- Aunque se casó contigo, las acciones siguen a su nombre y mi apellido junto a él, traspasarlas a su esposo no será tan rápido.Julia no entendía nada, los observaba discutir pero no entendía porque estaba tan enojado Sebastián de La Cruz.Diana justo llegó en ese momento e intervino.-Tu apellido no está en esos papeles, padre.- confesó.-¿Cómo?--Te confiaste en que viste la firma de la señora Giuliana Santibañez, pero no revisaste mi firma.- tomó la carpeta con la copia del contrato y le mostró- Escribí Diana Palma, no Diana de la Cruz ¿ sabes lo que significa?-El rostro de su padrastro se deformó por la rabia no esperaba ese movimiento.-Me traicionaste.- gruñó.- Cambie mi apellido hace un mes, no tengo parentesco sanguíneo con este señor, es mi padrastro, me dio su apellido para casarse con mi madre, es cierto, hice que firmara ese contrato, pensando que era una simple encuesta, pero antes de entregarte el original, firmé con mi apellido materno, en definitiva, las acciones n
El coche que pasaría por Diana estaba puntualmente fuera de su edificio. Se fueron por la autopista y se libraron del alto tráfico de ese horario. La recibió el mayordomo de la mansión y le hizo pasar a la sala de espera. Quien salió por ella no fue la abuela Giulianna -Diana ¿qué haces aquí?- le preguntó un descolocado Mauro. -Vine porque tu abuela me citó.- -¿Mi abuela?- -Sí, me pidió vernos para cenar.- -A mí también me invitó.- -Los cité a ambos, quería reunirme con los dos, tenemos muchas cosas que hablar.- -¿Para qué necesita que estemos los dos?- -Necesitamos aclarar malentendidos del pasado.- -Sobre la clínica, eso quedó saldado hace más de un año.- habló Diana. -Los mismos ojos de su esposo, la estudiaban preocupada. - Pequeña...- abrió sus brazos para abrazarla.-... ¿Qué hicieron contigo? ¿Estás comiendo bien?- pellizcaba sus mejillas molesta por la imagen desgastada de la chica. -Disculpe por no contactarme antes con usted... no quería provocarle más molesti
-¿Cómo que estás muriendo?- la confesión de su abuela lo dejó congelado. - Tengo un tumor en el colon, es operable pero no saben si mi corazón soporte la cirugía.- Diana escuchaba esas palabras y no daba crédito a su veracidad. - ¿Un tumor? ¿Así de la nada?- interrogó Diana. -No es de la nada, tengo algunos antecedentes por parte materno.- - ¿Cuándo es la cirugía?- -En un mes.- -¿Aceptará la cirugía aunque puede morir?- los tiempos no le calzaban. - En cualquiera de los casos ese será el final, no quiero ser una carga, tampoco perder mi libertad.- - No puedo creerlo.- expresaba su nieto sin dar crédito a sus palabras. - Por eso tengo un par de deseos que quiero cumplir.- - ¿Eso nos incluye a nosotros?- preguntó Diana - Sí.- -Sospecho que sé lo que quiere…- - No soy una mujer tan difícil de satisfacer. - No puede ser…- Diana estaba segura de lo que quería.- -No sigan con el divorcio…estoy segura que ambos no se quieren separar.- Era una tontería pedirle eso. -
Diana dejó la habitación de hospitalizados muy confundida.Su mundo, que recuperaba la estabilidad, volvía a ponerle en una dura prueba.-¡DIana, espera!- Escuchó los tacones tras sus pasos. Esos insufribles tacos. Su suegra no dudó en perseguirle.-¡No cambiaré de opinión, hice mi parte legalmente, me mantendré alejada de su hijo!--Mauro te necesita… ¿dejarás abandonado a un hombre enfermo?--Sólo fueron unos rasguños, tuvo suerte que se activaran los airbags.--Hablo de su memoria… --Les recuerda a ustedes ¿No es lo importante? Sus recuerdos son confusos hacia mí, con el paso de los días regresará a ser el Mauro de siempre.- eso le dijo el neurólogo de turno.-Eres su esposa, no dejará de preguntar por ti.--Cuéntele quien soy en realidad, su coeficiente intelectual no demorará en comprender la situación.- Ellos estaban separados hace un año, se reencontraron para la firma del divorcio. Cuando dejó esa casa lo hizo para no regresar. Esa familia no la quería, jamás la considera
La pérdida de su hijo nonato, pasado un año de su muerte, seguía sin superarla.Porque tener un hijo de Mauro era importante para ella, porque lo amaba sinceramente.No fue un tema doloroso para Mauro, que lo recordara por el golpe en la cabeza y lo hiciera hablar del asunto la descolocó.- Si necesita que aclare los motivos del divorcio con su suegra no tengo problema de reunirme con ella.-Fuera de ello, Mauro te necesita.- insistía la mujer.-No me necesitó cuando sabía quien era, menos lo hará ahora que perdió sus recuerdos.-No quería volver con él, aunque fuese diferente al esposo que dejó.-¿Puedes esperar hasta que su salud sea estable para continuar con el divorcio?- solicitó su suegra.- Mauro tiene los papeles firmados, sólo debe buscarlos, cuando los vea, entenderá todo.- necesitaba ser egoísta en esos momentos, lo que pasará con la vida de Mauro no era su problema.-Mi hijo quedó muy afectado con su última conversación. ¿Necesitabas decirle todo eso cuando apenas desperta
-Me alegro que lo hicieras.- La matriarca de Los Santibañez, era una mujer de carácter fuerte, esa conversación no pudo ser amigable.Con sus más de setenta años, se mantenía como si fuese veinte años más joven. Era una mujer hermosa, con bellos ojos color miel y su cabello que no dejaba de teñir rubio ceniza.Decía que era lo más hermoso que le encontraba su fallecido esposo.Con sus contactos, la información de los motivos del divorcio y su vida actual han de estar en sus manos.Era una dulce persona mayor fuera de la dirección de su red de clínicas privadas, ella la conoció en su momento vulnerable y se hicieron confidentes.Como accionista principal de las Red de Clínicas Montegrande era una mujer estricta y de carácter fuerte.Diana desconocía la identidad real de la mujer de avanzada edad que reposaba en una de las habitaciones VIP de la Clínica Montegrande, se veía como cualquier adulto mayor de buena familia.La abuela que era visitada por su nieto todos los días.No supo que
Julia Santibañez notó que Diana estaba con su mente en otro lugar, su mirada estaba perdida.-En estos meses nos enteramos de lo que hiciste, Mauro se arrepentía de no confiar en ti, al igual que yo… tú… salvaste la clínica Montegrande.--Su arrepentimiento no borra los momentos humillantes que viví en su familia, siendo o no hija de Sebastián de La Cruz, no les daba el derecho de tratarme como una delincuente.--No sabíamos que te adoptó, que trató de usarte pero tú… reparaste ese error.--Me trataron como una estafadora, hasta los sirvientes actuaban con desdén hacia mí.--Sé que fuiste tratada de forma injusta, pero ayúdanos con Mauro, sé que lo quieres de verdad.-El médico les comento de la situación antes de abandonar la sala de visitas, Mauro se golpeó la cabeza.Recordaba quien era y a su familia.Todo lo relacionado con Diana y los eventos de los dos últimos años se borraron por completo.Incluso cuando la vio, reaccionó de manera curiosa.Sus pensamientos hacia ella se disto
Le ayudó a cubrirse con las mantas y salió con el asistente.-Regresa pronto.- le pidió con una expresión de cachorro sumiso que desconocía.Ya en la sala de visitas Diana pudo desahogarse.-¿Qué pasa con Mauro? Ese no es él.- estaba asustada por su comportamiento.-Es por el trauma, eso me informó el neurocirujano, sus recuerdos regresaran poco a poco.--Mauro nunca fue así de afectuoso…¿le dijo la verdad de nosotros?--No he tenido tiempo, lo primero que hizo al despertar fue preguntar por usted.-Si es algo temporal, lo mejor es que le hablemos con la verdad.--No sé si sea lo más adecuado.--Hablaré con el médico, usted vuelva con él.Logró que el médico le diera algunas pistas de lo que ocurría con Mauro.El golpe afectó su memoria parcialmente, lo cual mejoraría con el paso de las horas o días, Diana le contó la situación entre ambos y que le complicaba que esto entorpeciera el divorcio de ambos.Su indicación fue decirle la verdad dentro de lo posible, evaluando su reacción.El