Mientras Valentina luchaba día a día para salir de la pobreza y de sus muchos problemas, al otro extremo de la ciudad, y desde la comodidad de la gran sala de su lujosa casa, se encontraba Dayan, la señora de la casa, esposa del Dr. Augusto Carranza, y su suegra, la respetada señora y viuda, Esmeralda de Carranza.
Para la esposa del Dr. Augusto, no había felicidad completa, tenía todo el dinero, joyas, propiedades lujosas, mucho dinero, pero ella quería tener un hijo y por supuesto, dar este regalo a su marido, con esto, se aseguraría de tenerlo consigo para siempre, además de sus incontables y extravagantes lujos. El Dr. Augusto, ya tenía dos hijos de su primer matrimonio, que ya eran mayores de edad y estaban estudiando en una de las prestigiosas y costosas universidades de la ciudad y del país. Su hija Carolina, estudiaba medicina y su hijo Sebastián, ya estaba a punto de terminar una Especialización en Cirugía Plástica y Maxilofacial, y ahora se encontraba fuera del país, en un viaje de la facultad. La relación entre Dayan y su suegra, Esmeralda, era de las mejores, conversaban de todo, siempre había tema para hablar, en sus salidas de compras, a comer o hacer deporte.
Esmeralda, veía con tristeza todo el esfuerzo que hacía su nuera para quedar embarazada, se había hecho muchos tratamientos y ninguno le había dado resultados y… Para alegrarla en este día tan frío y lluvioso, le confesó una solución a sus problemas.- ¡Querida, sé que es muy temprano para hablar de este tema, pero, no quiero que sigas sufriendo, me duele, verte así tan triste, y he pensado en una solución para que de una vez por todas tengas a mi hermoso nieto!. ¡Puede ser un vientre alquilado!- ¡Ya habíamos tenido esta conversación y sabes que me desagrada en su totalidad! ¡Para alquilar un vientre hay que buscar a alguien que esté dispuesta a hacer ese trabajo y que después no se vuelva una molestia para todos!
- ¡No busquemos en la ciudad, busquemos a una joven campesina que sea ignorante en todo sentido, pero lo más importante, es que sea físicamente atractiva, sana, sin vicios, para que mi nieto sea todo un,Carranza como mi guapo hijo! Esta idea no le desagradó a Dayan, buscar una campesina humilde podría resultar más fácil que las otras, que anteriormente había buscado y pedían sumas exageradas para cumplir con esta delicada labor. En ese momento en que las mujeres le daban rienda suelta a esta idea, entró don Julio, a arreglar las luces de la cocina. Esmeralda, lo vio por un momento y se preguntaba si este, ¿conocía a alguna chica, con las características necesarias para lo que ellas necesitaban?.- ¡Julio!, ¿hace cuánto usted trabaja para nosotros?
- Señora, llevo trabajando para la familia Carranza, hace más de 20 años y …- fue interrumpido por la matrona, pues no quería oír lo que este tenía para decir de su experiencia con la familia.- ¡Si yo le pidiera un favor! ¿Usted estaría dispuesto a hacerlo? - continuó Esmeralda, bastante seria, pues este asunto lo ameritaba.- ¡Sí, si, señora, con gusto! Dígame que puedo hacer por usted?- Julio detuvo su trabajo para prestar atención a la petición. Dayan, se había puesto nerviosa, pues no confiaba en él, para este tipo de peticiones.- ¡Mi querida nuera, por cosas de la vida, no puede tener hijos!, ¡qué triste!, pero como en esta vida, hay pocos imposibles, queremos conseguir, a una mujer joven, llena de vida, que quiera ganar un buen dinero y nos pueda dar la posibilidad de embarazarse y luego…, entregarnos el bebe.
- Señor, Luis, lo que Esmeralda quiere decir, es que ¿si usted nos podría ayudar a conseguir a alguien, que sea sana, para que se embarace por mí? Estamos dispuestas a darle una buena suma de dinero, para sus gastos. ¿Estaría dispuesto a ayudarme? Además, usted también ganaría, pues estamos dispuestas a pagar su favor. Para Luis, esta era la oportunidad perfecta de conseguir el dinero que necesitaba para el tratamiento de su esposa, y… Ya tenía a la persona que estaría dispuesta a cumplir con esta tarea. -
- ¡Señor, Luis! - Llamó Dayan, ya que este no había respondido, sí ayudaría o no.
- ¡Sí, si señora, mañana mismo le traeré la información, creo tener a la persona correcta!. - Respondió con una amplia sonrisa.- ¡Confiamos en usted, señor, Luis!- replicó Esmeralda.Don Luis, de camino a casa, iba pensando en ¿Cómo convencería a la persona, de que esta era la salida a muchos de sus problemas? Además, le habían dicho, que él también recibiría una parte de dinero si encontraba a la persona correcta para llevar a cabo el embarazo del hijo del gran carranza.
- …… ¿Acaso te has vuelto loco, papá? ¿Cómo es posible que pensaras que yo podía aceptar, embarazarme? ¡Soy muy joven y estoy estudiando!- ¡Hija, perdóname, yo solo quiero que tengamos dinero para ayudar a tu madre con el tratamiento! ¡Perdóname, perdóname, te lo suplico!.- Luis, pensó que las cosas le serían fáciles, creyó que su hija aceptaría alquilar su vientre por dinero, pero esta dijo un No rotundo. Pero Valentina, al ver a su padre suplicar de rodillas que lo perdonara, y que en realidad quería de todo corazón ayudar a su esposa enferma, su corazón flaqueó, llenándose de tristeza.
- ¡Padre, perdóname! .- fue hasta él y lo levantó. - No quiero ser mala persona, es solo que… Luego de ese embarazo, ¿no sé qué va a pasar con mi vida?
- ¡Lo sé, hija, también he pensado en eso! ¡Lo único que quiero, es ver a tu madre bien!. -Las lágrimas corrían por las mejillas de padre e hija, esta mala situación no era para menos.
- ¡Padre, estoy dispuesta a alquilar mi vientre, lo haré para salvar a mamá! .- El repentino cambio de actitud de Valentina, se debía a que su madre en realidad estaba muriendo y necesitaba que pronto se le diera el tratamiento que con urgencia requería. La había escuchado toser y quejarse a causa de sus dolores, ya no había tiempo que perder, aceptaría.
Don Luis, al día siguiente, muy temprano, llegó a su trabajo, con la buena noticia de que, ya había conseguido la joven que alquilaba el vientre, las dos mujeres se emocionaron al saber que pronto darían rienda suelta a este perfecto plan. Esmeralda, quien era la encargada de proporcionar todo el dinero, contrató a un médico de confianza, que debía revisar minuciosamente a la joven, necesitaba que esta cumpliera con ciertos requisitos como: Estar sana era superimportante, alta, delgada, muy bonita, sin defectos físicos y que fuera blanca, de apariencia europea. La joven Valentina cumplía casi todos los requisitos, excepto el de ser blanca. Para el Dr., García, esta joven era perfecta, además de muy hermosa, apenas para lo que habían pedido las señoras, no le importó su color de piel, un poco tostado; con este nuevo tratamiento de inseminación artificial se podía elegir con cierta libertad como querías que fuera tu hijo, la raza, el color de pelo, de piel y ojos, así como la altura y e
El plan perfecto para Dayán y su amante, el Dr. García, era que, cuando naciera el bebe, ellos se lo arrebatarían a la joven, pues era una mujer campesina que poco o nada sabía de leyes, tampoco sabía quién la había contratado. Ellos regresarían al país cuando la joven, estuviese a punto de dar a luz, así al regresar a casa, llegarían con el nuevo bebe, para continuar engañando y sacándole dinero al padre, ¡El plan perfecto!, - pensaban.La panza de Valentina era bastante grande, ya estaba próxima a cumplir 9 meses y se le dificultaba el trabajo del cuidado de los niños. Su padre, el señor Luis, estaba trabajando con otras familias adineradas del sector, ya que la familia Carranza llevaba muchos meses fuera de la ciudad, él seguía recibiendo su sueldo, esto le daba la posibilidad de trabajar para otros y duplicar el dinero que llevaba a casa para los gastos; su esposa recibía el tratamiento a medias y aunque no estaba del todo bien, si había mejorado.La familia se encontraba cenando,
- ¡Disculpe!, ¿se encuentra bien?. - Alguien le estaba hablando, pero se escuchaba distante.- ¡Señor! ¡Yo…, si, si estoy bien! ¿Qué sucedió?- ¡Estuviste a punto de caer!- ¿Mi bebe? ¿Dónde está mi bebe?- Gritaba Valentina, con desconsuelo.- ¡Tranquila, cálmese, ella está aquí!. Totalmente quieta, se encontraba la pequeña, en brazos de este desconocido.- ¡Ven, acompáñame, quiero que comas algo!. Valentina parecía no saber con exactitud lo que estaba sucediendo, ni quién la estaba ayudando.La cafetería estaba abarrotada de gente, buscaron un lugar y se acomodaron, una mesera vino y su acompañante, pidió traer un almuerzo.Ella devoraba su comida, tenía mucha hambre y la beba también. Para este hombre era aún más triste ver a la pequeña llorar de hambre, fue hasta la mesera y le pidió un favor, el cual compensaría con mucho dinero; rápidamente ella hizo lo que tenía que hacer, salió del restaurante, trajo leche y un biberón, lo preparó para saciar el hambre de la pequeña que lloraba,
Una buena oferta de empleo, llegó por mensaje a su teléfono móvil, debía presentarse al día siguiente muy temprano a su sitio de trabajo. Había llevado su currículum a muchas agencias de empleo y en ninguna al parecer había vacantes, pero esta oferta era más que buena. Era un salario bastante generoso, lo único difícil que vio fue el horario, puesto que debía trabajar 12 horas, desde la 7 de la mañana hasta las 7 de la noche y ella estaba al otro extremo de la ciudad. Debía levantarse muy temprano para dejarle todo organizado a su pequeña y que su madre se encargara del resto, tomar el transporte público hasta la casa donde prestaría sus servicios, era solo por un mes, y necesitaban un médico para atender la salud de una pequeña niña. Su madre se alegró al verla tan entusiasmada con este empleo, ya que estaba trabajando en un hospital, pero los pagos eran muy demorados y ya le debían varios meses de salario.Entrada la madrugada y bien abrigada, fue hasta el paradero de autobuses, es
Sí no hubiera dejado a su hija en casa con su madre, juraría que esta niña era su hija, Linda. - ¡Eres una niña muy hermosa, eres como mi, Linda! - Dijo Valentina acercándose a la niña. El Dr. Augusto, ya se estaba marchando. Esperó hasta que la mujer terminara de darle el biberón y la tomó en sus brazos, ¡En verdad, Susan, era muy parecida a Linda! ¿Sería posible que Susan, fuera su hija?, este pensamiento invadió su cabeza, no era solo casualidad que el Dr. Carranza, estuviese cerca de ella, justo cuando su pequeña desapareció, además Susan podría tener la misma edad que Linda. Debía tomar una pequeña muestra de ADN para saber si sus sospechas eran ciertas o simplemente era un absurdo lo que pensaba. Decidió no seguir el libreto que le había dado el Dr., simplemente actuó como lo haría una madre y ella era una madre que hacía un buen trabajo con su pequeña hija. Organizó el baño de la pequeña Susan, en el libreto había que hacer antes un ritual, para poder bañarla, ¡Que la tempera
Una llamada entró al móvil de Valentina, era el Dr. Augusto. Contestó bastante extrañada. - ¡Diga, Dr.! - ¡Necesito que me acompañes, voy para el aeropuerto! - ¡No puedo Dr., Susan se acaba de despertar, por el ruido de mi móvil! - ¡Entonces abríguela bien y que también nos acompañe, viene mi hija Carolina y quiero estar ahí para recibirla de su largo viaje! - En verdad que Valentina, no deseaba ver a la traidora y mala persona de Carolina, no había hecho nada para ayudarla el día que su padre la despidió de su empleo y tampoco le creyó cuando le confesó que su enamorado la había atacado. Pero no podía hacer nada, órdenes son órdenes. En el auto de camino al aeropuerto, Susan, se hizo en el pañal, esto hizo que el silencio que reinaba entre Valentina y Augusto, desapareciera. - ¡Dr. Necesito sus manos! - Augusto la observó por un momento, recorriéndola toda con la mirada. - ¡Susan, hizo caca, así que, necesito de sus servicios! - ¿Yo...? - ¡Sí, usted, Dr.!, esto no tardará si l
Valentina, se sentía muy estresada con la llegada de Carolina y su esposo y, pronto llegaría, la esposa del Dr., su madre y su hijo, esperaba que todo resultara bien, pero presentía que con la esposa del Dr. las cosas se complicarían, ya varias empleadas le habían dicho que era una mujer arrogante y que trataba muy mal al personal de servicio, si no fuera por la pequeña Susan, ya hubiese pasado su carta de renuncia.Muy temprano, Valentina llegó a su sitio de trabajo, escuchó al Dr. desde su habitación maldecir, se dirigió hasta allí para ver qué le sucedía.- ¿Dr. se encuentra bien?- ¡No, no estoy bien!, - Valentina empujó la puerta con suavidad, fue hasta el baño, el Dr. se estaba rasurando y se había cortado una mejilla, sangraba un poco su herida, ella tomó una toalla e hizo un poco de presión.- DR. si me lo permite le puedo ayudar con esto. - Él asintió mirándola, extrañado. Valentina se puso frente a él, y tomando la afeitadora, comenzó con esta delicada tarea, mientras lo hac
Esa tarde, Esmeralda, le dijo a Valentina que se fuera temprano, ya que, ella se haría cargo de Susan, la pequeña no quería soltarse del cuello de su Dra. favorita, hizo todo tipo de berrinches para que Valentina no se fuera.Fue bastante extraño para todos el comportamiento de la pequeña, puesto que ella era una niña muy tranquila y poco o nada le importaba las personas que la cuidaban, pero con la llegada de valentina era diferente, se la pasaban juntas, jugando y correteando con los perros y gatos de la familia, siempre había una actividad para hacer, la niña reía y jugueteaba todo el tiempo, ya no era la pequeña a la que le colocan todos sus juguetes en la habitación y jugaba sola, ahora era una niña despierta y vivaz que, en tan solo un mes había cambiado. Valentina tampoco quería despegarse de Susan, limpio rápidamente las lágrimas de sus ojos para que no la vieran llorar, buscó su abrigo y se marchó por la puerta de la servidumbre.Augusto quiso llevarla en su auto, buscó las l