La llegada de Micaela a su casa no era algo que Adrián hubiese querido presenciar, pero no tuvo más alternativa que hacerlo cuando antes de levantarse escuchó su exigente voz pidiendo hablar con su hija. El gato siguió estando en su espalda, pero solo lo apartó y caminó afuera de su habitación para dejarlo en la habitación de su dueña. Esta vez no fue tan sutil y abrió la puerta encontrando a Valentina con las manos sobre su cara al oír los alegatos de su madre. __ ¿Sales o suelto a Rasha? - le preguntó y aunque ella quiso tomarlo como una broma, se dió cuenta que no era así, este habló muy en serio. __ No me da temor tu advertencia, me da temor que lo dude yo. - se apartó el pelo para levantarse de la cama. - Deja de robarte mi gato. Tienes uno gigante para que te quieras adueñar del traidor de Tritón. __ Encierralo en su jaula, porque eso de dormir con alguien que me deja la espalda arañada no es algo que me agrade. - mencionó dándose la vuelta, sintiendo los ojos de Valentina
__ El cargamento ya fue recibido. - dijo Leonardo por la línea. - Viene completo. __ Tengo que revisar el mío. - mencionó Joseph. - Pero por lo visto está completo también. __ Solo queda recibir la confirmación de la tercera y cuarta bodega. - exclamó Adrián. - Estarán llegando en dos horas. __ Recibiré la alerta en cuanto lleguen. - declaró Leonardo. - Buen trabajo. Este solo asintió viendo lo que seguía en su itinerario de trabajo. Tenía que organizarse, con el asistente Monroe no le bastaba porque él era que le llevaba el manejo total de esa casa y teniendo a Valentina ahí, no podía irse a la mansión Crown que era la única en donde a veces dormía, luego de la suya. __ El viaje a Madrid tendrá que extenderse. No creo que pueda revisar todo en dos días. __ Toma el tiempo que necesites. Es mejor algo bien hecho aún cuando se tarde, que llegue a fallar por tener prisa. - sugirió Leonardo entregando sus claves de acceso al consejero Ryan. - Por ahora espera la confirmación del vac
Valentina abrió la puerta trasera dejando que Rasha bajara al mismo tiempo que ella ayudó a Adrián a bajar tan rápido sus pies se lo permitieron. Cargó con su peso casi por completo,lo cual la había esforzarse el doble, pues su peso era mucho para ella. __ ¡Monroe! - su voz salió más alto de lo que jamás se escuchó. Repitiendo el nombre una segunda y tercera vez para continuar con los pasos que amenazaron con lanzarlos al suelo a ambos. Su mano tenía tanta sangre como para aterrarla, pero no pensó en nada más que no fuera llevar a Adrián a su cama. __ ¿Que ocurrió? - le preguntó el asistente dejando su tablet en la mesa para socorrerlo. __ Tiene una bala en el hombro, ha perdido mucha sangre y... Ayúdalo. - su voz apenas salió normal. __ Llamaré al señor Leonardo. - dijo el asistente Monroe. Adrián negó. __ Trae un jodido médico... primero el médico. - contradijo, no pensaba alarmar a nadie por algo que podía resolver. Fue puesto en su cama y ese dolor agobiante no lo dejó fijar
Cuando Valentina abrió los ojos descubrió en donde se había quedado dormida la noche anterior. Estaba tan cansada emocionalmente que no se midió y terminó con Adrián en una cama. Solo que no de forma sexual, una más centrada en curar algo que ni siquiera sabía que existía. Se levantó con cuidado, vio a su gato en el otro lado de la cama y se lo llevó con ella a su dormitorio, teniendo la precaución de no despertarlo. __ Sí, es cómodo. - dijo hacia su gato cuando lo puso en su cama. - Pero no lo agarres de costumbre. Es comprensible, no aceptable. Se rió cuando el gato se acomodó sobre sus patas como si entendiera. Su noche no había sido tan mala como esperó, de hecho su energía no se había ido del todo, se sintió más relajada cuando se duchó, tenía un buen ánimo al vestirse y no dudó en bajar cuando le avisaron que su desayuno estaba listo. Sabía cuan orgulloso era Adrián, por lo que verlo sentado en la mesa no le resultó nada de qué asombrarse. __ Buenos días. - saludó como siem
Despertar con un gato dormido en su espalda ya era parte de la rutina de Adrián, cada mañana era lo primero que sentía, por lo que no se le hizo extraño oír la puerta ser abierta, siendo Valentina quien entró y lo tomó cuidando de no hacer ruido. __ Que se vea cómodo no quiere decir que tengas que venir todos los días. - lo regañó saliendo de puntillas, en tanto él se giró en la cama para verla cerrar la puerta con mucha suavidad. Su herida en su brazo ya no dolía tanto, pues la misma mujer que peleaba con un gato, era quien se encargaba de limpiarla y lo reprendía si no tenía cuidado. Vio los puntos en su reflejo cuando se dio un baño y aunque las cicatrices ya tuvieran algún lugar en su pecho y abdomen, ese le recordó que debía prestar más atención a lo que veía y hacía. No podían dejarse robar por alguien que para ese momento era invisible. __ Acuéstate en la cama. - la voz de Valentina salió en una orden, mientras llevaba una bandeja con apósitos y algunos suplementos médicos.
Los pensamientos de Adrián se centraron en lo bien que se veía Valentina sentada en su regazo, dispuesta a continuar el trabajo que tenía su mente ocupada, mientras ella tan solo pensaba en como este con todo descaro le hizo sentir la dureza en su miembr0 y no se veía con ánimos de soltar los dedos que la sostenían sobre él. __ ¿Todo bien? - le preguntó el administrador desde la puerta. La incomoda no sería solo ella, se dijo la rubia, por lo que se movió dejando que este sintiera su trasero frotando sobre sus pantalones, cerrando su garganta con el gruñido que se guardó. __ Todo bien. - logró contestar Adrián al sentir como Valentina, se movió discretamente estimulándolo de forma lenta y tortuosa. __ Tengo el otro aquí mismo para que lo revise de una vez. - Bran fue por el segundo libro y la agenda que tenía a un lado. En lo que Adrián quiso detenerla , sin embargo la chica sobre él encontró el ritmo de atrás hacia adelante, sin prisa. - En la libretita encontrarán lo que hace fal
Valentina guardó la reacción natural que ver ahí a su cuñada le causó. Cuando la vio al principio creyó que sería muy agradable por la forma en que se mostró con su padre, pero fingir ser dulce, amable y paciente, se terminó muy pronto, luego se algunas semanas eso quedó atrás y pudo ver su interés por una sola cosa, el dinero. Algo que se vió reflejado cuando murió su padre; Cole, Carter y ella se vieron muy interesados en la lectura del testamento, prácticamente obligándola a ir a la reunión dispuesta para eso, en lugar de dejarla con su luto. Pero sabían cuánto les beneficiaba, pues Renzo dejó solamente cláusulas donde especificó que todas sus posesiones se repartirían en partes iguales a sus hijos, siendo su tío Larry quien se ofreció a dividir todo justamente. Algo que hasta el momento, no había sucedido. Ahora veía a su hermano y cuñada frente a ella, saludando como si se llevaran de toda la vida. __ Solo digan lo que quieren de una vez y se marchan, tengo hambre y así no so
__ ¿No puedes dormir también? - le preguntó Valentina a Adrián cuando lo encontró en la cocina, casi a las dos de la mañana. Este la vio por encima del hombro y negó. __ Solo tengo que rastrear un contenedor. - se alejó del computador. - ¿Que es lo que no te deja dormir? __ ¿Quieres té? - cambió de tema. - Estoy de ánimos de invitarte uno. __ Pago todo lo de aquí. No podría considerarse como algo que tú me invites. - le recordó y ella giró los ojos. __ ¿Dejarás algún día de responder así y me dejarás ser amable, arrogante? - puso agua a calentar. Adrián apoyó su barbilla en su puño, aclarando su garganta para no demostrar cuánto le divertía verla frustrada. - A veces creo que el señor Arrogadrián solo sabe contradecir. Podrías comenzar a auto tratarte para al menos decir gracias en lugar de recordarme que no he aportado nada para la casa. __ No comiences con dramas. - rodó los ojos. - Te acepto el té, solamente porque tengo sueño y no puedo dormirme hasta verificar que llegó al p