Varios empleados que irrumpen alarmados en el estudio, observan a Vanesa en el suelo, intentando recomponerse del susto, y a Jazmine que deja caer el arma, por un fuerte dolor que aqueja su cabeza. —¿Qué creen que hacen allí parados imbéciles? ¡Ayúdenme! —Les ordena, agarrando fuertemente su cabeza.De inmediato, se acercan intentando coger a la mujer que no lo permite. —No sean ineptos... Tráiganme algo para el dolor de cabeza. ¡No lo soporto! —Grita la mujer que observa a Vanesa, y por unos segundos le pareció que era Helena, la madre de Aurora. Parpadea sorprendía varias veces, recuperando la lógica. Toma la pastilla y el vaso con agua que le ofrece una de las sirvientas. Vanesa que se levanta, la mira aterrada, buscando la dirección de la bala, que pudo haber sido para ella.Sin pensarlo, intenta irse, pero Jazmine no la deja.—¡Detengan a esa mujer! —Se levanta Jazmine del escritorio observando como sus hombres le cierran el paso a Vanesa. —¿Qué crees que haces vieja bruja?—T
—Estás exagerando hijo. Yo simplemente quería asegurarme de que no cometiera una locura. Cuando llegué, la encontré como loca, muy afectada por el deceso de Oliver...—¿Cuándo llegaste? ¿Y a dónde fuiste tan temprano mamá?—Una emergencia...—Responde tajante Jazmine—Tú dijiste que mi hermano te había llamado tía... —La delata Eva.—Sí... Es verdad—¿Entonces tú si sabías del paradero de Oliver? —Intenta acorralarla Ares—Es mi sobrino. No podía dejarlo tirado.—¿Y también fuiste quién le dio la orden de atacar a Aurora?—Qué? —Comenta para sí misma Eva, que no entiende a qué se refiere Ares.—¿De qué estás hablando? El sí me llamo está madrugada, pero me dijo que se había metido en un lío y que necesitaba que lo ayudará, no le dijo cuál, pero no tuve tiempo de ir a verlo.—¿Y entonces a dónde fuiste tan temprano en la mañana? —Le pregunta Ares nuevamente.—Ya te dije que es algo personal...—¿A dónde fuiste mamá?—Fui con Reginald... Ok... —¿Con tu doctor? ¿Tan temprano? ¿Y para qué
Ares, qué sigue en shock, sale del hospital lo más rápido que puede, decidido a enfrentar a su madre que todo este tiempo no ha hecho más que engañarlo cruelmente. Va tan rápido y a prisa qué no tiene tiempo de parar ante un semáforo, qué cambia rápidamente a rojo, creando un inesperado encuentro con otro auto qué hábilmente esquiva, pero eso hace que pierda el control del volante y choque contra una valla publicitaria sin dejar ningún herido, aparte de él. —Señor... ¿Está bien?... —Le preguntan varias personas que rodean el auto...Mareado y algo aturdido, siente un fuerte dolor en la cabeza, se toca y tiene sangre. Su hombro también le duele, parece que los puntos se han reventado... Como puede, aparta la bolsa de aire, qué se activó por el golpe, y abre la puerta para salir, cayéndose un par de veces por la sensación de mareo. Varios de los presentes, lo ayudan y una mujer se acerca afirmando qué es médico y que puede prestarle los primeros auxilios, mientras llaman a una ambulan
Valeria, que ve marchar a la pareja, no duda en reclamarle a Simón por su actitud con Aurora.—¿Acaso Estás loco? ¿Sabes el ridículo que me acabas de hacer pasar? ¡No puedo creer que aún sigas interesado en ella!Simón, que se recupera del shock que acaba de sufrir después de ver Aurora Mira a Valeria bastante enojada y se disculpa con ella. —Lo siento, no sé qué me pasó Me bloqueé. No fue mi intención hacerte quedar en ridículo. Simplemente no lo sé... Actúe impulsivamente. No me esperaba verla de nuevo.—¿O sea que te comportarás así cada vez que la veas? —Niega con la cabeza y gira los ojos en señal de desaprobación. —Mira, sé que nuestro compromiso es porque mi papá nos obligó, pero recuerda que quedamos en que haríamos qué esto funcionara y créeme mi idea de que funcione, no es que me dejes por tu ex, la que no has superado. —Valeria tampoco te hagas la mustia, vi perfectamente cómo mirabas a ese pedante de Ares Walton. No imagino lo loca qué te volviste cuando lo conociste. —
Ares, qué recibe las palabras de Aurora como un puñal al corazón, guarda silencio entendiendo la posición de su esposa, y deja que Aurora lo siga curando en silencio total, creando un ambiente bastante incómodo entre ambos. De pronto, el telefono celular de Ares suena, y por alguna razón le dice a Aurora quien es, al ver el nombre en la pantalla. —Es Daniel... —Aurora prácticamente lo ignora, y se concentra en vendar su hombro. Lo que lo hace sentirse como un completo tonto. —Aló... Daniel... ¿Cómo va todo? —Excelente, fuimos un rotundo éxito en el festival. —Lo dice con un tono apagado, mirando a Adriana qué está hablando con algunos compradores luego de su última exhibición. —¿Y si les fue tan excelente, porque suenas como si les hubiera ido terrible? —Aurora, de inmediato, mira a Ares, y le presta más atención a la conversación. —¡Por nada! ¡Ehhh!... Llamaba para avisarte que viajaremos esta misma tarde. —¿Cómo? Pero si el festival termina en dos días— Sí, lo sé... Pero nues
Vanesa pone el cuchillo en la cara de Aurora, alcanzando a hacer un corte muy pequeño, ya que fue distraída por golpes en la puerta, lo que da tiempo a Aurora de empujar a Vanesa, y tirarse al piso, tomando el botiquín qué había dejado al lado de la cama, dándole un fuerte golpe a la mujer con él en la cara. —Señora, soy Magdalena. Me dijeron que está aquí, vine a traerle sus cosas. —Se escucha al otro lado de la puerta. —Magdalena... ¡¡AYUDA!! —Grita Aurora, porque Vanesa se recompone rápidamente y empieza a coger cosas al azar, para lanzárselas a la mujer que busca la manera de salir de la habitación. Magdalena, qué escucha la petición de su jefa, empieza a tocar la puerta con desespero. —¿Señora que pasa? ¿Está bien? Ábrame por favor... —Ni siquiera lo pienses. —Le dice Vanesa qué la ve muy cerca a la puerta. —No lo pienso. ¿Dime por qué querías que te firmara ese papel? —No lo sé. Simplemente, me pidieron que lo hiciera, por una gran suma de dinero. —¿Quién te lo pidió? —¡
Elena llevaba años de noviazgo, con quien sería el hombre de sus sueños; sin embargo, la profesión demandante, qué había escogido, estaba haciendo estragos en su relación. Octavio y ella, últimamente poco se veían, y cuando lo hacían, peleaban la mayor parte del tiempo, pues Octavio Walton, realmente la amaba, pero era un hombre demasiado exigente, y jamás pensó que apoyar a Elena en su carrera, los alejaría de cierta manera...Jazmine había aprovechado la amistad con Elena, fingiendo interés en su vida, luego de salir de la clínica. La visitaba con frecuencia, aunque ella siempre estaba ocupada con pacientes. Aprovechó cada momento, cada situación, simulando intentar ayudarla a rescatar la relación del hombre con el que se casaría, para meterse en su cama, en una noche de copas, dónde todo lo que planeo salió a pedir de boca. Después de esa noche, lo amenazaba con contarle todo a Elena, y Octavio, que no era un tipo fácil de manejar, hizo caso omiso a las advertencias de Jazmine, que
La muerte de Elena, tan inesperada y repentina, supuso un quiebre emocional en la vida de Isaías, qué no sabía qué hacer, viudo con una niña de 6 años a su cargo... Se sentía incapaz de seguir adelante, y después de tan solo 6 meses de la muerte de su esposa, como por arte de magia, llegó una persona que hace mucho no veía. Eloise, quien hace mucho estaba separada, y era madre de una niña de 11 años, de nombre Adriana. El apoyo emocional qué Eloise brindó a Isaías en ese momento difícil, fue crucial para que él decidiera casarse rápidamente con ella, pensando que lo más importante era que Aurora tuviera una madre. De ese casamiento, se enteró Jazmine, quien se acercó a Isaías un par de veces, fingiendo amistad, centrando su atención en la nueva esposa de Isaías, viendo de primera mano, la mala voluntad qué tenía Eloise hacia Aurora, lo que le daba gusto, pues después de asesinar a Elena, y saber que el posible parentesco entre Aurora y su marido moría con ella, su única intención era