Valentina estaba tomando una ducha tibia, al terminar buscó algo que pudiera ayudar a tapar su desnudez, solo encontró una bata, Augusto se levantó y se colocó sus ropas, saldría a comprar algo de comer, necesitaban reponer las fuerzas que habían perdido en tan deliciosa faena de la entrega total.- No tardo, voy por algo de comer, necesita que le traiga algo, a la mujer que me ha hecho el hombre más feliz de la tierra. - dijo Augusto besándola apasionadamente.- ¡No tengo nada para ponerme, usted rompió mi vestido!- La quiero sin ropa, la quiero así, permítame observarla y disfrutarla toda.Augusto salió del apartamento, prometió no tardar y estar nuevamente con ella. Valentina, en verdad deseaba cubrir su cuerpo, no le gustaba estar así, se sentía vulnerable estando sin ropa.Mientras él regresaba decidió recoger y organizar todo, hizo una llamada a su madre, y quedó mucho más tranquila al saber que todo estaba bien.Se estaba quedando dormida, cuando escuchó ruidos en la puerta, p
La llegada de Carolina y Sebastián, a la ciudad, alegraron a Augusto, este sería el perfecto distractor para olvidarse un poco de lo que Valentina no quería decirle. Los recibió en su casa, ellos notaron la ausencia de Susan y de Esmeralda.- Han pasado muchas cosas, desde la última vez que estuvieron en la ciudad. - dijo Augusto, mientras cenaba con sus hijos.- ¡Esta casa se siente vacía sin las risas de Susan y los regaños de la abuela!- Dijo Carolina. - ¡Susan y mi madre, están en casa de Valentina!- ¿Por qué en casa de Valentina? - preguntó Sebastián.- ¡Porque... Valentina es la madre de Susan! -Para Sebastián y Carolina, esto pareció ser un mal chiste de su padre.- ¿Pero y… Dayan? -Continuaba preguntando Sebastián.- ¡Dayan, me engañó, primero dijo que se inseminaría, luego que ya estaba embarazada y resulta que García, alquiló un vientre y resultó que esa mujer a la que inseminaron, fue a Valentina!- ¿Por qué Valentina haría
Los detectives y él habían hecho un buen trabajo, ya la policía tenía al par de malandros que irrumpieron en el apartamento, Una fuerte suma de dinero pasó Augusto por debajo de la mesa a policías corruptos para dar su merecido a este par, además para saber quién los había contratado.Este par no esperaron mucho para hablar de quien los contrató, El Dr. García, les ofreció una fuerte suma de dinero, para que abusaran de ella delante de Augusto y luego la asesinaran para que no hablara acerca de la inseminación. Esto era aberrante, pensaban Augusto, ¿Qué caso tenía hacerle daño a una joven que fue víctima de las circunstancias? ¿Cómo pudieron pensar en hacerle daño a ella y de paso a toda la familia?Augusto pidió que cuando los mandaran a la cárcel les dieran la bienvenida que se merecían, ya que los policías tenían todo perfectamente planeado para hacer que sufrieran al máximo.A la hora de la cena, el buen Dr. Se ofreció a ayudar en su preparación, su hija Carolina sonrió, su padre
- ¡Tú no eres la madre de Valentina, ella no es como tú!- ¡Pero claramente dice que soy su madre! - dijo Dayan con cierta dificultad para hablar.- ¡Pudiste haberla parido, pero no eres su madre! No la mereces! ¡Estaba feliz, porque mis pequeñas hijas no tenían nada que ver contigo y, ahora, resulta que eres la madre de Valentina! ¡Ojalá ella nunca se entere de tan desagradable noticia! - Augusto soltó su mano de la de ella, no le gustaba que Valentina siguiera sufriendo por los celos y odio de Dayan, le había hecho mucho daño y ahora tenía que cargar con la cruz de ser su hija.Ya en la clínica, Dayan fue llevada por los doctores, mientras que Augusto buscaría a sus hijos y a Valentina, los encontró en la sala de espera, él queriendo olvidar un poco la noticia de la que se acaba de enterar, buscaría aclarar algo que le estaba dando vueltas en la cabeza.- Papá, ¿cómo está Dayan?,- Preguntó Carolina.- ¡Va a estar bien!, por ahora necesito una explicación de las jóvenes aquí presentes
- ¿Por qué actúas como si no supieras nada? ¡Una mente como la tuya debe estar enterada de todo! ¡Sabes en realidad quien soy!, Valentina.- Por desgracia sé quién eres, ¿pero eso no cambia las cosas entre las dos?- ¿Quién iba a pensar que eras mi hija?- ¡Tengo una madre y un padre que me quieren mucho!! ¡… Necesito salir de aquí, siento que me asfixio! Valentina, con lágrimas en los ojos, salió casi corriendo de la habitación. Augusto fue detrás de ella, y la abrazó queriendo protegerla.- No quiero verte llorar, me duele.- Es que no puedo creer que esa mujer sea mi madre! Me ha hecho mucho daño, ¡no.…!- ¡Sé que es difícil todo esto, pero trata de manejar bien tus sentimientos, no te llenes de odio, te hará más daño! La información de la evolución de Dayan fue dada a Valentina, estaba mucho mejor y pronto la darían de alta.Augusto sintió curiosidad de saber, ¿Cómo Valentina, se había enterado de que Dayan era su madre? Ella, ya bastante calmada, le dijo que había sido en casa de
La llegada, nuevamente, de la pareja, al trabajo, suponía un reto para ambos. Valentina seguía siendo la asistente del Dr. Ramírez, mientras que Augusto seguía siendo el gran jefe.En este primer día de trabajo, de regreso de vacaciones, Valentina se ponía al tanto de todos los pendientes, mientras que el Dr. pensaba en que era bueno retirarse a disfrutar con su familia de la buena vida de la que ahora gozaban; Tenía dinero suficiente para vivir con Valentina y sus hijas cómodamente, no quería estrés, ni trabajos pendientes, ni llamadas a molestar y mucho menos reuniones, solo deseaba disfrutar de su mujer y volver la niñez con sus pequeñas hijas, tenía que hablar con Valentina acerca de esta decisión, estaban las niñas muy pequeñas aún, y necesitaban a su madre en el día a día.Dayan se había enterado por los medios y las revistas de entretenimiento que el millonario Augusto Carranza, se casaría nuevamente con su joven prometida, la madre de sus dos pequeñas hijas. Fue un fuerte golp
Hacía un poco de calor y Valentina, quien se encontraba sentada en un elegante sofá de aquel gran salón de ejecutivos, decidió ir por un vaso con agua hasta el dispensador que se encontraba un poco alejado. Era una hermosa joven de atractiva figura, su piel morena y su cabello rizado, simplemente podría ser llamada, Diosa de Ébano. Muchas miradas la recorrieron toda, en especial, la del cirujano plástico George Cosío , quien no quiso perder la oportunidad de cortejarla y, dejando a la mujer con quien estaba llevando una conversación amena, decidió seguir el ritmo de las caderas de Valentina. - ¿Agua? - dijo el Dr., mostrándole una botella con agua que había tomado de una de las mesas. - ¿Disculpe? - preguntó Valentina, al no saber a qué se refería el Cirujano. - ¡Solo preguntaba, si!... ¿Deseas agua?- Dijo el Dr., con una amplia sonrisa. - ¡Si, gracias!, pero prefiero esta que está un poco más helada.- Valentina no recibió la botella que gentilmente él le ofreció y continuó llenan
¡Está bien, Dra.!- dijo Valentina encogiéndose de hombros. Observando a todos los presentes caminó por el gran y elegante salón, buscando la salida, todos la miraban, ella simplemente quería alejarse de aquella gente de apariencia pulcra, pero que en el fondo eran verdaderas aves de rapiña.De camino a la oficina, en un taxi que había tomado en la calle, pensaba en ¿Como hacer para pagar todo el dinero que debía a la Dra. Carolina?, no quería seguir aguantando más humillaciones y malos tratos.Todo comenzó aquella tarde en que fue a inscribirse a la facultad de medicina, tenía ansias de estudiar, pero no le alcanzaba el dinero, su padre era un humilde jardinero y su madre estaba enferma de cáncer y en este momento no podía darse el lujo de pagar un semestre tan costoso. Se había sentado en el restaurante de la universidad para tomar un café, cuando escuchó a Carolina y a otros estudiantes que tenían que hacer muchas tareas y buscaban a alguien que se las hiciera y le pagaban muy bien