Esa noche volví a tener la misma pesadilla, Sara bailaba, pero esta vez yo tenía el arma en la mano y J.T apretaba el gatillo desde atrás mío y me impulsaba a hacerlo. «Mátala» me susurraba al oído. Cada vez se ponían peor y no encontraba la forma de deshacerme de ellas. Dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo y aclarara mis ideas. ¿Cómo haría para averiguar más?, aún cargaba las cenizas de Sara en el auto, quizás si la dejaba ir tendría algo de tranquilidad, aunque sea en sueños. Tomé un café y un panecillo, cerré la ventana y vi con una sonrisa que la comida no estaba, aún era demasiado tímido para entrar, pero al menos se alimentaba. Manejé hasta Tres Ríos Wetlands y esparcí allí sus cenizas.
—Descansa en paz hermanita, te prometo por mi vida que encontraré a tu asesino y yo misma lo destruiré, sea quien sea —las lágrimas corrieron por mis mejillas, su muerte era sin sentido, absolutamente absurda, ¿A quién podía fastidiar ella? Mi mente de policía me recordó que podía ser daño colateral o quizás el medio para dañar a otra persona, debía saber con quién estaba involucrada Sara antes de su muerte. Ahora más que nunca, era esencial ganarme la confianza de J.T. necesitaba la información necesaria para continuar con mi plan. Compré unas botellas de agua camino al negocio y también unas latas de comida para gatos. Era un caluroso día de octubre, la temperatura llegaba a los 30° y aún no daban las 10am. Solo vestía un short de jean, sandalias y una musculosa, me recogí el pelo y até un pañuelo en él para que absorba el sudor de mi frente. Comencé a tirar de los restos del papel tapiz de las paredes, y luego me ayudé con la espátula. La puerta y las ventanas estaban abiertas para hacer más llevadero el caluroso clima de Phoenix.
—No parece que tengas mucha idea de lo que haces gatita —dijo una voz masculina a mis espaldas, imaginé que por el ácido en sus palabras se trataba de Snake.
—Soy buena arreglando cosas, me doy maña.
—No se nota.
—¿Vienes en busca de una nueva pelea? Hace demasiado calor y no estoy de humor.
—J.T me pidió que venga a ver el lugar.
—Te lo agradezco, pero no creo que ninguno de los dos disfrute de la compañía.
—Esa te la concedo. Pero si el presi manda, yo obedezco.
—Como quieras —dije y volví a lo mío, mientras él recorría el lugar y tomaba unas notas y medidas.
—Este lugar realmente es una m****a.
—Dime algo que no sepa.
—La cilindrada de mi moto —la voz de J.T sonaba desde la puerta de entrada.
—Bien jugado —respondí riendo.
—¿Se puede hacer algo Snake?
—Sí, claro que se puede, podría dejarlo como nuevo, pero eso va a costarle demasiado, hay que cambiar los pisos, probablemente las tuberías, ver como se encuentra el cableado, y las paredes tienen mucho daño.
—Y si eres muy generoso ¿Cuánto saldría? —me giré en busca de su rostro, lucía pensativo y algo fastidiado con su presi, claramente lo había metido en una situación que no le gustaba.
—Tendría que ser demasiado generoso y aun así será costoso.
—Pero yo estaría muy conforme.
—Quizás con un poco de ayuda de los hermanos. ¿Es realmente necesario?
—Imperativo. Hazme feliz —inquirió J.T mientras le daba una palmada en el hombro.
—De acuerdo, sacaré cuentas y luego te aviso J.T. y tú cuando termines de sacar eso usa una lijadora para emparejar y luego quita las tablas del suelo.
—No soy buena siguiendo órdenes.
—Entonces haz lo que se te antoje, es tu maldito lugar, yo me largo —J.T clavó su mirada reprobatoria en mí y me sentí como una niña a punto de ser regañada.
—Eso era innecesario nena. Snake es realmente bueno en lo que hace, y ten por seguro que el lugar quedará increíble en sus manos.
—Lo siento, no me cae bien.
—Puedo notarlo —recogí una botella de agua de la bolsa y le ofrecí una pero el negó con la cabeza, el calor era insoportable así que levanté mi remera y la até en mi cintura.
—Esto es el maldito infierno.
—Ya lo creo, y puede ser peor, créeme.
—Te tomo la palabra.
—Te conseguiré una lijadora para agilizar el trabajo. ¿Has almorzado?
—No, aún no ¿Y tú?
—Tampoco, espérame aquí, ya regreso —se marchó y yo aproveché para tomar un descanso, di vuelta un viejo cajón y me senté a fumar un cigarrillo y beber mi agua que ya estaba tibia. A los pocos minutos volvió cargando una bolsa, tomó otro cajón y se sentó.
—Bebe —dijo mientras me ofrecía una coca cola helada y no tuvo que pedirlo dos veces. Me sentó de maravilla. Luego me extendió un sándwich.
—Mi caballero andante —ambos reímos al unísono.
—De nada.
—Lo siento, gracias. ¿Por qué eres así conmigo?
—¿Así como?
—Atento, caballero, no parece ser tu forma habitual, lo siento quizás es solo prejuicio.
—No, tienes razón, no soy así siempre, tampoco conozco muchas mujeres como tú todo el tiempo.
—¿Cómo yo?
—Sí, sé que escondes algo Kelly, puedo verlo en tus ojos, pero también puedo ver algo de mí en ti, eres valiente, no le temes a nada, eres casi imprudente. Pero audaz, eso no se ve siempre por aquí.
—No escondo nada.
—No me lo creo nena, pero por ahora está bien. Ya lo descubriré —por mi bien, esperaba que no esté en lo cierto.
—¿Y tú que escondes?
—Muchas cosas, algunas es mejor dejarlas enterradas.
—¿Crees que no noto lo peligroso que eres J.T?
—Quizás no lo suficiente.
—Quizás… —acorde. Almorzamos entre charlas, pude ver cuánto significaba el MC para él, y que los miembros eran realmente sus hermanos, y no había nada que no esté dispuesto a hacer por ellos. También sentí el amor que tenía por las motos, sobre todo las clásicas. Era muy inteligente, supuse que, de haber elegido otro camino, su vida sería muy diferente, quizás un hábil abogado, o un ingeniero.
—Bueno, debo regresar al trabajo.
—Gracias por el almuerzo y la charla.
—Cuando quieras nena —tomó los envoltorios y las latas, las metió en la bolsa y lo arrojó en el conteiner mientras cruzaba la calle. Realmente me desconcertaba. ¿Qué quería de mí? ¿Sexo? Podría tenerlo con quien quisiera, después de todo era el maldito rey del lugar. Me pregunté a mí misma si sospecharía quien era realmente ¿Qué tanto habría dicho Sara sobre mí, sobre su pasado? Supongo que jamás mencionó que era oficial, eso le habría jugado en contra. ¿Y si alguien lo averiguó y esa fue la causa de su muerte? Tantas preguntas sin respuestas, tantas intrigas. Demasiados espacios vacíos. Volví a mis tareas con la cabeza dando miles de vueltas a todo.
Cuando la noche cayó, ya había desmantelado por completo las paredes, ese espantoso estampado no existía más y me sentí muy conforme de mi labor. Cerré las ventanas, tomé mis cosas, y me subí al auto. Miré hacia el taller y no pude ver si J.T continuaba ahí. Pero no vi su moto en el lugar. Era fácil de identificar, era una Harley Davidson XL 883 Sportster Iron Bobber completamente negra y con el dibujo de un demonio rojo sobre el tanque en ambos lados. Encendí un cigarrillo y prendí el estéreo Yesterday de GNR comenzó a sonar, manejé tranquila y sin apuro, el apartamento no estaba lejos así que me tomó solo unos minutos llegar a mi destino. El calor del lugar me golpeó inmediatamente, encendí el aire acondicionado, tomé una corona helada de la heladera y me tiré en el sofá hasta que mi propia temperatura se normalizó
Cuando el salón se despejó me puso sobre mis pies y le di un cachetazo muy fuerte en la mejilla, vi como sus ojos se enrojecían de la furia y di un paso atrás, pero la mesa de pool me impidió ir más lejos, él dio un paso adelante, con su mano izquierda me tomó por la nuca y me besó. Su beso me consumió lentamente, fue dulce y violento, demandante y salvaje, como él. No pude evitar devolvérselo, enredé mis manos en su pelo y profundicé el beso. Me levantó de la cintura y me sentó en la mesa, casi sin poder evitarlo abrí las piernas para él, la temperatura entre nosotros aumentó drásticamente, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo y yo clavé mis uñas en sus anchos hombros. Sacó mi short y bragas de un solo movimiento y me hizo el amor salvajemente, dulce por momentos, violento por otros. Tuve el orgasmo más incre&ia
Lo que había pasado entre J.T y yo me había descolocado un poco, lo que él me había hecho sentir ¿Habría sido cosa del momento? ¿O tal vez? ¡No! Deja de pensar idioteces, él no es para ti, es solo un medio para un fin. No expongas tu corazón, o terminarás igual que Sara. Ni bien entré al apartamento tomé una cerveza fría y me metí a la ducha, estuve por unos largos minutos, dejando que el agua fría limpiara y refrescara mi cuerpo. Cuando salí, tomé mi remera de dormir y unas bragas. Abrí la ventana y le serví la cena a mi visitante. Decidí solo comer una ensalada, corté algunas verduras y un poco de queso y me senté en el sofá a ver la televisión. Estaba viendo una vieja y aburrida película cuando me dormí. El golpe fuerte de la puerta me despertó de golpe. Miré por la mirilla y ah&ia
Salí y me metí al auto, cuando iba manejando rumbo a la tienda de diseño del centro de Phoenix, me crucé a J.T en la ruta. Me hizo señas y me paré.—Hola nena ¿Dónde vas?—Snake me ha mandado a ver cosas para el local, ha dicho que no me quiere fastidiando por ahí.—Veo que cada vez se llevan mejor.—Es todo un encanto.—Tenle paciencia, está pasando por un mal momento.—¿Qué le ha pasado?—Ya te contaré, te sigo —asentí y me reencaminé a la ruta. Manejé por un buen rato hasta que finalmente llegamos a la tienda. J.T abrió mi puerta y me tomó por la cintura y me besó con determinación. Le regalé una genuina sonrisa. Luego me guió por el lugar. Tomamos un carrito y comenzamos a recorrerlo mientra
Llegué a casa y me desmoroné, comencé a llorar, mi pobre hermana, mi sobrino, dos vidas perdidas sin ninguna razón. Daño colateral sin duda. Pero lo que Caleb no sabía, es que yo estaba para defenderlos. Y que no descansaría hasta quitarle todo y luego de verlo caer en desgracia lo mataría sin ninguna reserva ni compasión, justo como él había hecho con Sara.Me metí en la ducha, me senté en el piso de la bañera, abrasé mis piernas a mi pecho y dejé que el agua cayera por mi cuerpo y se mezclara con mis lágrimas y sollozos. Estuve un buen rato en esa misma posición, cuando me calmé, me puse unas bragas y un camisón corto y me tiré en la cama y en algún momento me dormí.Sara volvió a visitarme en sueños, llevaba un vestido blanco de tiras y tenía un vientre enorme, ella se acercaba a m&iacut
Pasé por la biblioteca pública y revisé viejos diarios, busqué en los que tenían más de dos años y el apellido Turner, y rápidamente salió la noticia que hablaba del asesinato de Tony Turner.Anthony Turner (T.T) muere en un incidente en la prisión de El Cabo en Arizona junto a su compañero Philip Ross (Thunder). Luego de llevar una disputa callejera entre bandas locales a las instalaciones. La causa se encuentra a cargo de la fiscal de distrito Candance Evans.No había nada que me sirviera o me dé alguna pista. Busqué el incidente del club nudista.«Grave asalto al club nudista “All Friction” en las afueras de Flat Salts, Phoenix, deja 23 muertos y más de 12 heridos. Se desconocen las causas del atentado y aún no hay sospechosos, la policía local sigue con la investigación que encab
Volví a meter las cosas al auto y regresé al MC. Shelly me hizo señas de que entre a la casa club y así lo hice. J.T estaba sentado en el sillón con cara de preocupación mientras hablaba con otros miembros.—Hola nena, ¿Dónde te habías metido? —preguntó mientras se paraba y se acercaba a mí para besarme en los labios.—Tuve que ir a hacer unas compras, además Snake me ha corrido de mi negocio —rió, pero la sonrisa no le llegó a los ojos, podía notar que estaba preocupado por algo y eso me angustió.—¿Almorzaste?—Sí, comí algo de paso ¿Qué ocurre?—No te preocupes por eso nena.—Vamos Jessy, cuéntame, confía en mí.—Lo siento, pero son cosas del club y no puedo compartirlas c
Daban cerca de las 10am cuando llegué al negocio, las paredes ya estaban casi listas, sólo faltaba pintarlas, e instalar el piso y las molduras, la verdad Snake hacía un gran trabajo y en poco tiempo. Le dejé un café como ofrenda de paz, pero volvió a decirme que me largue y lo hice, me crucé al taller.—Tengo una muy mala noticia —dijo Shelly ni bien crucé el portón—¿Qué ha sucedido? ¿Jessy se encuentra bien?—Sí, no es eso. Pero los cupcakes han desaparecido.—Oh por todos los santos Shelly, me has dado un susto de muerte.—Lo siento, no pretendí asustarte. Pero los chicos los han devorado.—Al menos han tenido éxito, no te preocupes hay tiempo para hacer más, pero esta vez lo haré en mi casa, así no corren riesgos.Volví al