En cuánto pudo recuperar el aliento y saber que el hombre que dormía boca abajo no se despertaría, Valentina se puso la ropa, lo más rápido que sus torpes pasos se lo permitieron.
Además las secuelas aun estaban muy presentes y en cada paso para buscar sus cosas lo notó. Muy mala hora para no haber llevado su teléfono, pensó.Pero lo hizo para no ser localizada por nadie. Aunque eso no sirvió porque cuando salió del sitio en la madrugada, con su cabello cubriendo su rostro para no ser vista por nadie, no creyó que se encontraría con un auto que le impidió el paso.__ ¿Tío, que haces aquí? - preguntó al hombre en la cabina. Este solo reparó su aspecto y negó con desdén hacia sus acciones.__ Esa pregunta la debería hacer yo. - la reprendió. Ella sintió vergüenza de sí misma. Olía a licor, fragancia masculina y mucho sudor.No era para menos.__ Sube antes que me arrepienta de no decirle a Micaela sobre lo que hiciste. - señaló. En ese momento no quería discutir con nadie, la cabeza y cada centímetro de su cuerpo dolía a causa de su reciente encuentro.Subió al vehículo y guardó silencio en todo el camino de regreso a la casa en dónde se estaban quedando. Esperó oir reproches de su tío Larry, pero no hubo nada de eso, lo agradeció de algún modo, aunque no podía negar que odiaba el hecho que supiera lo que había pasado, porque claro de que debía imaginarlo.__ Tenemos una conversación pendiente. - le habló esta cuando salió del vehículo y se dirigió al interior de la casa.__ Puedes decirle a mi madre si tanto quieres. Me da igual. - caminó lo más rápido que pudo, entrando al dormitorio donde se encerró en la ducha por casi media hora antes de regresar a la cama, donde cerró los ojos sin querer pensar en el desconocido a quien le llevó el reloj que encontró en su muñeca.Ni siquiera ella entendía la razón del porqué querer llevarlo, pero lo guardó en su maleta y durmió hasta que cayó el medio día, ignorando a todos los que llegaron por órdenes de su inclemente madre.__ Ya me cansé de tus caprichos. - dijo la mujer que tiró de sus sábanas con fuerza para dejarla al descubierto. Su cabeza se sintió casi explotar debido al feroz grito. - Levántate. Date un baño y te quiero lista para esta noche, tu prometido viene a hacer oficial este pacto.__ Ya te dije mi opinión sobre eso. - dijo ella. - Que venga y se comprometa con el gato.__ No te estoy pidiendo opinión de nada. Te dije lo que harás o de lo contrario venderemos todas las empresas de tu padre al jeque que se ofreció a comprarlas. - ella se levantó de inmediato.__ No lo harías. - quiso creer con todas sus fuerzas que solo era una amenaza.__ Desafía mi paciencia, Valentina. - respondió solamente antes de darse la vuelta.__ Es el patrimonio de mi papá. - le recordó.__ Y se irá al carajo si tú no haces algo para evitarlo.__ ¿Y en que ayudará que me case con un tipo que no conozco? - puso los pies en el frío piso para seguirla.__ En que no tendré que aguantar caprichos de niñitas que no entienden su única finalidad en la vida de su padre. - planteó llegando al pasillo. - Que haya sido blando contigo los últimos años, no significa que en verdad esa promesa de no casarte por acuerdos sería real toda la vida. Madura de una vez y entiende que no eres más que una ficha en su vida, por muy cruel que suene de la familia también.Los ojos le ardieron ante la verdad que le lanzaron a la cara. Sus oídos se taparon con el retumbar de sus latidos y ese nudo horripilante en su garganta se sintió demasiado grande para pasarlo.Su madre siempre sería cruel. No importaba nada aparte del dinero y la posición para ella y menos cuando se trataba de sacrificar a su hija.Valentina no fue capaz de hablar. Vio a su tío salir de la habitación contigua e inhaló más fuerte.__ Y aún no sabe lo que hiciste. - exclamó dejándole saber que habría mucho más que eso si llegaba a saberlo. - Siempre quiero que estés bien, sobrina. Pero en este caso es necesario que pongas las prioridades en tu vida en orden y no te vayas por las que te gustan. La estabilidad también dan paz y tú tienes la llave para lograrla.__ ¿Casándome? - él movió la cabeza. No había nada que un falso profeta de paz no pudiera obtener, más cuando siempre cuidó de qué mostrar y que esconder.Valentina no tenía ninguna intención de que eso pasara. Un matrimonio con un ser cruel era lo que menos deseó, pero ellos tenían razón. Además que su padre no la querría quedandose de brazos cruzados jamás.__ Sí tú hubieses muerto en lugar de él, te aseguro que Renzo no dejaría al tipo que lo hizo con vida. - murmuró su tío cuando la dejó sola enmendio del pasillo, oyendo las ideas una y otra vez.Fue preparada para muchas cosas, pero no para estar contra todos en un juego que podía aplastarla.Pero esa noche por órdenes de su madre, dos mujeres ingresaron a su habitación con maquillaje y un vestido azul que le ayudaron a ponerse. Dejando una imagen muy recatada, pero a la vez atrevida en el espejo frente a ella.__ ¿Esto es lo que quieres, madre? - cuestionó con rencor hacia a ella cuando la vió cruzar su puerta. - Dominar todo ¿no?__ Mantener en regla, que es muy distinto. - exclamó Micaela revisando cada detalle. - ¿Te golpeaste?Valentina se miró el hombro de forma rápida al sentir los dedos de su madre en ese lugar. Reconociendo esas marcas y por qué estaban en ese lugar. Pasó saliva y contuvo la respiración.__ Cubre eso. Los Bassett no damos mala impresión jamás. - la mujer que la maquilló lo hizo, en tanto a la chica le hartó se tratada como una muñequita de trapo a la cual manipulaban a su antojo.Cuando salieron de su habitación al oír los autos llegando, inhaló todo el aire que pudo. Necesitaba ahogar las penas con algo, lo que fuera. Vio la fotografía de su padre junto a ella en su móvil y sonrió.Pensó en que Renzo jamás la trataría así. Pero su tío acertó al decir lo que haría, por lo que bajó cuando le dijeron que la estaban esperando.Cada paso pesó cuál tonelada de plomo dentro de sus zapatos. Sin embargo no bajó la cabeza, ni se vio dudando. Eso al menos antes de llegar frente a los dos hombres que habían en la sala junto a su madre y su tío. Le robaron el aliento al solo verlos. Su rostros se le hicieron haberlos visto en otro lugar, solo que no recordó en donde.__ Él es Aarón Crown y su hijo Leonardo. - le presentó Micaela, tomando la mano de su hija, la cual sonrió. Conocía a Aarón, pero al otro no, por ellos las dudas la asaltaron.__ ¿Es él? - quiso saber y su madre negó, lo cual agradeció porque Leonardo destiló amenaza por dónde se le viera. Que fuera atractivo no le quitaba verse demasiado malvado.__ No, tú prometido es...__ Adrián. - dijo Leonardo viendo al extremo derecho, donde la salida de la casa se ubicaba.Valentina se giró y el golpe fue demasiado al encontrar la mirada que aterrizó con demasiado enfado contra sus ojos que se expandieron rápidamente.Era él. El hombre con el que estuvo la noche anterior estaba frente a ella y contento no se veía para nada. Era como ver llamas en sus pupilas y un temerario monstruo, que con un atractivo físico no le restó el aspecto de querer disparar fuego contra todos. Tenía que correr.Mientras una aterrada Valentina no lograba recuperar el aliento, Adrián tenía la vista clavada en la mujer que reconoció al instante. No creyó la mala broma del destino, pero ahí estaba, una chiquilla de imagen preparada como si fuera la más decente del mundo. Pero él sabía lo perversa que podía ser y lo maldit4 también, porque su reloj en su muñeca desapareció esa noche y no tenía que ser adivino para darse cuenta quien lo tenía. __ Tú prometido es Adrián Crown. - señaló su madre como si su hija pudiera responder ante eso. - Saluda, no te quedes así. __ No vamos a hacer esto más extenso. Sabemos las razones y no vamos a fingir que salió de un romance. - declaró Adrián, sin quitarle los ojos de encima. Avanzó hacia ella y tomó la mano sin ninguna pizca de sutilidad, le extendió el dedo anular e introdujo la argolla. __ Adrián. - le habló su padre y solo ahí cambió su semblante. - No habiendo nada más que tratar, nos vamos. La boda se llevará a cabo al mediodía de mañana. Valentin
Valentina observó su figura en el espejo, con un vestido de textura suave y color oscuro. Era la única mujer en esa familia luego de su madre, las uniones de sus hermanos no les habían servido de mucho, por lo que debía ser ella a quien enviaran al matadero prácticamente.Los Crown no eran una familia con una fama de pacíficos. Al contrario, se hablaba de las torrenciales caídas que causaron en su recorrido por diversas ciudades.Y ahora, ella sería la esposa del último hijo de Aarón Crown. Adrián por su parte miró la hora con aburrimiento. Su condena como lo llamó estaba por sellarse. Un matrimonio concertado, lo que sabía que pasaría de alguna manera. No se negó porque era necesario, pero odiaba el solo pensar que se tendría que casar con una niñita que de seguro no soportaría si les tocaba convivir. Apenas la conocía y la estaba odiando. __ ¿Cuanto más va a tardar la princesita? - cuestionó al aire. Todos estaban reunidos, esperando a la novia, quien ya estaba por decidirse por
El nuevo día llegó y con ello la culpa de Valentina por haber bebido la noche anterior. La cabeza estaba por estallarle y más con los gritos sin piedad de su madre que no eran para nada conciliadores. __ Solo baja la voz. Me casé, es lo que querías - le dijo la chica, dándose cuenta que eso solo la enojó mucho más. __ ¡¿Como demonios se te ocurre ir a beber?! ¿Acaso no te he enseñado que una señorita de casa debe mantenerse siempre en sus cabales? No convertirse en una mujer del bajo mundo que...__ Es una inconsciente que no piensa en cuidar su imagen. - se sumó su hermano mayor haciendo que Valentina se fijará en él. Carter estaba ahí, si él llegó, de seguro Cole y Grayson también. - No haces más que portarte como una...__ Como me comporte ya no es de su incumbencia. Casarme con alguien que puede asesinarme en cualquier momento no es lo que soñé con hacer a mis 21, pero lo hice. - se puso de pie. - Por ustedes y la estupidez de dejarse influenciar de cinco ancianos que no hacen
El asistente Monroe no podía creer lo que estaba viendo. Que alguien le apuntara de esa forma a su jefe ya hubiese sido para que este actuara con mucho más de lo que estaba haciendo. Estaba respirando mucho más de lo que cualquiera antes.Valentina vio posibles escenarios donde ella disparaba y en todos ellos salía victoriosa, aunque tenía claro que no era más que el producto de su mente fantasiosa. Adrián sintió el frío cañón ceñir su piel, la fuerza era demasiada como para que no haya bajado la mano, pero la princesita Bassett seguía sin despegar sus ojos de los suyos. Era fuerte, pero eso se acabaría, se dijo. Atrapó el cañón con su mano y de un tirón le arrebató el arma, girándola para que ahora fuese su dedo el que estuviera en el gatillo, solo un segundo antes que regresara al sitio donde minutos antes la había dejado. __ Las reglas están por algo y es para evitar que esto ocurra. - exclamó sentándose en su silla una vez más. - Tus pataletas de niña consentida las dejas que
__ No juegues con algo que te pesará luego. - dijo Adrián sin importarle que estuviesen a punto de atravesarlo con la punta de un cuchillo. Se alzó más sobre la pequeña hija de Renzo Bassett y se acercó a su boca. - Porque sueñas con rebanar mi garganta, yo sueño con azotarte el trasero para que tus delirios suicidas dejen de darme problemas. Rozó sus labios con los de ella, dejando a Valentina con apenas el oxígeno justo para continuar respirando. __ Hazlo. - la instó. Su aliento chocó contra sus labios. Ella apretó más el agarre y se alejó de golpe. __ Si te mato, alguien me matará a mí ¿no? - preguntó riendo. __ No. Solo quedará en el intento. - recogió la camisa que se le había caído y le dió la espalda. - En lugar de estar comiendo en la oscuridad, usa el jodido comedor como todo mundo. __ Me lo prohibiste.- acusó ella.__ No te he prohibido nada, demente. Además, dudo mucho que a la princesita se le dé por acatar órdenes. - refunfuñó alejándose del ella. __ Y yo que tenía
__ Esa cosa es un...__ Deja la exageración que te dije muy claramente que no entraras aquí. - dijo Adrián sacándola del lugar, cerrando la puerta atrás de él. - Pero eres una testaruda.__ A mí no me insultes. - se exaltó al estar en el pasillo. - Su me hubieses dicho que era lo que escondías en verdad, no se me hubiese pasado por la cabeza entrar aquí. - discutió enojada. - ¿Como iba a saber que era otra bestia igual a tí? __ No quiero perder el tiempo contigo. - exhaló llenándose de paciencia. No era su estilo perder la compostura, pero la hija de Renzo Bassett lo ponía al borde muchas veces. __ Se me pasó el hambre. Que tengas una muy mala noche. - la mano le temblaba aún debido al susto, pero la escondió para no dejarse en evidencia. - Aunque dudo que tengas una buena. Adrián movió su cabeza de lado a lado, en verdad necesitaba se mucha voluntad para no tomar el asunto en sus propias manos. Cuando le dijeron de un matrimonio donde la vería lo mínimo, no creyó que con eso se r
Fabrizio Campel, siempre fue un tipo de competencias reñidas, en todo lugar donde hubiese una ganancia de por medio, siempre tenía espacio. Valentina fue la única que lo trató con decencia durante mucho tiempo, pero lo que le pedía era mucho para él. No podía ir en contra de un clan entero para sacarla de un país que controlaban. Sabía que le guardaba rencor, sin embargo creyó que podía disculpar su renuencia a ayudarla llevando lo que a ella podría gustarle. Aunque ir a casa de su eterno rival en diferentes ámbitos era muy arriesgado para él. Adrián no era alguien fácil de sobrellevar, estar ahí ya era un riesgo para él. __ El señor vendrá en unos minutos. - le informó el asistente Monroe posándose frente a él. Ya no tenía claro si era buena idea, pero quería que Valentina supiera que había ido a buscarla y si no quería recibirlo, haría que al menos se diera cuenta que quería ayudarla. __ Espero brevedad. - exclamó Adrián cuando apareció frente a él, con la cautela que verlo en
Adrián recorrió una gran distancia desde su casa por la zona menos transitada del terreno. Midiendo su frecuencia cardiaca continuó hasta que la tarde comenzó a oscurecerse, pues debía prepararse para el evento de moda que su madre preparó y quería que sus hijos presenciaran. Rasha corrió a su lado y rugió cuando este le ordenó detenerse. Era un animal muy veloz y aún cuando él se ponía exhaustivas metas, para el felino aún no bastaba. Descansó un poco y le permitió beber agua para iniciar el camino de regreso. En cuanto regresó vio a Valentina moverse en su habitación y se preguntó si al menos dejaría de hacerle caprichos tontos, pues le dijo a su asistente que le indicara que la quería lista para salir a un evento, pero con ella podía esperar que dijera que sí o incendiar su casa con un rotundo no. Claro que creyó que se opondría, pero la hija de Renzo Bassett solo deseó poder salir de ese lugar al menos a sitios donde no era muy habitual que fuera, pero conocía el trabajo de Lu