En el ático de un almacén abandonado a las afueras de su comunidad, lleno de pintadas y grafitis; oculto de los guardias de la ciudad. Los cinco chicos habían creado un espacio para desarrollar al máximo su creatividad y poder hurgar en los procesadores de red que provenía de la corporación hacia la zona exclusiva. Evidentemente, esos accesos eran todos clandestinos, ya que las comunidades de la zona menos favorecida no tenían permitido su uso.
Esa era la única manera que ellos habían encontrado para satisfacer su curiosidad por la tecnología y conectarse con el nuevo mundo. Toda la cultura de la era pasada la encontrabas a disposición virtual, veían noticias, videos divertidos, tutoriales, absolutamente todo al alcance de sus manos, pero sustraído de manera oculta por miedo a ser descubiertos por los "Phantoms". Ellos eran los guardias virtuales de toda la colmena cibernética principal, la "Hive", como era llamada comúnmente. Era muy difícil ocultarse de ellos, lo podían ver todo; habían sido programados con la única finalidad de eliminar tu existencia virtual en cuanto te encontraran buscando información que estaba prohibida para tu IP.
Carter y Enzo, eran los técnicos en sistemas de todo el grupo, se habían dedicado a estudiar durante años con los tutoriales suministrados secretamente por la "Fake web", esa era la red que se utilizaba por lo bajo entre los jóvenes de las comunidades pobres. Por ese motivo eran los que tenían mayores conocimientos de programación, y habían desarrollado un recurso que les permitía ocultarse a plena vista, lo llamaban "Shadow". Este era un programa que se ocultaba tras las búsquedas realizadas por cibernautas de la zona exclusiva, podían ver millones de ellas correr dentro del programa y de esta manera dar clic a la que les interesaba y verla en simultáneo con el usuario real.
Esa noche, con la idea revolucionaria ya surcando sus mentes, el encuentro se había dado para investigar mejor esa brecha encontrada por Brice. Él era un hacker amateur, que si bien es cierto no tenía las habilidades para hacer una inmersión profunda en la red y quebrar códigos de ingreso globales, siempre podía chapotear un poco en esa inmensa piscina de datos. Así es como hacía unas noches atrás había dado con esa pequeña brecha, y ahora junto a Enzo y Carter la estaban desmembrando para encontrar la mejor ruta con códigos dañados que les abriera las puertas a la Hive.
- Creo que por aquí podremos transitar de forma libre, revísalo Carter - indicó Enzo tecleando en su dispositivo de generación actual, él y Carter eran los únicos con este tipo de equipo. El primero porque en la casa donde su padre era tutor se lo habían regalado en lugar de desecharlo, y el otro porque su madre era trabajadora esencial en una de las fábricas, y se lo había ganado en un sorteo de la empresa.
- Te estoy compartiendo la serie de códigos que acabo de descifrar, según su programación hay una ruptura con suficientes datos para permitirnos entrar si estamos bien ocultos. - Respondió Carter, ingresando comandos con su teclado holográfico a toda velocidad.
- Lo veo... ¡Esto es fantástico! - Casi grita Brice, emocionado, parado detrás de ambos, mientras se pasa de uno a otro, observando a detalle todo lo que hacen en sus equipos. - Es increíble lo rápido que van estos dispositivos de nueva generación - dice dando un golpe al suelo con el botín - Ya quisiera tener uno, sería una luz en la red.
- No sé si te convenga ser una luz, Brice - bromea Dome. - ¡Recuerda que los Phantoms lo ven todo! - Dice sarcástica señalando el cielo, como si hablara de alguna deidad.
- ¡Domeka! - Susurra con asombro, Galah - ¿Cómo dices esas cosas? - Haciendo alusión a su expresión religiosa, mientras seguía mirando por el telescopio hacia el cielo generado holográficamente, así podía admirar más allá de las luces palpitando artificialmente. Esa era su pasión, investigar sobre esas constelaciones de las que se hablaban en los textos de hojas físicas que habían quedado de épocas antiguas y luego pintarlas en su bitácora. Quedaban pocos libros físicos en la actualidad, la guerra había destruido muchos artículos físicos, pero sus padres que habían sido bibliotecarios tenían varios estantes en casa llenos de ellos.
- Era broma, Gal, pero es lo que se piensan los de la Corporación... Creen que están por encima de Dios. ¡Me enoja demasiado todo eso! - comenta desfogando mientras le va dando unos golpes a su saco. Dome, había llevado sus implementos para practicar Muay Thai al almacén, porque en su casa siempre se quejaban del sonido seco de los golpes y a su madre le alarmaba que un día se tire el techo abajo. Entrenaba desde los 5 años junto a Brice, que era peleador de vale Todo. Ambos lo hacían con el claro objetivo de usarlo como defensa personal el día que sus ideas revolucionarias así lo requirieran, y parecía que estaba llegando ese día. La emoción la embargaba en cada golpe asestado.
- ¡Lo logramos! - Gritó emocionado Brice, mientras chocaba mano con los dos chicos que se estiraban en sus asientos luego de la tensión del momento. - ¡El pasaje ha sido habilitado! Hemos encontrado los "Nest"; ¡buen trabajo, chicos, ustedes son lo máximo! - Las chicas se acercaron corriendo y todos chocaron manos otra vez, se pusieron por detrás de Enzo y Carter para mirar lo que habían estado haciendo mientras les explicaban a detalle lo que debería suceder en adelante.
- Eso quiere decir que necesitaremos un Hacker experto - indicó Galah mirando a Brice.
- ¡Sí! Esto no es trabajo para mí, debemos ser cautelosos. Alguien con excelentes habilidades es el único que nos podrá ayudar. - Mencionó Brice empezando a caminar dubitativo por todo el ático. Necesitaban a alguien en quien pudieran confiar, porque tendrían que revelar parte del plan para que creara las "Key Drives" exactas, si no los Phantoms los localizarían y la incursión terminaría muy mal. De pronto Dome y él se miraron, lo habían resuelto.
- ¿Estás pensando lo mismo que yo? - Preguntó Domeka emocionada.
- ¡Sí! - Gritó Brice e hicieron unos pasos de breakdance combinado. Los demás los miraron divertidos. - ¡Tenemos un hacker! - Dijeron ambos mientras seguían bailando. Los otros tres lanzaron aplausos y ovaciones que resonaron en el ambiente.
Brice y Domeka eran amigos de infancia, habían nacido y crecido dentro de esa comunidad. Por otra parte, Carter, Enzo y Galah se habían ido agregando poco a poco, fueron llegando durante la adolescencia de ambos. El hacker del que hablaban los dos, era un amigo suyo que se había ido antes que se unieran los demás, y estaba rodeado de misterio. Hacía muchos años que habían dejado de verlo; solo podías contactarlo si conocías su apodo en la clandestinidad. Brice tomó su dispositivo y empezó a buscar, sus dedos volaban por la pantalla, pasados unos 15 minutos se estiró y acomodó en su puff dispuesto a esperar. A los pocos segundos una vibración en la pantalla lo alertó y sus dedos volvieron a volar por las teclas.
- ¡Listo! - Dijo emocionado - ¡Él nos ayudará! - Todos se miraron entre sí, lo habían conseguido. El camino hacia la libertad empezaba a vislumbrarse ante ellos.
Brice estaba en la azotea de su casa, era el único lugar donde tenía permitido entrenar. Su madre tenía malos recuerdos referentes a las artes marciales, todos relacionados a la muerte de su padre. No obstante, al darse cuenta que su hijo seguía sus mismos pasos, con resignación, le dejó un espacio donde no tuviera que sufrir por verlo practicar día y noche. Llevaba perdido en la música y los duros golpes al saco, desde hacía varias horas, sentía que ahora más que nunca debía estar preparado en mente y físico para lo que vendría.- ¡Brice! - gritó su tía asomándose a la puerta, se llevaban 5 años de diferencia por lo que se trataban con confianza. - Tu madre dice que dejes ese saco en paz y bajes a cenar - comentó levantando los hombros, para restarle importancia.
Cuando Brice decidió buscar a su amigo perdido hacía varios años, nunca imaginó que lo encontraría convertido en el Hacker más reconocido y mejor pagado de la zona exclusiva. Es más, ni pensó encontrarlo, y no es que estemos poniendo una nota adicional de tragedia, sino que su historia de vida no era muy esperanzadora.El nombre de “Paragon”, no le sonó muy familiar en un inicio, pero al leer un artículo que habían redactado en su honor; se dio cuenta de que era muy probable que se tratara de su viejo amigo. Buscarlo y encontrarlo no fue difícil, que él se dignara a responder sí que lo fue. Paragón tenía una agenda realmente ocupada y siempre respondían sus bots a cada solicitud. Cuando al fin le escribió a través de una conexión segura y aislada de la Hive, es que Brice comprendió que había acertado y realmente se trataba de él.Desde ese preciso momento habían vuelto a comunicarse como en el pasado, era como si nada se hubiera roto entre ellos. Sin embargo, no se sentía igual o era
Los golpes secos se escuchaban por todo el almacén mientras Carter subía las escaleras hasta el piso en el que tenían su espacio, ya sabía que se trataba de uno de sus amigos, pero era más evidente que fuera Dome porque a su madre le desesperaba verla en casa golpeando el saco. Subía los escalones de dos en dos, lo que tenía que decir era realmente importante, el mensaje ya lo había enviado de manera encriptada a través de la “fake web”, solo esperaba todos lleguen a tiempo.- ¡Hey! - Saludó a Dome que estaba mirando hacia él mientras le daba unas fuertes patadas al saco. — ¿Viste mi mensaje? - La chica se quitó los audífonos, una especie de cascos redondos y planos que se adherían en la cabeza, a la altura de las orejas.- ¡No…, hola Carter! Vine porque creo que mi mamá regresó molesta del trabajo y me mandó fuera. — Comentó encogiéndose de hombros y ambos rieron.- Bueno… Tenemos un problema, - indicó nervioso, atrayendo toda la atención de la chica que dejó los guantes sobre la lon
Era aún de madrugada cuando se escucharon los golpes por los cuatro puntos cardinales. Brice saltó de la cama aturdido por los gritos de la gente y el llanto de los niños, miró su reloj de cabecera y eran apenas las 5 am. Se asomó por la ventana y decidió correr escaleras arriba hasta su azotea, desde ahí tendría una vista perfecta de lo que pasaba a ambos lados de la calle. Se quedó petrificado cuando vio los Troockers estacionados a lo largo y ancho de la comunidad o al menos hasta donde le daba la vista. Safers bajaban corriendo de ellos y se metían dentro de las casas, iban rompiendo puertas a diestra y siniestra. Sacaban a rastras a la gente, los golpeaban en la cabeza y rostros; prácticamente, los dejaban inmovilizados. Era una visión terrorífica, de pronto, se emite una luz desde la muñequera que tiene en el brazo, abre un compartimento y saca una especie de tapita plana y lo coloca en su cabeza detrás de la oreja.- ¡Carter! ¿Estás viendo esto? - Pregunta y el nerviosismo es
La Sra. Spencer se levantó rápidamente y corrió a buscar el botiquín, pero entre tanto desastre fue difícil de encontrar. Aitana corrió al baño y trajo una toalla mojada para limpiar la sangre que salía descontrolada de la boca de Brice. La madre, frustrada por ver el estado de la casa se ha quedado llorando en su habitación sin encontrar el botiquín. Los otros dos en la sala la siguen mirando con pesar, pero prefieren dejarla un momento sola. Finalmente, encontraron el botiquín debajo de varios restos de muebles, cauterizaron la herida de Brice, y le pusieron en el pecho un adherente que funcionaba como removedor de sangre coagulada; para evitar contusiones y hematomas. El golpe había sido bastante fuerte, aún lo sentía en el pecho y se quejaba constantemente, así que las mujeres de la casa decidieron que dejara de hacer fuerza y lo enviaron a descansar. Al entrar en su cuarto, la ira se apoderó de él nuevamente, todo estaba destrozado. Ver las escenas de su vida, pisoteadas o desg
La nación, desde que ellos la han conocido, ha estado dividida en dos; los privilegiados y los más desafortunados. Ambas partes vivían en una segregación constante y marcada, pocos recordaban cómo se inició, era raro encontrar a alguien que les pudiera decir a ciencia cierta el momento exacto en que se llevó a cabo la separación. Sin embargo, nunca se pudo negar la existencia de esa transformación en la sociedad y cómo empezó a afectar a la nación entera.El Gobierno, no fue partícipe directo, mas tampoco pudo ser el estratega de un cambio que permitiera anular estas diferencias entre ambos grupos. La realidad aunque fuera dura de aceptar, era que se habían perdido por completo los valores dentro de la sociedad como tal y en su lugar se había desarrollado una desigualdad que golpeaba enérgicamente y sin medir consecuencias.Debido a ello, tuvo origen el instante en que los habitantes de la zona no privilegiada se encontraron encerrados al interior de sus muros de pobreza, y fue que co
El día por fin había llegado, Brice y los chicos se estaban reuniendo en el almacén para llegar juntos a la fábrica de las afueras donde los recogería la Van enviada por Gale. Lucían nerviosos y emocionados al mismo tiempo, nunca habían “cruzado al otro lado”, ya que las condiciones de pase eran poseer una tarjeta holográfica autorizada. Los únicos que tenían este tipo de identificación eran los trabajadores esenciales, las personas necesarias para realizar labores de desarrollo dentro de esta zona o empleados de personas importantes de sociedad (como era el caso del padre de Enzo). —¿A qué hora te dijo que estarían aquí? —pregunta Galah mientras se muerde la uña con desesperación.—Tranquila, todo saldrá bien —responde Brice y le pasa un brazo sobre los hombros para reconfortarla —¡Ya están aquí!—. Le hace una seña con la cara hacia una de las esquinas de la enorme fábrica. Todos miran asombrados la lujosa Van, no saben si por ella serán atrapados o les dejarán el pase libre; es muy
Se miran unos a otros mientras están de pie frente a una enorme puerta alta y quizás un poco más angosta de lo normal. La Van transitó por un camino largo rodeado de jardines amplios, con bancas, canchas, piletas y demás. El tamaño del espacio exterior de la casa era casi la cuarta parte de la comunidad donde ellos vivían, definitivamente era algo inaudito tener tanto espacio para que viva una sola persona, o es lo que pensó Carter.La puerta se abrió lentamente, y un androide muy parecido a los Safers apareció frente a ellos. Los miró con cierta ceremonia, les dio la bienvenida y los invitó a pasar al salón de espera, ya que el señor de la casa estaba ocupado en una reunión. El salón era enorme, tenía un amoblado moderno y sofisticado. Tomaron asiento en uno de los sillones, pero no pudieron evitar recorrer el espacio con rostros llenos de asombro, era fantástico ver todo eso, algo a lo que no estaban acostumbrados.Gale caminaba en la habitación iluminada a medias, se veía su siluet