La lucha que se dio en esa semana fue cruenta y desalmada; las fuerzas del orden acordonaron la Zona Cero con tal destreza que los obligaron a replegarse hasta su muro divisorio. Después de varios días tratando de recuperar el espacio perdido se dieron cuenta que ya no tendrían opciones y se apostaron en plazas, calles, comunidades y todo lugar que pudo darles una buena visión durante las batallas. Las cosas se pusieron más difíciles cuando algunas casas fueron bombardeadas, personas cayeron en el fuego cruzado y los cuerpos quedaron destrozados o baleados por doquier; por lo que se planeó atraerlos hasta las afueras, donde sólo había escombros y destrucción. Los restos que dejaron las pasadas Guerras.Las fuerzas del orden llevaron armamento sofisticado, producto de las GG (Guerras Globales), pero de igual manera los rebeldes estuvieron provistos de todo tipo de armamento, por lo que siguieron cayendo, en ambos bandos. Los restos fueron trasladados a unas facilidades destacadas en la
Sentados en el almacén esperaron por Carter y Galah que estaban retrasados. Brice observó a Dome que estaba sentada en una esquina, mirando su dispositivo con rostro emocionado, se enteró que estuvo hablando con Gale desde que regresaron. Y del beso que se dieron en su casa no han conversado ni lo han repetido. Se ha sentido un poco frustrado, pero sabe que ese día no debe tener en la mente ninguna cosa que lo distraiga del verdadero motivo de su reunión; además, Carter le dijo que tiene algo que comentarle a él primero, para acordar si sería bueno compartirlo con todos ahora o más adelante.Llegaron los dos al mismo tiempo, Carter conducía su moto híbrida de gama media (estos eran vehículos que podían ser conducidos de forma autónoma o manual). Galah llegó algo despeinada y aún nerviosa, porque el chico prefería conducir de manera manual, y eso siempre le volaba la cabeza. Subieron con los cascos bajo el brazo y la chica alisando su cabello con la mano, saludaron y decidieron dar com
En una sala de reuniones amplia, cinco sillas ergonómicas de oficina ocupaban un solo lado de una larga mesa colocada de forma horizontal, con vista directa hacia la puerta que está al frente. Un par de metros delante de la entrada, dando cara a la mesa, había un sillón muy cómodo con una mesa alta donde un café, un vaso con agua y un plato con pequeños dulces reposaban tranquilamente. La oficina era elegante, sofisticada, pero sobria, los colores entre grises y azules en tonalidades mate hacían una combinación muy moderna. Algunos cuadros enormes en las paredes, adornos, premiaciones y pocos muebles; además de un bar, le daban armonía a la habitación. Las paredes eran de vidrio acústico, y tenían una especie de cubierta difuminada, porque desde adentro podías ver hacia afuera, pero no a la inversa. Esa era una forma siniestra de ejercer control. En ese momento, en el hermoso mueble que estaba casi al centro del salón, un hombre pulcramente vestido miraba su reloj de oro por tercera
Dome bostezó mientras salía de su habitación, vestía un top corto y un short pequeño. El calor aún no se sentía, pero no tardaba en ser verano. Salió arreglando su cabello semi despeinado y lo ató en una coleta alta, bajo las escaleras y fue hacia la cocina arrastrando las pantuflas por el suelo.—¡Buen día! —le saludó su mamá, y la miró de arriba hacia abajo—. ¿Cómo dormiste? O mejor dicho ¿dormiste?—Algo… estaba hablando con Gale ¿te acuerdas de él?—. La madre puso cara de fastidio.—Ese muchachito maleducado… Creí que había desaparecido… o muerto —comentó la madre con desinterés.—¡Aish, mamá!¿Por qué siempre haces comentarios tan terribles?—Creí que habías estado hablando con Brice… él sí es un buen chico.—En fin… ¿Trabajas hoy? —Sí, niña, ¿cuándo volverás a trabajar tú? Sabes que el dinero siempre nos viene bien—. Le recriminó.—Ya te he dicho que pronto conseguiré otro trabajo… es solo una transición —le dice cansada.—¡Pues ha resultado muy larga, Domeka!… Veo que tienes mu
Dome, se sentó en la sala de espera, el lugar ya no le causó el mismo impacto de la primera vez; en su lugar, se imaginó viviendo ahí cada día, y le pareció muy extraño. Si ella aceptara algún tipo de relación con Gale, seguro que le pediría que fuera a vivir ahí, y no estaba segura de que fuera lo suyo.—¡Srta. Breschia, aconpañeme! —dijo Pryor y dio media vuelta para guiarla —el Sr. Alcott la espera en el comedor principal.—¡Gracias, Pryor! —respondió y por un instante se sintió como la señora de la casa, le resultó incómodo hasta cierto punto. Nunca se había imaginado rodeada de tanta opulencia, ni cuando era pequeña y deseaba que su padre la recogiera y se la llevara hasta la Zona Cero.—¡Señorita! —dijo Pryor con una pequeña venia mientras con una seña le indicaba que pase por las puertas corredizas del comedor.—¡Gracias Pryor! —se sentía una autómata, ya hasta parecía un robot diciendo solo “gracias”, quizás estaba fuera de su elemento.—¡Buenos días bella! —la voz la sacó de
Enzo siguió observando con la intención de poder reconocer al que había tocado la puerta, haciéndolos sentir tanto terror de forma tan inesperada, aunque sin éxito alguno.—El conquistador del universo… —se escuchó una voz más gutural de lo normal.—¡Idiota!... Nos has sacado el alma del cuerpo… ¡Entra! —dijo más animado al abrir la puerta. Brice se acomodó el cabello y le rodeó el cuello con el brazo para despeinarlo y simular que le daba unos golpes; Enzo luchó y se lo quitó de encima—. ¿Por qué todo es lucha contigo? —preguntó acomodando el cuello de su camisa.—Porque es lo mío, hermano… ¿Cómo estás? ¿Tu padre ya salió al trabajo?—Sí, ando con Carter… llegó temprano—. De pronto salió del estudio y se acercó simulando que empezarían una pelea, unos cuantos golpes de puño al aire y una patada bastante decente, para ser alguien que no practica; Brice le siguió el juego y terminaron en un abrazo.—¿Qué te trae por aquí? —le preguntó Carter.—Venía a desahogarme con Enzo… pero es buen
Ya era de noche y todos estaban reunidos en el almacén abandonado, esa misma mañana habían llevado unas mochilas de acampar con artículos básicos y ropa, en caso que las cosas salieran de forma inesperada y tuvieran que hacer una huida rápida. Nadie se había despedido de sus familias, con palabras exactas, pero habían tratado de disfrutar sus últimas horas con ellos la noche anterior. No era fácil decirles que lo que estaban a por hacer, podría ser el punto de infección para una nueva línea de tiempo, positiva o negativa, para todos.—¿Qué sucede? —preguntó Brice, se le veía claramente ansioso.—¡Vamos bien! Se está desbloqueando el acceso para la última KeyD, de aquí solo tenemos que colocar el Green Warm y con eso bastaría.—¿No les parece muy fácil? —mencionó Enzo, algo nervioso—. No sienten que esto es muy oportuno o demasiado sencillo…—Estás algo nervioso, Enzo, pero tranquilo, todos lo estamos… —le dijo Galah para animarlo, pero Enzo no pudo calmarse. Saber la información que C
La Jeep estaba destruida, Brice y Carter, totalmente aturdidos levantaron sus rostros de esa especie de globo/almohada que había salido del tablero delantero. No tenían idea de qué era, pero les había salvado, aunque estaban sangrando un poco; a Brice se le había partido el labio y Carter llevaba una esquina de la ceja rota. Los de atrás no la habían llevado mejor, Galah no reaccionaba, Enzo tenía el tabique arruinado y le sangraba la nariz, Dome tenía un pómulo izquierdo partido y el ojo del mismo lugar lastimado.Se sacaron los cinturones, que se habían transformado en sus salvavidas y empezaron a moverse del auto, los Safers no tardarían en alcanzarlos. Carter cargó con Galah y Brice llevó su mochila y Enzo la de Galah. Trataban de hacerla reaccionar, pero aún no lo hacía, necesitaban que despertara para escapar, de lo contrario los atraparían de inmediato; se escondieron en una especie de horno presurizado, esperando que no los encontraran hasta que amaneciera, para poder irse. Si