Capítulo219
Lo miré fijamente, pensando en su padre, que era el señor Martín a quien tanto llamaba de niña, y pensando en cómo Sergio se me acercaba, no pude evitar preguntar en se instante: —Sergio, ¿me coqueteas porque te gusto?

—¿Por qué más sería, por jugar? —me miró directamente a los ojos, sin ninguna expresión de su parte.

—¿Hay algo que me ocultas? ¿Verdad? Por ejemplo... ¿que nos conocemos desde hace mucho? —durante el regreso, o más bien desde que supe la identidad de su padre, esta pregunta me daba vueltas y vueltas.

Sus ojos temblaron. —Te cargué en mi espalda cuando eras pequeña, y.… me besaste.

Sergio siempre me tomaba desprevenida. Si no tuviera experiencia alguna en el amor, si aún fuera una chica tímida, sus palabras me habrían hecho sonrojar completamente.

—¿Ah sí? ¿Dónde te besé? —fui igual de directa.

Sergio dio un paso hacia mí. Ya estábamos cerca, y ese paso nos acercó aún más.

Mi corazón se aceleró, pero no retrocedí.

Sergio me miraba fijamente, y se dio media vuelta, su ali
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