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CAPÍTULO 7: El rostro oculto del dinero - Parte 1

Se miran unos a otros mientras están de pie frente a una enorme puerta alta y quizás un poco más angosta de lo normal. La Van transitó por un camino largo rodeado de jardines amplios, con bancas, canchas, piletas y demás. El tamaño del espacio exterior de la casa era casi la cuarta parte de la comunidad donde ellos vivían, definitivamente era algo inaudito tener tanto espacio para que viva una sola persona, o es lo que pensó Carter.

La puerta se abrió lentamente, y un androide muy parecido a los Safers apareció frente a ellos. Los miró con cierta ceremonia, les dio la bienvenida y los invitó a pasar al salón de espera, ya que el señor de la casa estaba ocupado en una reunión. El salón era enorme, tenía un amoblado moderno y sofisticado. Tomaron asiento en uno de los sillones, pero no pudieron evitar recorrer el espacio con rostros llenos de asombro, era fantástico ver todo eso, algo a lo que no estaban acostumbrados.

Gale caminaba en la habitación iluminada a medias, se veía su silueta a través de la pared de vidrio templado, parecía estar hablando, por los movimientos corporales que iba haciendo, el ambiente tenía protección acústica, ya que no se oía ni una palabra al exterior.

—Pronto nos podremos reunir, señores, tengo algunos pendientes que atender ahora —se le escuchó decir mientras abría la puerta—. ¡Buen día para todos!

—Sr. Alcott —habló el androide —lo esperan en el salón recibidor.

—¡Gracias Pryor! —le respondió y siguió por el pasillo precedido por el robot—. ¿Siguen usando las NanoMask?

—¡No, señor! Les indiqué que ya no eran necesarias. Ya están en el almacén.

—¡Perfecto! Ahora lleva algunas bebidas y comida al salón, luego prepara todo para la fiesta que tendremos más tarde.

—¡Comprendido Sr. Alcott! —respondió el androide y se dirigió al lado contrario del pasadizo, pero se dio vuelta—, ¿desea que prepare habitaciones para los recién llegados?

—¡Excelente idea, Pryor! Tengamos a nuestros invitados cómodos.

Brice se había puesto de pie, se le notaba algo nervioso y Dome se mostraba igual mientras lo veía andar por el salón. En cambio Carter estaba investigando todo a su alrededor, las imágenes holográficas de las mamparas, los botones debajo de los cuadros colgados, los comandos de la iluminación y los muebles; estaba extasiado. Enzo y Galah, observaban en silencio, sentían una extraña sensación de desconfianza.

—¿Estás bien? —preguntó Dome acercándose a Brice por detrás —te veo inquieto y eso me preocupa.

—Es que ya estamos aquí, en poco tiempo nos entregarán las “KeyD” y emprenderemos un camino del que no hay retorno.

—¡Lo sé! Eso a veces me quita el sueño, pero no por lo que me pase a mí… sino por lo que nuestras decisiones ocasionen a nuestras familias —dijo y se mordió la uña con preocupación, Brice le acarició el rostro con ternura y le alzó el mentón para que lo mire a los ojos.

—Te prometo que nada malo le pasará a tu madre ni a ti.

—¡Brice, Domeka… que gusto verlos! —mencionó Gale, conteniendo cierta incomodidad en su voz, al ver a los dos teniendo esas muestras de cariño que tanto odiaba.

—¡Hermano! —casi gritó Brice, dejando a Dome, totalmente inmovil, con la sensación de su caricia aún en el rostro.

Se dieron un gran abrazo y Gale le dedicó una mirada a Dome, esta solo sonrió brevemente y se acercó a saludarlo. Ambos se miraron y se dieron un abrazo que parecía eterno, los demás se quedaron entre asombrados y divertidos. Brice observó en silencio y la alegría se fue alejando de su rostro, entonces aprovechó de presentar a los demás a ver si así ponía fin a ese saludo interminable. Se sentaron para conversar un poco; Gale tenía poses de millonario excéntrico, cosas que para Dome y Brice eran nuevas y extrañas, aunque para los demás un poco absurdas.

—¿Cómo han estado? —empezó Gale —me sorprendió mucho cuando decidiste contactarme.

—Todo igual que siempre, pero eso ya lo sabes… ¡Has vivido con nosotros! —respondió Dome.

—¡Viejos recuerdos! Ya casi traté de olvidar todos… En fin, hoy tengo una fiesta y me gustaría que se quedaran. Tengo todo arreglado para que los devuelvan a la "Zona Cero" en cuanto termine, si así lo desean, aunque también podrían quedarse a pasar la noche, hay mucho espacio.

—No lo sé —inició Brice y miró a los demás, todos se miraron entre ellos. El único emocionado con la noticia parecía ser Carter—. ¿Qué opinan muchachos?

—¡A mí me parece una excelente idea! —casi gritó Carter, los demás lo miraron moviendo la cabeza negativamente, pero con sonrisas en los labios. Finalmente aceptaron.

—¿Qué les parecería ir a las habitaciones a refrescarse un poco y cambiarse esa ropa? —propuso Gale—. Así puedo ultimar algunos detalles de la fiesta y luego continuar con mi tarea de anfitrión —sonrió, pero en su rostro no apareció una sonrisa amable, todo lo contrario gestos de superioridad sobresalieron con cada palabra que dijo.

—¡Estupendo! —culminó Enzo y se puso de pie —me encantaría recuperar mi ropa.

—Por supuesto, todo está en sus habitaciones. ¡Pryor, guíalos, por favor! —dicho eso se puso de pie y salió del salón. Dome le dio una mirada a Brice y ambos llegaron a la misma conclusión. Gale había cambiado totalmente.

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