Los golpes secos se escuchaban por todo el almacén mientras Carter subía las escaleras hasta el piso en el que tenían su espacio, ya sabía que se trataba de uno de sus amigos, pero era más evidente que fuera Dome porque a su madre le desesperaba verla en casa golpeando el saco. Subía los escalones de dos en dos, lo que tenía que decir era realmente importante, el mensaje ya lo había enviado de manera encriptada a través de la “fake web”, solo esperaba todos lleguen a tiempo.
- ¡Hey! - Saludó a Dome que estaba mirando hacia él mientras le daba unas fuertes patadas al saco. — ¿Viste mi mensaje? - La chica se quitó los audífonos, una especie de cascos redondos y planos que se adherían en la cabeza, a la altura de las orejas.
- ¡No…, hola Carter! Vine porque creo que mi mamá regresó molesta del trabajo y me mandó fuera. — Comentó encogiéndose de hombros y ambos rieron.
- Bueno… Tenemos un problema, - indicó nervioso, atrayendo toda la atención de la chica que dejó los guantes sobre la lona y se acercó a él.
- ¿Qué ocurre? - preguntó preocupada - ¿Nos han encontrado?
- No, pero es algo casi igual de malo; prefiero que lleguen todos para poder explicarlo de una sola vez.
- ¡Claro, estoy de acuerdo! - indicó y se fue a beber agua. — Me daré una ducha en lo que van llegando. — Carter asiente mientras va encendiendo sus equipos.
Uno a uno van llegando a su lugar de reunión, se saludan y toman sus lugares de siempre. Dome sale del destartalado baño secándose el cabello con la “Hot Towel”, eran unas placas que parecían de papel, pero al activar un circuito se volvían suaves y se calentaban, luego las pasabas por el cabello una vez y quedaba automáticamente seco. Ya todos estaban listos para escuchar lo que tenía Carter.
- Bien, estamos en algunos problemas - inicia él - necesitamos al hacker lo más pronto posible y sus Keydrives deben ser más que perfectas, prolijas.
- ¿Cómo va eso, Brice? - Pregunta Dome.
- ¡Uhm! No me ha respondido hasta ahora ¿Por qué no se puede esperar un poco más? - pregunta.
- Te explico - interviene Enzo - los Nest que identificamos son agujeros en los ductos reales creados por los datos que viajan hacia la Hive, entonces, estos se generan cada vez que esta es reparada por “x” problema que se origina en ella. Por lo tanto, pasado un tiempo prudente se cierran, porque son curados por las Vaxines que cargan en su programación para solucionar los errores o las brechas que quedan con los intentos de hacking.
- ¿Eso cada cuánto sucede? - Pregunta Galah mordiéndose una uña.
- Veamos, la brecha la encontró hace casi 5 días. A los 7 son identificados y se corren las diferentes Vaxines, hasta que la adecuada empieza a tapar todas las brechas, solucionando los diversos problemas que se han creado. En total unos 10 días más o menos. — Explica Carter mirando sus pantallas holográficas desplegadas en el aire para mostrar la simulación que ha creado. Todos observan con atención.
- Exacto - acota, Enzo, - muy buen diseño… Básicamente, ese es el funcionamiento, digamos que lo podemos retrasar un día o dos liberando unos bugs, pero no lo podremos hacer por más tiempo. Las lecturas serían captadas por los Phantoms.
- Debes hablar con él, Brice - le dice Galah - necesitamos de su ayuda lo antes posible.
- ¿Le has contado de qué trata todo? - Pregunta la otra chica.
- ¡Uhm! A grandes rasgos, le dije que queremos infiltrarnos en la Hive, no mencioné para qué - responde.
- No creo que decirle el motivo, ayude a que apresure el paso, ¿o sí? - consulta Carter dubitativo.
- No sé si la duda la tengo exactamente por él, pero estoy seguro de que la tengo por si nuestra conversación lograra desencriptarse. — Todos asienten al comentario de Brice.
Si corrieran esa suerte, estarían en problemas ellos y sus familias. Los Phantoms darían la alerta y el despliegue de Safers llegaría rápido hasta su comunidad, todos serían condenados. Ellos y sus familias terminarían en prisión o peor y la comunidad quedaría aún más intervenida. La despojarían definitivamente de los ínfimos beneficios que poseen hasta la fecha, era arriesgarse demasiado, pero estaban en una carrera contra el tiempo.
Los chicos se quedaron sumidos en sus pensamientos, planificaban en sus cabezas, revisaban acciones alternas, creaban estrategias. Enzo y Carter empezaron a elaborar más simulaciones de sus siguientes pasos, pero en todos necesitaban la ayuda de las Keydrives, no había ninguna forma de llegar a la Hive para intervenirla. Pasaron el resto de la tarde trabajando en todas las opciones que les quedaban en caso de que su operativo saliera muy mal, fueron implementando Warms que liberarían en caso de ser detectados para que infecten todos los recursos que habían desplegado y destruyeran los rastros creados por la firma cibernética que todo usuario dejaba al usar la red.
Aunque su intención no era parecer trágicos, ya se estaban preparando para cortar lazos con sus familiares en caso tuvieran inconvenientes; habían filmado de segundos en los que les decían que debían irse y que no trataran de contactar con ellos de ninguna forma. Confiaban en que sus familiares los acataran a carta cabal, de lo contrario se verían en dificultades, ya que ellos se estaban esforzando al máximo por cubrir sus huellas en la red, Enzo y Carter habían programado los Warms para que eliminaran toda información de ellos. Con eso se aseguraban de que sus familiares no fueran molestados por los guardias, por ello era de vital importancia que no hicieran caso omiso de los mensajes en los videos. De lo contrario, crearían un puente en la Hive que los conectaría de vuelta, permitiendo que los Phantom desencriptaran la información, desenterrando los archivos ocultos en la programación de los Sistemas Nacionales de Identificación, el NSI, que es donde los inscribían a todos al nacer.
Lo cierto es que su empresa cada vez se iba tornando más peligrosa, con cada paso que daban hacia su realización se percataban que si no tenían éxito estarían arriesgando toda su vida como la conocían hasta ahora; eso causaba temor. Realmente estaban preparados para las situaciones que se avecinan, serían capaces de tolerar el convertirse en prófugos y vivir ocultos el resto de sus vidas o hasta que lograran desenmascarar a la Corporación, si eso pasara ¿Cómo lo harían? ¿Qué necesitarían para no tener miedo? ¿A qué precio tendrían que hacerlo?
Era aún de madrugada cuando se escucharon los golpes por los cuatro puntos cardinales. Brice saltó de la cama aturdido por los gritos de la gente y el llanto de los niños, miró su reloj de cabecera y eran apenas las 5 am. Se asomó por la ventana y decidió correr escaleras arriba hasta su azotea, desde ahí tendría una vista perfecta de lo que pasaba a ambos lados de la calle. Se quedó petrificado cuando vio los Troockers estacionados a lo largo y ancho de la comunidad o al menos hasta donde le daba la vista. Safers bajaban corriendo de ellos y se metían dentro de las casas, iban rompiendo puertas a diestra y siniestra. Sacaban a rastras a la gente, los golpeaban en la cabeza y rostros; prácticamente, los dejaban inmovilizados. Era una visión terrorífica, de pronto, se emite una luz desde la muñequera que tiene en el brazo, abre un compartimento y saca una especie de tapita plana y lo coloca en su cabeza detrás de la oreja.- ¡Carter! ¿Estás viendo esto? - Pregunta y el nerviosismo es
La Sra. Spencer se levantó rápidamente y corrió a buscar el botiquín, pero entre tanto desastre fue difícil de encontrar. Aitana corrió al baño y trajo una toalla mojada para limpiar la sangre que salía descontrolada de la boca de Brice. La madre, frustrada por ver el estado de la casa se ha quedado llorando en su habitación sin encontrar el botiquín. Los otros dos en la sala la siguen mirando con pesar, pero prefieren dejarla un momento sola. Finalmente, encontraron el botiquín debajo de varios restos de muebles, cauterizaron la herida de Brice, y le pusieron en el pecho un adherente que funcionaba como removedor de sangre coagulada; para evitar contusiones y hematomas. El golpe había sido bastante fuerte, aún lo sentía en el pecho y se quejaba constantemente, así que las mujeres de la casa decidieron que dejara de hacer fuerza y lo enviaron a descansar. Al entrar en su cuarto, la ira se apoderó de él nuevamente, todo estaba destrozado. Ver las escenas de su vida, pisoteadas o desg
La nación, desde que ellos la han conocido, ha estado dividida en dos; los privilegiados y los más desafortunados. Ambas partes vivían en una segregación constante y marcada, pocos recordaban cómo se inició, era raro encontrar a alguien que les pudiera decir a ciencia cierta el momento exacto en que se llevó a cabo la separación. Sin embargo, nunca se pudo negar la existencia de esa transformación en la sociedad y cómo empezó a afectar a la nación entera.El Gobierno, no fue partícipe directo, mas tampoco pudo ser el estratega de un cambio que permitiera anular estas diferencias entre ambos grupos. La realidad aunque fuera dura de aceptar, era que se habían perdido por completo los valores dentro de la sociedad como tal y en su lugar se había desarrollado una desigualdad que golpeaba enérgicamente y sin medir consecuencias.Debido a ello, tuvo origen el instante en que los habitantes de la zona no privilegiada se encontraron encerrados al interior de sus muros de pobreza, y fue que co
El día por fin había llegado, Brice y los chicos se estaban reuniendo en el almacén para llegar juntos a la fábrica de las afueras donde los recogería la Van enviada por Gale. Lucían nerviosos y emocionados al mismo tiempo, nunca habían “cruzado al otro lado”, ya que las condiciones de pase eran poseer una tarjeta holográfica autorizada. Los únicos que tenían este tipo de identificación eran los trabajadores esenciales, las personas necesarias para realizar labores de desarrollo dentro de esta zona o empleados de personas importantes de sociedad (como era el caso del padre de Enzo). —¿A qué hora te dijo que estarían aquí? —pregunta Galah mientras se muerde la uña con desesperación.—Tranquila, todo saldrá bien —responde Brice y le pasa un brazo sobre los hombros para reconfortarla —¡Ya están aquí!—. Le hace una seña con la cara hacia una de las esquinas de la enorme fábrica. Todos miran asombrados la lujosa Van, no saben si por ella serán atrapados o les dejarán el pase libre; es muy
Se miran unos a otros mientras están de pie frente a una enorme puerta alta y quizás un poco más angosta de lo normal. La Van transitó por un camino largo rodeado de jardines amplios, con bancas, canchas, piletas y demás. El tamaño del espacio exterior de la casa era casi la cuarta parte de la comunidad donde ellos vivían, definitivamente era algo inaudito tener tanto espacio para que viva una sola persona, o es lo que pensó Carter.La puerta se abrió lentamente, y un androide muy parecido a los Safers apareció frente a ellos. Los miró con cierta ceremonia, les dio la bienvenida y los invitó a pasar al salón de espera, ya que el señor de la casa estaba ocupado en una reunión. El salón era enorme, tenía un amoblado moderno y sofisticado. Tomaron asiento en uno de los sillones, pero no pudieron evitar recorrer el espacio con rostros llenos de asombro, era fantástico ver todo eso, algo a lo que no estaban acostumbrados.Gale caminaba en la habitación iluminada a medias, se veía su siluet
Las habitaciones eran gigantes y espléndidas, estaban en un edificio aparte al del salón. Se encontraba cruzando un jardín con una piscina temperada, era como una casa, tenía todos los ambientes de una, más las habitaciones en los niveles superiores. Cada uno entró al cuarto que les designó el androide, les indicó cómo usar los baños, que se sientieran como en casa y se retiró rápidamente.Empezaron por probar las duchas y eran realmente increíbles, programaban los productos que usarían para el aseo, el nivel de agua y de temperatura en una pantalla integrada a la pared de vidrio templado de la misma; entonces, en la pared interior se abrían unos niveles donde ponian la mano y liberaba el producto elegido con anterioridad. Si no deseaban más debían retirar la mano y así sucesivamente, una maravilla. Al final en el vidrio interior salía una pantalla con opciones de secado y según lo que eligieras te secaba al frío o calor. La vida rodeado de tales comodidades, era mucho más sencilla.
La música era excelente, el DJ —uno internacional, y muy famoso —estaba haciendo las mejores mezclas de progressive, house y electrónica. Los chicos se sintieron contagiados por el ambiente. Según les contó Gale, habían varias eminencias del Hackeo, pero por obvias razones no podía revelar las identidades. Todo el ambiente donde se estaba dando la fiesta tenía una proyección de una galaxia, con sus planetas, estrellas, constelaciones, agujeros de gusano, etc.; hasta podías atravesarlos con la mano. Definitivamente estaban al otro lado de su universo, no le llamaban “Zona Principal”, en vano.Los chicos trataron de mezclarse y no caminar con bocas abiertas por todo el lugar; mirando las vestimentas, estilos, dispositivos, maquillajes. Lo cierto es que la gente los miraba a ellos porque su simpleza llamaba más la atención. Decidieron sentarse en uno de los boxes colocados en la esquina del enorme jardín, para observar tranquilamente y poder comentar.Gale los observaba mientras convers
Los recuerdos de la fiesta lo atormentaban, ver a Dome al lado de Gale bailando tan cerca, hablándose al oído, pequeñas caricias y toques que se habían dado el uno al otro mientras disfrutaban de la noche. Inclusive, Dome se había animado a pasar por la cabina de tatuajes nano luminiscentes, eran diseñados con tinta que se podía modificar a gusto y color con un aplicativo desde tu dispositivo; estos tenían su propia luz en espacios oscuros y se veían excelentes.Brice, acostado en la enorme habitación no escuchaba la música porque el edificio estaba construido con paredes insonorizadas. Eran las 4 am según la proyección que flotaba sobre la mesa de noche, al lado de la cama. Se preguntaba insistentemente si Dome ya estaría en su habitación o seguiría con Gale en los jardines, esa incomodidad que le escocía por dentro lo molestaba tanto, se movía de un lado a otro en la cama, hasta calor había empezado a sentir; tanto así fue que el termostato automático de la habitación registró el ca