La panza de Valentina era bastante grande, ya estaba próxima a cumplir 9 meses y se le dificultaba el trabajo del cuidado de los niños. Su padre, el señor Luis, estaba trabajando con otras familias adineradas del sector, ya que la familia Carranza llevaba muchos meses fuera de la ciudad, él seguía recibiendo su sueldo, esto le daba la posibilidad de trabajar para otros y duplicar el dinero que llevaba a casa para los gastos; su esposa recibía el tratamiento a medias y aunque no estaba del todo bien, si había mejorado.
La familia se encontraba cenando, Linda miró a su hija Valentina, en ningún momento la había escuchado, renegar de su estado, su hija era fuerte, pero sabía que se estaba haciendo la más fuerte, para no preocupar a nadie, ya que esta situación los había afectado a todos.
Los platos sucios, era algo que a nadie le gustaba lavar en casa y Valentina, se ofreció a lavarlos, sintió un pequeño dolor, pero no prestó atención, luego vinieron más punzadas que la hicieron exclamar de dolor, su madre fue a ayudarle, de inmediato su padre tomó el teléfono y llamó al Dr. Garcia; lo hacía en contra de su hija y esposa, pues ya estas se habían resignado a que estas personas los habían engañado. Pero lo que no sabía Valentina, era que su padre mantenía contacto con él y le informaba de cada paso que ella daba.Recostada en un sillón de la sala de su casa, su padre le pidió que esperara mientras llegaba la ambulancia, ya que él había llamado solicitando este servicio. Pronto llegó la ambulancia y la joven Valentina fue subida con mucho cuidado, una maleta con ropa para ella y el bebe, llevaba don Luis, quien era su acompañante.
Al llegar a la clínica, de inmediato varios médicos y enfermeras corrieron a atenderla, un recorrido por un largo pasillo, para llegar hasta una lujosa habitación, el trabajo de parto había comenzado, pero los médicos se empezaron a preocupar porque no podía salir el bebe, uno de ellos, tomó la decisión de hacer una cesárea, para evitar que la madre y el bebe corrieran peligro. La cesárea fue todo un éxito. Valentina dormía plácidamente hasta que una enfermera vino a verla.
-¡Mamá, ya debes dejar de dormir, debes atender a tus hermosas bebes!. Estas palabras tomaron por sorpresa a Valentina, ¡Hermosa bebes!.. La enfermera trajo consigo en cada brazo un bebe, ¡Eran dos! ¿De quién era el otro bebe?.- ¡Aquí tienes dos hermosas niñas! ¡En verdad que no se parecen a ti! ¡Si no hubiese estado en el parto, habría dicho con claridad que no eran tuyas.! La enfermera tenía toda la razón, las pequeñas no se parecían a ella, su color de piel era demasiado blanco y sus cabellos rubios. Pidió a la enfermera buscar en su bolso y sacar el casi destartalado móvil, para tomar una foto, deseaba atesorar este hermoso momento con sus princesas. Muy amable se mostraba la enfermera, y con su cálida sonrisa, prestó sus servicios para tomar la fotografía. Quiso tenerlas más tiempo en sus brazos, pero fueron llevadas por un médico a otra habitación. Las horas pasaban y nadie venía hasta la habitación de Valentina, decidió levantarse de la cama e ir a ver qué sucedía, le dolía un poco la pelvis, debido a la cesárea.
El parto había sido pasada la media noche y ya eran las tres de la tarde, no había comido nada y escuchaba llantos de bebe. En la habitación contigua estaba una de las bebés, lloraba fuertemente, la tomó en sus brazos y la arrulló, buscó afanosamente a su otra hija, pero no vio a nadie más en la habitación, salió a buscar quien pudiera ayudarla, llamó a una enfermera, le contó lo que sucedía, pero nuevamente fue devuelta a la habitación con su pequeña, un biberón fue traído, ya que la pequeña necesitaba comer, y porque los senos de Valentina producían poca leche.
La enfermera prometió buscar a su otra pequeña, aunque se mostró escéptica, al parecer no creía esta historia que la joven le contaba, luego de mucho rato, regresó, diciendo que nadie sabía nada de un bebe con esas características, personal médico llegó, pero no daban ninguna respuesta. Esa noche, Valentina, se aferró a su pequeña, necesitaba protegerla de quien quisiera hacerle daño, tenía que buscar a su otra pequeña, ¿no era posible que desapareciera así como si nada?, temía salir de la habitación y dejar a la pequeña sola, pues podría desaparecer también; en la mañana el personal volvía nuevamente, ellos debían saber qué pasó. Pero no quiso esperar para saberlo, esa misma noche se abrigó lo suficiente y también a su pequeña y salió en busca de alguna respuesta, fue hasta “Información” mostró la fotografía que había tomado con su móvil, pero nadie sabía nada, caminó los pasillos, pero nadie le daba ningún tipo de información, luego volvió hasta su habitación, esperó con paciencia hasta que el turno de la mañana llegara, pero no había nadie conocido, -¿Qué estaba pasando? ¿Qué habría pasado con su pequeña?.
¡Tenía que irse, la habían dado de alta en la clínica!. Buscó a su padre, para que la ayudara con la beba y con la maleta, pero tampoco estaba. Las lágrimas corrían por sus mejillas, estaba completamente sola y sin dinero para tomar un taxi y regresar a su casa. Pediría ayuda a alguien, estaba al otro extremo de la ciudad, pero el tiempo transcurría y todos se negaban a ayudarla, cruzaría la calle, caminaría y en el camino seguiría pidiendo ayuda, pero el hambre, el estrés por no saber nada de su pequeña, ni de su papá, hicieron que perdiera las pocas fuerzas que tenía, precipitándose contra el suelo. Pero alguien la sostuvo para que no cayera.
- ¡Disculpe!, ¿se encuentra bien?. - Alguien le estaba hablando, pero se escuchaba distante.- ¡Señor! ¡Yo…, si, si estoy bien! ¿Qué sucedió?- ¡Estuviste a punto de caer!- ¿Mi bebe? ¿Dónde está mi bebe?- Gritaba Valentina, con desconsuelo.- ¡Tranquila, cálmese, ella está aquí!. Totalmente quieta, se encontraba la pequeña, en brazos de este desconocido.- ¡Ven, acompáñame, quiero que comas algo!. Valentina parecía no saber con exactitud lo que estaba sucediendo, ni quién la estaba ayudando.La cafetería estaba abarrotada de gente, buscaron un lugar y se acomodaron, una mesera vino y su acompañante, pidió traer un almuerzo.Ella devoraba su comida, tenía mucha hambre y la beba también. Para este hombre era aún más triste ver a la pequeña llorar de hambre, fue hasta la mesera y le pidió un favor, el cual compensaría con mucho dinero; rápidamente ella hizo lo que tenía que hacer, salió del restaurante, trajo leche y un biberón, lo preparó para saciar el hambre de la pequeña que lloraba,
Una buena oferta de empleo, llegó por mensaje a su teléfono móvil, debía presentarse al día siguiente muy temprano a su sitio de trabajo. Había llevado su currículum a muchas agencias de empleo y en ninguna al parecer había vacantes, pero esta oferta era más que buena. Era un salario bastante generoso, lo único difícil que vio fue el horario, puesto que debía trabajar 12 horas, desde la 7 de la mañana hasta las 7 de la noche y ella estaba al otro extremo de la ciudad. Debía levantarse muy temprano para dejarle todo organizado a su pequeña y que su madre se encargara del resto, tomar el transporte público hasta la casa donde prestaría sus servicios, era solo por un mes, y necesitaban un médico para atender la salud de una pequeña niña. Su madre se alegró al verla tan entusiasmada con este empleo, ya que estaba trabajando en un hospital, pero los pagos eran muy demorados y ya le debían varios meses de salario.Entrada la madrugada y bien abrigada, fue hasta el paradero de autobuses, es
Sí no hubiera dejado a su hija en casa con su madre, juraría que esta niña era su hija, Linda. - ¡Eres una niña muy hermosa, eres como mi, Linda! - Dijo Valentina acercándose a la niña. El Dr. Augusto, ya se estaba marchando. Esperó hasta que la mujer terminara de darle el biberón y la tomó en sus brazos, ¡En verdad, Susan, era muy parecida a Linda! ¿Sería posible que Susan, fuera su hija?, este pensamiento invadió su cabeza, no era solo casualidad que el Dr. Carranza, estuviese cerca de ella, justo cuando su pequeña desapareció, además Susan podría tener la misma edad que Linda. Debía tomar una pequeña muestra de ADN para saber si sus sospechas eran ciertas o simplemente era un absurdo lo que pensaba. Decidió no seguir el libreto que le había dado el Dr., simplemente actuó como lo haría una madre y ella era una madre que hacía un buen trabajo con su pequeña hija. Organizó el baño de la pequeña Susan, en el libreto había que hacer antes un ritual, para poder bañarla, ¡Que la tempera
Una llamada entró al móvil de Valentina, era el Dr. Augusto. Contestó bastante extrañada. - ¡Diga, Dr.! - ¡Necesito que me acompañes, voy para el aeropuerto! - ¡No puedo Dr., Susan se acaba de despertar, por el ruido de mi móvil! - ¡Entonces abríguela bien y que también nos acompañe, viene mi hija Carolina y quiero estar ahí para recibirla de su largo viaje! - En verdad que Valentina, no deseaba ver a la traidora y mala persona de Carolina, no había hecho nada para ayudarla el día que su padre la despidió de su empleo y tampoco le creyó cuando le confesó que su enamorado la había atacado. Pero no podía hacer nada, órdenes son órdenes. En el auto de camino al aeropuerto, Susan, se hizo en el pañal, esto hizo que el silencio que reinaba entre Valentina y Augusto, desapareciera. - ¡Dr. Necesito sus manos! - Augusto la observó por un momento, recorriéndola toda con la mirada. - ¡Susan, hizo caca, así que, necesito de sus servicios! - ¿Yo...? - ¡Sí, usted, Dr.!, esto no tardará si l
Valentina, se sentía muy estresada con la llegada de Carolina y su esposo y, pronto llegaría, la esposa del Dr., su madre y su hijo, esperaba que todo resultara bien, pero presentía que con la esposa del Dr. las cosas se complicarían, ya varias empleadas le habían dicho que era una mujer arrogante y que trataba muy mal al personal de servicio, si no fuera por la pequeña Susan, ya hubiese pasado su carta de renuncia.Muy temprano, Valentina llegó a su sitio de trabajo, escuchó al Dr. desde su habitación maldecir, se dirigió hasta allí para ver qué le sucedía.- ¿Dr. se encuentra bien?- ¡No, no estoy bien!, - Valentina empujó la puerta con suavidad, fue hasta el baño, el Dr. se estaba rasurando y se había cortado una mejilla, sangraba un poco su herida, ella tomó una toalla e hizo un poco de presión.- DR. si me lo permite le puedo ayudar con esto. - Él asintió mirándola, extrañado. Valentina se puso frente a él, y tomando la afeitadora, comenzó con esta delicada tarea, mientras lo hac
Esa tarde, Esmeralda, le dijo a Valentina que se fuera temprano, ya que, ella se haría cargo de Susan, la pequeña no quería soltarse del cuello de su Dra. favorita, hizo todo tipo de berrinches para que Valentina no se fuera.Fue bastante extraño para todos el comportamiento de la pequeña, puesto que ella era una niña muy tranquila y poco o nada le importaba las personas que la cuidaban, pero con la llegada de valentina era diferente, se la pasaban juntas, jugando y correteando con los perros y gatos de la familia, siempre había una actividad para hacer, la niña reía y jugueteaba todo el tiempo, ya no era la pequeña a la que le colocan todos sus juguetes en la habitación y jugaba sola, ahora era una niña despierta y vivaz que, en tan solo un mes había cambiado. Valentina tampoco quería despegarse de Susan, limpio rápidamente las lágrimas de sus ojos para que no la vieran llorar, buscó su abrigo y se marchó por la puerta de la servidumbre.Augusto quiso llevarla en su auto, buscó las l
- ¡Necesito hablar contigo!- ¿Qué sucede, madre? - Valentina vio la cara de preocupación de su mamá y sabía que era algo importante.- Hoy termina tu trabajo en casa de esa gente rica, espero que luego de esto, te dediques al cuidado de tu hija, la tienes muy abandonada. Sales y la dejas dormida y cuando regresas ya es muy tarde y la encuentras dormida, esta no es la vida que un niño desearía.- ¡Madre, yo… necesito ese trabajo, sabes que es lo único que tenemos en este momento!- ¡Solo te estoy diciendo lo que es justo para, Linda!- ¡Seguiré trabajando con el Dr. Carranza, anoche me llamó y me va a renovar el contrato! ¡Ya buscaré una solución, amo a mis hijas y esto lo estoy haciendo por ellas!- ¿A tus hijas? ¿Qué me estás ocultando, Valentina?- ¡Madre, yo…, no te estoy ocultando nada, ¡Te contaré todo a su debido tiempo! ¿Ahora me tengo que ir?- En ese momento un mensaje de su banco llegó al móvil, le habían consignado su salario, se quedó atónita, era una cifra, muy generosa
Se avecinan problemas, eso era más que evidente, esta tal Dra. Betty, de seguro exageraría la situación que acaba de ver, pero ¿En realidad que había visto ella? ¡El Dr. Augusto y ella estaban muy cerca el uno del otro, pensó que él la besaría! ¡Qué mal estaba todo!Betty, más que dispuesta a contar todo lo que vio a su amiga, Dayan, sí, exageró bastante, predisponiendo a la ya, malhumorada esposa, quien no quiso decir una palabra, a la que fuera su amiga y confidente, solo se limitó a pensar ¿Cómo sacaría a esta mujer de su casa y de la vida de su marido?Valentina, quiso salir con la pequeña Susan a hacer un recorrido por todo el lugar, este era un sector muy hermoso, lleno de árboles y casas de ensueño.Susan tomó la mano de su querida Dra. Y muy feliz admiraban la belleza del lugar. Augusto quien se sentía muy estresado las vio salir y se unió a la caminata de las dos.- ¿A dónde van tan animadas?- ¡A caminar! Dijo la pequeña.- ¿Me invitan? - dijo mirando a Valentina. - Dra. Espe