Desde que dejé la mansión
Desde que dejé la mansión
Por: Pumpink86
Capitulo 1

Diana dejó la habitación de hospitalizados muy confundida.

Su mundo, que recuperaba la estabilidad, volvía a ponerle en una dura prueba.

-¡DIana, espera!- 

Escuchó los tacones tras sus pasos. Esos insufribles tacos. Su suegra no dudó en perseguirle.

-¡No cambiaré de opinión, hice mi parte legalmente, me mantendré alejada de su hijo!-

-Mauro te necesita… ¿dejarás abandonado a un hombre enfermo?-

-Sólo fueron unos rasguños, tuvo suerte que se activaran los airbags.-

-Hablo de su memoria… -

-Les recuerda a ustedes ¿No es lo importante? Sus recuerdos son confusos hacia mí, con el paso de los días regresará a ser el Mauro de siempre.- eso le dijo el neurólogo de turno.

             

-Eres su esposa, no dejará de preguntar por ti.-

-Cuéntele quien soy en realidad, su coeficiente intelectual no demorará en comprender la situación.- 

Ellos estaban separados hace un año, se reencontraron para la firma del divorcio. 

Cuando dejó esa casa lo hizo para no regresar. 

Esa familia no la quería, jamás la consideraron de su mismo nivel.

Ahora le rogaban que regresara.

¿Por qué el accidente borró sus recuerdos? Si fuese real…. ¿Para qué montar ese teatro?

- El neurocirujano no recomienda que forcemos sus recuerdos, sólo serán un par de semanas, después firmará el divorcio.- apretaba su cartera visiblemente angustiada.

Ese era el acuerdo al que llegaron ambos, la noche anterior, los papeles del divorcio estuvieron en sus manos y la firma de ambos marcaba el fin de esa historia.

¿Por qué la vida era tan injusta?

¿Podemos discutir esto bebiendo un café? No he comido nada desde ayer.- le rogó su suegra, pálida por el trasnoche.

Ella tampoco había comido desde la cena. Le llamaron desde urgencias antes de que sonara la alarma.

-Buen día ¿Usted es la esposa del Señor Mauro Santibañez?

 Diana todavía no despertaba del todo y demoró en responder. Peinó su cabello castaño con los dedos para reaccionar.

-¿Esposa? Ya no lo soy, es un error…- todavía no era oficial, los papeles aún no llegaban con el abogado.

-Es el último número al que llamó el paciente.- interrumpió la voz desconocida.

-¿Cómo que paciente?- saltó de la cama por la sorpresa.

-Le llamo de la Clínica Pacífico, el señor Santibañez sufrió un accidente de tránsito en la madrugada, recién la policía nos entrego el celular de su auto.-

-¿Accidente? …. - sintió escalofríos, habían conversado sólo hace unas horas atrás.- …¿ Cómo está?- le tembló la voz.

-Afortunadamente los airbags se activaron, aunque dió varias vueltas dentro del auto, pero más información no puedo darle por este medio.-

-Quizás deba comunicarse con su madre, nosotros estamos separados hace un tiempo.- se excusó, estaba preocupada pero ese no era su lugar.

-Su contacto de emergencias era usted… disculpe por llamarla.- insistió la mujer.

No lo sabía… no se disculpe, avisaré a su secretario y estaré allá en unos minutos, supongo que necesitan firme el ingreso.-

-Hay algunos exámenes que requieren la autorización del cónyuge, para descartar lesiones internas.-

-Entiendo, estaré ahí en unos 30 minutos.- Cortó el celular y se vistió lo más rápido que pudo. En el taxi le escribió a la madre superiora para justificar su ausencia y llamó al secretario de Mauro. Ella trabajaba para un convento, hacía clases a técnicos de nivel medio en enfermería.

El trayecto se sintió eterno, la vida de su ex esposo no corría peligro, sin embargo, debía hacer su parte como conyuge. aunque llevaran un año distanciados.

Todavía se sentía como en un sueño, la voz de su suegra se perdía en el ruido de su cabeza.

-¿Diana?- 

La chica salió de sus recuerdos al escuchar su nombre por esa voz chillona que le estresaba.

- Además del café ¿ qué quieres comer?-

-Solo quiero un latte, desayunare en mi trabajo.-  

Su suegra le dió la orden al empleado del café. Estaba cansada de rendir cuentas con todo el mundo.

-Deberías comer algo…- notó como le estudiaba.

-No es una reunión de amigas exactamente.-

-Sé que soy la última persona con la que quieres charlar, pero… es por el bien de Mauro…-

-¿Teme por la posición de su hijo en la clínica? ¿Olvidó también su cargo de director?-

-Mauro ya no está en la dirección, mi suegra no le permitió continuar con el cargo. Aceptó lo del divorcio de ustedes pero le pidió la dirección.

-Si se la pidió, dudo que sea por mi causa, debe tener otros motivos más trascendentales.- ¿Tanto le afectó lo sucedido a la abuela Giulianna?-

-No lo considera digno de mantener la dirección de la red de clínicas, porque descuidó a su familia.

-¿Su familia? Siempre trabajó para ustedes, no entiendo porque la abuela dice eso.-

-Eras su familia, su esposa y no te cuidó, por eso perdiste al bebé.-

 No quería recordar ese asunto.

Menos que lo mencionara ella, quien nunca mostró piedad con ella.

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