Aurora, que esta noche estaba dispuesta a deslumbrar con su belleza, no era capaz de reconocerse a ella misma. El vestido que había enviado Ares le quedaba perfecto. Su larga melena, en ondas le daban un aire muy sofisticado, un maquillaje Smokey eyes con labios rojos la hacían lucir como una modelo de revista. Se sentía algo incómoda, pues hoy realmente mostraba más piel de lo normal, pero la vergüenza se la guardaría para después, pues se veía mejor incluso de lo que ella imaginó. —Señora, se ve muy bella. Su esposo de seguro caerá rendido a sus pies. —¡Eso espero, Blanca! ¡Eso espero! Tocan el timbre.—¡Debe ser el taxi que pidió, señora! —Blanca, que baja a ver quien es, deja a Aurora que saca del cofre el collar que le envío Ares y complementa el atuendo. —¿Realmente soy tan bella como todos afirman? —Se pregunta a sí misma, con algo de inseguridad. —Vamos Aurora, no es momento para tonterías, lo que importa es demostrarle a Ares que no le temes, que ni siquiera te importa. —
—¡Mucho gusto! Aurora Hermswort…—¿Hermswort? Pensé que usabas el apellido de tu esposoAurora, que lo mira con perspicacia, contesta inteligentemente.—Solo cuando es necesario. —Bromea la chica.—¿Y en este momento no lo es? —Todos parecen saber que soy esposa de Ares, así que no. No es necesario. —¡Ya veo! Ustedes dos, parecen tener una relación muy particular.—¿Por qué lo dice? —¡No lo sé! No parecen ser una pareja tradicional. —Esteban le dedica una mirada a Ares que sigue hablando con varias mujeres—Quizás porque no lo somos. —Ladea un poco su cabeza para observar a su esposo que no le quita los ojos de encima. —¡Ya veo! Después de todo, estar casada con Ares Walton no debe ser fácil. —Vuelve a mirar a Ares, y Aurora empieza a sentirse un poco incómoda.—¿Perdón?—Por su carácter. Sé perfectamente que Ares no es un tipo muy expresivo, lo que es entendible por todo lo que vivió con su padre.—¿Usted parece conocer muy bien a mi esposo? Incluso más que yo.—Estudiamos juntos
Vanesa que sale corriendo, luego de apuñalar a su propio esposo. Huye por el bosque, al ver la intención de Joseph de encerrarla en una asquerosa cabaña alejada de todo, donde planeaba esclavizarla con tareas domésticas, convirtiéndola en su juguete personal. Alejada de lujos e incluso de las comodidades básicas de las que ella tanto renegó. Sin embargo, ella jamás volvería a lo mismo, después de haber disfrutado el dinero a menos llenas. Planeaba volver al Penthouse de Ares, recuperar el anillo de compromiso que durante tanto tiempo había guardado, ya que parecía ser su salvación, sin embargo, el edificio al que le costó tanto llegar, estaba rodeado por los hombres de Joseph. —¡Maldita sea! —Exclama al otro lado de la calle, mientras gotas de lluvia empiezan a caer, y entonces se le ocurre una idea. —No todo lo tengo perdido, aún puedo obtener dinero de alguien… ¡Jazmine! ***Es casi la 1:00 am, y Aurora apenas y sale de la ducha, mira su teléfono, y piensa en llamar a su hermana,
Jazmine que recibe una llamada de Oliver desde el hospital para que lo socorra, acude a su encuentro, antes haciendo que Josué encierre a Eva en su habitación y sea custodiada por algunos hombres, pues no puede irse y dejar ese cabo suelto. Al llegar al hospital, le ordena a su empleado que soborne a los policías que custodiaban la habitación de Oliver en el hospital, para que no dijeran nada de su visita, que sería muy corta. —Tía... Pero qué rápida...—Yo no soy tu tía imbécil. ¿Cómo pudiste desobedecerme? —No soy tu títere Jazmine. Tu hijo me jodió la vida, y su esposa, esa malnacida sigue rechazándome, me mira como si yo le diera asco. ¡No lo soporto! —Explica lleno de ira, aferrando sus manos esposadas a las sábanas.—¡Ja! ¡Te has obsesionado con esa tonta! Dios, ¿pero qué tiene que a todos los vuelve locos? —Quiero que me saques de aquí. —Le exige el hombre que la mira con furia.—¿Por qué? Tú solo te metiste en este lío. Me desobedeciste y encima querías hacerle daño a mi hi
—¿¡Qué!? ¿Por qué?—Porque no sé si mi mamá es sincera contigo, y no quiero juzgar o decir algo de lo que pueda arrepentirme, pero si te alejas me facilitarías todo, por lo menos hasta que averigüe la verdad.—¿De qué verdad hablas? —Lo mira Aurora sin entender nada.—Aurora. —Toma sus manos. —Sé que no tienes razones para confiar en mí, que no he sido bueno contigo, y que quizás puedas creer que mis intenciones no son buenas o que planeo algo, pero te juro por Dios, que lo único que deseo es que estés bien. Mamá esconde algo, y siento... ¡No!... estoy casi seguro de que es algo grande. Oliver afirmó que mi mamá lo había ayudado, y quiero saber si es verdad.—¿¡Qué!? No puedes creerle, es un mentiroso. Jazmine no haría eso.—Aurora, sé que confías en mi madre, pero te pido una semana. Por favor, mantente alejada de ella, si no descubro nada, todo seguirá normal.—Ares de verdad no te entiendo. Es qué, ¿cómo puedes creer en lo que Oliver te dijo? Es tu madre de quién estás desconfiando
Varios empleados que irrumpen alarmados en el estudio, observan a Vanesa en el suelo, intentando recomponerse del susto, y a Jazmine que deja caer el arma, por un fuerte dolor que aqueja su cabeza. —¿Qué creen que hacen allí parados imbéciles? ¡Ayúdenme! —Les ordena, agarrando fuertemente su cabeza.De inmediato, se acercan intentando coger a la mujer que no lo permite. —No sean ineptos... Tráiganme algo para el dolor de cabeza. ¡No lo soporto! —Grita la mujer que observa a Vanesa, y por unos segundos le pareció que era Helena, la madre de Aurora. Parpadea sorprendía varias veces, recuperando la lógica. Toma la pastilla y el vaso con agua que le ofrece una de las sirvientas. Vanesa que se levanta, la mira aterrada, buscando la dirección de la bala, que pudo haber sido para ella.Sin pensarlo, intenta irse, pero Jazmine no la deja.—¡Detengan a esa mujer! —Se levanta Jazmine del escritorio observando como sus hombres le cierran el paso a Vanesa. —¿Qué crees que haces vieja bruja?—T
—Estás exagerando hijo. Yo simplemente quería asegurarme de que no cometiera una locura. Cuando llegué, la encontré como loca, muy afectada por el deceso de Oliver...—¿Cuándo llegaste? ¿Y a dónde fuiste tan temprano mamá?—Una emergencia...—Responde tajante Jazmine—Tú dijiste que mi hermano te había llamado tía... —La delata Eva.—Sí... Es verdad—¿Entonces tú si sabías del paradero de Oliver? —Intenta acorralarla Ares—Es mi sobrino. No podía dejarlo tirado.—¿Y también fuiste quién le dio la orden de atacar a Aurora?—Qué? —Comenta para sí misma Eva, que no entiende a qué se refiere Ares.—¿De qué estás hablando? El sí me llamo está madrugada, pero me dijo que se había metido en un lío y que necesitaba que lo ayudará, no le dijo cuál, pero no tuve tiempo de ir a verlo.—¿Y entonces a dónde fuiste tan temprano en la mañana? —Le pregunta Ares nuevamente.—Ya te dije que es algo personal...—¿A dónde fuiste mamá?—Fui con Reginald... Ok... —¿Con tu doctor? ¿Tan temprano? ¿Y para qué
Ares, qué sigue en shock, sale del hospital lo más rápido que puede, decidido a enfrentar a su madre que todo este tiempo no ha hecho más que engañarlo cruelmente. Va tan rápido y a prisa qué no tiene tiempo de parar ante un semáforo, qué cambia rápidamente a rojo, creando un inesperado encuentro con otro auto qué hábilmente esquiva, pero eso hace que pierda el control del volante y choque contra una valla publicitaria sin dejar ningún herido, aparte de él. —Señor... ¿Está bien?... —Le preguntan varias personas que rodean el auto...Mareado y algo aturdido, siente un fuerte dolor en la cabeza, se toca y tiene sangre. Su hombro también le duele, parece que los puntos se han reventado... Como puede, aparta la bolsa de aire, qué se activó por el golpe, y abre la puerta para salir, cayéndose un par de veces por la sensación de mareo. Varios de los presentes, lo ayudan y una mujer se acerca afirmando qué es médico y que puede prestarle los primeros auxilios, mientras llaman a una ambulan