Sábado.
Al fin mi tan anhelado fin de semana, puedo respirar tranquilidad, días para descansar de toda una estresante semana. Quedé con mis amigos el mediodía ir a la playa, primero pasaríamos por sigo, un supermercado, y luego nos iríamos directo a la playa de Guacuco. Amo la paya así que hoy quedaré como un camarón, rojito, si de por sí ya soy roja, ahora lo seré más.
Preparo mi gran desayuno, arepitas con tortilla, queso y jugo de manzana mí favorito. Federica dice que soy una tierna manzanita y Arnaldo que soy una sexy fresita, ambos juegan conmigo y lo dicen por el color rojo de ambas. Creo que si pudiera ser algún vegetal sin duda sería el brócoli, sí, a muchos no le gusta, pero a mí me encanta, me fascina, es que es demasiado rico, sobre todo con el pollito sudado, cosita divina del señor.
Medito mi semana, no me puedo quejar, no fue tan atareada como otras, lo raro fue la presencia de cierto doctor que está de infarto, desde el lunes me lo he conseguido en todos lados, menos ayer, aunque le dio me gusta a la foto que subí con mis padres. El Dr. La Cruz es un bomboncito que está listo para degustar y no empalagarse, y sí, he revisado sus redes sociales como cualquier colegiala lo haría, pero hasta allí, yo no soy mujer de romances ni cursilerías, o bueno eso me hago creer, además sería una ilusa al pensar que tremendo bombón saldría conmigo.
No es que me esté menospreciando, ni tenga autoestima baja, lo mío sí tengo y me he ejercitado mucho, sé que suelo llamar la atención de algunos hombres por mi cabello, pero no busco amor eterno, solo una aventura, si se dio una noche, se dio, borrón y cuenta nueva. Soy una mujer adulta de 23 años profesional y puedo hacer con mi vida lo que me plazca.
Veo la hora y son las once de la mañana, hora de ir arreglándome, me comunico con Federica y Arnaldo, acordamos a las doce en sigo, preparo algún que otro bocadillo, la cocina no se me da nada mal, eso lo reconozco. Me voy a bañar faltando media hora para las doce, me coloco un traje de baño azul rey, me encanta, lo amo, me pongo una falda de blue jean con una camisa blanca suelta, unas sandalias blancas y mis lentes de sol, estoy más que lista, ya preparé mi equipaje, ya todo lo demás se comprará en el supermercado.
A la hora acordada estamos todos, compramos bebidas, refrescos y chucherías, también vinieron los hermanitos de Arnaldo y su mamá, la señora Teo. Nos ama con locura y prácticamente nos adoptó a mí y a mi amiga. Haremos un sancocho en la playa, la familia de Federica tiene varios puestecitos y nosotros ocuparemos uno, terminamos las compras y nos vamos.
Federica quiere ir en la noche a una discoteca y realmente no sé si ir, tengo semanas que no parrandeo y sí, me gustaría. Me convenzo de ir al notar el comportamiento de mis amigos, entre ellos está pasando algo, aunque lo nieguen, algo pasa, estoy segurísima.
Llegamos a la playa y la señora Teo se pone manos a la obra con la comida y la ayudo, montamos el sancocho mientras nos tomamos unas cervezas, no soy amante a ella, pero nada más bueno para el calor que una buena cerveza bien fría, en la arena están jugando los hermanitos de Arnaldo con Federica, mientras que Arnaldo está concentrado en su celular.
Aprovecho de quitarme la camisa y aplicarme bronceador en el cuerpo y protector en la cara para no quedar tan quemada, siento que me están mirando y decido no voltear para restarle importancia. Estamos en una playa, hay ojos en todos lados y seguro es eso, voy a quitarme el pantalón y noto cierto movimiento en la churuata del lado que llama mi atención.
Volteo y me quedo sin habla, no puede ser posible, ¿señor por qué me haces esto? ¿Quieres hacerme sufrir?
En el puestito del lado está nada más y nada menos que la grandiosa familia La Cruz, padre, hijo, hija y madre. Vaya que estupendo, pienso sarcásticamente. Juan La Cruz me queda viendo de arriba abajo y deja su mirada en mi cara, ese hombre me ha hecho un descaro escaneo y yo me he dado cuenta ¿qué está pasando aquí? Y para más desconcierto mío me ha guiñado el ojo ¿acaso estoy soñando? Federica se acerca a mí y lo ve.
—Diosito santo, pero que hombretón es este, que me lo como con la mirada —dice aturdida por tanta masculinidad.
—Sí, no me digas, ya sé que está para comérselo. —gruño.
—Pero bueno Luciana Araujo ¿y a ti que te pasa? —cuestiona un poco confundida.
—Nada ¿qué ha de pasarme? —me ve con una sonrisita traviesa y eso no es nada bueno.
—Te derrites por los huesitos del bombón La Cruz, alias el doctor bonito, no lo niegues que te conozco como la palma de mi mano.
De repente escuchamos una voz detrás de nosotras y nos callamos.
— ¿Se puede saber que tanto cuchichean? —pregunta Arnaldo. Y la rubia a mi lado responde rápidamente.
—No, no se puede saber, cosas de chicas guapo —y le guiña un ojo dejándolo bloqueado.
—Está loca, ya lo sabes Naldo.
— ¿Esos no son los doctores La Cruz? —Pregunta y yo asiento —ya sé que tanto cuchicheaban.
Decido despejar mi mente viendo el mar y los hermanos de mi amigo jugar. No quiero pensar ni imaginarme a cierto doctor que está en la churruata a mi izquierda. Medito sobre salir esta noche con Federica, creo que es lo mejor. Mis pensamientos son interrumpidos por la voz del doctor La Cruz padre.
—Mi chica de amarillo favorita, que gusto verte, tan bella como siempre.
—Dr. La Cruz —saludo amablemente— está usted muy guapo y fresco el día de hoy.
—No tanto como tú, sabes que puedes llamarme Josías, sino tu padre me mataría, ¿cómo está él? —papá y él se conocieron un día que tuvieron que hacerle unos exámenes de rutina para una operación y desde allí se hicieron amigos, es estúpido que no haya coincidido con su hijo, aunque según tengo entendido, éste trabaja desde hace un año en la clínica y tuvo un semestre haciendo guardias de noche, ahora le toca en la mañana junto a su padre.
—Me voy a poner celosa por esta jovencita tan bonita — me saluda la doctora Juana— ¿Cómo estás hija? Juan, cariño ven para que conozcas una amiga —volteo y el dueño de mis pensamientos está hablando con mis amigos y Teo, lo que falta es que se junten los dos grupos.
—Madre ya la conozco, parece que el destino le encanta reencontrarnos Luciana.
—Dr. sí, eso parece.
—Luciana que hermoso ese pelo, ya quisiera tenerlo yo así —rezonga la menor de los La Cruz.
Después de ese incómodo momento, me pongo hablar con la señora Teo. Mi amiga me sonríe pícaramente, esa sonrisa no me gusta, mi amigo por su lado nos observa y niega con la cabeza, ya sabemos lo que él piensa. Trato de hablar seriamente y no soltar la risa por las muecas que me está haciendo Federica.
A eso de la 2:00pm nos sentamos a comer el sancocho que ha quedado para chuparse los dedos. Me hace gracia ver a los hermanitos de Arnaldo, Albert y Arianna, están en plena adolescencia y dicen cosas tan típicas cuando yo tenía esa edad, y pobre Teo regañándolos a cada rato.
Pasamos el día entre risas, cervezas y comida, no me cansaré de decirlo amo el mar en todo su esplendor. Volteé varias veces y noté la manera tan descarada de cómo me observaba el doctor. Al final de la tarde me encontraba como lo predije, como un camarón, rojita.
Todos empiezan a llevar las cosas al auto para irnos, y yo me quedo para llevar lo último. Cuando escucho detrás de mí unos pasos y me hace saltar de la impresión.
—Me encanta tu piel bronceada —dice sorprendiéndome— es demasiado tentadora chica fuego.
Eh… eh… eh… mi cerebro no coordina bien, ¿pero este hombre se ha vuelto loco?
—Disculpe, debo irme, un gusto verle Dr. la Cruz
Lunes 26.Otra vez lunes, que pesadilla. Me visto con sumo cuidado, porque agarré una pequeña insolación, pero nada que unas cremitas no solucionen, me recojo el cabello y aplico un labial natural en mis labios, y me coloco unos zapatos de salir de gamuza negros, hoy no estoy de ganas para llevar sandalias de tacón. Arraso con mi delicioso desayuno, arepas rellenas de ensalada de atún y jugo de naranja. Amanecí con un hambre voraz, una vez terminado recojo todo y me voy al trabajo.Allá es más de lo mismo, trabajar, trabajar, trabajar. El sábado en la noche si pude ver qué es lo que sucede entre mis amigos, se gustan y los tontos no lo admiten, después de lo del doctor bonito, nos fuimos a mi apartamento y nos arreglamos para parrandear, fuimos a una discoteca aquí mismo en Pampatar, es asombroso el lugar, me encantó en el ambiente y allí pude ver como ambos se miraban, co
Después del altercado con el doctor bonito guardé la caja en mi auto y me fui almorzar. Las cosas en mi departamento esta semana no ha estado marchando muy bien, mi jefe ha estado de un humor de perros, ayer tuve que frenar a Federica para que no le dijese sus cantas cositas.Me siento cansada y agotada física y emocionalmente. Estar en un departamento como rayos x no es nada fácil, en momentos de broma y se puede ir al baño, si te descuidas se llena la caja, estas facturando y pasando el punto de venta se llena la caja, respondes el teléfono un momento y ya la cola llega a la recepción. Me hago una idea porque la mayoría no dura como operadora de caja. Se necesita mucha paciencia para atender a los pacientes, algunos son tan intransigentes y te tratan a las patadas, que provoca ahorcarlos. Y a pesar que uno quiere explotar, siempre, pero siempre se debe tener una sonrisa y hablar como si no pasase nada.Para dese
Me despierto al sentir una patada en mi estómago, que me ha dejado sin aire, joder como me duele, a mi lado está Federica y a su lado Arnaldo, como que no he asimilado bien lo que estoy viendo que vuelvo a ver. Pero… pero… si hemos dormido los tres en la misma cama, la tortícolis que va tener mi amigo va ser monumental, si su cabeza está colgando de la cama.Uy… que feo que me expresado.Ya va… detengo mi mirada en sus vestimentas, pero, pero y vuelvo a decir, pero si estos dos están desnudos.¿QUE ES ESTO? ¿Se han liado conmigo durmiendo?Si serán guarros, los dos. Me paro de la cama y voy a la nevera, necesito urgentemente un juguito de naranja. Me siento y apoyo las manos en la isla, resaca no tengo, no siento que la cabeza me vaya a estallar, pero confusión, sí, mucha. Primero ¿cómo es que he llegado a mi departamento? Segu
Entre caricias y miradas apasionadas entramos a mi departamento, cierro la puerta y me dedico a observarlo, mejor dicho, nos dedicamos a comernos con la mirada, madre día que hombre más caliente, que me muero solo con su mirada azulada, vaya noche la que me espera.Se acerca… se acerca y termina con los espacios que hay entre los dos, sus ojos están brillosos, parecen el purito fuego cuando está ardiendo y yo me quedo viendo como ese hombre con sus dedos recorre mis hombros descubiertos, se me eriza la piel ante su contacto. Recoge mi cabello en una mano mientras que con la otra suelta las tiras del bañador, éstas ceden poco a poco hasta dejar mis pezones expuestos a su vista y se endurecen.Me muero por besarlo, digo en mi mente y parece leer mis pensamientos.—Créeme Luciana, yo también me muero por probar esa boquita tuya —susurra en mi oído y casi jadeo.
Me duelen todas las extremidades, mi noche fue muuuyyy placentera, demasiado diría yo, ya mi cuerpo lo echaba de menos. Juan La Cruz tiene lo suyo si antes medio lo afirmaba, ahora lo afirmo completamente. Coge como los dioses, te hace sentir que tienes el mundo a tus pies, te hace volar y en definitivo ese hombre te enloquece con sus besos y sus miradas, pero no repetiré, no, no, no.Debo tener mano dura, nada puede llegar más allá de doctor a empleado y de empleado a doctor, por mi salud mental ruego que sea así. En la madrugada mientras me hacía suya por tercera vez me di cuenta que cualquiera se podía enamorar de semejante Dios. Su mirada transmitía mil emociones, sus labios profesaban mil cosas y su cuerpo te hacía vibrar mil maneras.Sí, vaya que es bueno el doctor en la cama.Me debo levantar y lo que me provoca es seguir en cama… ¿por qué tuve que
Ha pasado una semana desde que se presentó en mi departamento y ni me ha dirigido la palabra, solo para aparentar frente a los demás. No sé si sentirme agradecida o dolida. ¿Quién carajos me entiende? Solo me quedan tres días contando el de hoy en ese servicio y realmente no sé cómo sentirme.Estoy frustrada, mis sueños en la madrugada no me ayudan a nada, cada vez se hace más presente como recorrió mi cuerpo con sus besos y sus dedos, vuelvo en si al darme cuenta que estoy en la oficina de los médicos radiólogos buscando un estudio.—Me comentó mi padre que viaja el viernes —volteo con el corazón acelerado, no lo sentí caminar.—Así mismo es doctor, con permiso —dije indiferente para pasar por su lado. Sutilmente tocó mi brazo y se acercó a mí hasta dejar sus labios cerquita de los
Jueves... Jueves... Jueves. El juernes de la semana, el que tanto es esperado. Fuese perfecto si me tocase quedar en casita, pero no, me toca trabajar después de haber pasado cinco días por fuera.Con el ánimo por el piso preparo de almuerzo, pollo al horno sazonado con mostaza, papas y trocitos de zanahoria, una ensalada de huevo, remolacha y brócoli, y arroz frito, y de tomar me compraré un refresco de uva en el cafetín. Veo la hora y son las seis y media.En la mañana me costó un poco levantarme, dado que los días anteriores me despertaba a las ocho de la mañana, bostezo mientras me acomodo y doy chance que se haga la hora para salir, mientras tanto, ordeno un poco mi departamento. Federica lo hizo en mi ausencia, pero no es igual. Digamos que soy maniática.Me rio al recordar como me recibió en el aeropuerto.—Por fin llegas, pensé qu
Sábado 21 y el Sol está en su máximo potencial, decido broncearme un rato. Me pongo un bañador de color vino tinto después de haber desayunado unas tostadas con queso y jamón.Le mando un mensaje a mis padres, agarro mis lentes, las llaves del departamento y bajo al área de la piscina.En la zona de la playa veo a las amiguitas de Giovanna La Cruz y le pido a todos los santos que ella no ande cerca y mucho menos su hermano.La mañana se pasa volando y yo ya estoy como un camarón, hidrato mi piel para que no se maltrate. Decido subir a la hora del almuerzo y me sorprendo al verlo en mi puerta.—Doctor La Cruz ¿Se le ofrece algo?Tiemblo, me siento tan indefensa con semejante hombre al frente y yo con tan poca ropa.Me recorre de arriba a abajo y juro por Dios que ya me calentó hasta el alma con esa mirad