El nuevo día llegó y con ello la culpa de Valentina por haber bebido la noche anterior. La cabeza estaba por estallarle y más con los gritos sin piedad de su madre que no eran para nada conciliadores.
__ Solo baja la voz. Me casé, es lo que querías - le dijo la chica, dándose cuenta que eso solo la enojó mucho más.__ ¡¿Como demonios se te ocurre ir a beber?! ¿Acaso no te he enseñado que una señorita de casa debe mantenerse siempre en sus cabales? No convertirse en una mujer del bajo mundo que...__ Es una inconsciente que no piensa en cuidar su imagen. - se sumó su hermano mayor haciendo que Valentina se fijará en él. Carter estaba ahí, si él llegó, de seguro Cole yGrayson también. - No haces más que portarte como una...__ Como me comporte ya no es de su incumbencia. Casarme con alguien que puede asesinarme en cualquier momento no es lo que soñé con hacer a mis 21, pero lo hice. - se puso de pie. - Por ustedes y la estupidez de dejarse influenciar de cinco ancianos que no hacen más que controlar todo ahora que mi papá no está.__ No te permito...__ No, ya no tienes que permitirme nada. Me casé, tengo mi parte de la herencia. Me largo de aquí. - quiso entrar al baño. Pero Carter atajó su escape.__ Claro que te vas. - le dijo. - Pero a casa de tu marido.La jaqueca de Valentina se volvió una migraña mucho más potente que nunca.__ ¿Que quieres decir?__ Que por mandato del concejo y sugerencia del tío Larry irás a la casa que tu marido tiene para ustedes, sellando el tratado. - cerró los dedos en su brazo. - Y ni creas que vas a negarte, porque la oferta de vender aún está en pie y la única forma en que dejará de ser considerada como una opción, es si tú haces tu parte del trabajo.__ Es el emporio de papá, Carter.__ Y está muerto. - la liberó. - Si nos andamos con sentimentalismos, perderemos todo y eso ahora no es una opción. Así que quítate el olor a borracha barata y prepara tus maletas. Iré yo mismo a entregarte a él.Sabían del amor que Valentina tenía por todo lo que su padre poseía, por lo que no se les hizo difícil tomar partido de eso. Nadie iba a apoyarla, ella los necesitaba, se apoyarían en eso cuanto pudieran y verla arrastrando su maleta casi tres horas después les dió la certeza de que haría lo que querían, con tal de mantener todo lo que Renzo dejó para ellos.__ Espero que estén contentos por esto. - les aplaudió irónica. - Porque en cuánto pueda recuperar todo lo de mi padre, no les daré un carajo.Sus hermanos vieron la misma determinación que su padre mostraba en todo momento, pero ella era una mujer. ¿que podría hacer? se dijeron.Carter desvalorizó siempre a su hermana, Cole era el que menos le interesó lo que sucedía y Grayson, él no tenía más opción que apoyar.__ El vuelo sale en media hora. - dijo Mirna del brazo de Carter. - Es bueno que nos vayamos.Que ella la viera como alguien superior le enojó más a la menor de los Bassett. Siempre tenía opinión en los asuntos familiares y aún no se casaba con su hermano pese a ser una mujer que acababa de conocer.Pero no iba a discutir con ella. Ya sabía que jamás se callaría si comenzaba a decir porqué ella sí tenía un lugar en ese lugar.Prefirió subir al vehículo que los trasladó a la pista, donde el avión de su difunto padre despegó, aterrizando horas después en Manhattan.__ Si haces berrinches de nuevo, espero que al menos cuides la lengua y no digas que perteneces a nosotros. - advirtió Carter.__ Ahora me da vergüenza el apellido, no te preocupes. - fingió obediencia para luego mostrar el rencor que tenía hacia a él también.En poco tiempo y con una carretera mojada por la reciente lluvia, Valentina pudo ver una casa de un estilo muy original, único y con unas columnas con figuras talladas que le gustaron. Al menos no era una cueva.Mirna se arregló el labial una vez más y salió del vehículo, atrás de Carter, el cual llevaba del codo a su hermana. La puerta le fue abierta de inmediato cuando dijo la razón del porqué estar ahí.__ Suban la maleta a la habitación al final del pasillo. - dijo Adrián al salir del despacho.__ De rivales a ¿cuñados? - se burló Carter. - Que buen cambio ¿no?__ ¿Tú mi rival? - cuestionó el hombre de mirada ámbar.__ Me quedé con el premio. - se mofó, mientras Valentina vio la razón del porqué Carter mencionó tal cosa, Mirna. La cual no disimuló ni un poco lo que ocurría, asqueando más a su cuñada y ahora esposa de su ex.__ Cuando quiero algo de verdad, lo consigo y lo mantengo conmigo. - soltó comenzando a subir las escaleras.Con un movimiento de cabeza le indicó al hombre que lo acompañó para que los echara de su casa. Sin mirar con verdadero interés a ninguno de los tres.Cárter tuvo que soportar las ganas de tomar un camino más rápido para enfrentarse al hombre que siempre le ganó en competencias que él se formó solo, pues cuando Adrián quiera competir, no permitía ni siquiera que supieran la ventaja que tenía.Valentina no tuvo opciones. Se vió sola cuando su hermano se marchó, en una casa donde no sabía ni que podía hacer. Solo siguio el camino a donde escuchó que llevaron su maleta, hallandola fácil.La habitación tenía paredes oscuras, que aunque fuera elegantes, no le quitó lo frío y solitario. Como él. Asomó por la ventana y la seguridad en ese lugar era óptimo. Lo creyó un paranoico por tener tanta vigilancia, siendo el adjetivo menos ocurrente para describirlo.__ Señorita, el señor Adrián envió esto para usted. - dijo el hombre con traje ajustado que se presentó como el asistente Monroe. - Son los reglamentos que dispuso para usted.__ ¿Mis qué? - arrugó la hoja que recibió.__ Son lineamientos por...__ No me importa por qué sean. ¿Quién se cree? ¿Dios? - el asistente Monroe se movió para no recibir la bola que formó con la hoja, la junto y ella se lo volvió a quitar. - ¿Donde está Arrogadrián?__ ¿Quien?__ El arrogante Adrián. - aclaró.__ En su despacho, pero...No lo dejó terminar de hablar cuando salió disparado a ese lugar, con la hoja que apretó más fuerte. Pasos grandes, veloces y furiosos, mientras el asistente Monroe corrió para alcanzarla. No pudiendo detenerla cuando abrió la puerta de par en par.Adrián solo sintió como la bola de papel le impactó en el pecho, antes de ver a la mujer enfadada que le quería cortar la cara.__ Que sea tu esposa, no quiere decir que voy a seguir lineamientos para controlarme. - determinó. - No soy de tu propiedad para ser tratada como una esclava__ Monroe, sácala de aquí. - ordenó el hombre sentado tras el escritorio.__ Me pones una mano encima y también será contigo. - advirtió Valentina deteniendo el intento del asistente, volviéndose hacia su jefe de nuevo. - No voy a seguir reglas de cuántas veces puedo abrir las puertas de la celda que me diste, no soy tu maldit@ esclava.__ Reclama cuando tengas voto en el tema. - soltó él. - Y si tuviera una esclava como tú, ya le hubiese enviado a sellar la boca por insolente.__ ¡Pero no lo soy! Y no voy a tolerar ser tratada como tal. - se defendió.__ Si fueras una esclava te haría bajar la cabeza, las rodillas y los humos a punta de zurras, insolente. - dictaminó Adrián.__ Y sí fueras mi dueño te mataría si me pones una mano encima. - respondió segura. El arma que había en el escritorio fue su objetivo.La risa burlona de Adrián la enojó mucho más, tomando el arma con el que le apuntó.Creyó que al menos mostraría un poco de temor, pero no hubo nada de eso en él. Impávido. Sin bajarle ni la mirada se levantó pegando su pecho al cañón.__ Dispara. - la instó. Ella movió el dedo en el gatillo en tanto los ojos llameantes la quisieron quemar viva. - Dispara, princesita.Adrián vio decisión en ella. Lo quería muerto, eso era innegable, pero no fue capaz de hacerlo. Enterró aún más su pecho en el cañón, a modo de provocación obligándola a retroceder.Dos miradas llenas de rabia que colisionaron ferozmente, mezcladas con sensaciones que volvieron el entorno como si una capa de hielo estuviese siendo derretida, pues un vapor se levantó entre los dos y mantuvo esa firmeza que los redujo a un reto que ninguno parecía querer detener.El asistente Monroe no podía creer lo que estaba viendo. Que alguien le apuntara de esa forma a su jefe ya hubiese sido para que este actuara con mucho más de lo que estaba haciendo. Estaba respirando mucho más de lo que cualquiera antes.Valentina vio posibles escenarios donde ella disparaba y en todos ellos salía victoriosa, aunque tenía claro que no era más que el producto de su mente fantasiosa. Adrián sintió el frío cañón ceñir su piel, la fuerza era demasiada como para que no haya bajado la mano, pero la princesita Bassett seguía sin despegar sus ojos de los suyos. Era fuerte, pero eso se acabaría, se dijo. Atrapó el cañón con su mano y de un tirón le arrebató el arma, girándola para que ahora fuese su dedo el que estuviera en el gatillo, solo un segundo antes que regresara al sitio donde minutos antes la había dejado. __ Las reglas están por algo y es para evitar que esto ocurra. - exclamó sentándose en su silla una vez más. - Tus pataletas de niña consentida las dejas que
__ No juegues con algo que te pesará luego. - dijo Adrián sin importarle que estuviesen a punto de atravesarlo con la punta de un cuchillo. Se alzó más sobre la pequeña hija de Renzo Bassett y se acercó a su boca. - Porque sueñas con rebanar mi garganta, yo sueño con azotarte el trasero para que tus delirios suicidas dejen de darme problemas. Rozó sus labios con los de ella, dejando a Valentina con apenas el oxígeno justo para continuar respirando. __ Hazlo. - la instó. Su aliento chocó contra sus labios. Ella apretó más el agarre y se alejó de golpe. __ Si te mato, alguien me matará a mí ¿no? - preguntó riendo. __ No. Solo quedará en el intento. - recogió la camisa que se le había caído y le dió la espalda. - En lugar de estar comiendo en la oscuridad, usa el jodido comedor como todo mundo. __ Me lo prohibiste.- acusó ella.__ No te he prohibido nada, demente. Además, dudo mucho que a la princesita se le dé por acatar órdenes. - refunfuñó alejándose del ella. __ Y yo que tenía
__ Esa cosa es un...__ Deja la exageración que te dije muy claramente que no entraras aquí. - dijo Adrián sacándola del lugar, cerrando la puerta atrás de él. - Pero eres una testaruda.__ A mí no me insultes. - se exaltó al estar en el pasillo. - Su me hubieses dicho que era lo que escondías en verdad, no se me hubiese pasado por la cabeza entrar aquí. - discutió enojada. - ¿Como iba a saber que era otra bestia igual a tí? __ No quiero perder el tiempo contigo. - exhaló llenándose de paciencia. No era su estilo perder la compostura, pero la hija de Renzo Bassett lo ponía al borde muchas veces. __ Se me pasó el hambre. Que tengas una muy mala noche. - la mano le temblaba aún debido al susto, pero la escondió para no dejarse en evidencia. - Aunque dudo que tengas una buena. Adrián movió su cabeza de lado a lado, en verdad necesitaba se mucha voluntad para no tomar el asunto en sus propias manos. Cuando le dijeron de un matrimonio donde la vería lo mínimo, no creyó que con eso se r
Fabrizio Campel, siempre fue un tipo de competencias reñidas, en todo lugar donde hubiese una ganancia de por medio, siempre tenía espacio. Valentina fue la única que lo trató con decencia durante mucho tiempo, pero lo que le pedía era mucho para él. No podía ir en contra de un clan entero para sacarla de un país que controlaban. Sabía que le guardaba rencor, sin embargo creyó que podía disculpar su renuencia a ayudarla llevando lo que a ella podría gustarle. Aunque ir a casa de su eterno rival en diferentes ámbitos era muy arriesgado para él. Adrián no era alguien fácil de sobrellevar, estar ahí ya era un riesgo para él. __ El señor vendrá en unos minutos. - le informó el asistente Monroe posándose frente a él. Ya no tenía claro si era buena idea, pero quería que Valentina supiera que había ido a buscarla y si no quería recibirlo, haría que al menos se diera cuenta que quería ayudarla. __ Espero brevedad. - exclamó Adrián cuando apareció frente a él, con la cautela que verlo en
Adrián recorrió una gran distancia desde su casa por la zona menos transitada del terreno. Midiendo su frecuencia cardiaca continuó hasta que la tarde comenzó a oscurecerse, pues debía prepararse para el evento de moda que su madre preparó y quería que sus hijos presenciaran. Rasha corrió a su lado y rugió cuando este le ordenó detenerse. Era un animal muy veloz y aún cuando él se ponía exhaustivas metas, para el felino aún no bastaba. Descansó un poco y le permitió beber agua para iniciar el camino de regreso. En cuanto regresó vio a Valentina moverse en su habitación y se preguntó si al menos dejaría de hacerle caprichos tontos, pues le dijo a su asistente que le indicara que la quería lista para salir a un evento, pero con ella podía esperar que dijera que sí o incendiar su casa con un rotundo no. Claro que creyó que se opondría, pero la hija de Renzo Bassett solo deseó poder salir de ese lugar al menos a sitios donde no era muy habitual que fuera, pero conocía el trabajo de Lu
Adrián vio su reloj por tercera vez, ya habían transcurrido más de quince minutos de que Valentina se había ido al baño. Estaba al tanto de que las mujeres tardaban mucho, pero no tanto. Todos estaban con sus respectivas copas de champagne, mientras él por alguna razón no dejó de ver a ese pasillo. __ Te ves preocupado. - comentó Sara cuando regresó de su llamada para saber de sus hijos. - ¿Ocurre algo? __ Nada. - no iba a decirle que le preocupaba algo sin sentido como lo era eso que tenía en la cabeza. __ Cada vez que dices que nada, es mentira. Si esperas a alguien del baño, te puedo asegurar que está vacío. - sus ojos se movieron para estar sobre su cuñada. - Estuve ahí para llamar a la casa y durante los cinco minutos no entró, ni salió nadie. Sí buscas a tu esposa, se seguro está por ahí. No quiso decir nada más porque vio ese mismo gesto asesino que veía en su esposo, pero él Leonardo sabía cómo calmarlo, en Adrián no tenía mucha idea, ademas que era por su matrimonio reci
__ La razón por la que vine fue para traer esto. - dijo Mirna sacando de su bolso una invitación. - Esta noche es mi cumpleaños, ya que todo está en paz en las familias, opté porque sea aquí en New York. Adrián se levantó sin dejar de teclear en su teléfono. __ Es para tí. - la puso en su pecho con la sonrisa de oreja a oreja que no disimuló ni un poco el coqueteo descarado. - Guardé una para tí...y Valentina.Adrián la observó cómo si fuera una ofensa hacia a él. Ni se esmeró en tomar la invitación, sin esperar a que la sostuviera para seguir su camino como si fuera lo más insignificante de su día. __ ¡Oh, vamos! No seas así, antes te gustaba cuando...__ Valentina, sube al auto. Si quieres trabajar, tengo algo en lo que podrías ayudar. - soltó sin verla. La rubia ni lo pensó antes de levantarse de su silla. Su cuñada no era de su agrado, soportar sus delirios de importante para todos no estaba en sus planes. Además era trabajo, podría distraerse. __ Voy por mis cosas y salgo. -
La llegada de Micaela a su casa no era algo que Adrián hubiese querido presenciar, pero no tuvo más alternativa que hacerlo cuando antes de levantarse escuchó su exigente voz pidiendo hablar con su hija. El gato siguió estando en su espalda, pero solo lo apartó y caminó afuera de su habitación para dejarlo en la habitación de su dueña. Esta vez no fue tan sutil y abrió la puerta encontrando a Valentina con las manos sobre su cara al oír los alegatos de su madre. __ ¿Sales o suelto a Rasha? - le preguntó y aunque ella quiso tomarlo como una broma, se dió cuenta que no era así, este habló muy en serio. __ No me da temor tu advertencia, me da temor que lo dude yo. - se apartó el pelo para levantarse de la cama. - Deja de robarte mi gato. Tienes uno gigante para que te quieras adueñar del traidor de Tritón. __ Encierralo en su jaula, porque eso de dormir con alguien que me deja la espalda arañada no es algo que me agrade. - mencionó dándose la vuelta, sintiendo los ojos de Valentina