—Aquí puedes bañarte, enseguida te alcanzo una sudadera —asentí, me quité la ropa y me metí al baño. La mujer volvió enseguida.
—¿De dónde conoces a J.T?
—Solo lo he visto un par de veces por aquí.
—Él nunca deja entrar a nadie que no pertenezca al MC.
—Bueno, supongo que seré la excepción o solo un proyecto de caridad.
—¿De dónde vienes?
—Chicago.
—Estás muy lejos de casa nena.
—Es la idea —respondí mientras salía de la ducha y me envolvía en la toalla. Ella me extendió una musculosa del MC y un short. Me lo puse, peiné mi cabello, metí mi ropa sucia en una bolsa y salí. Busqué a J.T pero no lo encontré. Una mujer mayor de pelo rubio como el sol y ojos verdes profundos que llevaba un vestido de cuero negro y zapatos de tacón alto se acercó a mí.
—¿Así que tú eres el nuevo capricho de mi hijo?
—¿Disculpe? —rió con burla. Y me besó la mejilla
—Soy Clare Turner, madre de J.T.
—Encantada de conocerla, Kelly Green.
—Ven conmigo, te buscaremos algo de comer —tomó mi brazo y me guió a la mesa, ambas nos sentamos y ella me preparó un plato para mí y otro para ella, destapó unas coronas y las dejó a su lado. Sentí que estaba a punto de comenzar un interrogatorio, debía estar alerta, no podía equivocarme. Agradecí los años en inteligencia que me ayudaron a infiltrarme en cualquier lado. Lo principal era conocer y creer tu propia historia.
—Gracias —dije mientras me entregaba el plato.
—Dime Kelly, ¿De dónde vienes?
—Chicago, vivía allí.
—¿Sola?
—Con mi pareja, hasta que me separé.
—¿Y por qué has venido a Phoenix?
—Necesitaba un cambio, empezar una nueva vida.
—Estás escapando.
—De mí misma, quizás.
—¿Qué edad tiene linda?
—30 en unas semanas —J.T se sumó a nosotras, se sentó en frente nuestro y bebía de su corona mientras me miraba fijamente.
—Te sienta bien —dijo mientras clavaba la mirada en mis pechos.
—¿Qué cosa?
—La remera del MC.
—Gracias.
—¿Alguna vez montaste?
—Le temo a las motocicletas.
—Son más seguras que cualquier auto, además depende del conductor, yo soy el mejor.
—No lo dudo.
—Ven, te enseñaré.
—Paso.
—¿Qué te he dicho con respecto a que me digas que no?
—¿Qué solo yo puedo hacerlo? —me regaló una sonrisa algo torcida, mezcla de diabólica y pícara. Se levantó del asiento, me tomó del brazo y me encaminó hasta una motocicleta en el estacionamiento. Él se subió primero y extendió su mano hacia mí, miré a todos lados, y cientos de ojos nos miraban atónitos.
—De acuerdo, si me matas te perseguiré durante toda la eternidad —volvió a reírse de esa manera que me quitaba la respiración. Y me monté. Me abrasé fuerte a su cintura y escondí mi cara en su gran espalda. La moto se disparó de inmediato echándome hacia atrás y yo clavé mis manos en su abdomen.
—Si me aprietas más me arrancaras el hígado.
—Lo siento, te he dicho, les temo.
—Relájate nena, conmigo no tienes nada que temer —sus pablaras me lastimaron, recordé las pesadillas de los últimos días. Enamorarme de él no era una opción, aunque todo mi ser no esté de acuerdo conmigo. El aire se volvía frío mientras cortaba el viento por la velocidad, y sentí como la adrenalina subía en mí. Ese dulce sabor de peligro que sentía en mi boca provenía tanto de él como del viaje.
—Levanta la cabeza y abre los brazos, siente el viento en tu cuerpo.
—No puedo, tengo miedo.
—Hazlo, confía en mí —luché contra mí misma, jamás había dejado que el miedo me venza y ésta no sería la primera vez, abrí mis brazos y los extendí a mi alrededor, cerré los ojos y dejé que el viento me traspasara, apenas lo sentí golpear contra mí me enderecé más, sentí como si volara o flotara sobre el asfalto, la sensación fue muy estimulante.
—¡Increíble! Se siente maravilloso, tenías razón J.T. gracias.
—De nada nena, aún recuerdo mi primera vez.
—Cuéntame —estacionó la moto a un costado de la carretera desierta y se bajó, yo me hice hacia delante de inmediato, la inercia me obligó.
—Tenía unos 6 años quizás menos, mi padre manejaba una Harley Davidson FLH 1972, un clásico, recuerdo que yo no quería ir a la escuela, y él siempre un paso adelante mío, me dijo que si iba él me llevaría en la moto, así que no lo dudé y me montó en ella. Antes de llegar me dijo que extendiera mis brazos y sienta el viento contra mí, lo hice y sentí que volaba. Jamás olvidaré la sensación, desde ese día amo las motos.
—¿Tu padre pertenecía también al MC?
—Él lo fundó, tenía apenas 18 años, pero ya sabía que su vida eran las motos y que vivía bajo su código. Se marchó de su casa en Arizona y gastó todo su dinero en una vieja Harley, llegó a Flat Salts y entonces conoció a mi madre, ella era la hija del alcalde del pueblo y por supuesto no veían bien a mi padre, pero no les importó, se escaparon y se casaron, cuando volvieron, no había nada que pudieran hacer para separarlos. Ella lo motivó a iniciar el MC, así que empezaron y al poco tiempo los primeros miembros se unieron, Hammer fue el primero, su Vicepresidente, y aún es el mío, luego llegaron los demás. Jack Sullivan, Joe West, ellos aún están en el club, y también estaba Thunder Ross su sargento de armas y mejor amigo, él falleció en la prisión El Cabo con mi padre.
—Lo siento mucho, yo también perdí a mis padres.
—¿Hace mucho?
—Sí, unos 16 años ya.
—Eras una niña, debe haber sido duro.
—Algo así, ya quedó atrás. ¿Cuánto hace que falleció tu padre?
—Hace 2 años lo asesinaron.
—Aún es muy reciente.
—Sí, lo es. Vamos, debemos volver —dijo cambiando por completo su gesto, de repente el odio se reflejó en él. Montó a la moto y dimos la vuelta, cuando llegamos al MC, la fiesta continuaba en su mejor apogeo. Me ayudó a desmontarme como un caballero.
—Gracias, lo he disfrutado mucho.
—Fue un placer —respondió mientras se acariciaba exageradamente el abdomen, justo donde había dejado mis uñas clavadas. Le di un ligero golpe y él se rió con fuerzas, haciendo que todo el mundo se girara hacia nosotros.
—Todos nos miran —dije con las mejillas encendidas.
—No eres propiedad del club, y no admitimos a visitantes.
—¿Y por qué me has invitado?
—Porque yo digo quién entra y quién no.
—Supongo que es uno de los beneficios de ser el presidente del club —él asintió con una sonrisa.
—Entre otras cosas.
—Será mejor que me marche, mañana debo seguir trabajando en el local, gracias por la comida y el paseo.
—Cuando quieras, ven te acompañaré a tu auto —me escoltó hacia él con una mano en mi espalda y su contacto se sintió demasiado bien, y eso me aterró. No podía enamorarme de él, hasta donde sabía, él era el asesino de mi hermana. ¿O no? Sin dudas debía investigar más sobre el tema. Nos despedimos y manejé hasta casa con la cabeza llena de dudas. No sabía mucho del caso de Sara, solo que por un tiempo había pertenecido al club, tenía que encontrar la forma de averiguar más.
Ni bien llegué, abrí la ventana y coloqué una lata de atún y una de agua en ella por si mi visitante volvía, y me metí en la cama lo bastante agotada como para dormirme en el acto.
Esa noche volví a tener la misma pesadilla, Sara bailaba, pero esta vez yo tenía el arma en la mano y J.T apretaba el gatillo desde atrás mío y me impulsaba a hacerlo. «Mátala» me susurraba al oído. Cada vez se ponían peor y no encontraba la forma de deshacerme de ellas. Dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo y aclarara mis ideas. ¿Cómo haría para averiguar más?, aún cargaba las cenizas de Sara en el auto, quizás si la dejaba ir tendría algo de tranquilidad, aunque sea en sueños. Tomé un café y un panecillo, cerré la ventana y vi con una sonrisa que la comida no estaba, aún era demasiado tímido para entrar, pero al menos se alimentaba. Manejé hasta Tres Ríos Wetlands y esparcí allí sus cenizas.—Descansa en paz hermanita, te prometo por mi vida que encontrar&eac
Cuando la noche cayó, ya había desmantelado por completo las paredes, ese espantoso estampado no existía más y me sentí muy conforme de mi labor. Cerré las ventanas, tomé mis cosas, y me subí al auto. Miré hacia el taller y no pude ver si J.T continuaba ahí. Pero no vi su moto en el lugar. Era fácil de identificar, era una Harley Davidson XL 883 Sportster Iron Bobber completamente negra y con el dibujo de un demonio rojo sobre el tanque en ambos lados. Encendí un cigarrillo y prendí el estéreo Yesterday de GNR comenzó a sonar, manejé tranquila y sin apuro, el apartamento no estaba lejos así que me tomó solo unos minutos llegar a mi destino. El calor del lugar me golpeó inmediatamente, encendí el aire acondicionado, tomé una corona helada de la heladera y me tiré en el sofá hasta que mi propia temperatura se normalizó
Cuando el salón se despejó me puso sobre mis pies y le di un cachetazo muy fuerte en la mejilla, vi como sus ojos se enrojecían de la furia y di un paso atrás, pero la mesa de pool me impidió ir más lejos, él dio un paso adelante, con su mano izquierda me tomó por la nuca y me besó. Su beso me consumió lentamente, fue dulce y violento, demandante y salvaje, como él. No pude evitar devolvérselo, enredé mis manos en su pelo y profundicé el beso. Me levantó de la cintura y me sentó en la mesa, casi sin poder evitarlo abrí las piernas para él, la temperatura entre nosotros aumentó drásticamente, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo y yo clavé mis uñas en sus anchos hombros. Sacó mi short y bragas de un solo movimiento y me hizo el amor salvajemente, dulce por momentos, violento por otros. Tuve el orgasmo más incre&ia
Lo que había pasado entre J.T y yo me había descolocado un poco, lo que él me había hecho sentir ¿Habría sido cosa del momento? ¿O tal vez? ¡No! Deja de pensar idioteces, él no es para ti, es solo un medio para un fin. No expongas tu corazón, o terminarás igual que Sara. Ni bien entré al apartamento tomé una cerveza fría y me metí a la ducha, estuve por unos largos minutos, dejando que el agua fría limpiara y refrescara mi cuerpo. Cuando salí, tomé mi remera de dormir y unas bragas. Abrí la ventana y le serví la cena a mi visitante. Decidí solo comer una ensalada, corté algunas verduras y un poco de queso y me senté en el sofá a ver la televisión. Estaba viendo una vieja y aburrida película cuando me dormí. El golpe fuerte de la puerta me despertó de golpe. Miré por la mirilla y ah&ia
Salí y me metí al auto, cuando iba manejando rumbo a la tienda de diseño del centro de Phoenix, me crucé a J.T en la ruta. Me hizo señas y me paré.—Hola nena ¿Dónde vas?—Snake me ha mandado a ver cosas para el local, ha dicho que no me quiere fastidiando por ahí.—Veo que cada vez se llevan mejor.—Es todo un encanto.—Tenle paciencia, está pasando por un mal momento.—¿Qué le ha pasado?—Ya te contaré, te sigo —asentí y me reencaminé a la ruta. Manejé por un buen rato hasta que finalmente llegamos a la tienda. J.T abrió mi puerta y me tomó por la cintura y me besó con determinación. Le regalé una genuina sonrisa. Luego me guió por el lugar. Tomamos un carrito y comenzamos a recorrerlo mientra
Llegué a casa y me desmoroné, comencé a llorar, mi pobre hermana, mi sobrino, dos vidas perdidas sin ninguna razón. Daño colateral sin duda. Pero lo que Caleb no sabía, es que yo estaba para defenderlos. Y que no descansaría hasta quitarle todo y luego de verlo caer en desgracia lo mataría sin ninguna reserva ni compasión, justo como él había hecho con Sara.Me metí en la ducha, me senté en el piso de la bañera, abrasé mis piernas a mi pecho y dejé que el agua cayera por mi cuerpo y se mezclara con mis lágrimas y sollozos. Estuve un buen rato en esa misma posición, cuando me calmé, me puse unas bragas y un camisón corto y me tiré en la cama y en algún momento me dormí.Sara volvió a visitarme en sueños, llevaba un vestido blanco de tiras y tenía un vientre enorme, ella se acercaba a m&iacut
Pasé por la biblioteca pública y revisé viejos diarios, busqué en los que tenían más de dos años y el apellido Turner, y rápidamente salió la noticia que hablaba del asesinato de Tony Turner.Anthony Turner (T.T) muere en un incidente en la prisión de El Cabo en Arizona junto a su compañero Philip Ross (Thunder). Luego de llevar una disputa callejera entre bandas locales a las instalaciones. La causa se encuentra a cargo de la fiscal de distrito Candance Evans.No había nada que me sirviera o me dé alguna pista. Busqué el incidente del club nudista.«Grave asalto al club nudista “All Friction” en las afueras de Flat Salts, Phoenix, deja 23 muertos y más de 12 heridos. Se desconocen las causas del atentado y aún no hay sospechosos, la policía local sigue con la investigación que encab
Volví a meter las cosas al auto y regresé al MC. Shelly me hizo señas de que entre a la casa club y así lo hice. J.T estaba sentado en el sillón con cara de preocupación mientras hablaba con otros miembros.—Hola nena, ¿Dónde te habías metido? —preguntó mientras se paraba y se acercaba a mí para besarme en los labios.—Tuve que ir a hacer unas compras, además Snake me ha corrido de mi negocio —rió, pero la sonrisa no le llegó a los ojos, podía notar que estaba preocupado por algo y eso me angustió.—¿Almorzaste?—Sí, comí algo de paso ¿Qué ocurre?—No te preocupes por eso nena.—Vamos Jessy, cuéntame, confía en mí.—Lo siento, pero son cosas del club y no puedo compartirlas c