Mientras se acomodaba la corbata, Cherli le extendía varias carpetas ante él, tomando su pequeña libreta leía en ella.
-Ya hice la reserva, ocho y media en punto, mesa siete…señor ya le informo al personal… recuerde que tiene esta tarde junta con el contador y la abogada nueva-.
- ¿Y quién cambió la anterior? -.
-Pasó su renuncia, recuerda que hubo cierto rumor…ella hizo algunos comentarios con varios empleados…. Se aclaró la garganta -. pues renunció…no fue justo…solo porque se enamoró-.
- ¿Injusto? Hacer comentarios con Roy Bolton de contratos de la empresa y míos es motivo suficiente, si estaba o no enamorada es algo que es irrelevante para mí-.
-Si señor, para usted todo es irrelevante-.
Cristian se acercaba a ella mirándole fijamente.
-No es apropiado tu comentario, además creo que tienes mucho que hacer, tráeme un té de menta-.
-Bien señor-. Replicaba cada silaba abandonaba la oficina y Cristian buscaba en su teléfono el número de Cliff, quería tener los datos exactos sobre el proyecto de Nevada.
-Cliff, envíame los datos que tengas del proyecto-.
-Te lo estoy enviando en este mismo momento, cuéntame donde irás con la señorita Carlota a cenar esta noche-.
-Dicen que es hermosa, una verdadera reina de belleza, trata de no hablar tanto de trabajo-.
-Solo me limitaré a hablar del proyecto, miraré algo que me encargó, y eso es todo nada más, pero puedo presentártela-.
- ¿Harías eso por un amigo…?
- Sabes que sí, te la presentaré en cuanto estés aquí-.
Colgaba la llamada después de revisar que el archivo estuviera en su correo. Su asistente dio dos golpes en la puerta, él le hizo pasar.
-Su té, lo endulcé con miel, hay una señora en recepción que pide hablar con usted, dice que es personal-.
-No puedo atenderla hoy, y además que se identifique, no atiendo a desconocidos, ¿La has visto alguna vez aquí en la compañía? -.
-No nunca, aunque no es una señora anciana como tal, debe tener unos treinta años más o menos, es rubia, tiene un singular lunar en el pómulo izquierdo-.
- ¿Camille? sería posible…hazla pasar, por favor que me den una media hora para la reunión-.
-Eso mismo, así se me dijo que se llama, la haré pasar-.
-Pero hazla pasar mejor a la sala de visitantes-.
-Si señor-. Se quedó estático, si era Camille, ¿A que vendría? Años transcurridos y justo en aquel momento aparecer.
Salía de su oficina con paso firme, tranquilo, seguro de sí, doblaba a la derecha bajando las gradas, y girando el pomo de la puerta abrió.
-Cristian…lo siento mucho, venir así sin avisarte, se que ha pasado tiempo, pero supe de ti por este articulo-. Extendía la revista ante él.
-Camille que sorpresa, es bueno verte-. Tomaba la revista en manos, era una nota que le habían hecho un mes atrás.
-Exagerados en algunas cosas-.
-No lo creo, siempre fuiste destinado a triunfar-.
-Gracias, tú no puedes quedarte atrás en elogios, se que te recibiste y estás en Kendall Abogados, no son de mi agrado personal, en especial Roy Bolton, pero te felicito-.
-Quería saludarte hace meses, pero es casi imposible, estabas fuera del país, y lo otro era que quería felicitarte por tu logro, hace años que nos hablamos, muchos años-.
-Bien, te invito lo que gustes, vamos al café, en el séptimo piso hay un café-.
-Vaya, es hermoso este edificio, jamás había estado al interior-.
-Siempre hay una primera vez-. Caminaban en dirección al ascensor para ir directo al café.
A su paso los empleados saludaban al presidente, era muy difícil verle ir al café. Varias de las chicas que estaban en aquel momento en el café, se quedaron mirándole, arrancaba miradas y robaba suspiros.
Se acercaba a la barra, la señora Lidie, le saludaba con una sonrisa.
-Buenos días señor-.
-Buenos días, por favor un café, un jugo de naranja, por favor con una cucharada de miel-.
-Si señor-. La mujer a prisa preparaba el pedido. - ¿Desea algo más? -.
-Camille, ¿Deseas algo más? Lo que gustes-.
-Esas galletas se ven provocativas-. Sus manos señalaron la bandeja.
-Las que desees-. Tomaba el pedido y se dirigía a una de las mesas del lugar.
-Gracias, el café es perfecto, me encanta el aroma-.
-Todo aquí es perfecto-. Cristian esbozó una pequeña sonrisa.
-He estado intentando contactarte, estoy segura que no quieres escuchar el nombre Kasandra, pero realmente estoy preocupada por ella, trabaja aquí…si puedes hacer algo por ella-.
-Ya lo temía…esta visita es por ella-.
-Ella no sabe que estoy aquí, ni lo imagina-.
-Eres su prima Camille, y entiendo que estés preocupada, Kasandra es pasado, no me interesa nada de ella-.
-Lo sé, perdóname fue una imprudencia de mi parte-.
-No te preocupes, te contactaré por medio de Kril, te enviaré un sobre para ella, pero no iré a verle, debe tener un nuevo capricho con el cual se entretiene bastante-.
-No es así Cristian, regresó de Paris hace unos meses, quería verte, las cosas no están muy bien, trabaja en una firma médica, aunque después de aquello ella ha estado muy mal, ha intentado muchas locuras en varias oportunidades, sé que han pasado muchos años, pero…quizás hablar contigo le haga bien, después de aquella noche, nunca más se vieron-.
-Y que querías, el anillo de compromiso lo envió con Kril, fue clara con el mensaje-.
-Cris…sé que actuó mal, pero solo te pido que-.
- ¿La dejó el amante acaso, o ella dejó a alguien porque no estaba preparada; Para mi todo lo que está relacionado con ella es engaño y maldad-.
-Lo siento mucho-. Camille bajó su mirada.
Se colocaba en pie y se despedía, ella terminaba su café.
-Fue un gusto verte Camille-. Se marchaba a paso firme.
-Creo que no fue una buena idea venir…Cristian le guarda un profundo rencor, no creo que fue buena idea venir-. Se pasaba la servilleta por sus labios, suspiraba mientras tomaba su bolso y entraba en el ascensor, una vez fuera, miró por última vez el lugar y se marchaba.
Le marcaba a Cliff de nuevo.
-Acabo de ver un fantasma-.
-Cristian deja de jugar conmigo, sabes que soy miedoso-.
-Acaba de irse Camille…-.
- ¿Cómo se atrevió a eso, y tú que le dijiste? -.
-Nada, mi rencor no es contra ella, es solo su prima, pero reviví cosas que estaban muertas, ¿Crees en los fantasmas? -.
-Les tengo pánico-.
-Yo no les temo, pero no los deseo de regreso-.
-Llegaré en dos días, hablaremos del asunto en cuestión, sabes que soy tu hermano mayor-.
Cristian reía.
-Me llevas unos meses de ventaja-.
-Aun así, hermanito, soy mayor que tú, por cierto, tu madre organiza una fiesta por tu cumpleaños. No nos perderemos por nada del mundo la cena-.
-Lo sé, no puedes faltar ¿Y Jeremy dónde está? -.
-La verdad…salió con una chica anoche, creo que llegó esta madrugada, se fueron a ver las estrellas, jajaja, Jeremy todo un enamoradizo, deberías aprender algunas cosas-.
-No me queda tiempo para ver estrellas, admirar la luna ni nada de eso-.
-Creo que te hace falta una novia Cris, deberías enamorarte de una linda y bella chica-.
Te llamaré después, cuando tengas todo completado nos veremos aquí-.
Cristian se acercaba al ventanal de su oficina, desde allí la vista era magnifica e increíble.
Se quedó de nuevo meditativo la escena surgió de nuevo:
“El llegaba a casa esa noche cerca de las nueve de la noche, las luces estaban apagadas, había algunas prendas dispersas por la sala, la cena había quedado a medias, algo le preocupaba, fue directo a la habitación, ella no estaba, revisó el baño, recordó que podía estar en la terraza y no logró encontrarla. Volvió a la sala, quedaba el segundo nivel, estaba el gimnasio, otra habitación, un estudio, el balcón, y una gran sala de baño, escuchó los grifos, cuando logró ingresar, había sangre en el piso, en la bañera estaba Kasandra, se veía pálida y débil cerraba el grifo, y la tomaba en brazos, la llevó a la habitación, ella forcejeaba con él. No estaba en condiciones, así que le ayudó a vestirse, irían a la clínica, ella se negó rotundamente.
-No quiero ir, no es necesario…ya no tengo bebé…es un sangrado, pero pasará-.
-Kasandra cielo, estás mal, debo llevarte al médico-.
-Te dije que no Cristian, esta tarde estuve…yo ya no tengo bebé, no estaba lista para asumir todo esto-.
Cristian le miraba fijamente sin dar crédito a sus palabras-.
- ¿Qué hiciste? ella bajó la cabeza, lloraba sin decir una palabra. No le daba la cara, solo miraba el piso. -Lo siento mucho Cris-.
El comprendió de inmediato.
-Te practicaste un aborto ¿Porque hiciste eso? No quiero que me digas nada más-. Cristian caía de rodillas en el suelo. Lloraba a la vez que sus manos temblaban, lanzó un jarrón hacia la pared, la impotencia que sentía era indescriptible.
En ese momento ingresaba el señor Kril.
-Señorita Kasandra debemos llevarle al médico, podría presentarse algo de riesgo para usted, por favor venga conmigo-.
-Llévala Kril, llévatela de aquí-.
Kasandra era ayudada por el señor Kril y Caleb, la llevaron hasta el auto y salieron con rumbo a la clínica.
La noticia fue confirmada, ella había perdido la criatura”
Los ojos de Cristian se nublaron por un instante.
No era hora de llorar el pasado, no tenía remedio ni vuelta atrás.
El reloj marcaba en punto las ocho y diez, el auto aguardaba a la señorita Carlota San Martin, cabello rubio a los hombros, ojos verdes, alta y esbelta, elegante, una mujer despampanante, al abrir la puerta del auto el conductor de Cristian se percataba de su hermosura, Yeri le extendía la mano con cortesía.-Buenas noches señorita Carlota-.-Gracias-. Tomaba asiento mirando al joven, se sorprendía de su porte, elegante, sobrio, caballeroso, atractivo, ojos que invitaban a perderse en ellos, si no fuera, por aquel detalle de ser solo un conductor hubiese aceptado una salida.Mientras el coche avanzaba por la amplia avenida, sus ojos le miraban, no podía ocultar aquella forma enigmática que producía curiosidad.- ¿Está todo bien señorita Carlota?-Si. Muchas gracias-.Su cabello castaño, y ese par de ojos café claro, eran imposibles de ignorar, se sintió algo incomoda, por unos instantes sus miradas se cruzaron, el rostro masculino era encantador, ella era hermosa.Llegaron al lugar y
Conducía rápido dejando a su personal de seguridad algo atrás, de lejos observó el lugar que Cherli le había enviado. Veía el taller.Se bajaba del auto y con su corbata en mano entraba en el taller.-Oh…pero si es usted en persona. Pensé que enviaría al señor Kril-.-Soy yo…bien vámonos, si tu auto no está pasamos en la tarde a buscarlo, te traeré hasta aquí-.- ¿Usted me traerá al taller? Creo que no se siente bien hoy, además dígame la verdad… ¿Pasó la noche muy feliz?-Preguntas cosas que no son de tu prioridad, mejor dime que tienes la agenda, tengo varias reuniones y llegaré tarde por su culpa-.- ¿Mi culpa? Oiga es usted bastante desconsiderado…no tengo un coche como esos que usted suele presumir, y mi presupuesto no es millonario-. Murmuraba en voz baja lo odioso que era en ocasiones.- ¿Que dijo? En aquel momento abría la puerta del automóvil.-Dije…que rollo, por lo del auto…-.Ella le miró por algunos segundos, jamás la veía. Ella era una heroína solitaria podía decirse, un
Cherli se limpiaba el vestido y sus zapatos.-Perdón, pero usted estaba atravesado en la puerta, a quien se le ocurre colocarse justo en la puerta por donde debo entrar-.Él tomaba una toalla colocándola en sus manos.Ella le agradeció el gesto. Por suerte no se había quemado ya que no estaba excesivamente caliente.-Le repondré el té ahora mismo-. Al intentar salir del baño a tiempo, volvían a tropezarse.-Creo que es algo natural tuyo, caerte, resbalarte, tropezarte-.-Y el suyo halarme siempre del brazo-.Sus miradas se decían todo, ella con una molestia absoluta, los ojos de Cristian fríos, pero su boca atractiva.Cristian colocaba su brazo sobre la puerta lo cual no le dejaba lugar a poder moverse en ninguna dirección, él era más alto que ella.-Te gusta tropezarte en ellos, siempre te están sosteniendo-.Acercaba su rostro a ella…a centímetros de su boca, se quedaba sin aliento, cerró los ojos, quizás le besaría.- ¿Te sientes bien? -. Él le susurraba a su oído. Ella reaccionab
La colección fue totalmente bien recibida, los críticos estuvieron de acuerdo en decir que los detalles en todas las piezas tenían una delicadeza, calidad, y precios realmente llamativos, haciéndole competitiva a la vez, no era de desconocer que Valdivia la otra gran empresa se enfrentaría a un gran reto.Cristian tomaba lugar en la mesa con sus padres quienes invitaban a la señorita Carla Belfort que los acompañase.-Es un gusto, muchas gracias-.-Que hermoso vestido te ves hermosa-. Ann le sonreía mientras brindaba con ella.-Oh, señora Lee, aquí la verdadera belleza es usted-.-Pamplinas…eres joven, hermosa, culta, conocemos tu familia, me encantaría que fueras la novia de nuestro hijo, estás aprobada cariño-.-Así es…creo que las dos familias estrecharían vínculos aún más fuertes-.Cristian miró a su madre con aquellos ojos que mostraban una pequeña molestia, pero trató de disimular, muchos ojos les observaban, además faltaba poco para dar por terminada aquella fastuosa reunión. E
La luz del amanecer irradiaba poco a poco, el señor Kril le había traído un paquete, jean, camisa, zapatos, bolso, y lo que ella le había solicitado, ¿Cristian poseía acaso alguna bodega con disponibilidad las veinticuatro horas del día? Era un riquillo que todo lo había poseído en su vida, ¿Que sabía de necesidad, hambre y zapatos rotos? Nada.Se vestía a prisa y bajaba al desayuno, Caleb pasaría por ella para llevarle a la empresa. Era considerado en el fondo, podía significar que tenía corazón. Porque Cristian Crawford, por instantes era seco, parco y extraño…bastante extraño.Caleb tomaba su café esa mañana y estaba a punto de irse cuando Cristian le preguntaba cómo estaba el auto de Cherli.-Es un fiasco-. Se reía.-Entonces llévalo con Samuel, lo dejará como nuevo-.-Hoy tendrá problemas graves en su casa, por lo que vi su madre es una tirana-.-Yo la llevaré, debo reconocer que anoche fue para ella un reto ir al lanzamiento-.En aquel momento el teléfono de Caleb sonaba, era Ca
Cristian miraba los planos que Cliff extendía ante la amplia mesa, revisaba todo detalladamente. Casi todos los empleados se habían ido a un evento que la empresa realizaba para todos.Llamaba a Cherli para que salieran inmediatamente con él.-Toma tus cosas almorzaremos por fuera, iremos a ver la cerámica, necesito ir a la obra, y de paso compraremos dotación para el nuevo personal-.-Es una agenda apretada-.-Todos los días son así ¿Cuál es la diferencia? -.-No lo sé señor…voy por mis cosas-. Salían de su despacho y ella tomaba las cosas, Cristian buscaba su abrigo. Apresuró a Cherli y a toda prisa bajaban las escaleras.-Señor…-.Él se detuvo en seco frente a ella.-Tengo prisa-. La miró seco.-Hay ascensor-.-Hay alguien que no deseo atender, así que seguiremos por escaleras-.-Ni modo-. Seguían bajando a prisa, ella tropezaba ante lo cual Cristian la tomaba de la cintura evitando que resbalara.Ella le miró con algo de nerviosismo.- ¿Quieres un beso? -. Cristian le preguntaba e
Ya todos reunidos en la cocina abrían los paquetes, pollo frito y ensalada, eso sí el postre que no debía faltar. Cristian miró a Cherli, y ella comprendió que era mejor que colocara una jarra para el té.-El té será de lo que exista en esta cocina-.-Menos de flores, no me gustan en té-. Las risas se dejaron escuchar, Cristian les contaba de la idea de Cherli de lanzarse del balcón desesperada por aquel inoportuno encierro, cuando quería era original.Todos reían, Cherli les contó que él estaba a punto de desmayarse, pero la llegada de Caleb fue oportuna.La campanilla sonó en la mansión de los Crawford, Carla había llegado cuarenta minutos de anticipación sugeridos por la madre de Cris, se saludaron y se dirigieron a la terraza principal, charlarían un poco antes de la cena.La abuela miraba a Carla detenidamente, era hermosa, inteligente, muy sagaz, así le parecía que se veía, astuta, seguro que haría de todo por lanzar la soga sobre su nieto, el detalle es que la chica le gustara,
La noche terminaba y todos estaban a punto de quedarse dormidos, en una habitación en el más profundo silencio los sollozos apagados de Ann Lee dejaban paso a lágrimas, apretaba contra su pecho su mano, porque sentía que la respiración le faltaba, era lo único que le quedaba, respirar y seguir viviendo cada día.Mientras Derek después de su madre pasar por la habitación de ellos, les deseaba un feliz descanso, esperó varios minutos que ya no estuviera por los pasillos, se despedía de Ann y cerraba la puerta, en su habitación él se tomaba unos tragos, total nadie lo veía y podía de la misma manera darles rienda suelta a sus emociones. Mirando la foto del centro de mesa, lloró desconsoladamente. Y con aquella cajita de música, se quedaba dormido, aliviando así sus penas.Cliff y Jeremy se acostaron en cuanto Cristian llegaba, hablaron de la cena, lo aburrido que resultó para él, pero sentía que Carla no era alguien que entendiera que no tenia deseos de salir con ella, era bella, pero no