Me desperté sofocada y bañada en traspiración, soñé con Sara, ella estaba bailando y J.T entraba cargando una AK-45 y comenzaba a disparar indiscriminadamente, sentí como si las balas se clavaran en mí, y no en ella, luego la sangre bañaba su cuerpo, y ahí me desperté. La angustia me invadió, la tristeza me abrumó y otra vez solo la sed de venganza se apoderó de mí. Todos iban a pagar por la muerte de mi pequeña hermana. Me di una ducha para tratar de apagar el fuego que sentía dentro de mí, tomé un café y salí. Comencé a dar vueltas con el auto sin mucha dirección, solo recorriendo el pueblo, viendo si encontraba algún lugar para mi propio propósito. El destino o vaya saber uno qué, me llevaron al frente del MC, era un taller enorme. Y cruzando la calle, un pequeño local en venta, me imaginé que no debía ser fácil estar frente a ellos, la violencia y negocios del MC deben afectar las ventas del lugar. Pero a mí eso no me importaba en lo absoluto, solo necesitaba ver cómo funcionaba todo, y el lugar era el indicado para eso. Llamé al número del cartel de venta.
—Buenos días Lewis Propiedades ¿Quién habla?
—Buenos días, mi nombre es Kelly Green llamo por un local.
—¿Podría darme la dirección?
—Sí, es sobre la calle Liberty y BlackWater.
—Un momento por favor —esperé por unos segundos, entonces la voz femenina cambió por la de un hombre.
—Mark Lewis, ¿Señorita Green?
—Así es, encantada.
—Igualmente, mi secretaria me dice que está interesada en la propiedad de Liberty.
—De hecho, sí, quisiera hablar del costo y los arreglos.
—¿Qué le parece si nos encontramos allí en unos minutos, así le muestro el lugar?
—Perfecto, aquí lo espero Sr. Lewis —me senté en el auto a esperar, prendí el estéreo y ZZ Top con Le Grunge comenzó a sonar. Adoraba esa canción y mi cuerpo comenzó a moverse a su ritmo mientras recitaba la letra. El golpe del vidrio llamó mi atención, y al girar el rostro a mirar de dónde venía, vi uno de los Demonios con cara de pocos amigos cargando una llave inglesa en su mano. Bajé la ventanilla.
—¿Sí?
—Baja del auto.
—¿Por qué? ¿Qué necesitas?
—No tienes nada que hacer aquí, baja del auto.
—Mira, estoy esperando a Mark Lewis para que me muestre la propiedad que quiero comprar. Así que no molesto a nadie.
—¡Por última vez, baja del maldito auto! —mi maldita suerte, cálmate Kelly, no montes un espectáculo, me recordé a mí misma. Respiré hondo y bajé del auto lentamente. Cerré con fuerza la puerta y me puse frente al enorme hombre, que parecía más oso que persona. Me tomó del brazo con fuerza y me hizo girar sobre mis pies apoyándome sobre la puerta de mi auto. Todo mi cuerpo me pedía reaccionar ante la agresión, pero sabía que eso no me jugaría a favor, estaría muy claro que no era cualquier mujer si me zafaba de eso, así que me disfracé de damisela en peligro.
—¡Estás lastimándome! ¿Pero de qué demonios va esto?
—¡Cállate! —comenzó a palparme como si fuera él un oficial de policía. Luché un poco tratando de soltarme, pero sin hacer demasiado esfuerzo.
—Suéltala Pardo —dijo una voz muy autoritaria a mis espaldas.
—¡Serás imbécil! Me has lastimado —sobaba mi brazo, exagerando la lesión. El aludido se marchó.
—Lo siento, debemos dejar de vernos así —J.T estaba frente a mí.
—¿Todos tus amigos son iguales?
—Son mis hermanos, no solo mis amigos. Y sí, suelen ser de armas tomar.
—Ya lo creo. Soy Kelly, gracias por ayudarme.
—J.T, y algo me dice que hubieras podido librarte de esto sola si lo hubieras querido.
—No suelo ganar mis peleas contra osos.
—¡Ja! ¿Qué haces aquí?
—Espero a Mark Lewis, va a mostrarme la propiedad.
—¿Ésta porquería? No creo que sea un buen negocio.
—Es lo único que puedo pagar, así que para mí sí lo es —Un BMW de lujo se estacionó delante de mi auto y de él bajó un hombre alto, de pelo gris corto y vestido con un impecable traje.
—Hola J.T, ¿Cómo estás?
—Lewis. Siempre bien.
—¿Señorita Green?
—Así es, encantada de conocerlo —dije mientras le ofrecía mi mano.
—Igualmente, ¿Entramos? —preguntó mientras me guiaba hacia la puerta, J.T nos siguió. No entendí muy bien que intentaba hacer, pero no dije nada. El local era bastante pequeño, y necesitaba muchos arreglos, pisos de madera con tablas flojas y algunas faltantes, el papel de las paredes estaba cayéndose y era de un estampado floral espantoso. Un viejo mostrador de vidrio cortaba el paso al depósito que lucía incluso peor que el resto. Las ventanas sucias y cubiertas por cartones.
—Se ve realmente mal —fue lo único que pude decir al respecto.
—¿J.T puedo ayudarte con algo? —preguntó Lewis.
—Estoy aquí para asegurarme que no estafes a la señorita.
—Puedes quedarte tranquilo, ese no es mi estilo.
—¡Ja! ¿Ahora también dirás que eres un alcalde honesto y trabajador?
—Por supuesto lo soy. ¿Qué opina señorita Green?
—Es lo único que podría costear, pero necesita mucho trabajo. ¿Cuál es el precio?
—Puedo dejárselo a $135000.
—Me parece que 100000 suena más justo ¿Verdad Lewis? —miré atónita a J.T, ¿tendría ese poder? Lewis lo miró incrédulo y éste clavó su fría mirada en él, hasta que finalmente asintió.
—100000, última oferta.
—Lo tomo —dije con más entusiasmo del que realmente tenía. Salimos del local y Mark me pidió que lo siguiera hasta la oficina para hacer el papeleo y luego se montó en su auto.
—Gracias por tu ayuda J.T.
—De nada. Nos vemos nena —dijo guiñándome un ojo mientras se marchaba de vuelta a su taller. Subí a mi auto y manejé detrás de Lewis hasta su oficina, J.T me desconcertaba un poco, se veía como un criminal y sabía de sobra que actuaba como uno, pero en nuestros encuentros, siempre se había comportado como un caballero de armadura en rescate de la frágil doncella. Pero en el fondo ambos sabíamos que no éramos ni uno ni otro. Llegamos a destino y mientras preparaban los papeles, él quiso saber más de mí.
—¿Qué planea hacer aquí señorita Green?
—Un café, del estilo de la capital.
—¿De dónde viene?
—Chicago.
—La ciudad del viento, y ¿qué la trajo aquí?
—Necesitaba un cambio.
—Flat Salts no sé si es el mejor lugar para volver a empezar.
—Quizás lo es para mí —firmamos los papeles, luego de revisar mi línea de crédito. Le entregué el cheque y él me dio las llaves junto a los papeles de compra.
—Felicitaciones, espero que sea lo que usted quiere.
—Créame alcalde, será mucho más.
Volví a casa y estaba muerta de hambre, metí los macarrones con queso en el microondas y cogí una corona. ¿Había logrado que J.T ponga sus ojos en mí o aún era demasiado pronto? Almorcé meditando lo que había pasado, el poder que Turner tenía sobre el alcalde me hacía imaginar que tenía a todo el pueblo en su bolsillo. Le pertenecía, la gente lo respetaba y temía. No sería nada fácil ponerlos en su contra, pero el tiempo no era un problema, tenía de sobra, nada más que hacer que planear mi venganza.Bajé a la ferretería a comprar algunas cosas que necesitaría para comenzar a arreglar el local.—Buenas tardes Barnes.—Buenas tardes señorita Green. ¿Algún problema con el apartamento?—Llámeme Kelly, no, el lugar está perfecto, pero necesito al
—Aquí puedes bañarte, enseguida te alcanzo una sudadera —asentí, me quité la ropa y me metí al baño. La mujer volvió enseguida.—¿De dónde conoces a J.T?—Solo lo he visto un par de veces por aquí.—Él nunca deja entrar a nadie que no pertenezca al MC.—Bueno, supongo que seré la excepción o solo un proyecto de caridad.—¿De dónde vienes?—Chicago.—Estás muy lejos de casa nena.—Es la idea —respondí mientras salía de la ducha y me envolvía en la toalla. Ella me extendió una musculosa del MC y un short. Me lo puse, peiné mi cabello, metí mi ropa sucia en una bolsa y salí. Busqué a J.T pero no lo encontré. Una mujer mayor de pelo rubio com
Esa noche volví a tener la misma pesadilla, Sara bailaba, pero esta vez yo tenía el arma en la mano y J.T apretaba el gatillo desde atrás mío y me impulsaba a hacerlo. «Mátala» me susurraba al oído. Cada vez se ponían peor y no encontraba la forma de deshacerme de ellas. Dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo y aclarara mis ideas. ¿Cómo haría para averiguar más?, aún cargaba las cenizas de Sara en el auto, quizás si la dejaba ir tendría algo de tranquilidad, aunque sea en sueños. Tomé un café y un panecillo, cerré la ventana y vi con una sonrisa que la comida no estaba, aún era demasiado tímido para entrar, pero al menos se alimentaba. Manejé hasta Tres Ríos Wetlands y esparcí allí sus cenizas.—Descansa en paz hermanita, te prometo por mi vida que encontrar&eac
Cuando la noche cayó, ya había desmantelado por completo las paredes, ese espantoso estampado no existía más y me sentí muy conforme de mi labor. Cerré las ventanas, tomé mis cosas, y me subí al auto. Miré hacia el taller y no pude ver si J.T continuaba ahí. Pero no vi su moto en el lugar. Era fácil de identificar, era una Harley Davidson XL 883 Sportster Iron Bobber completamente negra y con el dibujo de un demonio rojo sobre el tanque en ambos lados. Encendí un cigarrillo y prendí el estéreo Yesterday de GNR comenzó a sonar, manejé tranquila y sin apuro, el apartamento no estaba lejos así que me tomó solo unos minutos llegar a mi destino. El calor del lugar me golpeó inmediatamente, encendí el aire acondicionado, tomé una corona helada de la heladera y me tiré en el sofá hasta que mi propia temperatura se normalizó
Cuando el salón se despejó me puso sobre mis pies y le di un cachetazo muy fuerte en la mejilla, vi como sus ojos se enrojecían de la furia y di un paso atrás, pero la mesa de pool me impidió ir más lejos, él dio un paso adelante, con su mano izquierda me tomó por la nuca y me besó. Su beso me consumió lentamente, fue dulce y violento, demandante y salvaje, como él. No pude evitar devolvérselo, enredé mis manos en su pelo y profundicé el beso. Me levantó de la cintura y me sentó en la mesa, casi sin poder evitarlo abrí las piernas para él, la temperatura entre nosotros aumentó drásticamente, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo y yo clavé mis uñas en sus anchos hombros. Sacó mi short y bragas de un solo movimiento y me hizo el amor salvajemente, dulce por momentos, violento por otros. Tuve el orgasmo más incre&ia
Lo que había pasado entre J.T y yo me había descolocado un poco, lo que él me había hecho sentir ¿Habría sido cosa del momento? ¿O tal vez? ¡No! Deja de pensar idioteces, él no es para ti, es solo un medio para un fin. No expongas tu corazón, o terminarás igual que Sara. Ni bien entré al apartamento tomé una cerveza fría y me metí a la ducha, estuve por unos largos minutos, dejando que el agua fría limpiara y refrescara mi cuerpo. Cuando salí, tomé mi remera de dormir y unas bragas. Abrí la ventana y le serví la cena a mi visitante. Decidí solo comer una ensalada, corté algunas verduras y un poco de queso y me senté en el sofá a ver la televisión. Estaba viendo una vieja y aburrida película cuando me dormí. El golpe fuerte de la puerta me despertó de golpe. Miré por la mirilla y ah&ia
Salí y me metí al auto, cuando iba manejando rumbo a la tienda de diseño del centro de Phoenix, me crucé a J.T en la ruta. Me hizo señas y me paré.—Hola nena ¿Dónde vas?—Snake me ha mandado a ver cosas para el local, ha dicho que no me quiere fastidiando por ahí.—Veo que cada vez se llevan mejor.—Es todo un encanto.—Tenle paciencia, está pasando por un mal momento.—¿Qué le ha pasado?—Ya te contaré, te sigo —asentí y me reencaminé a la ruta. Manejé por un buen rato hasta que finalmente llegamos a la tienda. J.T abrió mi puerta y me tomó por la cintura y me besó con determinación. Le regalé una genuina sonrisa. Luego me guió por el lugar. Tomamos un carrito y comenzamos a recorrerlo mientra
Llegué a casa y me desmoroné, comencé a llorar, mi pobre hermana, mi sobrino, dos vidas perdidas sin ninguna razón. Daño colateral sin duda. Pero lo que Caleb no sabía, es que yo estaba para defenderlos. Y que no descansaría hasta quitarle todo y luego de verlo caer en desgracia lo mataría sin ninguna reserva ni compasión, justo como él había hecho con Sara.Me metí en la ducha, me senté en el piso de la bañera, abrasé mis piernas a mi pecho y dejé que el agua cayera por mi cuerpo y se mezclara con mis lágrimas y sollozos. Estuve un buen rato en esa misma posición, cuando me calmé, me puse unas bragas y un camisón corto y me tiré en la cama y en algún momento me dormí.Sara volvió a visitarme en sueños, llevaba un vestido blanco de tiras y tenía un vientre enorme, ella se acercaba a m&iacut