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DEMASIADO GRANDE PARA MI
DEMASIADO GRANDE PARA MI
Por: CANELA
Capítulo 1. ¡ No te haré daño!

Hacía un poco de calor y Valentina, quien se encontraba sentada en un elegante sofá de aquel gran salón de ejecutivos, decidió ir por un vaso con agua hasta el dispensador que se encontraba un poco alejado. Era una hermosa joven de atractiva figura, su piel morena y su cabello rizado, simplemente podría ser llamada, Diosa de Ébano. Muchas miradas la recorrieron toda, en especial, la del cirujano plástico George Cosío , quien no quiso perder la oportunidad de cortejarla y, dejando a la mujer con quien estaba llevando una conversación amena, decidió seguir el ritmo de las caderas de Valentina.

- ¿Agua? - dijo el Dr., mostrándole una botella con agua que había tomado de una de las mesas.

- ¿Disculpe? - preguntó Valentina, al no saber a qué se refería el Cirujano.

- ¡Solo preguntaba, si!... ¿Deseas agua?- Dijo el Dr., con una amplia sonrisa.

- ¡Si, gracias!, pero prefiero esta que está un poco más helada.- Valentina no recibió la botella que gentilmente él le ofreció y continuó llenando su vaso.

- ¿Desconfías de mí? ¿Piensas que echaré algo en tu bebida?

- ¡No he dicho tal cosa Dr. es solo que esta, está más helada! ¡Ahora si me permite, quiero ir a darme un retoque!. ¡Usted entiende Dr., cosas de mujeres!.- George, solo observó alejarse a Valentina, sus compañeros y amigos que se encontraban en el salón y observaban lo ocurrido, rieron a carcajadas; el buen Dr. Además de ser un buen cirujano, también era un don Juan. Al regresar al lado de sus compañeros, él reía burlonamente, esta vez no le había ido tan bien como otras veces.

La incomodidad de Valentina era evidente, estar en esta fiesta con todas estas personas de la alta sociedad que, solo hablaban de lujos, de dinero, de mansiones, de costosos viajes, hoteles, manjares y demás exquisiteces, se le hacía difícil seguir escuchándolos. Había sido invitada por la Dra. Carolina Carranza, su jefe, para que la acompañara, ya que era una reunión de los altos ejecutivos del gremio de la salud y la Dra., Carolina, era la gerente general de la clínica de su padre. Valentina era la secretaria de la Dra. Carolina, además de desempeñarse como asistente médico de la clínica privada de la familia Carranza, puesto que aún no había culminado su carrera como médico.

- ¿Te gusta mi asistente?- preguntó un tanto contrariada Carolina, al ver que el Dr., no le había quitado los ojos de encima a Valentina desde que llegaron al lugar.

- ¡No puedo negar que es muy hermosa, pero esa chica lo único que está buscando es a alguien que la saque de su pobreza! - dijo el Dr. con seriedad.

- ¡Sí, pienso igual, Valentina es una chica con muchas necesidades, …! Es pobre!.- respondió Carolina con aires de grandeza.

Mientras Valentina, se encontraba en el baño, retocando sus rizos, pensaba en lo aburrida que estaba, este tipo de fiestas no eran para ella, a ella le gustaba más el estar con gente como ella, que hablaran de temas un poco más interesantes que, presumir cuánto dinero poseían en sus cuentas o, con quien se habían acostado, en fin los ricos todos son así, pensaba. De repente escuchó una voz, que claramente sabía de quién era.

- ¡No tienes de que preocuparte, ni darte retoques, simplemente eres… hermosa!.- Valentina se preocupó, el Dr., George, se encontraba en la entrada del baño de damas impidiendo que ella pudiera salir.

- ¡Dr, si me disculpa, quiero salir, ya tengo que irme!.- Valentina estaba decidida a salir y se paró enfrente de él, para ver si este se hacía a un lado, pero el Dr. tenía otros planes. Se fue acercando lentamente hacia ella, mientras en su rostro se dibujaba una cínica sonrisa.

- ¡No se acerque más Dr., porque voy a gritar!

- ¡No hay necesidad de gritar, no voy a hacerte daño! - Dijo el cínico Dr., a solo un paso de ella. Valentina intentaba estar tranquila, pero no podía ocultar su miedo y decidió correr hacia la puerta para huir, pero fue tomada por un brazo y arrinconada con fuerza; sin pensarlo dos veces la tomó por el mentón y la besó con prisa y sin descanso; lo golpeó con fuerza para alejarlo, pero no logró conseguirlo. Un golpe en la entrepierna lo hizo caer de rodillas, y la mueca en su cara reflejaba el dolor que le había causado. Valentina, más que enojada, le asestó un golpe con el puño cerrado en la cara, haciendo que este se tocara la parte adolorida; momento que ella aprovechó para salir corriendo.

- ¿Qué sucede? - preguntó la Dra. Carolina al ver la prisa que traía su asistente. Valentina se detuvo, miró hacia atrás, para ver si su atacante la seguía.

- ¡Dra. yo…! ¡Me tengo que ir!

- ¡No, no te irás, hasta que yo lo diga!- Carolina, a cada momento le recordaba a Valentina, que era su empleada y que tenía que cumplir todas sus órdenes.

- ¡No me quedaré al lado de este maldito! - dijo Valentina al ver que el Dr. George se acercaba. Carolina intentaba calmar a Valentina, ya que no sabía de qué estaba hablando, la tomó por un brazo y la alejó de todos, porque varios médicos observaban sorprendidos a la histérica joven.

- ¡Esta mujer, es una mentirosa! ¡Jamás, le haría daño a alguien! - Le explicaba el Dr. a su amiga y colega, la Dra. Carolina, mientras miraba con furia a Valentina.

- ¿Qué es lo que ha pasado? ¡Por favor, George, dímelo!

- ¡Ella intentó seducirme, se me insinuó, pero le dije que no!, ¡Yo solo tengo ojos para ti, querida! ¡Y mira lo que me hizo! - dijo mostrando el golpe en su ojo.

- ¡Tú le estabas coqueteando!. - Carolina empezaba a desesperarse, por la actitud de su colega.

¡Solo le ofrecí una botella con agua!, ¡ella está confundida!. - El cinismo con el que hablaba El Dr. molestaron de sobremanera a Valentina, no era posible que la Dra. Carolina, le creyera más a él que a ella, ya que tenían años de conocerse y de trabajar juntas, pero en realidad lo que no sabía Valentina, era que su jefe, estaba locamente enamorada del cirujano y estaba enceguecida por él.

¡Necesito que te vayas a la oficina y termines el informe!. - Carolina estaba furiosa con Valentina; mentía acerca de ese hombre que tanto le gustaba. ¡Eso no lo permitiría!

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