Metí el auto en el garaje y sentí voces que provenían de adentro de la casa y no me resultaban familiares. El presentimiento se agrandó y sentí un nudo en el pecho. Todos mis viejos instintos de policía se despertaron, me quité los zapatos para no hacer ruido, tomé los guantes de la guantera y me los puse, luego el arma, la cargué, le puse el silenciador, le quité el seguro y martillé. Estaba lista para cualquier cosa. Entré por el lavadero sin hacer ningún ruido. Las voces se intensificaron, provenían de la sala.
—Me las pagarás todas Jessy, tu suerte se terminó. ¿Creíste que me había olvidado de ti hermano? —era Caleb, había regresado, mi instinto jamás me había fallado, lo sentí durante todo el día. Maldito seas, esto hoy se termina.
—No te tengo miedo Caleb, has lo que d
Con todo el dolor de mi alma me marché, me saqué los guantes y los metí en una bolsa junto al arma, cerré la guantera, me puse los zapatos y arranqué. La ruta se veía solitaria y tranquila, no sabía a donde ir, no tenía donde ir, mi hogar quedaba atrás, eso era Flat Salts para mí, mi hogar, mi familia, mi vida. Todo se iba alejando a medida que avanzaba. Hasta que se perdió de vista.Conduje por más de cinco horas hasta que me detuve en Chula Vista al sur de california, busqué un motel y entre lágrimas y sollozos me dormí.El sol de la mañana me despertó y me recordó que lo había perdido todo otra vez, otra vez me quedaba sola en el mundo, otra vez perdía a la persona que más amaba y por Caleb Turner.No sabía qué hacer, Jessy necesitaba tiempo, quizás luego entendería por
Entraba casi en el 7 mes de embarazo, mi querida amiga me había dicho que podía usar la cuna que había sido de los chicos y así ahorraba para otra cosa, solo necesitaba una buena mano de pintura. En mi día libre fui a comprar la pintura, sería oscura y cuando sepa si esperaba niño o niña le agregaría la ropa de cama rosa o celeste.Volvía a mi auto para llegar a casa cuando alguien me sorprendió desde atrás, puso un paño en mi boca, y todo se oscureció.—¡Despierta maldita! —decía la voz de una mujer bastante enojada. Y un cachetazo me dio en la mejilla, eso terminó de devolverme a la realidad. ¿Qué estaba pasando?—¿Quién eres tú? —pregunté aún aturdida.—Cállate perra, las preguntas las hago yo —dijo una mujer bajita de pelo negr
Cuando desperté el dolor estaba matándome y sentía unas enormes ganas de hacer pis, ya no podía aguantar. Miré a mi alrededor y ella estaba sentada frente a mí en una silla.—Déjame ir al baño por favor.—Dios ¿Acaso no dejas nunca de fastidiar? —se levantó y cortó el precinto de mis pies. Miré hacia abajo y vi sangre entre mis piernas. “¡Mi bebé!” grité en mi interior. Me concentré y logré sentir que se movía. Aún estaba vivo, tenía que escapar de allí, pero estaba muy adolorida y mareada. Me tomó del codo y me llevó al baño.—O me sueltas o me ayudas —dije. Suspiró exasperada y bajó mi pantalón, no se movió de mi lado. Traté de pensar rápido pero el dolor me lo hacía imposible. ¿C&o
Podía ver como la vida la abandonaba y no había nada que yo pudiera hacer, sólo sostener su mano, y recordarle cuánto la amaba, ella era lo único para mí, había desperdiciado el tiempo y jamás podría perdonármelo ¿Por qué no fui a buscarla? Por qué me convencí de volver cada vez que tomaba la carretera rumbo a Chula Vista. Si hubiera sabido que estaba embarazada… Bajamos de la ambulancia y tuve que soltarla, los paramédicos corrieron y los médicos tomaron lugar a su lado, la ingresaron a una sala, me metí con ellos. —Debe salir, deje a los médicos trabajar por favor —me dijo una enfermera mientras me sacaba de la habitación. —Debe salvarla, por favor —le dije entre ruegos. —Haremos todo lo que esté a nuestro alcance. Snake y Pardo estuvieron a mi lado en ese momento. —Saldrá bien, la gatita es fuerte —intentaba convencerme Snake. Mientras me palmeaba el hombro. Me quedé en la puerta no podía moverme, de
Lo que comenzó como un día ordinario, rápidamente se convirtió en uno de los peores días de mi vida.Esa mañana me levanté de la cama a las 6am, como de costumbre, pero había algo diferente en el aire, ese sexto sentido que me acompañó durante toda la academia, mi carrera y tantas veces me sacó de líos. Algo estaba a punto de pasar, lo sentía, lo intuía, es como el olor a lluvia. Algo dentro tuyo te está avisando que todo está a punto de cambiar.Me metí al baño y abrí la ducha. Mientras esperaba que el agua tome una temperatura más normal, cepillé mis dientes con dedicación. Mi cabeza volvió a centrarse en mi desaparecida hermana. ¿Dónde estaría? ¿Se encontraría bien? El vapor del baño me trajo de regreso, me duché rápidamente, sequ&eacut
Apenas llegué a casa me desmoroné, toda la máscara de hierro, que generalmente oculta mis sentimientos, se rompió en mil pedazos. Las lágrimas comenzaron a caer a mares de mis ojos y difícilmente podía respirar. Las interminables escenas de momentos juntas desfilaban por mi mente, Sara era lo único que tenía, lo más importante, y ahora la había perdido, me la habían quitado. Pensé en la mejor forma de vengarme, primero debería ganarme su confianza y luego destruirlos desde adentro. La teniente Jones debía desaparecer para poder tener éxito. Tomé el teléfono y llamé a mi antiguo mentor, nos conocíamos desde mi primer día como policía en la academia, cuando aún no sabía nada. Y siempre me protegió y ayudó, incluso mientras patrullaba las calles con el miedo a flor de piel.—Kelly, que al
—Tú no eres de aquí bonita, yo lo sabría —Dijo la voz ruda de un hombre en frente de mí, mientras se acomodaba sin invitación en mi mesa. Clavé mi mirada más fría y dura en sus ojos negros. Era guapo, se lo reconocía, alto y musculoso, cabello negro enrulado que caía hasta sus hombros y unos profundos ojos negros, la incipiente barba lo hacía lucir unos años mayor de lo que realmente debía ser.—¿Siempre invades el espacio personal de las personas sin ninguna invitación? —le solté con mi voz más sarcástica.—¡Miauuu, la gatita tiene garras! —dijo mirando hacia atrás en busca de complicidad con sus hermanos de cuero.—Ni te imaginas.—Cuidado bonita, parece que aún no te han educado, pero yo siempre quise ser maestro.&mdas
Me desperté sofocada y bañada en traspiración, soñé con Sara, ella estaba bailando y J.T entraba cargando una AK-45 y comenzaba a disparar indiscriminadamente, sentí como si las balas se clavaran en mí, y no en ella, luego la sangre bañaba su cuerpo, y ahí me desperté. La angustia me invadió, la tristeza me abrumó y otra vez solo la sed de venganza se apoderó de mí. Todos iban a pagar por la muerte de mi pequeña hermana. Me di una ducha para tratar de apagar el fuego que sentía dentro de mí, tomé un café y salí. Comencé a dar vueltas con el auto sin mucha dirección, solo recorriendo el pueblo, viendo si encontraba algún lugar para mi propio propósito. El destino o vaya saber uno qué, me llevaron al frente del MC, era un taller enorme. Y cruzando la calle, un pequeño local en venta, me imaginé que