Valentina observó su figura en el espejo, con un vestido de textura suave y color oscuro. Era la única mujer en esa familia luego de su madre, las uniones de sus hermanos no les habían servido de mucho, por lo que debía ser ella a quien enviaran al matadero prácticamente.
Los Crown no eran una familia con una fama de pacíficos. Al contrario, se hablaba de las torrenciales caídas que causaron en su recorrido por diversas ciudades.Y ahora, ella sería la esposa del último hijo de Aarón Crown.Adrián por su parte miró la hora con aburrimiento. Su condena como lo llamó estaba por sellarse.Un matrimonio concertado, lo que sabía que pasaría de alguna manera. No se negó porque era necesario, pero odiaba el solo pensar que se tendría que casar con una niñita que de seguro no soportaría si les tocaba convivir. Apenas la conocía y la estaba odiando.__ ¿Cuanto más va a tardar la princesita? - cuestionó al aire.Todos estaban reunidos, esperando a la novia, quien ya estaba por decidirse por la opción que más le gustaba.Escapar.__ Estás hermosa, sobrina. - le dijo su tío entrando a la habitación. - Pero se te hace tarde.__ Que se harte de esperar y se vaya, sería perfecto. - murmuró dejando el ramo a un lado. - Pueden hacerlo de otra manera.__ Pero esta esta es la más rápida. - rozó su pulgar en su mejilla. - Te pareces mucho a tu padre. Tan fuerte y valiente como él, de seguro si te viera en este momento, dispuesta a sacrificarte para proteger lo que ayudó a crear, estaría orgulloso de tí.Ahí estaba. De nuevo las palabras correctas para terminar con las defensas de su sobrina. Larry Bassett sabía muy bien cómo hacerla seguir sus órdenes, disfrazadas de solicitudes muy amables.Porque no pasaron ni dos minutos antes que su sobrina tomara el ramo de nuevo. Cinco minutos más tarde, se avisó de la llegada de la novia.Adrián soltó un bufido cansado. Sus hermanos se le unieron y él se posicionó en su lugar.__ Dicen que es muy tranquila. - mencionó Joseph. - De seguro no tendrás problemas con ella.__ De seguro - murmuró levantando la mirada hacia la chica de altura menor a la suya y cabello rubio casi platinado, fue lo único que quiso ver. Con el día podía verla mejor y aunque no le agradara, reconoció eso.Aunque cuando se plantó a su lado el olor a piña le llegó a la nariz. Era alérgico a tales frutas, pero optó por ignorarlo.La miró de reojo y volvió hacia el sujeto que comenzó a oficiar la boda concertada. Valentina lo vio por él rabillo del ojo y giró la mirada. La prepotencia de ese sujeto era muy conocida, ahora lo entendía al verlo mirando con desdén el sitio con pobres arreglos que su madre hizo.Si tanto odiaba estar ahí ¿Porque no se iba?Le haría un favor, se dijo.Pero lo que no sabía era que ambos pensaban lo mismo del otro.__ Estamos reunidos en este lugar para darle fin a una enemistad de dos familias, con una acuerdo que garantiza la integridad y seguridad de ambos apellidos. - dijo el sujeto. - Si hay alguien que no esté de acuerdo, es momento de que hable. Firmado el acuerdo, no hay vuelta atrás.Leonardo estuvo tentado. Joseph incluso aclaró su garganta, pero Adrián negó, dando por hecho que así debían suceder las cosas. Dio su palabra y no incumpliría.__ Bien, continuamos con la ceremonia. - Valentina no tuvo voz para decir que no, era su deber mantenerse en la decisión.Solo llenó de aire sus pulmones y miró al frente.__ Adrián Crown ¿Acepta usted a Valentina Bassett como su esposa, para protegerla y respetarla, garantizar que cuidará de ella el resto de su vida? - un asentimiento de cabeza fue todo lo que se necesitó como respuesta.Solo querían que todo acabara rápido.__ Valentina Bassett ¿Se compromete usted a serle fiel, respetar y honrar esta unión y a su esposo hasta el fin de sus días?__ Sí. - dijo solamente, aunque deseaba todo lo contrario. El documento fue deslizado a Valentina, quien ya no podía dudar, así que le pasó el bolígrafo a su ahora esposo, siendo la primera vez que vio sin una sola emoción a los ojos del hombre que se fijó en los suyos.La olas eléctricas avasallaron su tórax. Su piel se sintió tibia y el oxígeno que entró a sus pulmones no fue suficiente. ¿Como podía haber tanta luz en una mirada tan siniestra? No lo sabía, pero era muy interesante.Adrián apartó la mirada y firmó, poniéndose derecho de nuevo, en tanto escucho un "bum" demasiado fuerte, hasta que se dió cuenta que era en su pecho dicho sonido.__ Bien, el pacto está concertado. - declaró el hombre. - Que cada uno de los involucrados sepa que la unión no tiene fin, las salidas no existen ya que esas son solo terminadas de un modo.Adrián miró su reloj una vez más y Valentina masculló con desagrado.__ Podemos irnos. - dijo Adrián al saber que celebración no habría de ninguna manera.__ No hay nada más que hacer aquí. - exclamó Valentina saliendo primero. - Matrimonio querían, matrimonio obtuvieron.__ No, si es muy tranquila. - murmuró Adrián. Joseph arrugó las cejas. - Menos mal era concertado, de ningún otro modo, esto sucedería.__ Opino igual. - levantó la voz la mujer que tiró el ramo. - Menos mal jamás volveré a verte, querido esposo.__ Menos mal. - alegó Adrián con hastío yendo a su auto.Necesitaba una botella entera para pasar el mal momento. Esperó que pudiera olvidar tal cosa, aunque no era como si saberse casado era algo temporal.Caída la noche entró a un club donde el rojo predominó y la música retumbó en cada esquina. Buscó el sitio donde estaría y pidió que le llevaran el licor que sería su acompañante en ese momento.Sus hermanos lo entendieron y solo se quedaron en el lugar para vigilar que no pasara a más.Valentina por su parte entró a un baño, la luz no servía o así era siempre, pero no le importó. Tenía demasiado licor en su sistema como para importarle eso, se lavó el rostro, pero el calor de su cuerpo exigió más.La última bebida le supo mal y no quiso probar más.Su madre se quedó furiosa con ella, pero en ese instante era lo de menos. Ya sé había casado como quiso, no tenía con qué amenazarla.La puerta se abrió y ella pidió un momento, antes de que se tambaleara, sus tacos eran muy altos haciéndola irse de frente, logrando detener su caída debido a los brazos grandes y fuertes de alguien que la sostuvo.__ ¿La princesita se sintió mal? - la risa ronca la hizo elevar la mirada, encontrando un color que había visto varias veces y aunque en ese momento no supo donde, tuvo el mismo impacto.__ Ni creas que por estar borracha, no sé defenderme. - se liberó de él. - ¡Pff! Este es el baño de chicas... vete antes que llame a seguridad.__ Este es el baño de hombres. - respondió el sujeto que se cruzó de brazos y apenas distinguió. - Y está fuera de uso.__ ¡Mentira! - caminó hasta la puerta para enfocar la figura y la advertencia que antes no pudo ver. - ¡Oh, es verdad! Que raro, eso no estaba cuando llegué. - se pasó el dorso de la mano en la nariz. - Eres muy guapo...no sé cómo te llamas o no lo recuerdo...pero tienes muy bonitos ojos, se parecen a los de un sujeto nefasto que...- se tambaleó y Adrián la volvió a sostener. - Te pareces al señor hielo... pero creo que él no tiene corazón.Adrián no supo porqué aún escuchaba las incoherencias de una desquiciada borracha o porque no la soltaba.__ Dice que no soy importante para nadie. - hizo mala cara. - Pero le voy a demostrar que lo soy. Lo seré para él, para mí mamá, para Fabrizio y para... para tí. - acarició sus labios. - ¿Te gustaría que fuera importante para tí?__ Siendo una borracha loca, vas a conseguir mucho. - la reprendió y ni él entendió porqué. Solo la soltó y alejó para dejar de tener ganas de hacer algo estúpido.Adrián salió del lugar a paso rápido. Pero pronto se detuvo al oír como un borracho estaba tratando de convencer a Valentina de entrar con él al baño.Se dijo que ese no era su problema y siguió su camino, pero cuando el "no" de la chica salió de su boca, apretó los puños y se maldijo solo, al no ser capaz de avanzar y en dos zancadas gigantes estaba lanzándolo hacia el piso con un puñetazo a su cara.__ Ni siquiera la conoces, hermano. - se limpió la nariz ensangrentada.__ Ella es mi es...- se sintió ridículo admitiendo eso. Solo movió la cabeza y observó a la mujer que tenía el vestido casi a la mitad de sus muslos. - ¡Carajo, Adrián! Solo déjala, no es tu problema.Lanzó una advertencia hacia el borracho que se fue y este lo siguió, siendo interceptado por su hermano.__ ¿Esa no es tu...- le preguntó Joseph.__ No importa. Es mejor irnos. - espetó al ver llegando a su tío por ella. Él se haría cargo.__ ¡Amo a ese sujeto! - gritó la chica desde la distancia. - Oíste tío, dale una muy buena propina. Fue muy amable.La risa solo lo enojó más. Era un insulto para él tener una esposa como ella."Pude casarme con un maldito tejón y me hubiera salido mejor" pensó, agradeciendo que no volvería a verla. No podía convivir con alguien como ella, jamás.El nuevo día llegó y con ello la culpa de Valentina por haber bebido la noche anterior. La cabeza estaba por estallarle y más con los gritos sin piedad de su madre que no eran para nada conciliadores. __ Solo baja la voz. Me casé, es lo que querías - le dijo la chica, dándose cuenta que eso solo la enojó mucho más. __ ¡¿Como demonios se te ocurre ir a beber?! ¿Acaso no te he enseñado que una señorita de casa debe mantenerse siempre en sus cabales? No convertirse en una mujer del bajo mundo que...__ Es una inconsciente que no piensa en cuidar su imagen. - se sumó su hermano mayor haciendo que Valentina se fijará en él. Carter estaba ahí, si él llegó, de seguro Cole y Grayson también. - No haces más que portarte como una...__ Como me comporte ya no es de su incumbencia. Casarme con alguien que puede asesinarme en cualquier momento no es lo que soñé con hacer a mis 21, pero lo hice. - se puso de pie. - Por ustedes y la estupidez de dejarse influenciar de cinco ancianos que no hacen
El asistente Monroe no podía creer lo que estaba viendo. Que alguien le apuntara de esa forma a su jefe ya hubiese sido para que este actuara con mucho más de lo que estaba haciendo. Estaba respirando mucho más de lo que cualquiera antes.Valentina vio posibles escenarios donde ella disparaba y en todos ellos salía victoriosa, aunque tenía claro que no era más que el producto de su mente fantasiosa. Adrián sintió el frío cañón ceñir su piel, la fuerza era demasiada como para que no haya bajado la mano, pero la princesita Bassett seguía sin despegar sus ojos de los suyos. Era fuerte, pero eso se acabaría, se dijo. Atrapó el cañón con su mano y de un tirón le arrebató el arma, girándola para que ahora fuese su dedo el que estuviera en el gatillo, solo un segundo antes que regresara al sitio donde minutos antes la había dejado. __ Las reglas están por algo y es para evitar que esto ocurra. - exclamó sentándose en su silla una vez más. - Tus pataletas de niña consentida las dejas que
__ No juegues con algo que te pesará luego. - dijo Adrián sin importarle que estuviesen a punto de atravesarlo con la punta de un cuchillo. Se alzó más sobre la pequeña hija de Renzo Bassett y se acercó a su boca. - Porque sueñas con rebanar mi garganta, yo sueño con azotarte el trasero para que tus delirios suicidas dejen de darme problemas. Rozó sus labios con los de ella, dejando a Valentina con apenas el oxígeno justo para continuar respirando. __ Hazlo. - la instó. Su aliento chocó contra sus labios. Ella apretó más el agarre y se alejó de golpe. __ Si te mato, alguien me matará a mí ¿no? - preguntó riendo. __ No. Solo quedará en el intento. - recogió la camisa que se le había caído y le dió la espalda. - En lugar de estar comiendo en la oscuridad, usa el jodido comedor como todo mundo. __ Me lo prohibiste.- acusó ella.__ No te he prohibido nada, demente. Además, dudo mucho que a la princesita se le dé por acatar órdenes. - refunfuñó alejándose del ella. __ Y yo que tenía
__ Esa cosa es un...__ Deja la exageración que te dije muy claramente que no entraras aquí. - dijo Adrián sacándola del lugar, cerrando la puerta atrás de él. - Pero eres una testaruda.__ A mí no me insultes. - se exaltó al estar en el pasillo. - Su me hubieses dicho que era lo que escondías en verdad, no se me hubiese pasado por la cabeza entrar aquí. - discutió enojada. - ¿Como iba a saber que era otra bestia igual a tí? __ No quiero perder el tiempo contigo. - exhaló llenándose de paciencia. No era su estilo perder la compostura, pero la hija de Renzo Bassett lo ponía al borde muchas veces. __ Se me pasó el hambre. Que tengas una muy mala noche. - la mano le temblaba aún debido al susto, pero la escondió para no dejarse en evidencia. - Aunque dudo que tengas una buena. Adrián movió su cabeza de lado a lado, en verdad necesitaba se mucha voluntad para no tomar el asunto en sus propias manos. Cuando le dijeron de un matrimonio donde la vería lo mínimo, no creyó que con eso se r
Fabrizio Campel, siempre fue un tipo de competencias reñidas, en todo lugar donde hubiese una ganancia de por medio, siempre tenía espacio. Valentina fue la única que lo trató con decencia durante mucho tiempo, pero lo que le pedía era mucho para él. No podía ir en contra de un clan entero para sacarla de un país que controlaban. Sabía que le guardaba rencor, sin embargo creyó que podía disculpar su renuencia a ayudarla llevando lo que a ella podría gustarle. Aunque ir a casa de su eterno rival en diferentes ámbitos era muy arriesgado para él. Adrián no era alguien fácil de sobrellevar, estar ahí ya era un riesgo para él. __ El señor vendrá en unos minutos. - le informó el asistente Monroe posándose frente a él. Ya no tenía claro si era buena idea, pero quería que Valentina supiera que había ido a buscarla y si no quería recibirlo, haría que al menos se diera cuenta que quería ayudarla. __ Espero brevedad. - exclamó Adrián cuando apareció frente a él, con la cautela que verlo en
Adrián recorrió una gran distancia desde su casa por la zona menos transitada del terreno. Midiendo su frecuencia cardiaca continuó hasta que la tarde comenzó a oscurecerse, pues debía prepararse para el evento de moda que su madre preparó y quería que sus hijos presenciaran. Rasha corrió a su lado y rugió cuando este le ordenó detenerse. Era un animal muy veloz y aún cuando él se ponía exhaustivas metas, para el felino aún no bastaba. Descansó un poco y le permitió beber agua para iniciar el camino de regreso. En cuanto regresó vio a Valentina moverse en su habitación y se preguntó si al menos dejaría de hacerle caprichos tontos, pues le dijo a su asistente que le indicara que la quería lista para salir a un evento, pero con ella podía esperar que dijera que sí o incendiar su casa con un rotundo no. Claro que creyó que se opondría, pero la hija de Renzo Bassett solo deseó poder salir de ese lugar al menos a sitios donde no era muy habitual que fuera, pero conocía el trabajo de Lu
Adrián vio su reloj por tercera vez, ya habían transcurrido más de quince minutos de que Valentina se había ido al baño. Estaba al tanto de que las mujeres tardaban mucho, pero no tanto. Todos estaban con sus respectivas copas de champagne, mientras él por alguna razón no dejó de ver a ese pasillo. __ Te ves preocupado. - comentó Sara cuando regresó de su llamada para saber de sus hijos. - ¿Ocurre algo? __ Nada. - no iba a decirle que le preocupaba algo sin sentido como lo era eso que tenía en la cabeza. __ Cada vez que dices que nada, es mentira. Si esperas a alguien del baño, te puedo asegurar que está vacío. - sus ojos se movieron para estar sobre su cuñada. - Estuve ahí para llamar a la casa y durante los cinco minutos no entró, ni salió nadie. Sí buscas a tu esposa, se seguro está por ahí. No quiso decir nada más porque vio ese mismo gesto asesino que veía en su esposo, pero él Leonardo sabía cómo calmarlo, en Adrián no tenía mucha idea, ademas que era por su matrimonio reci
__ La razón por la que vine fue para traer esto. - dijo Mirna sacando de su bolso una invitación. - Esta noche es mi cumpleaños, ya que todo está en paz en las familias, opté porque sea aquí en New York. Adrián se levantó sin dejar de teclear en su teléfono. __ Es para tí. - la puso en su pecho con la sonrisa de oreja a oreja que no disimuló ni un poco el coqueteo descarado. - Guardé una para tí...y Valentina.Adrián la observó cómo si fuera una ofensa hacia a él. Ni se esmeró en tomar la invitación, sin esperar a que la sostuviera para seguir su camino como si fuera lo más insignificante de su día. __ ¡Oh, vamos! No seas así, antes te gustaba cuando...__ Valentina, sube al auto. Si quieres trabajar, tengo algo en lo que podrías ayudar. - soltó sin verla. La rubia ni lo pensó antes de levantarse de su silla. Su cuñada no era de su agrado, soportar sus delirios de importante para todos no estaba en sus planes. Además era trabajo, podría distraerse. __ Voy por mis cosas y salgo. -