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La sorpresiva llegada al amanecer - Parte 2

La Sra. Spencer se levantó rápidamente y corrió a buscar el botiquín, pero entre tanto desastre fue difícil de encontrar. Aitana corrió al baño y trajo una toalla mojada para limpiar la sangre que salía descontrolada de la boca de Brice. La madre, frustrada por ver el estado de la casa se ha quedado llorando en su habitación sin encontrar el botiquín. Los otros dos en la sala la siguen mirando con pesar, pero prefieren dejarla un momento sola. 

Finalmente, encontraron el botiquín debajo de varios restos de muebles, cauterizaron la herida de Brice, y le pusieron en el pecho un adherente que funcionaba como removedor de sangre coagulada; para evitar contusiones y hematomas. El golpe había sido bastante fuerte, aún lo sentía en el pecho y se quejaba constantemente, así que las mujeres de la casa decidieron que dejara de hacer fuerza y lo enviaron a descansar. Al entrar en su cuarto, la ira se apoderó de él nuevamente, todo estaba destrozado. Ver las escenas de su vida, pisoteadas o desgarradas, en el suelo solo lo hacían reconocer los insignificantes números que eran para ellos. Vivir así era denigrante, pero esa era la realidad que debían soportar a diario. 

Las horas pasaron entre levantar y volver a reconstruir toda su habitación, cuando terminó decidió recostarse en la alfombra de su altillo a observar el techo repasando los eventos de ese día. La situación se estaba poniendo más compleja, una redada así de improviso los habría puesto al descubierto si no tuvieran un escondite secreto. Qué estarían buscando los de la Corporación, por demás se sabía que ellos eran los que siempre organizaban esas faenas por parte de los Safers; esas máquinas infernales. Esta vez se habían llevado a varios inocentes, aunque si lo observabas a detalle, todos eran inocentes; las prohibiciones desmedidas eran las que forzaban a las personas a buscar la clandestinidad. Se detuvo a pensar en sus amigos, no los había contactado desde la madrugada que llegaron los guardias, y ya estaba por caer la noche; miró su muñequera y pensó en hacer una llamada grupal. De pronto, su puerta se abrió y la cabeza de Galah se asomó, los demás terminaron de apiñarse y empujar la puerta hasta que se abrió por completo.

- Pensamos que estabas durmiendo… ¡no queríamos incomodarte! - dice nerviosa.

- ¡Está bien Galah! Justo pensaba en ustedes, Estaba despierto… No pude dormir en absoluto. - Comenta Brice cabizbajo. Todos entraron y subieron al altillo, algunos a sentarse y otros a recostarse en la alfombra.

- Entraron a casa de todos - inició Galah, - un buen susto se llevaron mis padres, dejaron todo roto y regado por el suelo, los libros de la biblioteca quedaron desperdigados en todas partes y a algunos hasta les arrancaron los empastes. Rasgaron varios de mis lienzos, al menos no tocaron mis pinturas. - culmina desesperanzada.

- A mamá la golpearon contra una pared, también terminó muy nerviosa… Yo estuve a punto de enfrentarlos, pero mamá me detuvo del brazo y no me dejó moverme, ya se imaginarán cómo me sentí en ese momento. - comenta Dome, con el ceño fruncido y una mano en puño. - Se llevaron a varios vecinos, ancianos, adultos y niños; nada importaba, solo cargaron con todos como si fueran animales.

- Sí, lo pude ver desde nuestro piso, en el edificio también se llevaron a varios… Mamá y papá estaban aterrados, justo se iban para el trabajo, al menos no nos agredieron - agrega Carter con voz furiosa. - ¡Es injusto todo lo que nos hacen!

- Papá también estaba por salir de la casa, por poco y le pasan por encima. Lo estamparon contra la pared y luego lo obligaron a quedarse boca abajo en el suelo, lo mismo hicieron conmigo. Es tan denigrante. Esos números que usan para catalogar a cada integrante del hogar, es infrahumano. - agrega Enzo.

- ¡Tienes tanta razón! Yo estoy harto de esta situación, lo que nos hicieron hoy ha sido como la cereza del pastel. Quería destruirlos con mis propias manos, los rostros de los Safers me parecen aberrantes, es como una broma de la Corporación, - dice Brice y se queda pensativo. - ¿Esa habrá sido la razón para ponérselos?

- Yo también lo pienso algunas veces - menciona Dome. - Se las pusieron para amedrentarnos y hacernos sentir frustración cuando al verlos. - Todos asienten en silencio.

- ¿Saben qué les pasa? - pregunta Carter, revelando la inmensa curiosidad que siente. - Se llevan a muchos en cada redada, las prisiones deben estar repletas… son familias completas. Con los ancianos y niños sabemos que sucede, pero y los demás.

- No lo sé, nunca he conocido a alguien que haya salido de alguna prisión y familiares que los visiten menos, porque siempre se llevan a todos los integrantes. - Responde Brice, con una ligera sospecha en la voz.

- ¡Es cierto! - indica Enzo - no es posible saber qué sucede con esa gente, no hay alguien a quién preguntar y es muy sospechoso. - Todos vuelven a asentir, pero esta vez con cierta conmoción en los ojos.

- Se supone que tendrían que ser juzgados por un tiempo y luego liberados, o será que la nueva pena por uso ilícito de información es la muerte ¿saben algo de eso? - pregunta Carter.

- No que yo sepa, sigue existiendo la misma pena, son 5 años y luego deberían reintegrarse a la comunidad… a menos que encuentren otros cargos. - agrega Enzo.

- ¡Debemos hablar con Gale! - interviene Galah, con seguridad - ¡necesitamos hacer  esto cuanto antes! La gente no puede seguir desapareciendo, los verdaderos criminales no pueden quedar impunes - observa a todos con convicción en la voz, eso los anima.

- Sí, - asiente Dome - debemos movilizarnos cuanto antes. - mira a Brice y este se pone de pie, toma su dispositivo y empieza a teclear sin descanso. 

Ya estaba oscuro y en la habitación había luz tenue proveniente del alumbrado exterior del cielo holográfico y las luces internas de pequeñas lámparas colgantes en el techo de la habitación. Todos estaban comiendo, y riendo por las bromas que hacía Carter, la Sra. Spencer les había dejado unos bocaditos de su pastelería y bebidas de colores. Entonces, cuando estaba por caer la medianoche, se encendió la pantalla del dispositivo de Brice y sonó una notificación, este corrió y lo tomó del escritorio que estaba en la esquina. 

- Gale dice que pasado mañana enviará una Van a buscarnos en la fábrica cerca a la garita de salida, ¡Llegó el momento chicos! Nos estará enviando indicaciones detalladas el mismo día - Todos miran a Brice y este tiene una amplia sonrisa. No es solo alegría, es la certeza de estar cerca a lograr su propósito.

Se quedan emocionados, pero pensativos, saben que las cosas nunca van a mejorar por sí solas; sus padres lo han esperado y sus abuelos lucharon por conseguirlo sin tener éxito. Está claro que hasta que no se tomen medidas drásticas, siempre reinará la división. Por esto, ellos debían asegurarse que su misión se llevara a cabo, eran los precursores de nuevas ideas de cambio, algo que hasta el momento no había trascendido en manos de sus predecesores. Sin embargo, ellos querían ser los primeros en alcanzar la emancipación y lo harían a toda costa.

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