Rob y Dean caminaron de vuelta a las tierras del sur, allí donde se alzaban las imponentes murallas que rodeaban la ciudad, decidieron tomar un pequeño descanso. Necesitaban pensar sus próximos movimientos.
- Lo mejor será que te vayas de aquí – dijo Rob después de un largo silencio, arriba, las criaturas habían dejado de sobrevolarles, pero eso no significaba que no estuvieran cerca – Ambos sabemos que Setri está arriba con los humanos
Dean guardó silencio y solo se limitó a emitir un cansino suspiró. Yacían sentados recargados contra la pesada y larga muralla; En las torres de vigilancia se podían ver a los hampones apostados, seguramente habían recibido órdenes de la reina de no perderles de vista.
- Bien – dijo por fin Dean – Regresaré y enfrentaré a Setri.
Rob asintió con la cabeza
La torre se alzaba imponente sobre el lecho de rosas marchitas, en los cielos oscuros, una luna diminuta ofrecía una iluminación apenas suficiente para poder ver más allá de las narices. El camino a la torre estaba lleno de gravilla y en el silencio de la noche algunas criaturas agitaban sus alas a poca distancia de Rob. Esté se había vuelto varias veces en dirección de los aleteos, pero lo poco que había captado, eran sombras, sombras negras y alargadas. Rob sabía que los hampones le vigilaban muy de cerca, listos y pendientes de cualquier acción que pudiera emprender, listos para atacarlo si la situación lo ameritaba. Si aquellos malditos subordinados no bajaban a hacerle frente, ¿cómo esperaba cumplir con lo que le había dicho a Dean que haría? Necesitaba hablarles, necesitaba ponerlos contra Stacy. Pero ¿cómo? La pregunta quedo flotando en su mente hasta que la
- ¿Cómo fue que usted fue el único sobreviviente del pueblo? – preguntó Madeleine remangándose las mangas de la camisa hasta los codos. Parecía una oficinista en un día particularmente cargado de trabajoEl viejo Tom la miró y los chicos se percataron de lo cansado que parecía a pesar de que solo había hablado por espacio de cuarenta minutos. Era como si el hecho de haber recordado aquel extraño suceso de su infancia lo hubiera envejecido cinco o quizá diez años. Sin decir palabra, se levantó y se dirigió a la cocina- ¿Quieren un poco más de café? – preguntó con medio cuerpo ya dentro de la cocina.- Así estamos bien, gracias – se apresuró a responder Madeleine. Miró a los chicos y supo que pensaban lo mismo que ella. Este hombre es muy extraño.El viejo Tom regre
Al Noroeste de Minnesota, y a más de 1600 millas de distancia de la ciudad donde los chicos habían hablado con el viejo Tom, se haya el Parque Judge CR Magney, un terreno enorme de bosque mixto donde se entremezclan coníferas, álamos, abedules con rodales de abeto blanco, arce azucarero y tilo. En las cimas de las colinas y barrancos, sobre todo a lo largo del arroyo Gauthier, hay algunos restos de pino blanco, abundan los grandes cedros blancos a lo largo del río. En el interior abundan los grandes rodales de abeto blanco, resultado de la plantación y de una vigorosa resiembra natural después de las cosechas de la madera. Alrededor de las cascadas, la neblina constante crea un microclima propicio para la presencia de varias especies de plantas que no se encuentran en ningún otro lugar del parqueEl parque es más conocido por "La Caldera del Diablo", una inusual cascada situada en el río Brule a 2,4 km de s
- Este no es tu reino, debes regresar a donde perteneces – dijo Dean con un deje autoritario en su voz.Setri se echó a reír.- Tú y yo estamos en el mismo bando, Dean ¿Acaso no te das cuenta?- Eso mismo dijo la maldita bruja – repuso Dean alzando la cabeza con gallardía.- Entonces ya lo sabes – respondió Setri – ¿Te unirás a nosotros? ¿O es que acaso prefieres seguir las ordenes de un dios cruel, un dios que es incapaz de sentir compasión por cualquiera de sus creaciones?- Todo en el universo tiene un orden, Setri ¿Eres tan estúpido que no te das cuenta el lugar tan privilegiado que tenemos en el reino de las criaturas? ¿Qué acaso no ves que Dios es quien ha dado la potestad de que nuestra especie perduré?Setri pareció meditar unos segundos antes de hablar:- ¿Por qué conformarnos c
El viento arreciaba con fuerza levantando polvaredas y haciendo que los árboles se meciesen vacilantes como un péndulo. En la zona del desierto de Arizona, el viento amenazaba con convertirse en tornado. La larga carretera I -10 estaba cubierta completamente de arena, pero no había riesgo alguno de que los autos sufrieran algún percance, por la sencilla razón de que no había casi nadie disponible para manejar los cientos de miles de vehículos que se habían quedado estacionados para siempre en todas direcciones.Una mujer de rasgos nórdicos y larga cabellera caminaba por la carretera a la altura del pequeño poblado de San Simón. Sus ojos azules brillaban con la intensidad del mar iluminado por la luna en una noche despejada. Enfundada en un vestido color blanco, como los de las princesas de los cuentos, caminaba sin prisas y con la tranquilidad de cualquier mujer paseando despreocupadamente u
Eran las 6 de la mañana y el amanecer era aún una franja diminuta de azules en el horizonte. Una tenue luz naranja asomaba tímidamente en la base, arriba, la luminosidad de las estrellas iba decreciendo lentamente, la vía láctea había dejado de ser visible a simple vista y en el fondo estrellado, Betelgeuse, la estrella roja súper masiva, yacía agonizante iluminando el cielo con una claridad casi equivalente a la de la luna en cuarto creciente. Finalmente, cuando el alba era algo más que un visitante lejano, Bill, Martha Gray y Madeleine circulaban por la eterna carretera I-10 W acercándose a la ciudad de Los Ángeles, en California.Bill conducía en silencio, perdido en sus propias cavilaciones. Martha iba en el asiento del copiloto acariciando a Candy con movimientos suaves y monótonos. Acariciar al perro parecía estar surgiendo algún tipo de efecto
Desde lo alto, el auto parecía un enorme insecto que avanzará por la carretera, la imagen, proyectada en una bola de cristal era de matices violáceos, como si se mirará a través de un cristal. Alguien aplicó un efecto de zoom, alejando la imagen, encogiendo el automóvil y expandiendo a kilómetros a la redonda un terreno desolado. Autos en llamas, autos varados en las grandes ciudades provocaban un tráfico estático, cadáveres desperdigados aquí y allá. La imagen se alejó aún más, el auto apenas era una mota de polvo oscuro en movimiento sobre la bola de cristal. En la ciudad de Los Ángeles quedaban algunos sobrevivientes, solos habían sido poco motivo de preocupación, pero ahora, que estaban juntándose, reorganizándose, planeando, buscando una explicación ante lo ocurrido, eran una autentica molestia. La mano de Stacy pas&oacu
Una vez puesto el hechizo, las ciudades de todas las latitudes del mundo recobraron su esplendor, las carreteras dejaron de ser silenciosas para volver a sus antiguos hábitos de bullicio y contaminación, los aviones volvieron a surcar los cielos, los niños volvieron a salir a las calles para jugar y crecer, los adultos retomaron sus rutinarias (y aburridas en su mayoría) vidas, sus empleos y sus responsabilidades. El plan era sencillo, al igual que con la larga noche, había un plazo. Un plazo que habría de cumplirse, pero mientras eso sucedía, era como si todo hubiera sido una pesadilla colectiva. Los muertos volverían a andar sobre sus propios pies y la ilusión de que todo volvía a ser como antes sería el punto clave para que el mal pudiera encaminarse a la victoria.No obstante, la visión no era para todos, las dos criaturas que se encontraban aún en la Tierra, continuaban viendo el m