Los últimos días que nos quedaban de vacaciones se fueron volando y finalmente teníamos que regresar a la Capital para poder continuar con nuestras vidas universitarias. Nuestro loft nos esperaba, igual que siempre, a diferencia que ahora Rose se había casado y ya no vivía con nosotros, entonces su dormitorio estaba vacío. Durante las vacaciones en el pueblo, Aren había recogido las cosas que habían quedado en su casa luego de la pelea con sus padres y las había llevado a casa de Kentin, no había sanado lazos con su familia todavía, al parecer por vergüenza, de manera que volvimos cargado de cosas, igual que cuando nos mudamos a la Capital, hacía ya un año.Subimos con Fuser por el ascensor hacia el penthouse, nuestro loft seguía igual que siempre: Los tres dormitorios, el balcón terraza, el lavadero, dos baños, living-comedor-cocina y una vista espectacular a la ciudad. Quedaba cerca de la Facultad de Derecho y de la escuela de corte y confección a la que asistía Ayaka con Rose, aunq
Cuando los chicos se enteraron de que Allison estaba esperando, no uno, sino dos bebés, le organizamos un baby shower a la futura mamá. Ni bien los futuros papás entraron en el loft, y vieron cómo estaba todo decorado, una sonrisa se les dibujó en el rostro y los ojos se abrieron de par en par. Está de más decir que los muchachos no paraban de molestar a Chester, al cual la noticia de que iba a ser doblemente padre no le había caído muy bien que digamos. Estaba muy contento, pero el hecho de pensar que los pañales sucios, los biberones, los juguetes, los llantos y vómitos se habían incrementado el doble era algo que le hacía doler la cabeza. Las chicas del Instituto habían venido del pueblo para compartir la alegría del embarazo, había regalos de todos los tamaños y colores, Allison estaba feliz y se aferraba a su panza. Louis y yo estábamos conversando mientras Kentin se preocupaba porque no falte nada, ni comida ni bebida; Chester se agarraba la cabeza mientras hablaba con Nicholas
Me levante por los ronquidos de Ayaka, el cual estaba babeando y durmiendo con la boca abierta, abrazado a las sábanas hechas un rollo. Me desperecé mientras intentaba volver a dormir, pero recordé que debía salir a buscar empleo; Annie ya había hecho demasiado por mí, pagando la parte de la renta y los servicios que me correspondía, y Kentin no estaba nada contento con eso, así que con todo el dolor del mundo salí de mi cama y me dirigí al pasillo del loft para ir al baño.El cabello me estaba creciendo rápidamente, había pensado en dejármelo largo, hasta los hombros como el Soldado del Invierno, pero era bastante incómodo para jugar videojuegos, especialmente a la Wii, así que ahora me debatía entre un look rebelde y despreocupado o uno cómodo e higiénico. Seguramente Annie me podría acompañar a la peluquería para que elija un buen corte de cabello para mí (eso siempre y cuando Kentin no intente sacarme los ojos con su cuchillo).Apagué la luz del baño, y aún sin cambiarme, fui a la
Aren me había contado que por fin se había reconciliado con sus padres por consejo de Lily, algo que nos puso muy contentos a todos, especialmente a su hermano gemelo. Ahora por fin podrían volver a estar todos juntos para cenas familiares, eventos importantes como Navidad y Año Nuevo, para los cumpleaños y situaciones normales como que vengan a casa de visita.Mientras Kentin y yo continuábamos con los preparativos para la boda, Louis y Nicholas empezaron a mudar sus cosas poco a poco, habíamos limpiado el cuarto de Rose, el cual ahora lo compartirían el rubio y el albino. Se mudarían después de semana santa y compartirían los gastos con todos nosotros. Aunque aún estaba por verse el tema de la convivencia entre mi prometido y, como él mismo lo había llamado, mi polvo.La limpieza no había sido algo sencillo ni fácil de realizar, aunque era muy gracioso ver a los chicos con joggins, limpiando conmigo todo el loft. Ayaka tenía razón al decir que Aren había usado de depósito el anterio
Mientras nos acercábamos a las montañas, Kentin iba sorteando árboles, ramas, arroyos y rocas. El Jeep Commander era un todo terreno, así que podía recorrer esos lugares sin problemas, aunque dentro del vehículo se estaba desarrollando un terremoto grado nueve por como íbamos de salto en salto.Mientras yo me aferraba con fuerza a la manija que estaba sobre la ventanilla, Kentin giraba el volante y hacía cambios de marchas, se lo notaba sumamente concentrado. Por su parte, Aren parecía un niño, porque, con cada golpe y salto que hacía el Jeep, él exclamaba y daba pequeños grititos de sorpresa. Venía desde hace dos kilómetros diciendo «¿Ya llegamos? ¿Ya llegamos?», la paciencia de mi prometido estaba en el límite y la mía también. Lily, que iba sentada al lado de Aren, venía sintiéndose mal desde que entramos en terreno irregular, y por su parte Louis estaba sumamente desorientado.Por detrás de nosotros venían Nicholas en la camioneta Hilux azul que había rentado, en el vehículo iban
No sé qué era más hermoso, si el atardecer coronando de rojo aquellas verdes praderas o Annie con ese bello vestido blanco bañado en dorado por la luz del Sol.Tenía el cabello suelto, ondeando al viento, se lo veía sedoso y nutrido; el astro Rey le sacaba destellos cobrizos y sus ojos verdes contrastaban con el rubor de sus mejillas. Estaba descalza, sentada de costado, extendiendo sus piernas sobre el mantel que habíamos colocado para merendar; se había pintado las uñas de las manos y los pies de color rosado pálido y su piel brillaba como si fuese un diamante.—¿Sucede algo, Louis? —me preguntó. Yo la miré a los ojos y negué con la cabeza mientras sonreía.—Sólo que te ves muy hermosa —dije mientras tomaba su mano. Ni la mejor seda de toda Asia podía compararse con la piel de Annie, ella me regaló una sonrisa.—Este sitio es muy bello —observó y era cierto, esas praderas no cabían en la imaginación, parecían salidas de un cuento de hadas.Yo tomé una fresa y se la acerqué a la boca
Me desperté bastante contracturada. Estaba demasiado malacostumbrada al sommnier tamaño king que compartía con mi novio, esa bolsa de dormir era una tortura china. Me senté y mi cabello se expandió hacia todos lados, con un gruñido intenté acomodarlo; las chicas seguían durmiendo, me fijé en el reloj: Las ocho de la mañana.Estiré mis brazo y, tomé la campera impermeable que Kentin me había regalado antes de que vengamos para acá; gateando me acerqué a mi bolso y busqué mi cepillo de dientes y mi pasta, un espejo y salí de la carpa. Mis tenis estaban afuera, me los coloqué y abrí el cierre de la tienda, estaba haciendo frío. Volví a cerrar la cremallera y me dirigí hacia el rio a lavarme los dientesMe sorprendía que aún los muchachos siguieran durmiendo, Kentin era un entusiasta con asuntos como campamentos o de supervivencia así que el hecho que no esté reproduciendo la diana con su teléfono para despertar a todos era algo nuevo en él. Seguramente el golpe que le había dado ayer le
Cuando llegamos con Louis al campamento Chester casi le da un beso en los labios. Sabía que perder a su mejor amigo era demasiado para él, pero Kentin nos miró y entornó los ojos, como si sospechara que algo había pasado entre nosotros cuando estábamos solos en el bosque. No se me acercó para preguntar pero tampoco me despegó la mirada de encima; así que evité problemas y me senté a jugar a las cartas con las chicas y Aren. Nadie más, a excepción de Louis y yo, y Kentin que sólo podía sospechas y hacer conjeturas, tenía idea de la tensión que empezaba a gestarse en el ambiente.Kentin llegó cargado de leña para preparar el fuego, como había estado a punto de ir a los golpes con Nicholas estaba haciendo todas las cosas él solo y no recibía ayuda de nadie, ni siquiera la mía, dándome a entender que, efectivamente, no confiaba en mí. Dejé que su orgullo estúpido se fuera y me concentré en pasarla bien con mis amigas.—Gané de nuevo —anunció Lily con una sonrisa. Nosotras dejamos nuestras