Vanesa llama a Ares una y otra vez, que le envía un mensaje que está en una reunión y no puede contestar. Desesperada, se escabulle por el parqueadero del edificio coma para escapar de Joseph, quién tiene rodeado cada punto del edificio por donde ella pueda escapar, pero la sigue de cerca sin que ella se dé cuenta. Vanessa toma un taxi y se dirija a Walton's Car, con la firme intención de hablar con Ares sobre El guardaespaldas que ha puesto a su servicio.apenas llega la empresa, va hacia la oficina de su novio, donde Lina le informa de mala gana que está en una reunión en la sala de juntas, y sin dudar se dirige allá, pues lo que menos le interesa es que esté o no ocupado, para ella lo único que importa es convencer a Ares de que despida a Joseph, y buscar la manera de huir nuevamente.a lo lejos divisa la sala de juntas, cuando ve salir a Aurora de allí, y un minuto más tarde sale Ares, que tiene una leve sonrisa en el rostro que la molesta. Se cruza de pasillo, evitando a Ares.—¿
Daniel que mira a Ares deduciendo que él también sabe algo. Le pregunta: —¿A qué te refieres? —Mamá es una persona extraña. Con nosotros siempre ha sido muy fría y estricta, a pesar de que nos ama, pero con Aurora, desde que regresó, se muestra muy amable y feliz. De pequeño no recuerdo que fuera así con ella. —¡Es cierto! Es por la primera persona que veo que se interesa tanto. No es algo común. Es como si… —Asiente Ares como si supiera lo que piensa su hermanastro. —Como si necesitara a Aurora o algo de ella. —¿Pero por qué actuar así? Es Jazmine Walton, ella cuando quiere algo simplemente lo toma. —Dice Daniel haciendo caer en cuenta a Ares de algo muy importante. —¡Exacto! ¡Eso significa que no lo puede tomar! ¡Aurora se lo tiene que dar! —¿Ares que insinúas?… No sé, quizás estamos imaginando cosas. —¡Claro que no! Y ahora que se dé la relación que existe entre Eloise y ella, más me convenzo de ello. —Es qué… —¿Qué? ¿No te parece extraño que primero quisie
Vanesa, que parece derrotada, no está dispuesta aún en su situación a dejarse humillar de esa manera.—¿Crees que soy tan débil como esa monja con la que te casaste? Si… te engañé por mucho tiempo, ¿y fue mi culpa? No… Fue tuya. Tenías un ego tan grande del tamaño del universo que creías que todas las mujeres caíamos rendidas a tus pies, pero yo te manejé como a un muñequito. —Vanesa se levanta del suelo, y Joseph observa la escena sin intervenir. Es como si estuviera esperando por un momento que ellos mismos se mataran entre sí. Ares, que estaba de espaldas caminando en dirección a la puerta, se gira hacia ella y la recuesta con un poco de brusquedad contra la pared.—¡Cierra la m*****a boca! —¿Por qué? Según ustedes dos, ya me descubrieron, pero no son más que una partida de estúpidos que yo manejé a mi antojo. A ti Joseph, no te engañé solo con Ares, antes lo hice con muchos.—¡Maldita zorra! —Exclama el hombre controlándose de una forma descomunal, para no hacer algo de lo que pue
Aurora, que esta noche estaba dispuesta a deslumbrar con su belleza, no era capaz de reconocerse a ella misma. El vestido que había enviado Ares le quedaba perfecto. Su larga melena, en ondas le daban un aire muy sofisticado, un maquillaje Smokey eyes con labios rojos la hacían lucir como una modelo de revista. Se sentía algo incómoda, pues hoy realmente mostraba más piel de lo normal, pero la vergüenza se la guardaría para después, pues se veía mejor incluso de lo que ella imaginó. —Señora, se ve muy bella. Su esposo de seguro caerá rendido a sus pies. —¡Eso espero, Blanca! ¡Eso espero! Tocan el timbre.—¡Debe ser el taxi que pidió, señora! —Blanca, que baja a ver quien es, deja a Aurora que saca del cofre el collar que le envío Ares y complementa el atuendo. —¿Realmente soy tan bella como todos afirman? —Se pregunta a sí misma, con algo de inseguridad. —Vamos Aurora, no es momento para tonterías, lo que importa es demostrarle a Ares que no le temes, que ni siquiera te importa. —
—¡Mucho gusto! Aurora Hermswort…—¿Hermswort? Pensé que usabas el apellido de tu esposoAurora, que lo mira con perspicacia, contesta inteligentemente.—Solo cuando es necesario. —Bromea la chica.—¿Y en este momento no lo es? —Todos parecen saber que soy esposa de Ares, así que no. No es necesario. —¡Ya veo! Ustedes dos, parecen tener una relación muy particular.—¿Por qué lo dice? —¡No lo sé! No parecen ser una pareja tradicional. —Esteban le dedica una mirada a Ares que sigue hablando con varias mujeres—Quizás porque no lo somos. —Ladea un poco su cabeza para observar a su esposo que no le quita los ojos de encima. —¡Ya veo! Después de todo, estar casada con Ares Walton no debe ser fácil. —Vuelve a mirar a Ares, y Aurora empieza a sentirse un poco incómoda.—¿Perdón?—Por su carácter. Sé perfectamente que Ares no es un tipo muy expresivo, lo que es entendible por todo lo que vivió con su padre.—¿Usted parece conocer muy bien a mi esposo? Incluso más que yo.—Estudiamos juntos
Vanesa que sale corriendo, luego de apuñalar a su propio esposo. Huye por el bosque, al ver la intención de Joseph de encerrarla en una asquerosa cabaña alejada de todo, donde planeaba esclavizarla con tareas domésticas, convirtiéndola en su juguete personal. Alejada de lujos e incluso de las comodidades básicas de las que ella tanto renegó. Sin embargo, ella jamás volvería a lo mismo, después de haber disfrutado el dinero a menos llenas. Planeaba volver al Penthouse de Ares, recuperar el anillo de compromiso que durante tanto tiempo había guardado, ya que parecía ser su salvación, sin embargo, el edificio al que le costó tanto llegar, estaba rodeado por los hombres de Joseph. —¡Maldita sea! —Exclama al otro lado de la calle, mientras gotas de lluvia empiezan a caer, y entonces se le ocurre una idea. —No todo lo tengo perdido, aún puedo obtener dinero de alguien… ¡Jazmine! ***Es casi la 1:00 am, y Aurora apenas y sale de la ducha, mira su teléfono, y piensa en llamar a su hermana,
Jazmine que recibe una llamada de Oliver desde el hospital para que lo socorra, acude a su encuentro, antes haciendo que Josué encierre a Eva en su habitación y sea custodiada por algunos hombres, pues no puede irse y dejar ese cabo suelto. Al llegar al hospital, le ordena a su empleado que soborne a los policías que custodiaban la habitación de Oliver en el hospital, para que no dijeran nada de su visita, que sería muy corta. —Tía... Pero qué rápida...—Yo no soy tu tía imbécil. ¿Cómo pudiste desobedecerme? —No soy tu títere Jazmine. Tu hijo me jodió la vida, y su esposa, esa malnacida sigue rechazándome, me mira como si yo le diera asco. ¡No lo soporto! —Explica lleno de ira, aferrando sus manos esposadas a las sábanas.—¡Ja! ¡Te has obsesionado con esa tonta! Dios, ¿pero qué tiene que a todos los vuelve locos? —Quiero que me saques de aquí. —Le exige el hombre que la mira con furia.—¿Por qué? Tú solo te metiste en este lío. Me desobedeciste y encima querías hacerle daño a mi hi
—¿¡Qué!? ¿Por qué?—Porque no sé si mi mamá es sincera contigo, y no quiero juzgar o decir algo de lo que pueda arrepentirme, pero si te alejas me facilitarías todo, por lo menos hasta que averigüe la verdad.—¿De qué verdad hablas? —Lo mira Aurora sin entender nada.—Aurora. —Toma sus manos. —Sé que no tienes razones para confiar en mí, que no he sido bueno contigo, y que quizás puedas creer que mis intenciones no son buenas o que planeo algo, pero te juro por Dios, que lo único que deseo es que estés bien. Mamá esconde algo, y siento... ¡No!... estoy casi seguro de que es algo grande. Oliver afirmó que mi mamá lo había ayudado, y quiero saber si es verdad.—¿¡Qué!? No puedes creerle, es un mentiroso. Jazmine no haría eso.—Aurora, sé que confías en mi madre, pero te pido una semana. Por favor, mantente alejada de ella, si no descubro nada, todo seguirá normal.—Ares de verdad no te entiendo. Es qué, ¿cómo puedes creer en lo que Oliver te dijo? Es tu madre de quién estás desconfiando