—¿Quiénes son y qué hacen aquí? —preguntó una voz que sonaba ronca y distorsionada, era como esas películas antiguas que le hacía ver Carter, dónde los raptores les hablaban a las personas por teléfono y sus voces eran alteradas para no ser reconocidos.—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Brice armado de valor, y sostuvo a Dome en sus brazos mientras se recuperaba.—Eso no les incumbe… están en nuestra Zona, ¿Quiénes son y cómo llegaron aquí?—No responderemos a nada… no hasta que ustedes nos digan qué son…—Es la última vez que pregunto o tendrán que atenerse a las consecuencias.—Basta Kalle —dijo otra voz que sonaba más natural, parecía un adulto.—¿Quiénes son? —se animó a preguntar otra vez, Brice.—Lamento que mi hijo te haya colocado en esta situación…, por favor, pueden ponerse en pie —en ese momento las luces dejaron de cegarlos y pudieron ver los autos con ruedas enormes y esas bandas que las cubrían, en ese momento a Brice se le antojó recordar el nombre de ese vehículo de gue
Llevaban más de 2 días trabajando entre su laboratorio y el PMDH; Johan se veía cansado y ojeroso, Prystine tenía el beneficio de ser un androide. Tenían la mente en el objetivo de salvar a esas dos personas que eran sus sujetos de prueba, necesitaban hacerlo de forma sutil para que los androides científicos no lo notaran y aún no habían podido lograr una manera.Por lo que esos dos días anteriores habían estado haciendo pruebas que no dañaran los cuerpos ni las mentes, básicamente, habían estado jugando a los científicos. Sin embargo, eran conscientes que eso no lo podrían sostener por un día más y era lo más estresante de la situación.—Prys, ¿Cómo ves está línea? —pregunta Johan señalando en la pantalla de la tableta.—Creo que estamos bastante cerca, es una línea más estable que las de los otros días.—Entonces sostenla… haré la simulación —dijo Johan y se dirigió a una pantalla en una esquina de su laboratorio.—Si logramos que Arthur235 haga el truco que le órdenes, ¿Quiere deci
Era el año 2150. La ciudad brillaba con luces holográficas que pintaban el cielo nocturno con un resplandor futurista. La sociedad se había dividido: los ricos vivían en una realidad virtual llena de comodidades, mientras que la mayoría luchaba por una pequeña porción de acceso al ciberespacio, reservado para trabajos específicos y controlado por corporaciones, se había vuelto una costumbre vivir así. Desde hacía muchas décadas atrás que se había restringido el uso de la red, es más, si tenías menos de 25 años no tenías idea de lo que había sido tener acceso a buscar todo con un solo clic.En un rincón oculto de la ciudad, en un cibercafé clandestino; como todos los que visitaban usualmente. Con paredes tapizadas con píxeles parpadeantes y luces de neón, donde el Deep House se colaba muy fuerte en tus oídos. Cada día, sin falta, se juntaban Brice, Domeka, Carter, Galah y Enzo. Chicos de mentes inquietas, atrapados en un sistema, creado y dirigido por una gran corporación, que les nega
El descubrimiento de la brecha en el sistema no solo representaba una oportunidad para estos chicos, sino una ventana hacia la esperanza para toda una población atrapada en la opresión digital, tiranizados dentro del sistema al que no le importaban desde hacía muchas décadas atrás. Conscientes del poderío de las corporaciones, sabían que su lucha sería una batalla difícil y peligrosa, pero también comprendían que la libertad cibernética de su pueblo valía la pena. En esta era, donde todo se realizaba mediante el acceso a la red, era crucial mantenerse conectado; sin embargo, eso no era asequible para todo ciudadano y se monopolizaba de forma cruel. Estar desvinculados, como ellos lo estaban, solo significaba pobreza, retroceso y muerte.Cada uno había presenciado de cerca el sufrimiento y la marginación impuesta por la falta de acceso equitativo al ciberespacio. Desde niños en las calles sin educación hasta enfermos desatendidos en hospitales, la desigualdad digital se manifestaba en
En el ático de un almacén abandonado a las afueras de su comunidad, lleno de pintadas y grafitis; oculto de los guardias de la ciudad. Los cinco chicos habían creado un espacio para desarrollar al máximo su creatividad y poder hurgar en los procesadores de red que provenía de la corporación hacia la zona exclusiva. Evidentemente, esos accesos eran todos clandestinos, ya que las comunidades de la zona menos favorecida no tenían permitido su uso.Esa era la única manera que ellos habían encontrado para satisfacer su curiosidad por la tecnología y conectarse con el nuevo mundo. Toda la cultura de la era pasada la encontrabas a disposición virtual, veían noticias, videos divertidos, tutoriales, absolutamente todo al alcance de sus manos, pero sustraído de manera oculta por miedo a ser descubiertos por los "Phantoms". Ell
Brice estaba en la azotea de su casa, era el único lugar donde tenía permitido entrenar. Su madre tenía malos recuerdos referentes a las artes marciales, todos relacionados a la muerte de su padre. No obstante, al darse cuenta que su hijo seguía sus mismos pasos, con resignación, le dejó un espacio donde no tuviera que sufrir por verlo practicar día y noche. Llevaba perdido en la música y los duros golpes al saco, desde hacía varias horas, sentía que ahora más que nunca debía estar preparado en mente y físico para lo que vendría.- ¡Brice! - gritó su tía asomándose a la puerta, se llevaban 5 años de diferencia por lo que se trataban con confianza. - Tu madre dice que dejes ese saco en paz y bajes a cenar - comentó levantando los hombros, para restarle importancia.
Cuando Brice decidió buscar a su amigo perdido hacía varios años, nunca imaginó que lo encontraría convertido en el Hacker más reconocido y mejor pagado de la zona exclusiva. Es más, ni pensó encontrarlo, y no es que estemos poniendo una nota adicional de tragedia, sino que su historia de vida no era muy esperanzadora.El nombre de “Paragon”, no le sonó muy familiar en un inicio, pero al leer un artículo que habían redactado en su honor; se dio cuenta de que era muy probable que se tratara de su viejo amigo. Buscarlo y encontrarlo no fue difícil, que él se dignara a responder sí que lo fue. Paragón tenía una agenda realmente ocupada y siempre respondían sus bots a cada solicitud. Cuando al fin le escribió a través de una conexión segura y aislada de la Hive, es que Brice comprendió que había acertado y realmente se trataba de él.Desde ese preciso momento habían vuelto a comunicarse como en el pasado, era como si nada se hubiera roto entre ellos. Sin embargo, no se sentía igual o era
Los golpes secos se escuchaban por todo el almacén mientras Carter subía las escaleras hasta el piso en el que tenían su espacio, ya sabía que se trataba de uno de sus amigos, pero era más evidente que fuera Dome porque a su madre le desesperaba verla en casa golpeando el saco. Subía los escalones de dos en dos, lo que tenía que decir era realmente importante, el mensaje ya lo había enviado de manera encriptada a través de la “fake web”, solo esperaba todos lleguen a tiempo.- ¡Hey! - Saludó a Dome que estaba mirando hacia él mientras le daba unas fuertes patadas al saco. — ¿Viste mi mensaje? - La chica se quitó los audífonos, una especie de cascos redondos y planos que se adherían en la cabeza, a la altura de las orejas.- ¡No…, hola Carter! Vine porque creo que mi mamá regresó molesta del trabajo y me mandó fuera. — Comentó encogiéndose de hombros y ambos rieron.- Bueno… Tenemos un problema, - indicó nervioso, atrayendo toda la atención de la chica que dejó los guantes sobre la lon