capitulo 7

Mauro le miraba esperando su reacción.

El hombre vestía semi formal con una camisa blanca a medida, los primeros botones del cuello sin abrochar y un pantalón de tela marrón de sastre.

No era una simple coincidencia su visita.

El señor dice que es tu esposo y que hay un asunto familiar muy importante que deben discutir.-

….- Su cabeza armaba oraciones en una velocidad desesperante, no podía hablar como siempre.- ¿ Qué asunto?-

-Es algo personal.- agregó Mauro.

-No tengo asuntos pendientes con el caballero.- respondió en un impulso.

-Diana… ¡Cariño!- le llamó.

-¿Cariño?- pestañeo asombrada.

Nunca le llamó así en privado.

Aparecieron algunos curiosos en el pasillo.

Puso más nerviosa a Diana, provocaría comentarios esa última frase.

-Madre Superiora, este hombre ya no es mi esposo, hace una semana él mismo llevó los papeles de divorcio hasta mi departamento.-

-No es lo que yo recuerdo.- intervino Mauro.

Su madre y el asistente ¿no le explicaron todo?-

-Hay ciertos puntos que sólo puedes aclararlos tú.-

La Madre Superiora les estudiaba en silencio, tampoco le gustaba el revuelo que estaba causando la discusión de ambos en el pasillo.

-Pueden hablar en mi oficina con más privacidad, es hora de mis oraciones del medio día, así que ocupen el lugar el tiempo que sea necesario.- entregó las llaves en las manos de Diana. - Es mejor que conversen con calma, el señor tuvo un accidente hace poco.-

Diana comprendió que Mauro no se iría sin una conversación, volvería otra vez, la buscaría hasta cansarla.

-Gracias Madre Superiora, llevaré al señor a su despacho.- inclinó la cabeza y de forma obediente lo guió hasta ese lugar.

Sentía la mirada de sus colegas y estudiantes, no sobre ella, si no en el hombre atractivo y elegante que le acompañaba.

Ojalá no escucharan que era su esposo.

Abrió la oficina y le invitó a entrar.

-Puede sentarse.- le indicó dándole la espalda.

-¿No te sentarás?- le preguntó de vuelta.

- Sí, lo haré… ¿deseas beber algo?-

- Siento rechazar el ofrecimiento, pero no quiero arriesgarme a que me tires el café por la cabeza.-

- No estás tan desinformado de nuestra relación por lo que escucho.- se sentó en la silla frente a él, le sirvió un vaso con agua.

-Sólo un poco… quiero oírlo de ti.-

- Fuí tu esposa por dos años y odiaste cada día que estuvimos juntos.-

- Si eso es real ¿ por qué no recuerdo odiarte?-

-Eso debes preguntarlo a tu neurólogo.-

- ¿Tuvimos un hijo?-

Le hablaron de eso. ¿Para qué preguntaba sobre ese hijo? No le dio valor cuando se enteró.

Recordaba todavía esa frase en la clínica: “Tranquila, podemos tener otro bebé”

Fue un comentario cruel.

Unas horas antes, le había entregado el acuerdo de divorcio.

Sólo faltaba la firma de ella.

Luego de la pérdida, todo lo que estuvo involucrado, le pidió retrasar lo del divorcio, como una forma de mostrarle consideración.

No volvió a hablar. La respuesta no cambiaría.

La visitaba todos los días en la clínica. Se quedaba con ella aunque le ignorara y le diera la espalda.

No quería su lástima, ya no tenía energías para dar una batalla más.

Su amor nunca fue correspondido, por eso se fue de la clínica, pidió el alta voluntaria y nunca más regreso.

- Lo perdí.- confirmó sin mostrar emoción al respecto.- Lo dijiste en la clínica-

-¿Cómo fue?-

Quizás no le contaron todos los detalles por miedo a su reacción.

A ella le tenía sin cuidado si le afectaba o no, además su respuesta sería como en el pasado, sólo indiferencia.

- No quiero hablar de eso, tu madre, su secretario, pregúntales a ellos.- dijo impaciente.

- Le pregunté a mi madre, pero no sabía los detalles.-

-Ella no estuvo presente, supo que aborté más tarde.

La forma en que le contaba las cosas, era totalmente despersonalizada, como si hablara de otra persona, no de ella misma.

- Lo siento.-

- No debes disculparte por algo que ni siquiera recuerdas.- respondió sin pudor.- No querías tener un bebé conmigo, tampoco ese matrimonio, por ello, su pérdida no te provocó inconvenientes.

Escuchar eso, le provocó una ligera incomodidad en el pecho.

Era su esposa, pero nunca tuvieron una convivencia normal.

Tampoco la pérdida del hijo de ambos fue relevante para él. ¿Por qué sintió pena cuando su madre le contó lo sucedido?

-Entiendo. - su expresión se volvió sombría.

-Dijiste que tenías algo personal que discutir conmigo.-

- Sí.-

- Mi asistente encontró los papeles del divorcio en el auto que conducía en la noche del accidente.-

- Estaban allí aún.- no tendría que esperar una nueva copia y firmar.

- No recordaba que los llevaba conmigo.-

- Tuviste el accidente después de visitarme.-

- Eso me dijiste.-

Le costaba creer que ese hombre frente a ella, no recordara nada de estos últimos dos años.

Físicamente no podía identificar alguna secuela.

No podía dejar de sentirse engañada.

Pero caprichosamente, lo que su mente suprimió fue ella y los acontecimientos relacionados a la clínica Montegrande.

- ¿Ya entregó los papeles del divorcio en los tribunales de familia?-

- No.-

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