Capítulo212
Mariana estaba tan sola que no quería dejarme ir.

Y como solo tenía dos días de vacaciones, pedí dos días más a Dylan para poder acompañarla.

Pero como todo lo bueno tiene un final, llegó el momento de irme.

Me preparó té de flores hecho con agua de rocío y me empacó una deliciosa comida hecha con polen y pétalos al vapor, como queriendo darme todo lo mejor que tenía.

Sabía que me había tomado mucho cariño, y ese afecto me generaba un sentimiento indescriptible de responsabilidad.

—Ven a verme cuando tengas tiempo —Mariana hablaba tímidamente sin mirarme.

Tenía lágrimas en los ojos y no quería que las viera.

Era una chica típicamente frágil pero fuerte por dentro.

—Sí —no me atreví a decir más.

Porque también sentía un fuerte nudo en la garganta, temía que yo lloraría antes que ella.

La despedida es verdaderamente el cuchillo más suave del mundo, pero el que más duele.

—Ya le pedí a mi amiga que contacte a un médico. Cuando esté todo listo, vendré con Sergio a buscarte —le di una nueva
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