Cuando las Sombras se Conviertan en Carne
EXORDIO&n
2Delgadas y alargadas sombras entraban por la ventana, eran como gigantescos dedos viejos, moribundos e inflexibles. La noche se mostraba cálida a pesar de que corrían los últimos días del mes de octubre.Rodrigo fumaba un cigarrillo de hierba en el umbral de la puerta de la cocina. Se encontraba encabronado a tal punto de querer arrancarse los pelos, y la razón era debido a que la desconsiderada e incompetente de su hija se había largado a dormir temprano, de hecho demasiado temprano según su propia opinión, pues ni siquiera se había molestado en ayudar a su madre a asear la casa. Pero ¿qué se podría esperar de ella? Era una niña que apenas entraba a la puber
3Era el momento idóneo para hacerse a la idea de que la vida era cruel y desagradable. Y de que el mundo estaba plagado de atroces bestias que, tras su inevitable paso, dejaban actos inenarrables. Mas de nada le servía comenzar a entender tan enfermas realidades. 4Abrió tres cervezas más, antes de que se lo pidieran, y las repartió. Los tres estaban tan encabronados por el injusto trato que recibieron en el trabajo, que no veían cómo calmar la ira más que con el agradable sabor de la cerveza... y quizá algo más como complemento. 5Durante todo el día no logró encontrar aquella calma que se esmeraba en seguir ausente de su cuerpo. 6Según su opinión, Carlos era un sujeto un tanto imbécil, pero en relación a lo que tenía que ver con el trabajo, funcionaba a toda máquina. Por lo cual, era normal no haber durado mucho tiempo, la noche anterior, dándole vueltas al asunto del robo. Ya había tomado su decisión. Por eso, cuando despertó esa mañana, no se le veía mucha preocupación en el rostro. Por fortuna, ninguno de sus padres se peCapítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
7Las horas parecían retomar el tiempo normal y habitual del que son dueñas, pero a pesar de que Sara sintió que el tiempo retomaba su curso, el peso no aminoró en lo más mínimo. Se iba volviendo más denso y ganaba mayor terreno en sus preocupaciones. Algunas veces intentó distraerse con cualquier otra cosa, pero golpeaba contra la pared al darse cuenta de que era y le sería imposible lograr mitigar sus inquietudes con tales nim