Conducía rápido dejando a su personal de seguridad algo atrás, de lejos observó el lugar que Cherli le había enviado. Veía el taller.
Se bajaba del auto y con su corbata en mano entraba en el taller.
-Oh…pero si es usted en persona. Pensé que enviaría al señor Kril-.
-Soy yo…bien vámonos, si tu auto no está pasamos en la tarde a buscarlo, te traeré hasta aquí-.
- ¿Usted me traerá al taller? Creo que no se siente bien hoy, además dígame la verdad… ¿Pasó la noche muy feliz?
-Preguntas cosas que no son de tu prioridad, mejor dime que tienes la agenda, tengo varias reuniones y llegaré tarde por su culpa-.
- ¿Mi culpa? Oiga es usted bastante desconsiderado…no tengo un coche como esos que usted suele presumir, y mi presupuesto no es millonario-. Murmuraba en voz baja lo odioso que era en ocasiones.
- ¿Que dijo? En aquel momento abría la puerta del automóvil.
-Dije…que rollo, por lo del auto…-.
Ella le miró por algunos segundos, jamás la veía. Ella era una heroína solitaria podía decirse, una simple asistente secretaria.
-Dime que juntas tengo, y por favor mañana vente bien arreglada, iremos a casa de Carlota San Martin-.
-Usted me llevará? -.
-Si, donde yo vaya quiero que estés-.
Sus ojos se iluminaron por minutos. El le miraba con suspicacia.
-Quiero que estés para que apuntes todo lo que vamos acordar-.
-Claro…-.
- ¿Qué pensabas? -.
-Nada señor, solo pensaba en té y café-. Suspiraba mirando por la ventana el paisaje.
Cristian le miró por segundos nada más. Se reía para sus adentros.
El teléfono de Cherli repicaba sin cesar, ella miró por un costado de su bolso, decidió ignorar la llamada.
-Contesta… ¿O vas ignorarlo? Me molesta ese timbre, quizás tu novio no pudo verte anoche, y está llamando para reclamarte, ¡contesta ya! -.
-Que gracioso que está hoy jefe, es mi madre, no creo que me esté llamando para decirme que me extraña mucho, seguro es para decirme algo de la casa, el auto anoche se varó y llegué tarde, creyó que estaba con alguien…yo soy chapada a la antigua, vivo en la segunda planta de su casa, es un departamento pequeño, pronto me mudaré así no estará pendiente de todo lo que hago-. Cerraba sus ojos, colocaba el teléfono en silencio.
- ¿Chapada a la antigua? Explícame ese término-.
-Quiere que salga con alguien que sea serio, formal, aprobado por ella y la abuela…eso es todo, y que me cuide-.
-Que te cuides…interesante, es bueno que te cuides, estoy de acuerdo, aunque si estás enamorada habrá besos y caricias que te pueden colocar en peligro tu castidad-. Ella se ruborizaba.
- ¿Quiere acaso sacarme una confesión? Solo tuve un novio, duramos siete años, creo que al final le gustó una de mis amigas, y se largó con ella, ¿Y usted tuvo un gran amor también? -.
- ¿Sigues enamorada de quien se fue con tu amiga?
-No, ya no, eso fue hace tiempo, muchos años atrás-.
Cristian se reía a carcajadas, casta y pura, le hizo pensar en mil cosas, aunque todas divertidas.
-No le veo la risa por ninguna parte señor presidente-.
Frenaba en seco, Cherli del susto, se aferró a su brazo.
-Perdón…fueron los nervios, ¿Porque conduce tan mal? -.
-Conduzco perfectamente, tu eres miedosa-.
Él le abría la puerta, la obra estaba en términos generales avanzada mucho más de lo que había esperado.
En aquel momento se reunía con varios maestros de la obra para colocarse al corriente de lo que restaba. El ingeniero de la obra se acercaba. Necesitaban varios materiales para los acabados.
Le notificaron de la oficina, que esa noche había un lanzamiento de Correlle, una corporación que se dedicaba a la fabricación de materiales para las grandes compañías, toda la familia estaría presente, y él no podía faltar.
Llamaba a su madre en aquel mismo instante.
-Mamá sabes que odio este tipo de reuniones-.
-Te recuerdo que como presidente de Crawford Company es tu deber, es un cóctel, su nueva línea ha sido lanzada, podrías requerir algunos elementos de interiores, materiales importados, en fin, cuento con tu asistencia, la señorita Carlota estará, y creo que Carla Belfort asistirá, es una hermosa jovencita-.
-Si, es una hermosa mujer, aun así, madre no tengo deseos de ir-.
-Cristian te espero en punto a las nueve, no faltes-.
Se paseaba de un lado a otro con su teléfono en mano, Cherli caminaba hacia él con varias carpetas en mano.
-Señor las carpetas para cuentas, y…por aquí tengo…oh, creo que perdí mi libreta personal-.
-Cherli…debes ir esta noche a un evento de Correlle-.
-No tengo tiempo para fiestas, recepciones y lanzamientos, además le corresponde a usted, es el presidente de la compañía. no yo-.
-Pero eres mi asistente…te puedes ir después de cinco y te espero aquí-
Le extendía la tarjeta.
-No tengo vestidos lujosos señor, ¿O quiere que asista con esta ropa? -.
Un vestido rojo en capas a media pierna era su atuendo ese día.
-Ven-. Le tomaba la mano para que ella subiera al auto, Cherli se quedaba sorprendida.
En el camino hizo varias llamadas, tomó notas, e hizo cita para el almuerzo.
Llegaban a una gran tienda, Cristian ingresaba al momento que tres vendedoras se acercaban a saludarle.
-Buenos días señor Cristian, que gusto tenerle en nuestras tiendas-.
. Buen día, gracias…deseo ver algunas prendas-.
- ¿Busca algo en específico? -.
-Cherli…ven-.
Caminaron por los roperos admirando varios vestidos, en aquel momento Carla ingresaba en la misma tienda.
-Oh…que sorpresa, nada más y nada menos Cristian… ¿Como estás? -.
-Hola Carla, sí que es una sorpresa-. Cherli se estaba midiendo un vestido en aquel instante.
- ¿De compras? -.
-Si, buen día para compras-.
Cristian se dirigió hacia donde estaba Cherli que en aquel momento le enseñaba el vestido.
-No…el siguiente-.
Y así se probó varios vestidos, algunos le hacían gracia a Cristian, otros le parecían demasiados oscuros, demasiado gris, o demasiado rosa, hasta que Cherli salió del probador con un vestido rojo, le quedaba perfecto.
La chica empacaba el vestido, un par de zapatillas, bolso de mano, estaba completada la compra.
En aquel momento Cristian para evitar cruzarse con Carla, tomaba a Cherli de la mano y se iba por otra salida.
Llegaron al ascensor con los paquetes en manos, en minutos ya estaban en el estacionamiento.
Cherli pisaba una pequeña mancha de aceite y perdía el control, Cristian reaccionaba de inmediato tomándole del brazo para halarla hacia él. Los paquetes caían al piso, pero la reacción rápida de él le sostuvo.
Sus labios se juntaron en un momento. Ella miraba sus ojos hermosos, profundos, sus labios irreverentes, Cristian sonreía. la soltaba en seco.
-Ten más cuidado, tus zapatos tienden a ser resbaladizos-.
-Gracias, un poco resbaladizos-.
Cristian conducía mientras miraba sitios donde almorzar…veía un lugar agradable y decidió que sería el lugar ideal.
Ingresaron y buscaron donde tomar lugar, inmediatamente una chica les recibía, y entregaba la carta.
- ¿Qué deseas? -.
-Pediré pasta-.
-Yo verduras, pescado, porción de arroz blanco-.
Ella le miraba por instantes, sus labios le habían rozado, unos cálidos, tiernos y hermosos labios.
- ¿Quieres que te de otro beso? -.
- Uh…que arrogante-.
-Pensé que querías un beso, no dejas de mirarme-.
-Estaba mirando otra cosa, no su boca-.
-Entonces mejor centra tu atención en tu pasta que ya viene, esta noche quiero que mires todos los detalles de la exposición, no mi boca-.
Cherli le miraba con expresión de parecerle demasiado vanidoso.
Almorzaron hablando de otros temas en general. Salieron con rumbo a la oficina.
Carlota solicitaba la carta en aquel instante, Caleb ordenaba algo sencillo. Ella le miró algo desconcertada.
-Puedes pedir lo que gustes-.
-Así esta bien, preparo mis alimentos, hoy mi menú está imperdible-.
-Tendrías que invitarme, un crítico siempre es oportuno-.
-Quizás en algún momento le invite a degustar algo de mi cocina-.
-Y… ¿Sales con alguien? Digo…debe deleitarse con tu cocina-.
-Es una chica cercana a casa, hemos salido algún par de veces-.
-Que bien, vecina cercana-.
-Pienso lo mismo-.
Carlota se quedó con un pequeño sinsabor, salia con alguna chica, era mejor no pensar en él.
Almorzaron mientras ella le platicaba de algunas cosas triviales, Caleb le miró sus ojos, era hermosa pero rica, sus mundos no eran ni parecidos.
Cuando salieron del lugar, fueron por un helado, una cortesía de Caleb, al llegar al estacionamiento abrió la puerta, se miraron por segundos. El silencio reinó durante el trayecto del camino.
Llamaba a Cristian para informarle que iban en camino en media hora estaría en el lugar.
Cristian salia de su oficina en dirección al escritorio de Cherli, le preguntó que tenían para esa tarde.
-Tendrá reunión con el contador, hay programados varios pagos, debe firmar los cheques, y una reunión con el arquitecto-.
-Pasa todo para mañana, te firmaré los cheques ahora mismo, ven a mi oficina, llévame un té…ya sabes de cual-.
Cherli miraba su reloj, eran las tres de la tarde y debía darse prisa. Tomaba la taza y caminaba rumbo a la oficina, al ingresar se tropezaron justo en la puerta, el té caía al suelo salpicando un poco su vestido. El volvía a sostenerla.
-Lo haces intencionalmente…-. Tomó su pañuelo para limpiarse, le tomaba del brazo para conducirla hasta el tocador del baño de su oficina.
Cherli se limpiaba el vestido y sus zapatos.-Perdón, pero usted estaba atravesado en la puerta, a quien se le ocurre colocarse justo en la puerta por donde debo entrar-.Él tomaba una toalla colocándola en sus manos.Ella le agradeció el gesto. Por suerte no se había quemado ya que no estaba excesivamente caliente.-Le repondré el té ahora mismo-. Al intentar salir del baño a tiempo, volvían a tropezarse.-Creo que es algo natural tuyo, caerte, resbalarte, tropezarte-.-Y el suyo halarme siempre del brazo-.Sus miradas se decían todo, ella con una molestia absoluta, los ojos de Cristian fríos, pero su boca atractiva.Cristian colocaba su brazo sobre la puerta lo cual no le dejaba lugar a poder moverse en ninguna dirección, él era más alto que ella.-Te gusta tropezarte en ellos, siempre te están sosteniendo-.Acercaba su rostro a ella…a centímetros de su boca, se quedaba sin aliento, cerró los ojos, quizás le besaría.- ¿Te sientes bien? -. Él le susurraba a su oído. Ella reaccionab
La colección fue totalmente bien recibida, los críticos estuvieron de acuerdo en decir que los detalles en todas las piezas tenían una delicadeza, calidad, y precios realmente llamativos, haciéndole competitiva a la vez, no era de desconocer que Valdivia la otra gran empresa se enfrentaría a un gran reto.Cristian tomaba lugar en la mesa con sus padres quienes invitaban a la señorita Carla Belfort que los acompañase.-Es un gusto, muchas gracias-.-Que hermoso vestido te ves hermosa-. Ann le sonreía mientras brindaba con ella.-Oh, señora Lee, aquí la verdadera belleza es usted-.-Pamplinas…eres joven, hermosa, culta, conocemos tu familia, me encantaría que fueras la novia de nuestro hijo, estás aprobada cariño-.-Así es…creo que las dos familias estrecharían vínculos aún más fuertes-.Cristian miró a su madre con aquellos ojos que mostraban una pequeña molestia, pero trató de disimular, muchos ojos les observaban, además faltaba poco para dar por terminada aquella fastuosa reunión. E
La luz del amanecer irradiaba poco a poco, el señor Kril le había traído un paquete, jean, camisa, zapatos, bolso, y lo que ella le había solicitado, ¿Cristian poseía acaso alguna bodega con disponibilidad las veinticuatro horas del día? Era un riquillo que todo lo había poseído en su vida, ¿Que sabía de necesidad, hambre y zapatos rotos? Nada.Se vestía a prisa y bajaba al desayuno, Caleb pasaría por ella para llevarle a la empresa. Era considerado en el fondo, podía significar que tenía corazón. Porque Cristian Crawford, por instantes era seco, parco y extraño…bastante extraño.Caleb tomaba su café esa mañana y estaba a punto de irse cuando Cristian le preguntaba cómo estaba el auto de Cherli.-Es un fiasco-. Se reía.-Entonces llévalo con Samuel, lo dejará como nuevo-.-Hoy tendrá problemas graves en su casa, por lo que vi su madre es una tirana-.-Yo la llevaré, debo reconocer que anoche fue para ella un reto ir al lanzamiento-.En aquel momento el teléfono de Caleb sonaba, era Ca
Cristian miraba los planos que Cliff extendía ante la amplia mesa, revisaba todo detalladamente. Casi todos los empleados se habían ido a un evento que la empresa realizaba para todos.Llamaba a Cherli para que salieran inmediatamente con él.-Toma tus cosas almorzaremos por fuera, iremos a ver la cerámica, necesito ir a la obra, y de paso compraremos dotación para el nuevo personal-.-Es una agenda apretada-.-Todos los días son así ¿Cuál es la diferencia? -.-No lo sé señor…voy por mis cosas-. Salían de su despacho y ella tomaba las cosas, Cristian buscaba su abrigo. Apresuró a Cherli y a toda prisa bajaban las escaleras.-Señor…-.Él se detuvo en seco frente a ella.-Tengo prisa-. La miró seco.-Hay ascensor-.-Hay alguien que no deseo atender, así que seguiremos por escaleras-.-Ni modo-. Seguían bajando a prisa, ella tropezaba ante lo cual Cristian la tomaba de la cintura evitando que resbalara.Ella le miró con algo de nerviosismo.- ¿Quieres un beso? -. Cristian le preguntaba e
Ya todos reunidos en la cocina abrían los paquetes, pollo frito y ensalada, eso sí el postre que no debía faltar. Cristian miró a Cherli, y ella comprendió que era mejor que colocara una jarra para el té.-El té será de lo que exista en esta cocina-.-Menos de flores, no me gustan en té-. Las risas se dejaron escuchar, Cristian les contaba de la idea de Cherli de lanzarse del balcón desesperada por aquel inoportuno encierro, cuando quería era original.Todos reían, Cherli les contó que él estaba a punto de desmayarse, pero la llegada de Caleb fue oportuna.La campanilla sonó en la mansión de los Crawford, Carla había llegado cuarenta minutos de anticipación sugeridos por la madre de Cris, se saludaron y se dirigieron a la terraza principal, charlarían un poco antes de la cena.La abuela miraba a Carla detenidamente, era hermosa, inteligente, muy sagaz, así le parecía que se veía, astuta, seguro que haría de todo por lanzar la soga sobre su nieto, el detalle es que la chica le gustara,
La noche terminaba y todos estaban a punto de quedarse dormidos, en una habitación en el más profundo silencio los sollozos apagados de Ann Lee dejaban paso a lágrimas, apretaba contra su pecho su mano, porque sentía que la respiración le faltaba, era lo único que le quedaba, respirar y seguir viviendo cada día.Mientras Derek después de su madre pasar por la habitación de ellos, les deseaba un feliz descanso, esperó varios minutos que ya no estuviera por los pasillos, se despedía de Ann y cerraba la puerta, en su habitación él se tomaba unos tragos, total nadie lo veía y podía de la misma manera darles rienda suelta a sus emociones. Mirando la foto del centro de mesa, lloró desconsoladamente. Y con aquella cajita de música, se quedaba dormido, aliviando así sus penas.Cliff y Jeremy se acostaron en cuanto Cristian llegaba, hablaron de la cena, lo aburrido que resultó para él, pero sentía que Carla no era alguien que entendiera que no tenia deseos de salir con ella, era bella, pero no
Se acomodaba su cabello e ingresaba al lugar, era un derroche de lujo, sería un rato bastante desagradable.-Para ti, hemos reservado aquella mesa, justo ahí en la ventana, sé que eres su ayudante…-.-Soy asistente de presidencia-.-Bueno colaboradora, ayudante, puedes sentarte allí, y puedes ordenar lo que gustes, como comprenderás no es un almuerzo de negocios, es personal e íntimo-.-Disfruta el panorama cariño-. Se alejaba a la mesa en cuestión, Carla le miraba algo desconcertada, ¿Que sería eso de disfrutar el panorama?Cherli contuvo la risa, claro que admiraría el panorama, Cristian con sus ojos hermosos, pero fríos, sin nada que expresar, era como una pintura donde todo era confuso.Carla Belfort no pensaba darse por vencida, almorzaron en uno de los salones especiales que había en el lugar, era un sitio cálido, con música, flores, ventanas amplias y privacidad. Los platos resultaron una delicia para el delicado paladar exigente de Cristian quien se cuidaba en su alimentación,
Cristian llevaba varios días en los cuales iba y venía, estaba por pequeños cortos tiempos en la oficina, esos días Cherli llevó su almuerzo, ella podía tomarse la hora y media con tranquilidad fue agradable poder ver a la señora Lidie, pero para su sorpresa Cristian le había enviado un paquete completo de vitaminas, le decía en la nota que es lo que tomaría de noche, estaba algo pálida y le preocupaba que enfermara.Caleb le había ayudado con las vueltas de su pasaporte, se reía aquel día porque Caleb le dijo que definitivamente Cris no podía vivir sin ella, ante lo cual ella le dijo que sería por qué sabía hacer perfectamente un nudo de corbata, además de conocerle sus gustos. En especial conocer como clasificarle las hojas del té.En la tarde a las cuatro iría a Correlle, debía revisar que no faltara nada para el despacho a las bodegas de la empresa. Además, Cristian le llamó para pedirle su opinión, que le quedaría mejor, una corbata azul, o el gris plomo, tenía una cita.Cherli t