El reloj marcaba en punto las ocho y diez, el auto aguardaba a la señorita Carlota San Martin, cabello rubio a los hombros, ojos verdes, alta y esbelta, elegante, una mujer despampanante, al abrir la puerta del auto el conductor de Cristian se percataba de su hermosura, Yeri le extendía la mano con cortesía.
-Buenas noches señorita Carlota-.
-Gracias-. Tomaba asiento mirando al joven, se sorprendía de su porte, elegante, sobrio, caballeroso, atractivo, ojos que invitaban a perderse en ellos, si no fuera, por aquel detalle de ser solo un conductor hubiese aceptado una salida.
Mientras el coche avanzaba por la amplia avenida, sus ojos le miraban, no podía ocultar aquella forma enigmática que producía curiosidad.
- ¿Está todo bien señorita Carlota?
-Si. Muchas gracias-.
Su cabello castaño, y ese par de ojos café claro, eran imposibles de ignorar, se sintió algo incomoda, por unos instantes sus miradas se cruzaron, el rostro masculino era encantador, ella era hermosa.
Llegaron al lugar y muy cortésmente le abría la puerta, extendía su mano para que el la tomara.
- ¿Cómo te llamas? -.
-Caleb Blazquez-.
- ¿Y qué significa? -.
-Si desea el significado que tuvo mi madre para colocarme ese nombre se lo diré con gusto-.
- ¿Y es el mismo significado para usted? -.
-Si, lo tengo claro-.
-Caleb se menciona en la biblia, miembro de la tribu de Judá. Uno de los doce exploradores o espías, enviados por Moisés a reconocer la tierra de Canaán, partió de Egipto a la tierra prometida-.
-Exacto-.
-Entonces es un valiente, no se da por vencido nunca, interesante-.
Y dicho esto avanzaba al interior del restaurante. Caleb le miró por varios segundos.
-Que arrogante…eso lo tengo claro-. El teléfono repicaba.
-Si señora, puedo ir a llevarle lo que me solicita, no habrá problema, estarán unas dos horas aquí, tiempo suficiente para su encargo-.
Colocaba el auto en movimiento, un pedido de la abuela era imposible negárselo, y más si eran algunos dulces golosos.
Cristian se colocaba de pie para saludar a Carlota e invitarla a tomar una copa. Ella le miró con curiosidad, era un hombre que arrancaba suspiros, elegante, siempre impecable, todo un caballero, un príncipe de esos de novela.
-El joven que pasó por mí, ¿Es tu conductor personal? -.
-No solo es mi conductor, es un amigo, además es alguien con deseos de superación, estudia, es algo que aprecio de él, además podría ser más adelante un valioso colaborador-.
-Asombroso. Todo tu personal es así de entusiasta-.
-La mayoría-.
-Bien, a lo que venimos…este es el proyecto, me gustaría que te encargues, si notas es algo muy ambicioso, papá tiene unos terrenos importantes, pensé primero en un edificio con oficinas y departamentos, pero me inclino más que sean departamentos, algunos locales en primera planta, oficinas, la ubicación es exclusiva, pero se que tendrás ideas muy llamativas-.
-Déjame ver, serian departamentos con espacios acogedores, ya sabes la tendencia que viene será más ecológica y con aprovechamiento de espacios abiertos eso será fundamental, uso de materiales naturales, líneas sencillas, y por supuesto la decoración que incite a la relajación, no debería ser tan inmensos, pero si cómodos-.
-Tu departamento es toda una maravilla-.
-Si, pero ahora me inclino más por una casa, deseo un jardín amplio, como te había comentado los espacios verdes son necesarios, para mí es algo fundamental-.
-Entonces, tomarás el proyecto-.
-Mañana iré a ver la zona-.
-Ahora podemos ordenar tranquilamente-.
-Tengo una idea en mente, me mudaré de casa de mis padres, pero quiero algo no tan grande y llamativo, algo acogedor, buena luz, y creo que apostaré por un jardín…es relajante-.
-Tengo algo en mente que te gustará-.
-Me envías mañana mismo fotos del lugar… ¿Qué te parece? -.
-Bien lo revisaré. Estoy con muchas cosas pendientes, pero me haré el espacio, estamos terminado la torre Palace, ahora tomaré la obra del museo de arte e historia en Italia, tengo el proyecto sobre el escritorio, y la construcción de un proyecto de viviendas, bajo costo para que sean accesibles, materiales de primera, será un complejo de tres edificios de cinco pisos, colegio, tiendas, y setenta viviendas, es algo que quería realizar hace tiempo-.
-Eres obsesionado con el trabajo Cristian-.
-Lo soy y lo reconozco-.
La cena llegaba a la mesa en aquel instante, el vino era descorchado.
-Oh… todo luce exquisito-.
-Si, es un lugar muy laureado por los críticos-.
En aquel momento veía la chef venir a su mesa directamente.
-Buenas noches es un gusto su visita en nuestro restaurant, hoy nos visitó su abuela, fue un inmenso gusto volver a verle-.
- ¿Mi abuela viene aquí a menudo? Eso sí que asombroso-.
-Siempre que está en la ciudad nos visita-.
-Gracias, entonces será un lugar en mi lista-.
-Bien el postre especial de esta noche, cortesía de la casa-.
-Gracias-. Los ojos de Carla miraron a Cristian por algunos segundos.
-Con permiso, disfruten la cena-.
Cristian le dio las gracias, y prosiguió con su cena.
Desde la barra Carla le miraba sin poder dejar de quitar sus ojos, la abuela se había quedado corta al elogiar a su nieto.
-Es atractivo, seductor, inteligente, irresistible, de buena familia…me encanta y puedo conquistarle-.
- ¿Cristian Crawford fácil de conquistar? La chica de la barra le miró con curiosidad.
- ¿Porque no podría ser? Soy del total agrado de su abuela, ella tiene gran influencia en Cristian, es amiga de mis padres, soy bella, talentosa, rica, nuestras familias se conocen, nunca le había visto personalmente, no suele ir mucho a reuniones y esas cosas, pero sería fantástico que tuviéramos una relación-.
-No se le conoce alguna relación, es muy reservado, creo que la exposición no le gusta-.
-Es un reto, me encantan los retos-.
Entraba en la cocina para agilizar varios pedidos, en su mente solo estaba aquella imagen de Cristian, el guapo, atractivo y sexy Cristian.
Una semana llena de actividades y trabajo llenó su agenda, la abuela le había insistido en verse para almorzar, estuvo en casa de sus padres una que otra noche. La señorita Carlota estaba aún en la ciudad, ese día le había solicitado por favor si podía enviar a Caleb, ella pagaría los honorarios por su tiempo, necesitaba hacer varias cosas. Además, quería alguien de confianza. Él no se negó y muy amablemente le solicitó a Caleb que por favor le ayudara en todo lo que ella necesitara.
Caleb llegaba en punto ocho de la mañana por la señorita Carlota, ella le hizo pasar al interior, le invitaba a desayunar.
-Buenos días señorita, gracias-.
-Puede sentarse con total confianza-.
-No se vería bien, puede llegar alguien de su familia…-.
-No están mis padres, salieron esta mañana al aeropuerto, podemos platicar a gusto-.
-No lo encuentro apropiado, muchas gracias por el café, la espero en el auto-.
Carlota se apresuró para tomarle la mano.
-Por favor, no te vayas, traeré mi bolso-.
Carlota se dirigió a tomar su bolso, al cabo de unos minutos regresaba, se miraron por unos pequeños instantes.
El corazón de Carlota iba veloz, Caleb se sentía nervioso.
-Bien vámonos señorita Carlota-.
-Dime Carlota solamente, señorita es solo algo protocolario, no soy ninguna diva-.
-Pero…creo que-.
-Creo que es perfecto Caleb-.
-Señori…Carlota, ¿Podemos irnos? -. Carlota y el caminaron hacia el jardín, la brisa era fresca, los ojos de Carlota ese día estaban iluminados, le gustaba Caleb y estaba segura que ella le gustaba, pero había esa barrera invisible entre los dos.
En el interior del auto y mientras avanzaban Cristian le llamaba, ella le dijo que todo estaba bien, además estaría comprando los azulejos de los baños, la cocina, necesitaba que se encontraran en la propiedad, cuanto antes quería tener su propio espacio.
-Haré una fiesta, estás invitado y trae alguna compañía femenina Cris, no creo que no conozcas a nadie, en especial tú, chico sexy-.
-Estaré ahí te lo prometo-.
-Bien, te robaré al conductor todo el día, así que tendrás que arreglártelas tu solo, tu asistente puede conducir, es buena al volante, así que no estás desprotegido-.
-Mi asistente…bien no hay problema, Caleb te llevará donde gustes-.
-Te enviaré la ubicación cuando esté ahí-.
Se despedían, Carlota le comentaba sobre la propiedad que Cristian remodelaría totalmente.
-Espero que vengas a la fiesta-.
-Si no tengo algún asunto, con gusto-.
Qué asunto sería ese, le intrigaba, pero no quiso preguntar nada más al respecto, era muy visible que él la evitaba.
Esa mañana había citado a Cherli un poco más temprano de lo acostumbrado, un mensaje en su teléfono le intentó descomponer su día.
- ¿Qué quieres decir con llegaré tarde? -.
-Señor, llegaré quizás media hora tarde-.
-Y cuál es el motivo-.
-Mi auto se descompuso, pero ya estoy en el taller, estoy esperando que el mecánico termine-.
-Yo pasaré por ti, debo ir a ver la obra del Palace, así que dime donde estás-.
-En serio señor…se tomará el tiempo de venir donde estoy…-.
-Dame la ubicación-.
-Ya se la envié, no hay por qué perderse-.
- ¿Porque crees que me perderé? -.
-Bueno no vivo en un barrio tan rico y lujoso como usted, es un barrio normal, aquí lo espero-.
-Ya voy saliendo-.
Cristian tenía un departamento en Back Bay, una exclusiva zona residencial, poseía un piso completo, grandes ventanales, muebles en tono blanco, azul y ocre, tenía un gusto exigente que se veía reflejado en su hogar, cada detalle había sido escogido por él.
Tomaba la corbata y a prisa salia del lugar.
El señor Kril lo esperaba.
-Me iré en mi auto, lo espero en la oficina-.
-Señor lo lamento, pero debo seguirle, lo haremos con discreción no se preocupe-.
-Bien, si no queda de otra-. Entrando en el ascensor consultaba su reloj, Cherli estaba esperándole.
Conducía rápido dejando a su personal de seguridad algo atrás, de lejos observó el lugar que Cherli le había enviado. Veía el taller.Se bajaba del auto y con su corbata en mano entraba en el taller.-Oh…pero si es usted en persona. Pensé que enviaría al señor Kril-.-Soy yo…bien vámonos, si tu auto no está pasamos en la tarde a buscarlo, te traeré hasta aquí-.- ¿Usted me traerá al taller? Creo que no se siente bien hoy, además dígame la verdad… ¿Pasó la noche muy feliz?-Preguntas cosas que no son de tu prioridad, mejor dime que tienes la agenda, tengo varias reuniones y llegaré tarde por su culpa-.- ¿Mi culpa? Oiga es usted bastante desconsiderado…no tengo un coche como esos que usted suele presumir, y mi presupuesto no es millonario-. Murmuraba en voz baja lo odioso que era en ocasiones.- ¿Que dijo? En aquel momento abría la puerta del automóvil.-Dije…que rollo, por lo del auto…-.Ella le miró por algunos segundos, jamás la veía. Ella era una heroína solitaria podía decirse, un
Cherli se limpiaba el vestido y sus zapatos.-Perdón, pero usted estaba atravesado en la puerta, a quien se le ocurre colocarse justo en la puerta por donde debo entrar-.Él tomaba una toalla colocándola en sus manos.Ella le agradeció el gesto. Por suerte no se había quemado ya que no estaba excesivamente caliente.-Le repondré el té ahora mismo-. Al intentar salir del baño a tiempo, volvían a tropezarse.-Creo que es algo natural tuyo, caerte, resbalarte, tropezarte-.-Y el suyo halarme siempre del brazo-.Sus miradas se decían todo, ella con una molestia absoluta, los ojos de Cristian fríos, pero su boca atractiva.Cristian colocaba su brazo sobre la puerta lo cual no le dejaba lugar a poder moverse en ninguna dirección, él era más alto que ella.-Te gusta tropezarte en ellos, siempre te están sosteniendo-.Acercaba su rostro a ella…a centímetros de su boca, se quedaba sin aliento, cerró los ojos, quizás le besaría.- ¿Te sientes bien? -. Él le susurraba a su oído. Ella reaccionab
La colección fue totalmente bien recibida, los críticos estuvieron de acuerdo en decir que los detalles en todas las piezas tenían una delicadeza, calidad, y precios realmente llamativos, haciéndole competitiva a la vez, no era de desconocer que Valdivia la otra gran empresa se enfrentaría a un gran reto.Cristian tomaba lugar en la mesa con sus padres quienes invitaban a la señorita Carla Belfort que los acompañase.-Es un gusto, muchas gracias-.-Que hermoso vestido te ves hermosa-. Ann le sonreía mientras brindaba con ella.-Oh, señora Lee, aquí la verdadera belleza es usted-.-Pamplinas…eres joven, hermosa, culta, conocemos tu familia, me encantaría que fueras la novia de nuestro hijo, estás aprobada cariño-.-Así es…creo que las dos familias estrecharían vínculos aún más fuertes-.Cristian miró a su madre con aquellos ojos que mostraban una pequeña molestia, pero trató de disimular, muchos ojos les observaban, además faltaba poco para dar por terminada aquella fastuosa reunión. E
La luz del amanecer irradiaba poco a poco, el señor Kril le había traído un paquete, jean, camisa, zapatos, bolso, y lo que ella le había solicitado, ¿Cristian poseía acaso alguna bodega con disponibilidad las veinticuatro horas del día? Era un riquillo que todo lo había poseído en su vida, ¿Que sabía de necesidad, hambre y zapatos rotos? Nada.Se vestía a prisa y bajaba al desayuno, Caleb pasaría por ella para llevarle a la empresa. Era considerado en el fondo, podía significar que tenía corazón. Porque Cristian Crawford, por instantes era seco, parco y extraño…bastante extraño.Caleb tomaba su café esa mañana y estaba a punto de irse cuando Cristian le preguntaba cómo estaba el auto de Cherli.-Es un fiasco-. Se reía.-Entonces llévalo con Samuel, lo dejará como nuevo-.-Hoy tendrá problemas graves en su casa, por lo que vi su madre es una tirana-.-Yo la llevaré, debo reconocer que anoche fue para ella un reto ir al lanzamiento-.En aquel momento el teléfono de Caleb sonaba, era Ca
Cristian miraba los planos que Cliff extendía ante la amplia mesa, revisaba todo detalladamente. Casi todos los empleados se habían ido a un evento que la empresa realizaba para todos.Llamaba a Cherli para que salieran inmediatamente con él.-Toma tus cosas almorzaremos por fuera, iremos a ver la cerámica, necesito ir a la obra, y de paso compraremos dotación para el nuevo personal-.-Es una agenda apretada-.-Todos los días son así ¿Cuál es la diferencia? -.-No lo sé señor…voy por mis cosas-. Salían de su despacho y ella tomaba las cosas, Cristian buscaba su abrigo. Apresuró a Cherli y a toda prisa bajaban las escaleras.-Señor…-.Él se detuvo en seco frente a ella.-Tengo prisa-. La miró seco.-Hay ascensor-.-Hay alguien que no deseo atender, así que seguiremos por escaleras-.-Ni modo-. Seguían bajando a prisa, ella tropezaba ante lo cual Cristian la tomaba de la cintura evitando que resbalara.Ella le miró con algo de nerviosismo.- ¿Quieres un beso? -. Cristian le preguntaba e
Ya todos reunidos en la cocina abrían los paquetes, pollo frito y ensalada, eso sí el postre que no debía faltar. Cristian miró a Cherli, y ella comprendió que era mejor que colocara una jarra para el té.-El té será de lo que exista en esta cocina-.-Menos de flores, no me gustan en té-. Las risas se dejaron escuchar, Cristian les contaba de la idea de Cherli de lanzarse del balcón desesperada por aquel inoportuno encierro, cuando quería era original.Todos reían, Cherli les contó que él estaba a punto de desmayarse, pero la llegada de Caleb fue oportuna.La campanilla sonó en la mansión de los Crawford, Carla había llegado cuarenta minutos de anticipación sugeridos por la madre de Cris, se saludaron y se dirigieron a la terraza principal, charlarían un poco antes de la cena.La abuela miraba a Carla detenidamente, era hermosa, inteligente, muy sagaz, así le parecía que se veía, astuta, seguro que haría de todo por lanzar la soga sobre su nieto, el detalle es que la chica le gustara,
La noche terminaba y todos estaban a punto de quedarse dormidos, en una habitación en el más profundo silencio los sollozos apagados de Ann Lee dejaban paso a lágrimas, apretaba contra su pecho su mano, porque sentía que la respiración le faltaba, era lo único que le quedaba, respirar y seguir viviendo cada día.Mientras Derek después de su madre pasar por la habitación de ellos, les deseaba un feliz descanso, esperó varios minutos que ya no estuviera por los pasillos, se despedía de Ann y cerraba la puerta, en su habitación él se tomaba unos tragos, total nadie lo veía y podía de la misma manera darles rienda suelta a sus emociones. Mirando la foto del centro de mesa, lloró desconsoladamente. Y con aquella cajita de música, se quedaba dormido, aliviando así sus penas.Cliff y Jeremy se acostaron en cuanto Cristian llegaba, hablaron de la cena, lo aburrido que resultó para él, pero sentía que Carla no era alguien que entendiera que no tenia deseos de salir con ella, era bella, pero no
Se acomodaba su cabello e ingresaba al lugar, era un derroche de lujo, sería un rato bastante desagradable.-Para ti, hemos reservado aquella mesa, justo ahí en la ventana, sé que eres su ayudante…-.-Soy asistente de presidencia-.-Bueno colaboradora, ayudante, puedes sentarte allí, y puedes ordenar lo que gustes, como comprenderás no es un almuerzo de negocios, es personal e íntimo-.-Disfruta el panorama cariño-. Se alejaba a la mesa en cuestión, Carla le miraba algo desconcertada, ¿Que sería eso de disfrutar el panorama?Cherli contuvo la risa, claro que admiraría el panorama, Cristian con sus ojos hermosos, pero fríos, sin nada que expresar, era como una pintura donde todo era confuso.Carla Belfort no pensaba darse por vencida, almorzaron en uno de los salones especiales que había en el lugar, era un sitio cálido, con música, flores, ventanas amplias y privacidad. Los platos resultaron una delicia para el delicado paladar exigente de Cristian quien se cuidaba en su alimentación,