Capitulo:6

volteó la mirada para no verlo pero esto ocasiona más enojo hacia el, luego siento sus jadeos cerca de mi rostro.

—Te gusta que te traten rudo pequeña asesina—mascullo cerca de mi oreja, su voz me dió escalofrío.

—¡Milton Ya bajate!—le doy un grito pero creo que fue mi más grave error, el deja caer por completo su cuerpo en mi, para luego pasar su lengua cerca de mi boca, por un instante pensé que me besaría. Mis lágrimas amenazaron en salir pero las detuve no voy a llorar enfrente de este estúpido animal.

—Saves, eres muy hermosa, no sé si te lo han dicho antes, enserio puedo jurar que eres más linda que Andrea, pero....

detuvo sus palabras y guardo un rotundo silencio solo se escuchaba mi respiración forzada tratando de respirar ya que este enorme bulto de papa está sobre mi, además de eso es un profesional dejando a las personas con la intriga.

Volviendo al caso, ya lo he perdido todo mi abuela, mi padre, nuestra casa, mi intento o ganas de entrar a una universidad cosa que ni en sueños pasará por mi estúpida situación económica, pero lo peor de todo es que al salir de la cárcel, piensas que estás libre del todo, pues no señores desafortunadamente no es así, es cuando apenas viene tu sentencia la sentencia del que dirán, la gente criticando o farfullando a tus espaldas. Justo lo que me está pasando con Milton, ya todo está perdido por lo tanto voy a responder su pregunta.

—No soy infiltrada solo es una casualidad que nuestras madres fueran amigas de infancia y si soy Lara Padilla, ¿Y qué?—el se ríe de manera sarcástica tanto que está por dar carcajadas pero nuevamente deja de reír de manera abrupta para después volver a su enojo, este chico, acaso es ¿bipolar?.

—¡Bravo! Son un par de embusteras, nojoda venir a mi casa y decir de que tu estabas estudiando en el extranjero, déjame decirte que eso que hizo tu madre es de gente que tiene los ovarios bien puestos.

—Y dime si sabías que yo era la chica de la celda porque actuaste como si no me conocieras tanto era que hasta me tomabas del mentón y me decías "Yo a ti te conozco" y nunca lo dijiste solo esperaste este momento a solas para humillar me y tenerme acorralada, sabes que Milton eres un cobarde.

—¿Cómo me dijiste?—pregunta con voz ronca.

—¡Cobarde! Él suelta una de sus manos la cual está sujetando las mias, y con la otra me agarra la barbilla fuerte hasta estriparla.

Intento aprovechar que me sostiene con una pero me es difícil este hombre es muy fuerte.

Él se acerca más a mi y está a unos centímetros de mis labios, lo único que se me ocurrió fue cerrar mis ojos y empuñar mi boca, por si Se le ocurría besarme, bueno quien no querría un beso de él pero, míralo nada más parece un total acosador.

—¿Que creías que te iba a besar?—pregunta con voz burlona y a la vez coqueta.

M****a, me leyó los pensamientos.

De momento tocan la puerta y Milton da un brinco levantándose de la cama, y camina hacia la puerta para abrir, yo me levanto y acomodo mi vestido y mi cabello, tomo nuevamente la maleta y la llevo hasta el clóset, dándole la espalda a Milton y aquíen tocaba la puerta.

Mientras acomodo la ropa con algo de temblor en mis manos recordando lo que pasó minutos antes con Milton, escucho susurros y luego la puerta se cierra dando un portazo, ay no, que se haya ido Milton, por favor, vete, vete. trato de convencerme de que se ha largado pero no es así, siento un beso húmedo en mi cuello, volteó por encima de mis hombros y hay está Milton detrás de mi, solo miro su reflejo.

—¿Te asusté?—Pone sus manos en mis hombros apoyándose en ellos mientras susurra en mi oído de manera tan suave que de no ser por el silencio de la habitación no lograría escucharle —no lo tomes como amenaza, solo es una advertencia, nunca, pero nunca entres a mi habitación, ¿Estamos? Es más, ni mi querida madre entra allí.

Por cierto, se que tu y tu madre no tienen donde vivir ya que tu mamá relata su triste historia a cada momento y a cada hora, por lo tanto te puedes quedar aquí en la casa trabajando obviamente, además puedes estar tranquila.

¿Porque? Te preguntarás, porque no le diré a mamá de tu estadía en la cárcel, y otra cosita pero importante jamás le digas a nadie de lo que ocurrió en esta habitación.

—Y si cuento ¿que me harás me matarás?—le respondo de manera desafiante.

—Pues, eso sí que no lo sé, pero no creo porque se que serás buena chica y te quedarás calladita.

—¿O tienes miedo de que tu noviecita se entere y te deje?

—No, mujer es lo que hay, además me llueven las mujeres. Pero Andrea es muy especial.

—Me alegra por ti, pero ella, pobrecita, es tan inocente de la clase de hombre que tiene a su lado.

El rodea mi cintura con sus manos pegandome a el, su respiración mueve mi cabello, levanto mi rostro para mirarlo ya que es más alto que yo tanto que mi cabeza llega a sus hombros y eso me intimida un poco.

—Milton ya dejame en paz, por favor, está bien no diré nada, pero no me molestes más. Además valla a atender a su novia debe de estar preocupada.

—No dejas de hablar de Andrea y eso me está chocando, déjala aún lado y centrate en mi, ¿O acaso tienes celos de ella?

—Que dices no...mira y a ti que te pasa apenas nos estamos conociendo y ya te crees Juan la m****a, te aclaro no todas las mujeres derretiran la baba por ti.

Eres muy agrandado y a mi me da piedra el hombre así, además, tú a mí no me gus...No termine de hablar cuando siento sus labios chocando los míos, luego siento una mano que me agarra del cuello pegando me más a su beso. Su aliento huele a menta, tanto que me esta gustado el beso, no pongo ni la más mínima resistencia para separarlo de mi, solo dejo mis brazos en el aire los cuales están totalmente inmóvil.

Él se apodera de mis labios haciéndolos Suyos a su manera, al principio me besaba lentamente sintiendo sus ovalados labios tan sexis.

Pero de un momento a otro este se fue volviendo más y más agresivo, metió su lengua en mi boca e hizo círculos, no le lleve el ritmo solo deje mis labios expuestos a lo que él quisiera hacer con ellos, tomo mi labio inferior y lo mordió, me queje su mordisco me hizo despertar del encanto de sus labios, por su parte el me abrazo más fuerte, le daba golpes en el pecho con mis manos pero para el no era la gran cosa, siguió y siguió en lo suyo, no se que gana con todo esto, ¿Acaso no le da miedo que alguien entre y nos pille? Mi respiración se corta, mis labios arden ya no puedo dejar que el me destroce mis labios de esta manera tan descabellada, luego de seguir manifestando dolor, el me suelta de su fuerte agarre. al parecer se ha dado cuenta.

—Lara, lo siento yo me deje llevar

—Note que sus labios estaban crecidos pero la manera en la que me habla es lenta pero un una pisca de vergüenza.

—¿Dime te gustó.?—Que hombre tan desvergonzado.

Sin más ni menos le doy una fuerte bofetada en ambas mejillas el pone sus manos en estás para sobarlas y me clava sus ojos celestes los cuales me miran con estrañesa.

—¿¡Que dijiste, que me gustaría?! Eres un patán y lo peor de todo; eres un completo pervertido, me usaste sin mi consentimiento y sumando lo antes dicho como resultado; eres un poco hombre.

Él se encamina a mi como un caballo enojado y me tumba en la cama. Pero esta ves no se subió encima de mi si no que se sentó a la orilla de la cama.

—Lara, podrías dejar de decirme así, se que te tome por sorpresa pero, lo siento.

—Callate, Milton me estás dando asco—dije levantándome de la cama para sentarme en la orilla junto a él.

—Se que actue por impulso, pero por favor nunca me lleves la contraria—añade mirando para el techo con sus manos apoyándas de la cama.

—Esta bien, ni tú me miras ni yo te digo nada—le digo ya levantada de la cama para otra vez dirigirme al closet para acomodar la ropa del señor David sin importar el que estuviese Milton abrí la corredera dejando ver todos los preservativos. Él se levanta de la cama y se acerca a mi nuevamente.

—¿Que es todo esto, Lara?

—No lo sé, es de tu padre.

—¿Enserio?—asiento y el toma tres de los preservativos para analizarlos detenidamente mientras Lee. Luego se ríe.

—Pense que mi padre dejaría de ser mujeriego, pero ya veo que no. Pobre mamá.

—Acaso, tu padre le es infiel a tu madre—pregunte curiosa, no se que carajos pregunto, no es de mi incumbencia saber esto, bueno por lo menos ya se que su padre es igual de perro que Milton son tal para cual.

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