Solo nos quedan dos extras más y terminamos aquí. Siento nostalgia por terminar con los Crown y todos ellos, pero también me emociona comenzar la siguiente generación. En la mañana voy a enviar la historia de Anthony a revisión, así que espero en los próximos días dar la noticia de que ya fue aceptada. ¡A rogar porque sí! ♡♡
__ No creo que estés hablando en serio. - intervino Valentina al ver la maleta con el dinero que Cárter había guardado. - Escuché que no ibas a cumplir ese capricho de esa…Mirna es una perr@. ¿Con qué te convenció? __ Me enteré que quiere vender nuestra información a Clanes desterrados en Montecarlo, además que supe que está sosteniendo un amorío con uno de ese clan y de seguro es por esa razón que estará allá. - cerró la maleta con enojo. - Prefiero darle el dinero porque ganas de matarla no me faltan, pero si está con ellos, sería iniciar una guerra y no pienso condenar a los Bassett a lidiar con algo que no les corresponde. __ ¿Vas a pagarle para evitar que hable? __ Lo único que la tiene con vida es que es la madre de mi hijo. - tiró de la maleta para cargarla con ella. - Quiero que tanto mi hijo como el tuyo crezcan en paz, al menos momentánea, pero no en una guerra rodeándolos. __ A veces siento que te quiero, imbécil. Pero eres tan…- Se guardó la palabra y este solo se ri
El rostro del hombre que sentaron a las malas frente a la figura vestida con un gabán, era fácil de descifrar. Terror absoluto. El pobre contador había cometido un error del que ni siquiera él sabía, pero Leonardo no era alguien que dejara todo enteramente en manos de sus empleados. Sobre todo cuando de lo económico se trataba. —Lo lamento. No me di cuenta. —sintió dolor en su hombro cuando lo soltaron. —Lo arreglaré lo antes posible. —Dejo pasar un error a un grupo muy reducido y privilegiado. En donde tú no perteneces, claramente. —exclamó pasando el dedo por el borde del vaso. —Y eres tan imbécil que te das el lujo de cometer tres en el mismo mes. Que yo esté ausente, no significa que no sepa lo que ocurre, Gibraltar. El consejero Ryan estaba de pie a un lado de su jefe, y no debía pensarlo mucho para saber que era él quien cuidaba de cada aspecto en la vida de ese hombre, que confiaba en su palabra más que en la de cualquiera. Estaba con su familia desde tiempos memora
__ No pienso aceptar eso. - dijo Valentina cuando le avisaron de lo que su familia había acordado con los Crown - Ni siquiera pidieron mi opinión. No saben si podría tener novio y ustedes pretenden que me case con...__ Novio no tienes hasta donde sabemos, así que deja la tontería. - la regañó su madre, siendo apoyada por Larry su cuñado, quien guardó silencio. - Esto pondrá fin a la contienda de familias. Piensa en eso. __ Pues hay otras formas. No tiene que ser necesariamente un matrimonio conmigo. - se vio enojada con ellos y decepcionada, incluso de su madre de quién ya casi nada le extrañaba. - Si mi papá viviera, no consentiría este arreglo jamás.__ Pues no está y es justamente por eso que no queremos guerras con nadie. Por eso se han casado tus hermanos y por eso te casarás tú. - atribuyó su madre. Levantó la mano para silenciarla cuando la vio con intenciones de refutar nuevamente. - No se extenderá este tema. Te casas con el hijo de Aarón y ya. Ni siquiera la dejó terminar
En cuánto pudo recuperar el aliento y saber que el hombre que dormía boca abajo no se despertaría, Valentina se puso la ropa, lo más rápido que sus torpes pasos se lo permitieron. Además las secuelas aun estaban muy presentes y en cada paso para buscar sus cosas lo notó. Muy mala hora para no haber llevado su teléfono, pensó. Pero lo hizo para no ser localizada por nadie. Aunque eso no sirvió porque cuando salió del sitio en la madrugada, con su cabello cubriendo su rostro para no ser vista por nadie, no creyó que se encontraría con un auto que le impidió el paso. __ ¿Tío, que haces aquí? - preguntó al hombre en la cabina. Este solo reparó su aspecto y negó con desdén hacia sus acciones. __ Esa pregunta la debería hacer yo. - la reprendió. Ella sintió vergüenza de sí misma. Olía a licor, fragancia masculina y mucho sudor.No era para menos. __ Sube antes que me arrepienta de no decirle a Micaela sobre lo que hiciste. - señaló. En ese momento no quería discutir con nadie, la cabez
Mientras una aterrada Valentina no lograba recuperar el aliento, Adrián tenía la vista clavada en la mujer que reconoció al instante. No creyó la mala broma del destino, pero ahí estaba, una chiquilla de imagen preparada como si fuera la más decente del mundo. Pero él sabía lo perversa que podía ser y lo maldit4 también, porque su reloj en su muñeca desapareció esa noche y no tenía que ser adivino para darse cuenta quien lo tenía. __ Tú prometido es Adrián Crown. - señaló su madre como si su hija pudiera responder ante eso. - Saluda, no te quedes así. __ No vamos a hacer esto más extenso. Sabemos las razones y no vamos a fingir que salió de un romance. - declaró Adrián, sin quitarle los ojos de encima. Avanzó hacia ella y tomó la mano sin ninguna pizca de sutilidad, le extendió el dedo anular e introdujo la argolla. __ Adrián. - le habló su padre y solo ahí cambió su semblante. - No habiendo nada más que tratar, nos vamos. La boda se llevará a cabo al mediodía de mañana. Valentin
Valentina observó su figura en el espejo, con un vestido de textura suave y color oscuro. Era la única mujer en esa familia luego de su madre, las uniones de sus hermanos no les habían servido de mucho, por lo que debía ser ella a quien enviaran al matadero prácticamente.Los Crown no eran una familia con una fama de pacíficos. Al contrario, se hablaba de las torrenciales caídas que causaron en su recorrido por diversas ciudades.Y ahora, ella sería la esposa del último hijo de Aarón Crown. Adrián por su parte miró la hora con aburrimiento. Su condena como lo llamó estaba por sellarse. Un matrimonio concertado, lo que sabía que pasaría de alguna manera. No se negó porque era necesario, pero odiaba el solo pensar que se tendría que casar con una niñita que de seguro no soportaría si les tocaba convivir. Apenas la conocía y la estaba odiando. __ ¿Cuanto más va a tardar la princesita? - cuestionó al aire. Todos estaban reunidos, esperando a la novia, quien ya estaba por decidirse por
El nuevo día llegó y con ello la culpa de Valentina por haber bebido la noche anterior. La cabeza estaba por estallarle y más con los gritos sin piedad de su madre que no eran para nada conciliadores. __ Solo baja la voz. Me casé, es lo que querías - le dijo la chica, dándose cuenta que eso solo la enojó mucho más. __ ¡¿Como demonios se te ocurre ir a beber?! ¿Acaso no te he enseñado que una señorita de casa debe mantenerse siempre en sus cabales? No convertirse en una mujer del bajo mundo que...__ Es una inconsciente que no piensa en cuidar su imagen. - se sumó su hermano mayor haciendo que Valentina se fijará en él. Carter estaba ahí, si él llegó, de seguro Cole y Grayson también. - No haces más que portarte como una...__ Como me comporte ya no es de su incumbencia. Casarme con alguien que puede asesinarme en cualquier momento no es lo que soñé con hacer a mis 21, pero lo hice. - se puso de pie. - Por ustedes y la estupidez de dejarse influenciar de cinco ancianos que no hacen
El asistente Monroe no podía creer lo que estaba viendo. Que alguien le apuntara de esa forma a su jefe ya hubiese sido para que este actuara con mucho más de lo que estaba haciendo. Estaba respirando mucho más de lo que cualquiera antes.Valentina vio posibles escenarios donde ella disparaba y en todos ellos salía victoriosa, aunque tenía claro que no era más que el producto de su mente fantasiosa. Adrián sintió el frío cañón ceñir su piel, la fuerza era demasiada como para que no haya bajado la mano, pero la princesita Bassett seguía sin despegar sus ojos de los suyos. Era fuerte, pero eso se acabaría, se dijo. Atrapó el cañón con su mano y de un tirón le arrebató el arma, girándola para que ahora fuese su dedo el que estuviera en el gatillo, solo un segundo antes que regresara al sitio donde minutos antes la había dejado. __ Las reglas están por algo y es para evitar que esto ocurra. - exclamó sentándose en su silla una vez más. - Tus pataletas de niña consentida las dejas que