La canción termina y la chica se aclara la garganta. En ese momento mi doctor bonito me pide que me ponga de pie y bale con él. Por el rabillo del ojo Arnaldo hace lo mismo con mi amiga, Estefa refunfuña y pone los ojos en blanco.
—¡Muy buenas noches querido público! —exclama la joven rubia— ¿Cómo la están pasando en esta noche tan bonita?
Gritan que bien. Vemos como la muchacha le hace señas al Dj y comienza hablar.
—Voy a cantarles una canción que a mí en lo particular me gusta muchísimo. Es una canción muy especial para dos personas que se encuentran en nuestro púbico y me fue solicitada antes de subir al escenario —hace una pausa y muestra una sonrisa de enamorada— con todo su amor para la mujer de sus sueños, Volví a nacer de Carlos Vives.
Suenan los primeros acordes, veo como Fede se lleva las ma
Los días comenzaron a pasar a una rapidez vertiginosa, para cuando me di cuenta se cumplió el plazo que estaría mi jefe por fuera. Incluso, ha pasado una semana y ni se ha pronunciado. En esa semana los directivos estuvieron rondando mi oficina.Le dejé varios mensajes al whatsapp y no me respondió. Suspiro, esto me comienza estresar porque número: uno el señor Navarro ya debe estar aquí, número dos: voy a tener a la junta directiva sobre mí y número tres: de no aparecer mi jefe voy a seguir en el cargo hasta que ellos encuentren a la persona que creen idónea para el cargo.Todo en si se está convirtiendo en una bola de nieve y me va arrastrar. Mi relación con Juan va viento en popa, hemos decidido que es momento de conocer su entorno y no siempre estar en mi departamento o bajo mis términos.Reconozco que me costó un poco tomar esa decisión, pe
Verifico que sean las cuatro de la tarde, a esta hora el departamento de radiología no está tan transcurrido como en la mañana. Dejo a Federica y Estefanía en la oficina y bajo, aún queda una hora de trabajo. Saludo a las cajeras y paso directamente a la oficina de los médicos. Antes de entrar escucho unas voces y me freno. —¿Dónde has estado estos días? &mdas
Su baño es de ensueño, muy parecido al del hotel en Coche, la diferencia es que no tiene una tina. Pero todo es hermoso. Hay un aroma a mandarina que me enloquece, huele delicioso. No se cuántos segundo o tal vez sean minutos, paso perdida en mis pensamientos. Cuando me doy cuenta estamos otra vez en su habitación. Su mirada felina me lo dice todo. De aquí en adelante lo que viene es placer, placer y más placer. Nuestras respiraciones se alteran, ¿Y como no alterarse si estamos tan cerquita? Se siente como si nos estuviésemos desvistiendo por primera vez, la sangre me hierve, la piel se me eriza y mi mente no piensa nada más allá de ¡SEXO! Mucho sexo, salvaje, ardiente, enloquecedor y abrumador. ¡Sexo! ¡Sexo! ¡Sexo!Últimamente mi apetito sexual estaba por las nubes. Y el estar hoy conociendo su departamento me generaba nervios y deseo. Mis ojos se funden en sus iris, y los suyos en los míos. Su mirada azulada queda hechizada en mis ojos negros. Ante mi tengo al hombre mas sensual
Es el cumpleaños de Giovanna La Cruz. Toda la familia y yo estamos de fiesta, la pequeña demonio cumple sus 18 años, y Juan está eufórico por su hermanita. Me imagino lo bien que se ha se sentir cuidar a otro ser tan chiquito y llamarlo hermanito, nunca tuve esa experiencia. Extrañamente me dan unas ganas de llorar, pero ahuyento ese sentimiento. No es el momento adecuado. Me recuesto en el asiento, dejo mi mente vagar en los acontecimientos del día de hoy. En cuanto llegué a la oficina bien temprano fui informada que encontraron la persona idónea para el puesto de Gerente Contable, en ese momento también me entraron unas ganas de llorar, pero se lo atribuí al tiempo que estuve llevando las riendas. Despejé mi mente, puse cara mi mejor cara y me dirigí a la oficina de junta directiva. —Buenos días —entro saludando, junto a los socios y la gerente general hay otra mujer. Me imagino que es la persona que contrataron para ser la nueva contadora. Los siguientes minutos me los pasé so
Lunes. Una nueva semana. Desde el cumpleaños de Juan me he estado sintiendo mal, me dan pequeños mareos, un inagotable apetito. He aumentado un poco de peso, tampoco es que estoy gorda una tremenda barriga, pero el pantalón del uniforme no me queda, ya no quiere cerrar y me lastima de lo apretado que me queda. Mi doctor bonito me ha arrullado entre sus brazos con bonitas palabras y yo he terminado llorando, pero ¿Qué coño es lo que me pasa? Me despierto en las madrugadas buscando helado en el refrigerador. Una idea cruza por mi cabeza y la desecho, no puedo estar embarazada, además me faltan dos semanas para que me llegue el periodo. No veo como puedo estarlo, me he tomado la píldora al pie de la letra, no he tenido ningún retraso al momento de tomarla, ni siquiera en minutos. Un fuerte dolor se cabeza me ataca, m****a… Lo que me faltaba para completar mi lunes. Por el rabillo del ojo veo que mi teléfono se enciende. Un W******p de Juan. Juan: Pelirroja, ¿Estás bien? En la mañ
Voy directo a la casa de Juan, necesito sus abrazos, su calor. No quiero derrumbarme sola. Aunque eso tendrá que esperar, por la hora Juan debe estar trabajando. Por eso me sorprendo cuando veo su camioneta estacionada y él esperando recostado de ella. —Pelirroja. Solo eso me dice. Yo termino en sus brazos, llorando con un sentimiento profundo de ira e impotencia, ¿Cómo puede existir personas así? ¿Cómo? No sé si pasan minutos, no sé si pasan horas, solo sé que me quedo en sus brazos y me embriago de su olor. Cuando me tranquilizo un poco le pregunto —¿Qué haces aquí? —Estefanía me escribió inmediatamente que Arnaldo les informó a ella y Federica… —Juan, pero ¿Y el trabajo? —toma mi rostro entre sus manos, me ve con aquella intensidad que me desarma y dice—. Tú eres lo más importante para mí, el trabajo puede esperar. Además, tengo a mi padre que puede cubrirme cielo. Hablé con él y me tomé lo que resta del día. Voy a protestar, pero me silencio. —Pelirroja, hoy es un día par
Escucho ruidos a mi alrededor, pero no logro enfocar bien la mirada, me duele hasta el alma. Distingo una sombra que se viene encima de mí y me asusto.—Tranquila señora —escucho a lo lejos —. Somos de defensa civil, ¿puede hablar?No, no crea que pueda mover un solo músculo de mi cuerpo.Poco a poco voy recobrando la conciencia y todo lo sucedido. El paramédico me alumbra los ojos, y me estremezco, los cierro y siento como si me fuese de lado.—Castro, ayúdame a sacarla —ordena la persona que tengo frente a mí —, pero primero baja la camilla.—¿Se acuerda como perdió el control?—Fu-ue prroovocaa-do.He recuperado el sentido por completo, el dolor se intensiva en mi hombro, brazo, frente y vientre.Mierda.Por favor, resiste cariño. —Essstooy em-barazada.Logro decir a puras penas, su gesto se alarma. Me preguntan varias veces si tengo algún seguro de manera que me puedan llevar a una clínica privada, de lo contrario seré llevada al hospital.Con cuidado me levantan y me acuestan e
Han pasado muchas cosas desde mi salida de la clínica. Comenzaré contando a medida que fueron sucediendo: Federica y Arnaldo se casaron semanas después del accidente. Así que su dama de honor usó collarín en la boda. Es algo que todavía me hace rabiar. Papá y mamá se quedaron dos meses en Venezuela, por mi recuperación, así que el cumpleaños de papá, a finales de julio, lo celebramos juntos, para ese momento por fin había dejado de usar el collarín y podía mover mi brazo con tranquilidad. En octubre y justamente en el cumpleaños de Arnaldo, Federica dio a luz un hermoso niño, rubio como ella y de ojos grises como mi amigo. Era toda una ternurita, sobra decir que lloré más que María Magdalena. Mi amiga llevada por su loca imaginación llamó al niño Thor. Sí, leíste bien, Thor, como el de la mitología nórdica. Como el vengador de Marvel. En diciembre Estefanía renunció a la clínica y decidió irse a España con su nuevo novio. A su madre y los abuelos La Cruz casi les da un infarto cuan