Mauro le miraba esperando su reacción.
El hombre vestía semi formal con una camisa blanca a medida, los primeros botones del cuello sin abrochar y un pantalón de tela marrón de sastre. No era una simple coincidencia su visita. El señor dice que es tu esposo y que hay un asunto familiar muy importante que deben discutir.- ….- Su cabeza armaba oraciones en una velocidad desesperante, no podía hablar como siempre.- ¿ Qué asunto?- -Es algo personal.- agregó Mauro. -No tengo asuntos pendientes con el caballero.- respondió en un impulso. -Diana… ¡Cariño!- le llamó. -¿Cariño?- pestañeo asombrada. Nunca le llamó así en privado. Aparecieron algunos curiosos en el pasillo. Puso más nerviosa a Diana, provocaría comentarios esa última frase. -Madre Superiora, este hombre ya no es mi esposo, hace una semana él mismo llevó los papeles de divorcio hasta mi departamento.- -No es lo que yo recuerdo.- intervino Mauro. Su madre y el asistente ¿no le explicaron todo?- -Hay ciertos puntos que sólo puedes aclararlos tú.- La Madre Superiora les estudiaba en silencio, tampoco le gustaba el revuelo que estaba causando la discusión de ambos en el pasillo. -Pueden hablar en mi oficina con más privacidad, es hora de mis oraciones del medio día, así que ocupen el lugar el tiempo que sea necesario.- entregó las llaves en las manos de Diana. - Es mejor que conversen con calma, el señor tuvo un accidente hace poco.- Diana comprendió que Mauro no se iría sin una conversación, volvería otra vez, la buscaría hasta cansarla. -Gracias Madre Superiora, llevaré al señor a su despacho.- inclinó la cabeza y de forma obediente lo guió hasta ese lugar. Sentía la mirada de sus colegas y estudiantes, no sobre ella, si no en el hombre atractivo y elegante que le acompañaba. Ojalá no escucharan que era su esposo. Abrió la oficina y le invitó a entrar. -Puede sentarse.- le indicó dándole la espalda. -¿No te sentarás?- le preguntó de vuelta. - Sí, lo haré… ¿deseas beber algo?- - Siento rechazar el ofrecimiento, pero no quiero arriesgarme a que me tires el café por la cabeza.- - No estás tan desinformado de nuestra relación por lo que escucho.- se sentó en la silla frente a él, le sirvió un vaso con agua. -Sólo un poco… quiero oírlo de ti.- - Fuí tu esposa por dos años y odiaste cada día que estuvimos juntos.- - Si eso es real ¿ por qué no recuerdo odiarte?- -Eso debes preguntarlo a tu neurólogo.- - ¿Tuvimos un hijo?- Le hablaron de eso. ¿Para qué preguntaba sobre ese hijo? No le dio valor cuando se enteró. Recordaba todavía esa frase en la clínica: “Tranquila, podemos tener otro bebé” Fue un comentario cruel. Unas horas antes, le había entregado el acuerdo de divorcio. Sólo faltaba la firma de ella. Luego de la pérdida, todo lo que estuvo involucrado, le pidió retrasar lo del divorcio, como una forma de mostrarle consideración. No volvió a hablar. La respuesta no cambiaría. La visitaba todos los días en la clínica. Se quedaba con ella aunque le ignorara y le diera la espalda. No quería su lástima, ya no tenía energías para dar una batalla más. Su amor nunca fue correspondido, por eso se fue de la clínica, pidió el alta voluntaria y nunca más regreso. - Lo perdí.- confirmó sin mostrar emoción al respecto.- Lo dijiste en la clínica- -¿Cómo fue?- Quizás no le contaron todos los detalles por miedo a su reacción. A ella le tenía sin cuidado si le afectaba o no, además su respuesta sería como en el pasado, sólo indiferencia. - No quiero hablar de eso, tu madre, su secretario, pregúntales a ellos.- dijo impaciente. - Le pregunté a mi madre, pero no sabía los detalles.- -Ella no estuvo presente, supo que aborté más tarde. La forma en que le contaba las cosas, era totalmente despersonalizada, como si hablara de otra persona, no de ella misma. - Lo siento.- - No debes disculparte por algo que ni siquiera recuerdas.- respondió sin pudor.- No querías tener un bebé conmigo, tampoco ese matrimonio, por ello, su pérdida no te provocó inconvenientes. Escuchar eso, le provocó una ligera incomodidad en el pecho. Era su esposa, pero nunca tuvieron una convivencia normal. Tampoco la pérdida del hijo de ambos fue relevante para él. ¿Por qué sintió pena cuando su madre le contó lo sucedido? -Entiendo. - su expresión se volvió sombría. -Dijiste que tenías algo personal que discutir conmigo.- - Sí.- - Mi asistente encontró los papeles del divorcio en el auto que conducía en la noche del accidente.- - Estaban allí aún.- no tendría que esperar una nueva copia y firmar. - No recordaba que los llevaba conmigo.- - Tuviste el accidente después de visitarme.- - Eso me dijiste.- Le costaba creer que ese hombre frente a ella, no recordara nada de estos últimos dos años. Físicamente no podía identificar alguna secuela. No podía dejar de sentirse engañada. Pero caprichosamente, lo que su mente suprimió fue ella y los acontecimientos relacionados a la clínica Montegrande. - ¿Ya entregó los papeles del divorcio en los tribunales de familia?- - No.--¿Por qué no? ¡Ambos firmamos y no había error en su redacción!- se levantó de su silla ansiosa.-¡No necesitas alterarte! ¡Déjame darte una explicación!--¿Explicación? ¡Mauro, tu madre debió relatarte todo! ¡ Tu asistente también!- su voz comenzó a elevarse por la conmoción.- ¡Aunque no lo recuerdes, yo sí! -Mauro se acercó hacia ella y le sostuvo por los hombros, intentaba calmarla.-¡Diana…no te alteres…déjame hablar -le pidió con voz suave.--¡No me toques! ¡Aléjate!- Había olvidado lo fuerte que era, trató de empujarlo pero no lo movió ni un centímetro.-¿Qué ocurrió entre nosotros para que no quieras que te toque?--Cuando recuerdes todo, esto no te importará…- ¿Qué impide la entrega de esos papeles en tribunales? ¿Tu pérdida de memoria?-Es por eso mismo.--Tomamos la decisión antes de que pasara ese incidente.-sus hombros cayeron agotada.-Seth me explicó que el juez de familia rechazará nuestra solicitud de divorcio.-- ¿Por qué?? Cumplimos con el año de separación … ya no
-Prefiero que te quedes conmigo hasta que recupere la memoria.-¡¿Qué?! ¡No!--Si quieres que mi memoria regrese más rápido, te necesito a mi lado.-- ¿Ese es tu gran plan? Puedo contarte todo sin necesidad de volver a esa casa.--¿Por qué no quieres volver ahí?--Esa no es mi casa y me divorciaré de ti lo quieras o no. --Eres parte de mi familia, hasta que apruebe el divorcio un juez.-Para tu tranquilidad, en la clínica muy pocos sabían que era tu esposa, si te preocupan los chismes.--¿No sabían que estábamos casados?--Tenía prohibido usar tu apellido y menos decirle a tu secretaria que era tu esposa.--¿Era para que pudieras trabajar sin problema?--No.--¿Siendo mi esposa no podrías trabajar como enfermera en el recinto?--No. Sólo no querías hacer oficial el matrimonio…tampoco….deseabas que cierta mujer supiera de eso.--¿Qué otra mujer?-¿Tampoco la recuerdas a ella?--¿A quién debo recordar?--¿Adelaida no te suena?--¡Ady? …. pero eso es pasado, ella terminó conmigo.- dijo
Diana se escondió en una de las salas vacías del colegio. Evitó los lugares con público habilmente, no quería preguntas de su relación con el visitante. Ya no le importaba ser maleducada. Unos veinte minutos más tarde, la madre superiora le encontró. -Imaginé te podría encontrar por aquí.- prendió la luz. -Sor Carla… le pido disculpas por mi comportamiento… fue inesperado que él…- -El señor ya se marchó - le informó tranquila.- ¿Resolvió su problema? -No puedo ayudarlo, debe solucionar su problema solo.- Se despidió rápidamente y le dejó solo. Mauro quería seguir hablando pero ella estaba cansada de su insistencia. -¿ Fue quien se accidentó hace un par de semanas?- -Sí, disculpe si no le dije todo…- -No estás obligada a confiarme tu historia. .- -Era mi esposo, no estaba equivocado, el embarazo que perdí… era su padre…- La religiosa le contemplo como si hubiese adivinado su relación. -Se tomó la molestia de venir hasta aquí, para él sigues siendo su esposa ¿e
-Mi familia no me quiere, son más felices sin tener que ver conmigo.- comentó desanimada. Vio el anillo de bodas en su dedo anular. -¿Su esposo no la está buscando?- -Olvidé quitarlo, me separé hace poco.- lo arrancó de su dedo con facilidad y lo guardó en el bolsillo de su cárdigan desgastado.- Lo lamento.- -No hay nada que lamentar… no fue un matrimonio bendecido.- levantó los hombros.- Hago muchas preguntas porque me preocupa tu estado de salud ¿Estabas hospitalizada?-- Entiendo que sospeche de mí, estaba en la clínica, pedí mi alta voluntaria, no tenía dinero para seguir ahí.-- No estás recuperada del todo.-- Lo sé, cuando pedí el alta lo hice de forma impulsiva, creí poder encontrar una solución fuera de la clínica, pero perdí todos mis documentos personales, no tengo como pagar un lugar donde dormir.-- ¿Cómo perdiste todo?- La chica estaba más pálida que al principio, se masajeo las sienes cansada.- Me asaltaron la semana pasada, me golpearon y quitaron todo, por eso
La religiosa le autorizó a tomarse la tarde libre para procesar lo sucedido con su esposo.Miraba la pantalla de su celular, estaba intranquila, pues sabía que en cualquier momento Mauro la contactaría.Todo esto ocurrió por su falta de carácter, sólo vivía las consecuencias de sus actos.Ojalá fuera suficiente contarle su versión de la historia y no continúe con la idea de llevarla a vivir con él.Regresar a esa solitaria y fría mansión sólo le traería desgracias.Esa tarde se comunicó con su psiquiatra, la doctora que le atendió ese día en el convento, era especialista en psiquiatría y atendía como médico general para las novicias y otros empleados del convento Santa Marta.Le pidió una atención extra esa misma noche.-¿Tu esposo no se quiere divorciar?--Así es.--¿Cómo te sientes al respecto?-- Frustrada, lo único que quería era cortar relaciones con él, contaba los dias para que se cumpliera el plazo y poder ser una mujer soltera, pero lo de su accidente fue algo inesperado, ¡J
-Hola, soy Diana ¿Quién llama?- preguntó al contestar.-Soy yo, Mauro, siento la hora.--Eres tú… ¿por qué me llamas tan tarde?-Se escuchó como una llamada de atención, trató de calmarse antes de continuar.- Espero no sea algo malo.-No pude hacerlo antes, no sabía que decirte.--Habla.- lo presionó para terminar esa conversación.-Estoy abajo de tu edificio... ¿puedo subir?-Diana creyó escuchar mal y asomó la cabeza por su ventana.Su departamento estaba en el tercer piso, no tuvo dificultad en reconocer al hombre frente al portal de su condominio.Le saludó con la mano.-¿Qué te dice que te dejaré subir?--Soy tu esposo ¿me dejarás tirado en la calle?--Puedes llamar a tu chofer y vendrá por ti.--Salí sin mi chofer, pedí un taxi.--¿Tu madre te dejó salir así convaleciente?--No vivo con mi madre y no soy un adolescente para pedir autorización o decir donde voy.--Tuviste un accidente hace menos de una semana, deben estar preocupados.--No me iré sin ti.--¿Bromeas?--No, estoy
- ¿Ella te dio esa idea?-- No quería que te casaras con Adelaida, por eso me dio la opción de casarme contigo y de esa forma perdonaría mi error.- ¿Yo nunca lo supe?-- Te enteraste prácticamente al final, le prometí que no te lo diría, en el fondo ella esperaba que te encariñaras conmigo y que me eligieras al final....pero fue un pésimo plan.-- ¿Por qué fue tan malo?-- Porque te sentiste traicionado, creíste en la versión de mi padre y como no podía decir la verdad porque involucraba a tu abuela no pude más que acostumbrarme a que me trataras como un enemigo.- Debí estar muy enojado.-- No pude recuperar tu confianza, limpiar mi nombre fue inútil, la única que creyó en mí fue la abuela, cuando se cumplió el año, te devolví todo, firmé el acuerdo de separación y me marché. Quise muchas veces pedirte perdón, pero no quisiste escucharme.-Hay partes en esa historia que no encajan, Si era un matrimonio de papel, ¿por qué tendríamos un hijo?--Fue un error, un descuido, llegaste una
-¿No es más sencillo que me dejes dormir en tu sillón? ¿Despertarás a mi secretario para que venga por mí?--Es su trabajo, está acostumbrado.--Pero no quiero sacarlo de su casa a esta hora.--¿No quieres volver a la mansión?--No.--Es tu casa.--Pero no me gusta, no me siento cómodo ahí.--Así me sentía yo, pero no tenía otro lugar donde ir.- vivir en esa mansión era deprimente, evitaba dormir allí, llegar a esa casa, ser recibida por los sirvientes que le ignoraban no era fácil.Por eso se acostumbró a realizar muchos turnos nocturnos, aunque fuese agotador, era triste llegar a esa mansión.Se sentía como una gran prisión.Le devolvió el celular y sacó frazadas del guardarropa.Se las lanzó junto a una almohada.-Puedes quedarte sólo por esta noche, no te cederé mi cama, así que tendrás que conformarte con ese sillón, le escribiré a tu secretario apenas me despierte.-Gracias.-Mauro no era de preocuparse por los horarios de descanso de los demás.Llamaba a su asistente a veces de