy tuya Eros, Soy tuya, no pares, hasme tuya.—Tus deseos son órdenes.Perdió la cuenta de cuántas veces lo hicieron, los papeles que estaban en el escritorio terminaron en el piso al igual que las tazas con las bebidas que había traído la secretaria horas antes.Estaban en un apartado de la oficina, una pequeña habitación que Eros solía usar cuando se quedaba hasta tarde trabajando, últimamente su estadía en el trabajo hasta tarde era muy constante así que optó por acondicionar una pequeña habitación ya que tenía un baño.Solo tenía un sofacama, una mesita de noche, y un pequeño perchero con un par de trajes y camisas de él. Así que ahí estaba él viendo dormir a Barbara en el sofá cama, se veía hermosa, recién follada.La habitación olía a ella.Se acercó un poco más y agarro un mechón de cabello entre sus dedos y los olió, olían a coco, un olor sutil, le gustaba.Temía haberla lastimado, pero no pudo contenerse y menos cuando ella le exigía más, y no quería decepcionarla, si ella quería más, pues más le daría. Ella se removió un poco y sintió el cue
Eros había dado a Barbara el cargo de asistente personal, solo esperaba que ella pudiera llevarle el ritmo, ninguna de las anteriores fue tan eficiente.La única que sabía desempeñar su trabajo era su secretaria Veronica aunque era desesperante trabajar con ella, era muy impertinente, una estuvo a punto de follar con ella y agradecía no haberlo echo.Eran las dos de la tarde y Edin entro a la oficina de Eros sin siquiera tocar.— ¿Cómo que estás casado y nadie de la familia sabía? — pregunto cabreado.¿Y a este que le pasaba? ¿Con que derecho entraba a la oficina de su jefe de esa manera? Se preguntaba Barbara—¿Y desde cuándo tengo que dar explicaciones de lo que haga o deje de hacer con mi vida?—¿A qué juegas Eros? Podrás engañar al abuelo pero a mí no, de seguro compraste a una prostituta para hacerla pasar por tu esposa. Eros no pudo evitar molestarse por lo que dijo, si será imbécil.—Como vuelvas a llamar a mi esposa de esa manera te parto la cara.Barbara solo escuchaba y se
— Pero al final no dijiste nada de que estabas casado, porque hasta ahora es todo un misterio para tu familia.—Si, es que el trabajo me ha tenido muy absorbido, y con el fastidio del abuelo con que quiere que me case para dejarme la empresa en su totalidad no he tenido cabeza para nada.—¿En serio no quieres ir a la boda de tu hermano?—Realmente, no, ella es toda una oportunista, como supo que conmigo no iba a obtener lo que quería fue por otro pez gordo.— ¿Y que quería ella?— Dinero, y no estaba dispuesto a que tomara un centavo de la empresa, asi que tenía que firmar un acuerdo pre nupcial y separar nuestros bienes. Se volvió como loca cuando le dije que tenía que firmar eso y me salió que el embarazo no era mío y se fue con mi hermano, ella no lo ama, lo que ama es el dinero. — ¿Y tú hermano no le va hacer firmar ese acuerdo? — No, el cuenta con que será el ejecutivo general y le dará todos los lujos que ella quiera.—Pero... ¿Yo firme eso?... Bueno no se, la verdad es que le
El ambiente estaba un poco -bastante- incómodo, Eros realmente estaba marcando territorio con Barbara. Unos minutos después de entrar al diminuto departamento, Eros fulminó con la mirada a ese hombre que hasta ahora sabía que se llamaba Kevin, eso fue lo único que lo detuvo de arrancarle los ojos por ver a su esposa.Barbara había pedido que la disculpara un momento para buscar a Ale. No sin antes explicarle que estaba aquí de visita ya que el departamento era muy pequeño para uno más. Ale ¿Quien demonios era? ¿Otro hombre?.No, cálmate Eros—pensaba él— no saques conclusiones apresuradas, tu no eres impulsi... A la mierda, si soy impulsivo. Así que ahí estaban sentados en el sofá uno frente a otro. —Con que esposo de Barbara.— dijo Kevin con los brazos cruzados recostado del sofá.—Si, ¿Algún problema?—No se dímelo tu. Me parece realmente extraño, me resulta imposible que ella esté casada, de la noche a la mañana— dijo haciendo comillas con los dedos en la palabra casados— es que
Okey, lo admitía el café que le preparo Barbara estaba muy bueno, ni tan fuerte ni tal suave, ni muy dulce, para el era el punto exacto y lo mejor de todo era que no estaba preparado a máquina sino con un colador de tela. Era increíble su sabor, así que Barbara se llevó un pequeño termo para café a la oficina para cuando le provocara tomar café y darle un poco a él también, a demás de dos viandas de comida para su almuerzo, ella prefería comida casera, a demás no cocinaba nada mal.Habían llegado a las ocho de la mañana a la oficina, y ya Estefani la secretaria de Eros, estaba organizando su agenda. Cuando salió Eros del ascensor, Estefani se acercó a él para decirle lo que tenía pendiente para la mañana. —Buen día Señor Adams, la las nueve tiene una junta con los accionistas, luego de eso reunión con los marketing y a las doce...—Despeja mi hora de almuerzo. —¿Quiere que pida el almuerzo y se lo lleve a la oficina?—No.— le dijo de forma tajante y sigui de largo a su oficina.
Okey, lo admitía el café que le preparo Barbara estaba muy bueno, ni tan fuerte ni tal suave, ni muy dulce, para el era el punto exacto y lo mejor de todo era que no estaba preparado a máquina sino con un colador de tela. Era increíble su sabor, así que Barbara se llevó un pequeño termo para café a la oficina para cuando le provocara tomar café y darle un poco a él también, a demás de dos viandas de comida para su almuerzo, ella prefería comida casera, a demás no cocinaba nada mal.Habían llegado a las ocho de la mañana a la oficina, y ya Estefani la secretaria de Eros, estaba organizando su agenda. Cuando salió Eros del ascensor, Estefani se acercó a él para decirle lo que tenía pendiente para la mañana. —Buen día Señor Adams, la las nueve tiene una junta con los accionistas, luego de eso reunión con los marketing y a las doce...—Despeja mi hora de almuerzo. —¿Quiere que pida el almuerzo y se lo lleve a la oficina?—No.— le dijo de forma tajante y sigui de largo a su oficina.
Pasar la noche en el hospital era lo peor lo único bueno era que por su influencia pudo pedir una mejor habitación para su esposa, así que ahí estaba tratando de dormir en un sofá cerca de la ventana de la habitación.No era del todo incómodo pero no quería dejar sola a Barbara por mas que el doctor y las enfermeras le dijeron que estaba en buenas manos el no quiso dejarla sola. No tenía el número de su amiga Alejandra y de su novio Kevin, el telef... El aparato con tecnología obsoleta de Barbara estaba en la oficina, tenía que comprarle un Teléfono decente a su esposa, eso no podía ser llamado teléfono. Por dios era un aparato que en cualquier momento le podía explotar en las manos. Se sentó ya que no podía seguir en ese sofá, y se acercó a Barbara, estaba dormida, los medicamentos pronto dejarían de hacer su efecto y despertaría, o eso dijo el doctor. Te tomo la mano y le dió un leve apretón.— Haré lo que esté en mis manos para ayudarte, mi Barbie. Sintió un leve apretón por pa
Bostezo, y se estiró a sus anchas, hasta que sintió unas piernas unidas a las suyas. Era Barbara, estaba durmiendo plácidamente acurrucada a su pecho. ¿No esperaría a que ella se durmiera para luego dormir él en el sofá?, Solo basto estar al lado de ella para dormir largo y tendido, pero es que con ella era todo diferente. Se levantó con cuidado de no despertarla, y se dió cuenta que una enfermera estaba monitoreando los signos de ella en la máquina.—Buen día señor Adams.— dijo ella de forma coqueta. —¿Como estan mi esposa?— le pregunto de manera tajante, le daba igual si queria coquetear con el, en su mente solo estaba saber de su esposa. La enfermera se sintió apenada por el intento fallido de coquetear con él ¿En qué estaba pensando? Que estúpida se sentía. —Esta estable, lo más seguro es que el doctor le de el alta en breve. —Eso espero.—Con su permiso.Luego de que la enfermera saliera y cerrará la puerta tras ella, se dedicó a despertar a Barbara con besos repartidos en