Su asistente personal colocaba la correspondencia en orden, junto a varios documentos. El té estaría sobre el escritorio inmediatamente Cristian entrara por esa puerta.Cherli revisaba que nada faltara. En minutos haría su arribo todo debía estar impecable.Era el nuevo presidente de Crawford Company Ingenieros.Sus padres, Ann Lee y el señor Derek Crawford arribaban en aquel momento a la empresa.Pasaban a ver a su hijo y notificarle que la abuela estaba de paseo por esos días.El ascensor se abría y daba paso a Cristian, se desplazaba en compañía del señor Kril y su personal de seguridad quienes discretamente caminaban a su lado. Kril era encargado de todo su esquema, era de su absoluta confianza.Una vez dentro del auto se relajaba mientras avanzaban a la oficina, le informaron que sus padres estaban ya en las instalaciones.Cerrando sus ojos por varios minutos, sus pensamientos se remontaron a unos siete años atrás.Recordaba todo como si fuera ayer;“Ese día colocaba todo en orde
Mientras se acomodaba la corbata, Cherli le extendía varias carpetas ante él, tomando su pequeña libreta leía en ella.-Ya hice la reserva, ocho y media en punto, mesa siete…señor ya le informo al personal… recuerde que tiene esta tarde junta con el contador y la abogada nueva-.- ¿Y quién cambió la anterior? -.-Pasó su renuncia, recuerda que hubo cierto rumor…ella hizo algunos comentarios con varios empleados…. Se aclaró la garganta -. pues renunció…no fue justo…solo porque se enamoró-.- ¿Injusto? Hacer comentarios con Roy Bolton de contratos de la empresa y míos es motivo suficiente, si estaba o no enamorada es algo que es irrelevante para mí-.-Si señor, para usted todo es irrelevante-.Cristian se acercaba a ella mirándole fijamente.-No es apropiado tu comentario, además creo que tienes mucho que hacer, tráeme un té de menta-.-Bien señor-. Replicaba cada silaba abandonaba la oficina y Cristian buscaba en su teléfono el número de Cliff, quería tener los datos exactos sobre el
El reloj marcaba en punto las ocho y diez, el auto aguardaba a la señorita Carlota San Martin, cabello rubio a los hombros, ojos verdes, alta y esbelta, elegante, una mujer despampanante, al abrir la puerta del auto el conductor de Cristian se percataba de su hermosura, Yeri le extendía la mano con cortesía.-Buenas noches señorita Carlota-.-Gracias-. Tomaba asiento mirando al joven, se sorprendía de su porte, elegante, sobrio, caballeroso, atractivo, ojos que invitaban a perderse en ellos, si no fuera, por aquel detalle de ser solo un conductor hubiese aceptado una salida.Mientras el coche avanzaba por la amplia avenida, sus ojos le miraban, no podía ocultar aquella forma enigmática que producía curiosidad.- ¿Está todo bien señorita Carlota?-Si. Muchas gracias-.Su cabello castaño, y ese par de ojos café claro, eran imposibles de ignorar, se sintió algo incomoda, por unos instantes sus miradas se cruzaron, el rostro masculino era encantador, ella era hermosa.Llegaron al lugar y
Conducía rápido dejando a su personal de seguridad algo atrás, de lejos observó el lugar que Cherli le había enviado. Veía el taller.Se bajaba del auto y con su corbata en mano entraba en el taller.-Oh…pero si es usted en persona. Pensé que enviaría al señor Kril-.-Soy yo…bien vámonos, si tu auto no está pasamos en la tarde a buscarlo, te traeré hasta aquí-.- ¿Usted me traerá al taller? Creo que no se siente bien hoy, además dígame la verdad… ¿Pasó la noche muy feliz?-Preguntas cosas que no son de tu prioridad, mejor dime que tienes la agenda, tengo varias reuniones y llegaré tarde por su culpa-.- ¿Mi culpa? Oiga es usted bastante desconsiderado…no tengo un coche como esos que usted suele presumir, y mi presupuesto no es millonario-. Murmuraba en voz baja lo odioso que era en ocasiones.- ¿Que dijo? En aquel momento abría la puerta del automóvil.-Dije…que rollo, por lo del auto…-.Ella le miró por algunos segundos, jamás la veía. Ella era una heroína solitaria podía decirse, un
Cherli se limpiaba el vestido y sus zapatos.-Perdón, pero usted estaba atravesado en la puerta, a quien se le ocurre colocarse justo en la puerta por donde debo entrar-.Él tomaba una toalla colocándola en sus manos.Ella le agradeció el gesto. Por suerte no se había quemado ya que no estaba excesivamente caliente.-Le repondré el té ahora mismo-. Al intentar salir del baño a tiempo, volvían a tropezarse.-Creo que es algo natural tuyo, caerte, resbalarte, tropezarte-.-Y el suyo halarme siempre del brazo-.Sus miradas se decían todo, ella con una molestia absoluta, los ojos de Cristian fríos, pero su boca atractiva.Cristian colocaba su brazo sobre la puerta lo cual no le dejaba lugar a poder moverse en ninguna dirección, él era más alto que ella.-Te gusta tropezarte en ellos, siempre te están sosteniendo-.Acercaba su rostro a ella…a centímetros de su boca, se quedaba sin aliento, cerró los ojos, quizás le besaría.- ¿Te sientes bien? -. Él le susurraba a su oído. Ella reaccionab
La colección fue totalmente bien recibida, los críticos estuvieron de acuerdo en decir que los detalles en todas las piezas tenían una delicadeza, calidad, y precios realmente llamativos, haciéndole competitiva a la vez, no era de desconocer que Valdivia la otra gran empresa se enfrentaría a un gran reto.Cristian tomaba lugar en la mesa con sus padres quienes invitaban a la señorita Carla Belfort que los acompañase.-Es un gusto, muchas gracias-.-Que hermoso vestido te ves hermosa-. Ann le sonreía mientras brindaba con ella.-Oh, señora Lee, aquí la verdadera belleza es usted-.-Pamplinas…eres joven, hermosa, culta, conocemos tu familia, me encantaría que fueras la novia de nuestro hijo, estás aprobada cariño-.-Así es…creo que las dos familias estrecharían vínculos aún más fuertes-.Cristian miró a su madre con aquellos ojos que mostraban una pequeña molestia, pero trató de disimular, muchos ojos les observaban, además faltaba poco para dar por terminada aquella fastuosa reunión. E
La luz del amanecer irradiaba poco a poco, el señor Kril le había traído un paquete, jean, camisa, zapatos, bolso, y lo que ella le había solicitado, ¿Cristian poseía acaso alguna bodega con disponibilidad las veinticuatro horas del día? Era un riquillo que todo lo había poseído en su vida, ¿Que sabía de necesidad, hambre y zapatos rotos? Nada.Se vestía a prisa y bajaba al desayuno, Caleb pasaría por ella para llevarle a la empresa. Era considerado en el fondo, podía significar que tenía corazón. Porque Cristian Crawford, por instantes era seco, parco y extraño…bastante extraño.Caleb tomaba su café esa mañana y estaba a punto de irse cuando Cristian le preguntaba cómo estaba el auto de Cherli.-Es un fiasco-. Se reía.-Entonces llévalo con Samuel, lo dejará como nuevo-.-Hoy tendrá problemas graves en su casa, por lo que vi su madre es una tirana-.-Yo la llevaré, debo reconocer que anoche fue para ella un reto ir al lanzamiento-.En aquel momento el teléfono de Caleb sonaba, era Ca
Cristian miraba los planos que Cliff extendía ante la amplia mesa, revisaba todo detalladamente. Casi todos los empleados se habían ido a un evento que la empresa realizaba para todos.Llamaba a Cherli para que salieran inmediatamente con él.-Toma tus cosas almorzaremos por fuera, iremos a ver la cerámica, necesito ir a la obra, y de paso compraremos dotación para el nuevo personal-.-Es una agenda apretada-.-Todos los días son así ¿Cuál es la diferencia? -.-No lo sé señor…voy por mis cosas-. Salían de su despacho y ella tomaba las cosas, Cristian buscaba su abrigo. Apresuró a Cherli y a toda prisa bajaban las escaleras.-Señor…-.Él se detuvo en seco frente a ella.-Tengo prisa-. La miró seco.-Hay ascensor-.-Hay alguien que no deseo atender, así que seguiremos por escaleras-.-Ni modo-. Seguían bajando a prisa, ella tropezaba ante lo cual Cristian la tomaba de la cintura evitando que resbalara.Ella le miró con algo de nerviosismo.- ¿Quieres un beso? -. Cristian le preguntaba e