noche aquí es horrible; el piso está húmedo y el frío es letal, ni hablar de la comida que es una porquería. La mujer que me abofeteó horas antes de ingresar a la celda se me acercó y me susurró que, por no hablar, solo recibiría una comida al día.
Me encuentro en esta celda después de autoincriminarme. Mi tío estaba golpeándome y mi madre salió en mi defensa. Lo asesiné a sangre fría. Cuando llegaron los policías, decidí culparme ya que mi madre es de edad avanzada.
Llegó la hora de la gran comida, que consistió solo en arroz blanco sin pizca de sal. No lo comí, simplemente lo aparté a un lado. Pero luego el hambre se apoderó de mí y mi estómago pedía comida como loco; finalmente, terminé comiendo ese arroz simple.
Tres días después, todo ha sido de mal en peor. La misma policía jodiendo la vida, trayéndome arroz insípido. Mientras estoy recostada en mi cama mirando al techo (bueno, es más como un palo muy duro que me hace doler la espalda), un guardia se acerca y golpea la celda con su bolillo.
—¡Reclusa, tienes cita con tu abogado!
—Pero no tengo uno, señor.
—Ándate y no me hagas perder la poca paciencia que tengo —me mira molesto, abre el candado, me pone las esposas y me lleva a un pequeño cuarto donde hay un hombre de unos 42 años sosteniendo unos papeles.
—Tienes media hora —dice el guardia cerrando la puerta.
—Lara Padilla, 18 años. Dime, ¿realmente fuiste tú quien asesinó al señor Padilla? —pregunta, mirándome atentamente.
Solo guardé silencio mientras observaba sus manos. No podía hablar. No puedo decir que fue mi madre; no quiero que pase los últimos días de su vida tras las rejas. Él siguió haciéndome varias preguntas, pero yo seguía ignorándolo.
—Pasado mañana tendrás cita en el juicio. Soy tu abogado. Sea bueno o malo lo que hayas hecho, estoy aquí para ayudarte.
Sus palabras no me animaron; solo provocaron que dos lágrimas recorrieran mis mejillas. Intenté hablar, pero mi voz se entrecortó y lo único que se me escapó de la boca fue: "Sí, lo hice". Él tragó en seco mientras apuntaba en su libreta lo que le dije.
—Está bien —me puso la mano en el hombro y suspiró—. No pasa nada. No eres la primera ni la última persona que asesina a alguien.
—El tiempo se acabó —dijo el guardia levantándome del brazo. Miré al abogado y él me sonrió amablemente.
Otra vez en esta m*****a celda, me tiré de golpe al piso mientras me golpeaba la cabeza contra la pared. No sé cómo está pasando esto. ¡Dios, ayúdame!
—Cuidado, te harás daño —una voz masculina me hizo voltear de inmediato.
—¿Estás asustada? —su voz era fría y serena, transmitía paz.
—No, no lo estoy —le respondí, chasqueando los labios. ¿Pero qué hace sin camisa? Notó mi incomodidad y luego se puso un suéter gris. ¡Qué chico más guapo!
—Es normal el primer día —se sentó en el suelo y me clavó la mirada.
Sus ojos eran celestes, tanto que parecían de un ángel. ¿Qué estoy diciendo? Si está preso es porque hizo algo malo.
—Y dime, ¿cómo te llamas? —me preguntó.
Lo ignoré y me recogí el cabello. Él siguió mirándome y de repente soltó una carcajada. Lo miré y de inmediato dejó de reír.
—Pareces un "burrito" —me dijo y luego acomodó su cabello rubio y lacio.
Está completamente loco, y ni siquiera ha recibido su sentencia.
Ya es de noche. El chico que está frente a mí está sentado mirando al techo. Gracias a Dios no me ha vuelto a hablar. El sueño se apodera de mí; intento dormir un poco pero luego escucho susurros y me levanto rápido. Esos susurros provienen de la celda de aquel chico.
—¿Entonces, ¿mañana salgo? —pregunta él.
—Sí, señor. Su padre ya pagó para que lo saquen. Solo falta poner su firma y listo —dice el guardia.
¿Qué es esto? ¿Soborno? Me pregunto con intriga.
Ya es de día y no dormí nada por estar pendiente de la salida del chico. Por suerte, ellos no se percataron de mi presencia anoche mientras escuchaba su conversación.
—Qué ojos rojos tienes, niña —me dice el chico con voz ronca. Lo ignoro.
—Ya sé todo de ti. Estás aquí porque mataste. Quien te ve, eres una pequeña diabla —se ríe.
—Cuida tus palabras —le respondo con rabia.
—Está bien, leoncita —dice con voz burlona.
El guardia nos interrumpe entrando y saca sus llaves para abrir la celda del chico burlón. Él sale estirando los brazos mientras me mira y se acerca a mi celda.
—Nos vemos, como te llames, ya que no me quisiste dar tu nombre —da media vuelta y camina sobre sus talones, marchándose de esta m*****a celda donde solo hay oscuridad, soledad y tristeza.
Otra vez sola. Por lo menos él me hizo enojar y me acompañó todo un día. Además, es bastante lindo el malvado. Sus ojos celestes son perfectos para mi gusto, pero no, no y no. ¿Qué hago? Él debe ser un criminal, o violador, o quizás ladrón. Retiro lo dicho de que es perfecto para mi gusto.
—Reclusa, levántate hoy tienes cita en el juicio—avisa el guardia.
Ya estamos en el juzgado, tengo tanto miedo, de testigos tengo a mi ex novio y A mamá, mi ex afirmó y contó de que yo soy una buena persona y que no merecía ser acusada por criminal. Mientras que mamá intento decir que ella había matado a mi tío, pero yo le hice seña de que guardara silencio, así que ella asiento levemente, lo cual me dejó tranquila, mire por todos lados buscando a el abogado que había hablado con migo pero no lo vi, al parecer no se presento en el juicio.El juez me preguntó que si tenía algo que decir pero lo único que dije fue que yo era culpable de aquel asesinato en su totalidad.Por lo tanto Un juzgado penal de esta capital me condenó a más de 5 años de prisión por asesinato, La oficina de prensa de la Fiscalía informó que se trata de Lara Padilla, joven de 18 años, responsable de homicidio, muchos periodistas, intentaron sacarme información, me hacían Miles de preguntas como.''¿Porque lo asesino?''''¿Díganos su motivo para llegar a ocasionar semejante crimen?''Me sentía asfixiada, pero en el fondo por qué mi madre estaría bien y libre de cargos. Soy llevada a una cárcel de mujeres que queda en la ciudad ya que en el pueblo donde vivimos no las hay, al entrar me revisan me hacen exámenes y luego me dan mi uniforme, es algo grande de color zanahoria.—Bienvenida a tu castillo princesita—Me dice una guardia de seguridad.Me entran en una celda dónde hay 3 mujeres, una morena, otra rubia tatuada y una señora bastante mayor quien sostiene una biblia en sus manos. todas me miran de reojo, pero la rubia tatuada se acerca a mi.—Que hermosa eres nena—Me agarra las nalgas y yo retiro sus manos de estás.—Déjame, por favor—Le digo.—Ay, mi Reyna tienes que atenerte a esto, deja ya de chillar y compláceme—Ella me guiña un ojo y lame sus labios.—No, no me gustan las chicas—le respondo asustada.—Bueno, a mi tampoco me gustaban pero el mundo da tantas vueltas.—Andrea ya déjala—Le dice la señora que sostiene la biblia, luego La rubia se separa de mi pero sin quitar sus ojos azulados de mi.—¿Y dinos que hiciste para estar en este Maldito lugar?—Pregunta la morena, cruzada de brazos.—Asesine a mi tío—le respondo hundiendo mi cabeza contra mis rodillas mientras lloro.—No llores, es normal—Me dice la rubia.Ya ha pasado 1 año desde que ingresé aquí, y en los cuales mi madre no ha venido a visitarme, y eso me lastima el corazón, las chicas se han vuelto amables con Migo, la rubia sigue intentando robar mi corazón, la morena pasa peinando su cabello crespo y la señora me da estudios bíblicos, bueno algo que sí quiero resaltar es su apoyo, sus palabras todo.5 Años después.Ya hoy cumplo mi condena, todo fue horrible hubo momentos buenos y otros malos pero así es la vida en la cárcel, baje mucho de peso ya que las comidas eran un asco nada para mí preferencia, al principio me caía mal en el estómago, pero luego me acostumbre.Bueno la chica morena salió un año después de que yo ingresara debido a su buen comportamiento, la rubia todavía paga su condena, y la señora de la biblia bueno ella, ella murió. Cada vez. que me acuerdo en la forma en que murió mi respiración se corta en serio era una buena mujer y lo peor de todo es que nunca se quiso defender. Seco mis lágrimas y miro a mi derecha y una guardia me entrega mis pertenencias, con una sonrisa en sus labios.—Lara, felicidades eras de mis favoritas.—Gracias, señora Camila la extrañaré—Tomo mis cosas y salgo del lugar tomando un bocado de aire y grito por fin libre...—¡Lara!—Volteo ante el llamado y hay está mi madre bella, sonriéndome mientras me extiende sus brazos.—Madre—la abrazo y ella solloza en mi cuello.—Pe-perdóname hija, yo soy una mala madre—Exclamo entre un mar de lágrimas.—¿Dime madre, porque nunca me visitaste?—Hija, no podía lo siento, mira—Me muestra un contrato—Estoy trabajando para una familia.—Y eso que tiene que ver madre, ¿acaso estas fija?—Si, lo siento Lara, hija esa familia no sabe sobre tu estadía en la cárcel, les mentí diciendo que tú estudiabas en el extranjero.—¡¿Acaso te avergüenzas de mi?!.—No es momento de platicar hija, el joven Milton viene a recogernos en media hora.—Mamá no, no puedo ir contigo, yo trabajaré y pagaré un arriendo.Ella me toma de la mano y me lleva hasta la carretera, algo lejos de la cárcel, mientras caminamos ella no se está quieta la noto preocupada, me zafó de su agarre y la hago mirarme a los ojos.—¿Qué ocurre?—Le pregunto.—Nada hija, mira—señala un auto blanco—ese es el auto del joven Milton.De inmediato aquel auto blanco, se acerca a nosotras, y lentamente los vidrios se bajan dejando ver un chico.¡Espera! ese tatuaje de calavera en su brazo, es... es aquel chico de la cárcel, lo recuerdo perfectamente, pero, ¿Qué pasa? como es que el... detengo mis pensamientos debido a que el habla.su voz es bastante severa y fría a la vez.—Señora luz, buenos días.—Hola, joven Milton.—¿Esta, es su hija?—arquea una ceja y me mira fijamente—Si es ella, su nombre es Lara, saluda hija.No lo salude, solo guarde silencio ya que estaba anonada ante aquel recuerdo en la cárcel.—¡Saluda hija!—Repitió regañando.—Hola señor—extiendo mi mano y el la toma, su agarre es fuerte y cálido, sus manos arropan mis pequeñas manos y eso me intimida un poco.—Adelante suban—añadió el esbozando una ligera sonrisaYa vamos en el auto y ese chico no deja de verme por el retrovisor, yo trato de no verlo pero mis malditos ojos me obligan a verlo, luego de algunos 40 minutos el auto se detiene por completo.—Llegamos—el baja primero y luego nos abre la puerta le ofreció su mano a mamá y luego a mi.—Gra-gracias señor—le digo nerviosa.—Hija ven te presentaré—me toma del brazo, miro por encima de mi hombro y el me queda viendo, No sé que le pasa a este.Entramos a la casa es algo grande es una casa estilo Villa moderna, las paredes son color blanco y los bordes amarillo, en la entrada están dos leones de monumento también hay muchas plantas, flores todo es hermoso aquí, se respira paz y armonía. en el suelo hay una alfombra roja muy larga la cual nos dirige hacia unas puertas doradas. definitivamente esto es genial.Una mujer blanca de ojos celestes abre la puerta y abraza a mamá y luego me sonríe a mi y me dice: ¿Tu eres Lara?.—Si señora, ella me abraza sin más ni menos.—Hijo mira es hermosa, ¿verdad?—Si mamá es hermosa—Responde sonriendo mientras deja ver sus dientes blancos, es una sonrisa que ilumina. luego se acomoda en el sofá, y saca su teléfono para echarle un vistazo.—Es un amor mi hijo Lara—Susurra ella poniendo sus manos en su boca.—Hija ella es Judith, somos amigas de la infancia y pues como vez firme un contrato con ella y por ende trabajo aquí.—Asentí y luego volví al tema de la casa— Pero está muy bonita su casa—le digo a la señora Judith.—Gracias, pues como vez es tu hogar también—asegura y se sienta al lado de Milton—Y dime, ¿Qué estudiaste en el extranjero?—Sus ojos son iguales a los de el, penetrantes y posesivos.—Pues yo-yo—Busco en mi cabeza que responder ante esa gran pregunta, y para mi mala suerte, no se me ocurre nada, hasta que mi madre me salva la patria.—Ella estudio enfermería—Responde mamá y pone sus manos en mis hombros generando tranquilidad.—Wau, que bueno, mi hijo es médico, ¿Verdad mi bebé?—Aprietalos cachetes de el, en forma de pechiche.
—Señor, yo curo a mi hija—dice mamá de manera impaciente.—No señora, yo lo haré—Mi madre le entrega el botiquín y el saca el alcohol para desinfectar sus mano luego toma un pedazo de algodón y lo moja antes de colocarlo en mi herida el levanta su rostro para mirar a mamá.—¿Me podría hacer un favor?.—Si dígame señor.—Deje la plancha conectada en la habitación de mamá, ya que voy a planchar una camisa, ¿eh, podría hacerme el favor de plancharla por mi?—Claro mi señor, además, le he dicho que eso me toca a mi pero usted es muy terco—Ella sube las escaleras murmurando enojo.El pasa el algodón de manera lenta y delicada por mi herida, pero yo suelto un quejido de dolor.—Tranquila, pasará—dijo para tratar de consolarme, pero ponte en mi lugar es un mordisco un ¡mordisco!.—Ahh, señor Milton me arde—el me sopla un poco de viento de su boca para que no me arda tanto. Luego de algunos segundos el venda mi herida.—¿Señor, con esto basta, no es necesario un hospital?—le pregunto preocupa
—S-sí, señor. El gusto es mío de conocer a tan linda familia —respondo mirando hacia el suelo. En verdad, hay mucha tensión en esta mesa. Escucho la risa de Andrea, lo que me hace levantar la mirada hacia Milton y su novia. Ella está comiendo y luego él la hace pausar para tomar una servilleta y limpiarle la boca, ya que se ensució.—Gracias, mi vida —le sonríe.—De nada —sus ojos no se despegan de esa chica. Bueno, es comprensible, ella es linda. Vuelvo a pensar, mientras miro a la hermosa pareja. El señor chasquea los dedos hacia mí, ya que estoy distraída mirándolos.—¿Lara, qué pasa? —pregunta el señor y rápidamente lo miro.—Disculpe, señor. Dígame qué se le ofrece.—Bueno, nada. Es solo que nos dejas hablando solos y eso es de mala educación.—Señor David, disculpe a mi hija. Es algo distraída —dice mamá desde la cocina. Mamá como siempre metiendo la cuchara donde no debe.—Eso veo. Bueno, Lara, espero que nos llevemos bien. Cambiando de tema, ¿me puedes ayudar a organizar mi ro
—¿Por qué te golpeas?—me toma del mentón y me hace levantar mi rostro chocando con unos ojos tan azules como el mar.—Yo...solo lo hago cuando cometo un error—Le explico la razón del porque me agredo.—Esta bien, pero deja de hacerlo, se te ve horrendo—dijo haciendo énfasis en ''horrendo''Aleja su cálida mano de mi mentón. se da media vuelta para luego bajar nuevamente las escaleras.Camino por el pasillo y arrastro la maleta, en el pasillo esta a mano izquierda el cuarto de las mellizas me imagino ya que es color rosa con morado y en la puerta hay dos letras J&J colgadas a la pared al lado está un cuarto donde hay una alfombra que dice, Boss, no sé si sea el de Milton o no, mi madre aun no me ha enseñado los cuartos de los que viven en esta casa.Sigo caminando y justo al fondo está la señora Judith llamándome.—Te demoraste linda—Sonríe de costado abriendo la puerta de su habitación.—Adelante—Entro muy curiosa, aquí hace mucho frío, pero se siente muy agradable ya que deambula un
volteó la mirada para no verlo pero esto ocasiona más enojo hacia el, luego siento sus jadeos cerca de mi rostro.—Te gusta que te traten rudo pequeña asesina—mascullo cerca de mi oreja, su voz me dió escalofrío.—¡Milton Ya bajate!—le doy un grito pero creo que fue mi más grave error, el deja caer por completo su cuerpo en mi, para luego pasar su lengua cerca de mi boca, por un instante pensé que me besaría. Mis lágrimas amenazaron en salir pero las detuve no voy a llorar enfrente de este estúpido animal.—Saves, eres muy hermosa, no sé si te lo han dicho antes, enserio puedo jurar que eres más linda que Andrea, pero....detuvo sus palabras y guardo un rotundo silencio solo se escuchaba mi respiración forzada tratando de respirar ya que este enorme bulto de papa está sobre mi, además de eso es un profesional dejando a las personas con la intriga.Volviendo al caso, ya lo he perdido todo mi abuela, mi padre, nuestra casa, mi intento o ganas de entrar a una universidad cosa que ni en s
—Como te digo, ¿la detective?—frunce su nariz haciendo una mueca de disgusto.—Lo siento—me disculpo y arreglo la ropa lo más rápido posible, el toma todos los condones y los mete en su pantalón, camisa, y dentro de su boxer, haciéndolos desaparecer por completo, luego camina abandonando la habitación, ¿que fue todo esto? No pensé que Milton fuese así, y lo que más rabia me da con Migo misma fue que me quedé pasmada dejando que el me besara, bueno lo admito si me gustó un poquito, pero si me he enojado con el por no tener piedad de mi heridaAl fin se ha largado el tarado de Milton claro está que tarado es muy poco para el, mejor digamos la "Bestía" esa.Luego de media hora más o menos termino por fin de organizar la ropa del señor David, y si que tiene ropa este hombre, la mayoría son de marcas caras y muy reconocidas como; filles, coospor y zuguil.Bueno para yo comprar tan solo una pantis de esas marcas tendre que reunir un montón de dinero, en fin gente rica y caprichosa.Salgo de
Se dirige hasta Andrea dando grandes pasos y en su mano sostiene su teléfono. Presiento que se va a formar un mierdero.Me estacionó para espiar. Él se para enfrente de ella con sus cejas endemoniadas, por su lado ella se levanta de su asiento y lo intenta abrazar pero el la rechaza y la tira en la silla de un empujón sentandola otra vez.Milton.Andrea ¿que te dije sobre publicar fotos, he?—Amor lo siento, pero es solo una fotito.—Fotito dónde estamos en la intimidad.—P-pero amor ya en 5 meses nos vamos a casar y además eres mi novio.—Mira no sigas si, tu sabes que tu y yo no podemos estar publicando fotos de ninguna especie, y sabes el porque.—Ay cariño se que te preocupas por mi que lindo de tu parte.—Ja, nunca me he preocupado por ti y lo sabes.—¿Entonces porque te casarás con Migo?—Se levanta nuevamente de la silla y me toma del brazo.—Andrea suéltame, entiende no te amo y con respecto al matrimonio—Detengo mis palabras, estaba a poco de decirle el porque me casare con el
Toc-Toc—Señor Milton abra o estaremos obligados a partir la puerta y buscarlo como la rata que es.Qué demonios, ¿acaso dijeron partir la puerta? hablan en serio, Milton está temblando y su respiración está acelerada, pero prosigue con lo que me decía anteriormente.—Me esconderé detrás de la puerta y abrirás, al agente que está hay, pero por nada del mundo lo dejes pasar solo dile que te estas bañando sola, y si quieren entrar a las fuerzas, le dices que pondrás una demanda por entrar a la casa sin una orden de registro, ¿cuento con Tigo hermosa? asiento y hago caso a sus palabras.Voy a la puerta y quito el seguro para abrir, al hacerlo veo a un policía sujetando una pistola.—Niña Hazte aún lado.—¿Qué se le ofrece señor?—pregunto aparentando tranquilidad por qué por dentro me estoy cagando del miedo.—¡Que te quites insolente!—grita otro policía que acababa de llegar.—Señor solo me estoy duchando.—Mira tonta no nos hagas perder el puto tiempo y aléjate o estaremos obligados a g