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Capítulo 6. El jefe, el recuerdo y ese insoportable silencio.

Melisa se arregló la blusa por segunda vez mientras caminaba por el largo pasillo. Se sentía ansiosa, estaba segura de que si miraba su rostro en un espejo en ese momento su reflejo le devolvería una mirada de nerviosismo puro. Respiró hondo preguntándose, ¿Cómo era posible que alguien que había enfrentado a su ex prometido y a su ex mejor amiga minutos antes, ahora se sintiera así de vulnerable por una reunión laboral? Pero la respuesta estaba clara.

No era solo una reunión laboral, y no era con su jefe con quien se juntaría en segundos, era “la Reunión” con el hombre con quien pasó una noche de “sexo alocado y salvaje” en la oscuridad de una habitación de hotel…

Sebastian había subido minutos antes, estaba agitado por caminar rápidamente, pero aspiró una buena cantidad de aire antes de que ella ingresara, como un novato inexperto el presidente de las empresas Novak no sabía qué hacer.

-- Melisa puedes pasar el señor Novak te ha estado esperando – le dice Daniel el asistente personal, quien había visto a su jefe salir en busca de la joven, pero lo vio volver apresurado solo minutos atrás.

Sebastian era muy estricto con los horarios, nunca antes nadie había osado presentarse tarde a una citación con él, pero las cosas con Melisa eran diferentes, sobre todo ahora que estaba seguro de que ella era la joven de la nota.

Sebastian ya había sentido una familiaridad en ella cuando ingresó a su oficina llevando los informes que pidió, incluso, le pareció extraña la forma como iba vestida, no recordaba que ninguna mujer en su piso vistiera así de feo, pero lo dejó pasar.

Sin embargo, en ese momento no podía quitar de su mente los recuerdos de aquella noche y mientras estos revivían una y otra vez, la imagen de su futura secretaria aparecía en ella de manera fugaz.

Melisa asintió, apenas se acercaba a la puerta podía sentir como el aire cambiaba, parecía más denso, más exclusivo, más…  Sebastian. Melisa tragó saliva y empujó la puerta de la oficina.

Sebastián estaba de espaldas a ella, mirando por la ventana como todo CEO que se respeta cuando quiere parecer introspectivo.

-- Cierra la puerta, por favor – dijo con esa voz que ahora resonaba diferente en su interior. Ya no era solo grave y autoritaria. Ahora también tenía ecos de gemidos, susurros y cuerpos desnudos.

Melisa obedeció en silencio, cerró la puerta y luego giró para observar la enorme espalda de su jefe. De pronto Sebastian sintiendo el peso de su mirada gira para quedar frente a ella, sus ojos se cruzaron una vez, pudo notar que la joven Hart desviaba su mirada, algo extraño, aunque no tanto, al fin de cuentas él era el hombre con el que tuvo sexo salvaje.

La oficina estaba en completo silencio, un silencio tan espeso que podría haber sido cortado con una tarjeta corporativa.

-- Siéntate por favor – le ordenó Sebastian sin dejar de mirarla. Melisa se sentó cruzando las piernas de una manera casual, pero ese simple movimiento a Sebastian le pareció demasiado sensual, desviando la mirada de ella, preguntándose ¿Qué carajo le estaba pasando con esa mujer?

Muchas noches había pasado con mujeres, pero Melisa… ella había sido la única que le dejó dinero por sexo, la única que lo había confundido con un gigolo, la única que se acostó con él, sin saber que era Sebastian Novak…

-- Señor Novak quería disculparme por la tardanza, yo – él la detuvo, no dejó que continúe hablando, sabía muy bien porque se tardó.

-- Esta todo bien Melisa. Te agradezco que hayas venido a pesar de que esta reunión no estaba en tu agenda – le dijo.

-- Siempre estaré disponible para lo que necesite señor – esas palabras sonaron demasiado peligrosas en los oídos de Sebastian, y algunas imágenes y susurros volvieron nuevamente a su mente…

Melisa luego de responder así, se maldijo por la forma como lo dijo, haciendo que su rostro adquiera un tono sonrojado por la vergüenza.

Sebastian la miró con detenimiento, parecía como si la jovencita frente a él también tuviera algo que ocultar, algo intimo relacionado a aquellas palabras, algo que podría destapar de una vez por todas su noche de pasión.

-- ¿Cómo estuvo el fin de semana? – le preguntó de pronto su jefe, Melisa abrió los ojos, no era lo que esperaba.

“No, no, no… ¿Cómo puede preguntarme eso? ¿acaso sabe que fui yo? O ¿será parte de una charla casual?... De verdad… ese era el camino. Melisa no quería mirarlo, sabía que en sus ojos estaba la satisfacción que vivió con él, solo minutos atrás la recordó delante de su ex… asi que intentando sonar tranquila y sin dejar de mirar un punto fijo sobre el escritorio ella respondió”

-- Estuvo tranquilo señor, como siempre – mintió con desfachatez, pero era lo que debía hacer.

-- ¿Asi nada más?, tranquilo como siempre – le volvió a preguntar, y Melisa quería salir corriendo de allí. Era obvio que no fue nada tranquilo, tuvo sexo salvaje con él y lo disfrutó demasiado, más de lo que había disfrutado todo el tiempo que estuvo con su ex…

-- Bueno, algo movido señor. Pero nada fuera de lo común –

“¡Oh sí! Como no, ¡Ja! Una doble traición, una borrachera infernal, sexo con tu jefe y una confrontación estilo serie de N*****x. Lo más común del mundo pensó.

-- Me alegra – respondió Sebastian.

Un segundo después hizo algo fuera de lo común que la descolocó por completo. Su jefe se acercó al escritorio y en lugar de sentarse en su sillón o en la silla al lado de ella, se sentó justo en la orilla de la mesa, quedando demasiado cerca de ella, tanto que Melisa llegaba a oler su perfume, el mismo que invadieron sus fosas nasales el fin de semana.

¿Qué está pasando acá? ¿Por qué esta tan cerca? Melisa comenzaba a levantar los letreros de peligro, ella no podía respirar, aguanto la respiración sin darse cuenta. Quería controlar su corazón que comenzaba a acelerarse por la cercanía de su jefe, estaba segura de que, si ese silencio continuaba así, él podría oír sus latidos como lo hacia ella.

Melisa trago saliva esperando que actúe.

-- ¿Se acaba de graduar no es asi señorita Hart? – le pregunta y Melisa asintió levantando la mirada hacia él. Sebastian ahora no la estaba tuteando como siempre lo hacía,

“¿será que me va a despedir?” esa pregunta rondaba en su cabeza.

-- Entonces… ¿Usted estuvo en el hotel Imperial en la fiesta de graduación este fin de semana, no es asi? – ella abrió los ojos como platos, pero al segundo los cerró.

“¡Bingo! Pensó el detective Novak al ataque. Pronto descubrirá quien soy.

-- ¿Cómo lo supo señor? – le preguntó fingiendo sorpresa, como toda una actriz profesional.

-- Tu nombre apareció en la lista de invitados a uno de los salones del hotel – respondió, y ella abrió los ojos asombrada.

“¡Maldición! Como no recordé que ese hotel pertenecía a la empresa Novak”

Melisa quería jalarse los cabellos, pero eso solo confirmaría que tenía algo que ocultar, así que no lo hizo.

-- ¿Fue una noche larga no es así? – preguntó Sebastian, antes de confirmar que era ella, revisó cada evento ocurrido en el hotel, y solo fueron dos… esa fiesta de graduados y su propia reunión.

Sabía muy bien que la mujer con quien estuvo había acudido a una de ellas, su fiesta quedó descartada al ser de puros hombres, asi que por su vestimenta y la borrachera que traía solo quedaba la fiesta de graduación.

-- Si lo fue – respondió ella, luego bajo la mirada incomoda.

-- Asi es, también estuve en una reunión esa noche – le dijo él con un tono más bajo. Casi… ¿provocador? Le estaba dando la oportunidad perfecta para confesar, pero ella no lo hizo.

Melisa sentía cómo se le aceleraba su corazón. El aire acondicionado estaba a 17 grados, pero ella se sentía ardiente, su cuerpo sudaba como si la estuvieran interrogando bajo una lámpara de calor.

-- Sobre la información pendiente – dijo de pronto cambiando de tema, ella había terminado el informe y pudo notar que algunos de los porcentajes entregados no eran los reales, debía aclarar el tema sino quería tener problemas en el futuro.

-- Hay unas modificaciones que debo hacer, si fuera posible que me devuelva el informe – le pide mientras Sebastian no deja de mirarla.

-- ¿Está segura de que solo fue una noche larga? – 

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