Capitulo 8

-¿Por qué no? ¡Ambos firmamos y no había error en su redacción!- se levantó de su silla ansiosa.

-¡No necesitas alterarte! ¡Déjame darte una explicación!-

-¿Explicación? ¡Mauro, tu madre debió relatarte todo! ¡ Tu asistente también!- su voz comenzó a elevarse por la conmoción.- ¡Aunque no lo recuerdes, yo sí! -

Mauro se acercó hacia ella y le sostuvo por los hombros, intentaba calmarla.

-¡Diana…no te alteres…déjame hablar -le pidió con voz suave.-

-¡No me toques! ¡Aléjate!- Había olvidado lo fuerte que era, trató de empujarlo pero no lo movió ni un centímetro.

-¿Qué ocurrió entre nosotros para que no quieras que te toque?-

-Cuando recuerdes todo, esto no te importará…- ¿Qué impide la entrega de esos papeles en tribunales? ¿Tu pérdida de memoria?

-Es por eso mismo.-

-Tomamos la decisión antes de que pasara ese incidente.-sus hombros cayeron agotada.

-Seth me explicó que el juez de familia rechazará nuestra solicitud de divorcio.-

- ¿Por qué?? Cumplimos con el año de separación … ya no vivo en la mansión…no entiendo…-

-Cuando nos cite el juez para confirmar el acuerdo, no puedo ocultar lo de mi pérdida de memoria, dirá que no estoy en condiciones cognitivas de tomar esa decisión.-

-¿No puedes mentir al respecto?- aprovechó de tomar distancia y caminar hacia la ventana.

-Por el poco tiempo de matrimonio, nos enviarán a terapia de pareja, tendremos que esperar el plazo que él nos indique y sería mucho más demoroso. -

Diana sentía la mirada del doctor en su espalda, siguiendo cada una de sus reacciones.

Los argumentos de Mauro eran creíbles.

-¿Hay alguna solución?-

-No una rápida.-

Había olvidado lo de la audiencia con el juez.

Después de la firma de los papeles, el juez los citaría para confirmar la decisión de ambos de finalizar el vínculo.

Lo del accidente de Mauro le afectó en cierta manera, olvidando ese paso.

Tampoco era algo tan grave, era la primera vez que se divorciaba, era natural no estar al tanto de eso.

Mauro era asesorado por el abogado de la familia, tenía quien le explicara el paso a paso.

Ella por su parte, dejó que todos los trámites los hiciera Mauro.

No le dio oportunidad de buscar ayuda.

La misma noche de bodas le informó que ese matrimonio tenía fecha límite y que no intentara seducirlo.

Ilusamente trató de demostrar su inocencia, pero Mauro sólo prestaba atención a las palabras de su madre.

No tenía otra opción más que casarse con él o su padre le haría traspasar las acciones de la clínica a nombre De La Cruz.

No quería perjudicar a la abuela Gi ni a su familia.

Tenía un año para ahorrar dinero y en caso de que su padrastro abandone a su madre por no ayudarlo en su plan, podría financiar en parte la carrera de su hermano menor.

Su hermano estudiaba medicina y le faltaban varios años para finalizar.

Su salario de enfermera no sería suficiente para mantener una casa y el estilo de vida de su madre.

Y ambos estaban acostumbrados a una vida de ricos.

Por otro lado, se sentía en deuda con Sebastián de La Cruz, por darle su apellido y un techo.

Pero eso no justificaba que se apropiara de forma fraudulenta de la empresa de otros.

No era momento de recordar a esa familia, porque en el presente no eran nada.

Cambio su apellido, se quedó solo con el apellido de su madre y suprimió su origen paterno.

-¿Cuál es tu plan?-

-Mientras no recupere mi memoria, no podemos divorciarnos.- confirmó con toda calma.

-¿Cuánto tiempo estiman los médicos en que recuperes todo?-

-No se aventuran en darme una fecha.-

Suspiró agotada.

-Llevar el apellido de tu familia es una carga que no puedo manejar.-

-Siento no poder liberarte de este vínculo.-

-Sólo quiero cumplir mi palabra contigo.-

-¿Cuál?-

-Prometí que no volverías a verme, nunca más.-

La frase le dejó helado y lo desconcertó unos segundos.

-¿ Planeabas dejar la ciudad?-

-Dejar el país, no tengo familia que me reciba o apoye, puedo trabajar como enfermera en Estados Unidos, manejo el idioma, pero tengo que reunir el dinero para vivir unos meses allá sin trabajar.

-Yo podría dártelo.-

-No quiero más deudas contigo, ni con nadie.

-¿Y tu padre? ¿De La Cruz no puede ayudarte?-

De La Cruz no es mi padre biológico, me insultabas aludiendo que la sangre que corría por mis venas era de un ambicioso ladrón.

-Eso fue muy cruel de mi parte.- expresó con voz sentida.

-Lo cruel fue que no creíste en mi palabra, necesité mostrarte una prueba de ADN para que dejaras de hablar.-

Escuchar eso, le hizo sentir vergüenza de sí mismo.

¿Pero por qué fue tan duro con ella? No era una mujer peligrosa a simple vista.

Si le preguntaba, Diana le diría que pregunte a su familia y se negaría a dar su versión. Habló más de lo que imaginaba.

Entonces, cuando recuperes la memoria, puedes llamarme e iré al tribunal, no me moveré de este lugar. - le dijo resignada.

Llevaba un año viviendo como una mujer separada, unos meses más no le afectarían.

No es lo que pensaba-

…-

-No quiero el divorcio.-

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