¡Hola corazoncitos! ¿Cómo están? Quiero agradecerles, porque por ustedes la historia ha ido creciendo. Espero que les esté gustando Corazón sin ley ❤️ No sé si se habrán fijado, pero pasamos a historia premium, y eso ha sido gracias a su apoyo. Los quiero inmenso, un besito para cada uno. El final de esta historia se acerca, les adelanto que tendrá 35 capítulos. Hasta la semana que viene ❤️
Es el cumpleaños de Giovanna La Cruz. Toda la familia y yo estamos de fiesta, la pequeña demonio cumple sus 18 años, y Juan está eufórico por su hermanita. Me imagino lo bien que se ha se sentir cuidar a otro ser tan chiquito y llamarlo hermanito, nunca tuve esa experiencia. Extrañamente me dan unas ganas de llorar, pero ahuyento ese sentimiento. No es el momento adecuado. Me recuesto en el asiento, dejo mi mente vagar en los acontecimientos del día de hoy. En cuanto llegué a la oficina bien temprano fui informada que encontraron la persona idónea para el puesto de Gerente Contable, en ese momento también me entraron unas ganas de llorar, pero se lo atribuí al tiempo que estuve llevando las riendas. Despejé mi mente, puse cara mi mejor cara y me dirigí a la oficina de junta directiva. —Buenos días —entro saludando, junto a los socios y la gerente general hay otra mujer. Me imagino que es la persona que contrataron para ser la nueva contadora. Los siguientes minutos me los pasé so
Lunes. Una nueva semana. Desde el cumpleaños de Juan me he estado sintiendo mal, me dan pequeños mareos, un inagotable apetito. He aumentado un poco de peso, tampoco es que estoy gorda una tremenda barriga, pero el pantalón del uniforme no me queda, ya no quiere cerrar y me lastima de lo apretado que me queda. Mi doctor bonito me ha arrullado entre sus brazos con bonitas palabras y yo he terminado llorando, pero ¿Qué coño es lo que me pasa? Me despierto en las madrugadas buscando helado en el refrigerador. Una idea cruza por mi cabeza y la desecho, no puedo estar embarazada, además me faltan dos semanas para que me llegue el periodo. No veo como puedo estarlo, me he tomado la píldora al pie de la letra, no he tenido ningún retraso al momento de tomarla, ni siquiera en minutos. Un fuerte dolor se cabeza me ataca, m****a… Lo que me faltaba para completar mi lunes. Por el rabillo del ojo veo que mi teléfono se enciende. Un W******p de Juan. Juan: Pelirroja, ¿Estás bien? En la mañ
Voy directo a la casa de Juan, necesito sus abrazos, su calor. No quiero derrumbarme sola. Aunque eso tendrá que esperar, por la hora Juan debe estar trabajando. Por eso me sorprendo cuando veo su camioneta estacionada y él esperando recostado de ella. —Pelirroja. Solo eso me dice. Yo termino en sus brazos, llorando con un sentimiento profundo de ira e impotencia, ¿Cómo puede existir personas así? ¿Cómo? No sé si pasan minutos, no sé si pasan horas, solo sé que me quedo en sus brazos y me embriago de su olor. Cuando me tranquilizo un poco le pregunto —¿Qué haces aquí? —Estefanía me escribió inmediatamente que Arnaldo les informó a ella y Federica… —Juan, pero ¿Y el trabajo? —toma mi rostro entre sus manos, me ve con aquella intensidad que me desarma y dice—. Tú eres lo más importante para mí, el trabajo puede esperar. Además, tengo a mi padre que puede cubrirme cielo. Hablé con él y me tomé lo que resta del día. Voy a protestar, pero me silencio. —Pelirroja, hoy es un día par
Escucho ruidos a mi alrededor, pero no logro enfocar bien la mirada, me duele hasta el alma. Distingo una sombra que se viene encima de mí y me asusto.—Tranquila señora —escucho a lo lejos —. Somos de defensa civil, ¿puede hablar?No, no crea que pueda mover un solo músculo de mi cuerpo.Poco a poco voy recobrando la conciencia y todo lo sucedido. El paramédico me alumbra los ojos, y me estremezco, los cierro y siento como si me fuese de lado.—Castro, ayúdame a sacarla —ordena la persona que tengo frente a mí —, pero primero baja la camilla.—¿Se acuerda como perdió el control?—Fu-ue prroovocaa-do.He recuperado el sentido por completo, el dolor se intensiva en mi hombro, brazo, frente y vientre.Mierda.Por favor, resiste cariño. —Essstooy em-barazada.Logro decir a puras penas, su gesto se alarma. Me preguntan varias veces si tengo algún seguro de manera que me puedan llevar a una clínica privada, de lo contrario seré llevada al hospital.Con cuidado me levantan y me acuestan e
Han pasado muchas cosas desde mi salida de la clínica. Comenzaré contando a medida que fueron sucediendo: Federica y Arnaldo se casaron semanas después del accidente. Así que su dama de honor usó collarín en la boda. Es algo que todavía me hace rabiar. Papá y mamá se quedaron dos meses en Venezuela, por mi recuperación, así que el cumpleaños de papá, a finales de julio, lo celebramos juntos, para ese momento por fin había dejado de usar el collarín y podía mover mi brazo con tranquilidad. En octubre y justamente en el cumpleaños de Arnaldo, Federica dio a luz un hermoso niño, rubio como ella y de ojos grises como mi amigo. Era toda una ternurita, sobra decir que lloré más que María Magdalena. Mi amiga llevada por su loca imaginación llamó al niño Thor. Sí, leíste bien, Thor, como el de la mitología nórdica. Como el vengador de Marvel. En diciembre Estefanía renunció a la clínica y decidió irse a España con su nuevo novio. A su madre y los abuelos La Cruz casi les da un infarto cuan
Lunes, lunes, lunes. De nuevo a la rutina, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, así ha pasado mi vida los últimos tres años. Miro la hora y son las 6:20 am, mis días menos deseados son los lunes y los martes, después de un sábado y un tranquilo domingo lo que provoca es seguir descansando y no arreglarse para ir a trabajar.Trabajo en Centro Clínico Virgen del Valle como asistente contable desde hace dos años, no es la mejor paga del mundo, pero algo es algo y eso me ayuda a mantenerme y cubrir mis gastos. Soy margariteña, aunque nací en Cumaná, resulta que estaba muy ansiosa por salir de la barriguita de mi madre que me adelanté dos meses, gracias a Dios era una niña muy sana y no tuve riesgos según mis padres.Me vuelvo a fijar en la hora y casi salto al darme cuenta que son las 6:50. En los siguientes minutos me aseo, saco el almuerzo de la nevera
Sábado.Al fin mi tan anhelado fin de semana, puedo respirar tranquilidad, días para descansar de toda una estresante semana. Quedé con mis amigos el mediodía ir a la playa, primero pasaríamos por sigo, un supermercado, y luego nos iríamos directo a la playa de Guacuco. Amo la paya así que hoy quedaré como un camarón, rojito, si de por sí ya soy roja, ahora lo seré más.Preparo mi gran desayuno, arepitas con tortilla, queso y jugo de manzana mí favorito. Federica dice que soy una tierna manzanita y Arnaldo que soy una sexy fresita, ambos juegan conmigo y lo dicen por el color rojo de ambas. Creo que si pudiera ser algún vegetal sin duda sería el brócoli, sí, a muchos no le gusta, pero a mí me encanta, me fascina, es que es demasiado rico, sobre todo con el pollito sudado, cosita divina del señor.Medito mi semana,
Lunes 26.Otra vez lunes, que pesadilla. Me visto con sumo cuidado, porque agarré una pequeña insolación, pero nada que unas cremitas no solucionen, me recojo el cabello y aplico un labial natural en mis labios, y me coloco unos zapatos de salir de gamuza negros, hoy no estoy de ganas para llevar sandalias de tacón. Arraso con mi delicioso desayuno, arepas rellenas de ensalada de atún y jugo de naranja. Amanecí con un hambre voraz, una vez terminado recojo todo y me voy al trabajo.Allá es más de lo mismo, trabajar, trabajar, trabajar. El sábado en la noche si pude ver qué es lo que sucede entre mis amigos, se gustan y los tontos no lo admiten, después de lo del doctor bonito, nos fuimos a mi apartamento y nos arreglamos para parrandear, fuimos a una discoteca aquí mismo en Pampatar, es asombroso el lugar, me encantó en el ambiente y allí pude ver como ambos se miraban, co